Luis Pío Moa Rodríguez, o el pseudohistoriador de cabecera de los neofranquistas sigue erre que erre con su cruzada anti-bolchevique. Este propagandista de la dictadura franquista tiene como objetivo vivir del cuento, o mejor dicho, vivir de contar cuentos. Porque no podemos calificar de otra forma sus investigaciones. Historietas las llama Alberto Reig Tapia.
Según Moa "la LMH ·declara nulos aquellos juicios [los del franquismo], alegando falta de garantías. Pero siendo menos garantistas que los juicios actuales, lo son mucho más que los tribunales “populares” del bando rojo, de arbitrariedad máxima y con los que, sin decirlo, se identifican los autores de la LMH, según es fácil observar". Cómo es costumbre en Pío Moa se equivoca. No porque los juicios de los tribunales populares fueran totalmente garantistas, sino porque los juicios de los tribunales populares en la actualidad carecen de legalidad alguna -Franco borró todos los vestigios de la República- por el contrario, la farsa judicial franquista es totalmente legal, injusta sí, pero legal. La asimetría entre vencedores y vencidos sigue siendo flagrante. La culpa la tiene toda el PSOE. Nicolás de Pablos, Sinforiano Madroñero, Azaña -por nombrar algunos- siguen siendo culpables, es decir siguen siendo unos delincuentes, y Franco, Yagüe, Queipo o Mola -por nombrar algunos-, hoy por hoy oficialmente tienen el expediente limpio. Garzón trató de subsanar esa aberración democrática. Pero en esta España -orgullosa de su "modélica" Transición- declarar a los santos cruzados culpables de asesinatos y de traición al Gobierno de la República es misión imposible.
La Ley 52/2007 (LMH) no ha dejado contento a nadie, a la derecha tiránica (por supuesto), y a las víctimas -o familiares- del franquismo por light o timorata, tampoco. Es decir, la Ley se quedó corta. Esta Ley declara ilegítima e injusta la farsa judicial franquista. Según José Álvarez Junco -historiador que colaboró en crear la ley-, no se pudieron anular los juicios franquistas porque la Transición no cortó con la dictadura -qué vergüenza- sino que fue una continuación... Siempre he pensado que la Transición hubiera sido imposible hacerla de otra forma, pero Felipe González tuvo tiempo de arreglar eso. El simplón de Zapatero tampoco hizo demasiado, aunque parezca lo contrario -con dinero no se arregla todo-.
Moa sigue escribiendo artículos, proporcionando munición -cómo dice él- para legitimar, justificar y enaltecer, primero: el Golpe de Estado que provocó la Guerra Civil, y segundo: una larga dictadura criminal. Falacias añejas puestas al día para que una masa embobada disfrute de una manipulación brutal de la historia contemporánea.
Tony te he dejado un correo.
ResponderEliminarAnda que este Pio Moa está que se sale. Cualquiera diría que antaño fuera tan antifranquista.
DE Frente nunca he creído que los Etarras fuesen antifranquistas,ni siquiera de izquierdas.y ya no digamos Humanos.
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