ASESINATO DE CAMPESINOS
El nefasto Alfonso XIII después de permitir la dictadura y cuando esta llegaba a su ocaso, dejó que el Almirante Aznar (apellido tristemente famoso, gracias a un Aznar fuimos blanco preferente de la yihad islámica) convocara una elecciones municipales para que todo volviera a la normalidad constitucional. Graso error, la monarquía estaba ya herida de muerte. En las grandes poblaciones arrasaron los candidatos republicanos. El monarca vio clara su derrota: : "Las elecciones celebradas recientemente me demuestran que no tengo hoy el amor de mi pueblo". Abandonado por todos no tuvo más remedio que partir hacia el exilio.
Gran júbilo entre la población, creó el advenimiento de la II República. Modernizar un país notablemente atrasado, reformar un ejército decimonónico y mal criado, cambiar las relaciones laborales, acabar con el binomio estado e iglesia. Todas las creencias tenían cabida en la España, hasta entonces, de la mantilla y la peineta. La libertad de culto permitía multiculturidad. Se crearon las misiones pedagógicas qué llevaban la cultura hasta el más recóndito rincón de la España profunda. Los niños y los no tan niños, miraban con asombro aquella "caja" que escupía imágenes luminosas que se reflectaban en la pared y producían personajes de cuentos. Los libros llegaban a los lomos de los burros y se creaban improvisadas bibliotecas. La compañía de teatro La Barraca de la mano de Federico García Lorca (asesinado vilmente por el fascio español) llevó el teatro a sitios inimaginables.
Paco el estuquista, ministro de trabajo del bienio reformista consiguió que los campesinos trabajaran ocho horas y subidas de sueldos a los sufridos campesinos, que hasta entonces vivían en una situación semi feudal. Jornadas interminables por jornales de miseria. Los caciques hasta entonces, hacían y deshacían a su antojo. La República traía modernidad y sobre todo democracia. Muchos problemas se encontraría en su corta vida, pero el peor de todos, no vino por la izquierda, que también creó los suyos, el peor problema vendría por parte de los militares hiper conservadores que apoyados por las oligarquías reaccionarias intentaron en primera estancia acabar con el Gobierno salido de las urnas en 1936 mediante un golpe de estado, este al fallar y nombrado Franco jefe de los rebeldes, la idea principal fue acabar con todo lo que oliera a República. Las instrucciones lo decían muy claro: "hay que sembrar el terror". La misma noche del 17 de julio, en el protectorado, los fascistas asesinaron a 225 personas. Las noticias de los asesinatos fascistas corrieron como la pólvora y, una vorágine exterminadora se adueño de de los que querían que el Gobierno Popular siguiera al frente del Estado. Asesinatos de gente de derechas: religiosos, carlistas, fascistas, caciques, propietarios, monárquicos o simplemente votantes de la CEDA. Gracias a muchos alcaldes y dirigentes del Frente Popular la matanza no fue mayor (ver el último trabajo de Francisco Espinosa), esos dirigentes que salvaron la vida de miles de derechistas, recibieron como pago un tiro en la nuca, el que tuvo suerte murió en el exilio.
La Guerra fue larga y complicada para la República. La farsa del Comité de no Intervención dejó sola a la República. El Reino Unido arrastró a Francia para dejar sola a la democracia española frente el peligro fascista, y digo bien, fascista, porque el bendito Comité permitió que los alemanes e italianos suministraran una ayuda vital a la reacción rebelde. Gracias a los alemanes, Franco pudo pasar a sus tropas asesinas a la península que, después formadas en columnas avanzaron dejando un reguero de muerte y destrucción. Los milicianos que osaban hacerles frentes eran barridos sin contemplaciones y los que no también. una vez tomada la plaza, primero se saqueaba y violaba y, después como escarmiento, se asesinaba a todo el que oliera a rojo o a Repùblica (ver el último trabajo de Preston). En algunos lugares se dejaban varios días los cadáveres sin recoger para que sirvieran de ejemplo a los que no acataran las ordenes del fascio. El terror psicológico debió de ser terrible. ¡Y esta gente decían ser católicos y gente de orden!
Paracuellos fue terrible, pero allí al menos un anarquista paró los asesinatos. ¿Hubo algún alma caritativa que parara las matanzas en el bando franquista? No, los asesinatos siguieron produciendose hasta muy bien entrados los años 40, y gracias a que el eje empezaba a perder la guerra: ¡Y esta gente decían ser católicos y gente de orden!
EL JEFE DEL PELOTÓN DANDO ORDENES DE ¡FUEGO! OTRA SECUENCIA DEL MISMO
ASESINATO
Estas imágenes demuestran que los milicianos podían ser asesinados en cualquier lugar. Muchas veces hemos debatido si en la Calle San Juan podían haber asesinado a milicianos. Según observamos en estas fotografías no necesitaban de mucho espacio para llevar a cabo sus atrocidades, y ¡cualquier sitio era bueno!, si la calle era céntrica mejor que mejor, todo el mundo podía ver el instinto criminal que se gastaban los legionarios y los regulares. El terror era una baza importante en la guerra psicológica.
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ResponderEliminarEl régimen nacionalcatolicista que contó con la bendición no solo de la Iglesia española sino también del Vaticano.
ResponderEliminar¿Para dónde miraban los prebostes de la Iglesia mientras asesinaban a tanto inocente?
No me extraña que aún hoy haya mucha gente que mire con recelo a la Iglesia.