Cada vez tengo menos dudas que vivimos en un país de garrulos. En este país además algunos parecen que no avanzado nada desde que Franco estirara la pata, como estamos comprobando estos días en Tordesillas con el toro de la Vega. El toro de la Vega es una costumbre que data de la Edad Media, época oscura donde te asesinaban en una hoguera por hereje. ¿Cuantos de nosotros hubiésemos perecido en las llamas purificadoras Los tiempos avanzan, pero hay lugares de España que se han quedado congelados en ese pasado oscuro, al menos a lo que a sus tradiciones se refiere, como es el caso de Tordesillas, donde este año han vuelto a maltratar a un animal alegando a la santa tradición. Si vivimos en una sociedad que cada vez vela más contra el salvajismo hacia los animales, la tradición, si es salvaje, debiera de desaparecer. O no, sigamos comportándonos como unos catetos.
Hay tradiciones más inicuas que han desaparecido o están en periodo de olvido, pero maltratar a un toro salvajemente parece que tiene mucho calado entre la población y por supuesto entre las autoridades. Esto también va para los que le ponen fuego a los cuernos de los toros, aunque el salvajismo del toro de la Vega no tiene parangón.
Hoy por hoy matar a un toro a lanzazos es legal y la policía velará porque año tras año la tradición siga su cauce, pero también es legal manifestarse y los animalistas seguirán yendo a mirar cara a cara a los tradicionalistas salvajes que se arremolinan en Tordesillas para cumplir con la tradición.
Los tradicionalistas de Tordesillas al menos este año, han ondeado la bandera roja y amarilla, para que veamos todos que españoles son, Me van a disculpar pero tanto sacar las banderas de España en las manifestaciones homófobas, patriotas y en actos de salvajismo torero, lo único que consiguen es que la bandera de España nos divida. En la Guerra Civil representó a los franquistas y hoy los más exaltados la usan para reivindicar sus causas.
Joder, Juan Antonio, no me das abasto a escribirte comentarios. Qué prolífico estás.
ResponderEliminarNo he podido ver el vídeo que nos pones. No puedo...
Sí, este país tiene una gran componente de garrulos, paletos, jamelgos, catetos y demás guardadores de las esencias tradicionales y bárbaras de muchos siglos atrás. Y menos mal que no intentan conservar la santa inquisición, la esclavitud o la pena de muerte.
Parecidos resquemores a los que te produce a ti (y a mí) el trapo de rojo y amarillo, me produce a mí ese uniforme azul oscuro casi negro.
Siempre me ando preguntando para mis adentros: «Y éste, ¿a cuántos ciudadanos pacíficos e indefensos habrá dado de palos, de ostias o de patadas?»