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Joaquín Arrarás |
El Síndrome de Estocolmo es una reacción psíquica en la cual la víctima de un secuestro o persona retenida contra su propia voluntad, desarrolla una relación de complicidad con quien la ha secuestrado. En ocasiones, dichas personas secuestradas pueden acabar ayudando a sus captores a alcanzar sus fines o a evadir a la policía.
Es hasta cierto punto normal que las personas que vivieron sojuzgadas bajo el franquismo, que fueron educadas bajo ese régimen terrible en la resignación y el silencio llegaran, a través de los años, a adorar a aquel que les robó la juventud, la libertad, el pensamiento libre, el espíritu de crítica y la propia vida plena a la que tenían todo el derecho. El síndrome de Estocolmo no sólo existe para los que han sido secuestrados por una banda terrorista, también se da en pueblos enteros sometidos a la brutalidad, el chivateo, el robo, el asesinato masivo, la tortura y diversos procesos de aculturización llevados a cabo con tanta sangre fría como maldad y alevosía. También podemos explicarnos hoy por qué miles de personas decentes se enrolaron en las filas de Falange, la Sección Femenina, La Organización Juvenil Española o la Adoración Nocturna: En aquel régimen macabro y sanguinario había que sobrevivir y el terror lo fue tanto que muchas personas no vieron más salida que la de integrarse para escapar a la persecución o simplemente abrirse camino en la vida. No todo el mundo nace para ser héroe, aunque algunos se piensen que lo son.
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Sé que puede parecer mentira, pero conozco algún caso de Síndrome de Estocolmo Franquista. Son personas que en su juventud fueron más rojos que Carrillo, y que su familia fue depurada por el asesino del pueblo español. ¿Qué pasa por la cabeza de esta gente para dar ese cambio tan radical? No soy psicólogo y seguro que cada caso es un mundo. A esta gente en vez de odiarlas hay que compadecerse de ellas. Verdaderamente producen pena. Son víctimas de la manipulación franquista. Son víctimas de las mentiras que se vertieron en la Causa General, para ellos, este engendro jurídico es no más, que la biblia. ¿No saben que los documentos que legó el franquismo (los que no destruyeron) están cargados de ideología? Cuando nos acercamos a los archivos de la Causa General o a los archivos de la represión de la masonería y el comunismo, hay que hacerlo con mucha cautela, pero los neofranquistas se tragan todas las tergiversaciones y mentiras que allí se reproducen.
Estos enfermos del Sindrome de Estocolmo Franquista se quejan de la historiografía "pogre", pero esta historia se escribió en libertad y la franquista se escribió bajo el yugo fascista y, ademas, la escribieron gente que participó en lo que ellos llamaban Gloriosa Cruzada. El caso de Salas Larrazabal (que nos quiso engañar con sus "cifras exactas") o Joaquín Arrarás que fue nombrado director general de prensa allá por el año 37.
Muy buen artículo. Haces una inter
ResponderEliminarpretación, que perfectamente puede
ajustarse a la realidad de muchas
personas que padecieron el franquis
mo, con toda su intensidad.
DE FRENTE
DE FRENTE te he mandado un e-mai
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