Represión roja en Extremadura... Y en Madrid... Y en Barcelona.

En el libro "Extremadura bajo la influencia soviética" del falangista Rodrigo González Ortín, en referencia a Valencia del ventoso podemos leer:

(...) Víctima fue uno de los guardias civiles de este puesto llamado Fernando Rastrollo González, que quedó en Fregenal al marcharse los demás guardias a Badajoz, de donde fue traído la no­che del 12 de septiembre por el Comité de este pueblo, y asimismo horriblemente martirizado y mutilado, lo que hicieron a orillas del río Ar­dila, término de Fregenal de la Sierra, quedan­do en tal estado que fue difícilmente identifi­cado su cadáver.

Ayer recibí desde una ip de Zafra (Extremadura) el siguiente comentario anónimo:

Hasta las narices de que hablen bien de Fernando Rastrollo González. Lo mataron, no porque fuera guardia civil o falangista, lo hicieron porque tenía muchos enemigos. Abusando de su cargo abusaba de mujeres, novias, hijas... y fue una venganza. Yo soy su nieta y sé de qué hablo.

Cada uno que piense lo que quiera sobre la veracidad de este mensaje anónimo, tampoco así queremos justificar el asesinato de nadie. Si fuera cierto que ese guardia civil abusaba de su cargo habría tenido que responder ante un tribunal. La Causa General dice:

En el pueblo de Fregenal, de la misma provincia, fue también enterrado vivo hasta la cintura el Guardia Civil D. Fernando Rastrollo González, sobre el que hicieron numerosas descargas los milicianos, apareciendo destrozado el cadáver.

¿Qué queremos decir? que detrás de la parcial Causa General se esconden altas dosis de ideología. Se ocultan los actos propios y se magnifican los actos del contrario.

Sí Fernando Rastrollo González abusó de su cargo se comprendería que alguien se tomase la justicia por su mano, pero el crimen seguiría siendo igual de execrable, es decir, esto explicaría el crimen que no lo justificaría. Nosotros no podemos ni desmentir ni afirmar nada sobre el guardia civil asesinado por los "rojos"

Los investigadores conservadores faltos de escrúpulos se suelen acercar a la Causa General como si esta fuese la Biblia. Es conveniente analizar críticamente los papeles del franquismo. La represión en la retaguardia republicana produjo 50.000 óbitos, eso nadie lo niega, pero cuidado con los legajos franquistas. Están llenos de visiones partidistas: lo mismo podemos decir de las memorias que muchos fascistas, militares y conservadores legaron a la posteridad. El historiador prudente siempre tiene que cruzar datos y nunca quedarse con la primera versión que más le conviene.

Conozco un Grupo de FaceBook de tintes fuertemente profranquistas (LA OTRA MEMORIA HISTÓRICA) formado por investigadores sobre la Guerra Civil, que son un claro ejemplo de esto que digo. Uno de estos investigadores está preparando una tesis sobre la Guerra Civil, y según informa a los participantes del Grupo, una pieza clave en su bibliografía son las memorias que escribió el Embajador de Chile en Madrid, Aurelio Núñez Morgado:

Debido a mi búsqueda de fuentes para una Tesis mía referente a la Guerra Civil Española logré obtener para mi bibliografía la obra "Los Sucesos de España Vistos por un Diplomático" el autor es nada menos que Don Aurelio Núñez Morgado quien fuera Embajador de Chile en Madrid la edición de 1941 narra la situación que él tuvo que asumir como Decano del Cuerpo Diplomático acreditado en Madrid donde llevó a cabo una extraordinaria labor humanitaria en favor de los miles de refugiados no solo de los pocos ciudadanos chilenos que habían en Madrid entonces sino de los españoles que estaban refugiados en su embajada y en las demás legaciones extranjeras perseguidos a muerte en un Madrid dominado por las sanguinarias milicias rojas. Sus memorias narran con detalle el terror y el caos desatado por aquellas milicias descontroladas sobre las cuales el gobierno Republicano del Frente Popular apenas  hace el mínimo esfuerzo por controlarlas

 Unas memorias pocos fiables. El embajador chileno tuvo que abandonar España por tiranteces "con el entonces Ministro de Estado español, Álvarez del Vayo". Se calcula que los refugiados en las legaciones extranjeras podrían superar las 14.000 personas. Un caso inaudito. En el Madrid "rojo" se respetaba el derecho de asilo. Tan solo fueron asaltadas tres legaciones acusadas de estar confabuladas con la V Columna. En el bando franquista esta situación no existió.

Según Andrés Trapiello, nada sospechoso de ser un "rojo militante", el embajador chileno era un furibundo franquista:

Hace unas semanas el presidente de Chile descubrió, en realidad encubrió, una placa en la que fue embajada de su país en Madrid, Prado 26, durante la guerra civil.

Morla fue un hombre culto,  encantador, diletante, confidente de Lorca y amigo de muchos poetas. Al estallar la guerra, su jefe, el embajador  Núñez Morgado, franquista pregonado, salió de España de modo poco gallardo. Morla se quedó solo al frente de la legación, y su tacto diplomático libró de una muerte segura a cientos de falangistas, militares, curas, aristócratas, políticos derechistas o particulares en declarada indefensión, de muchos de los cuales nos dejó en España sufre, testimonio apasionante, sincero y veraz de la revolución en Madrid, unos retratos devastadores. Al terminar la guerra Franco premió a Núñez Morgado su valentía con una calle, mientras Chile represalió a Morla desterrándolo a Berlín por haber asilado al final de la guerra a dieciséis comunistas. Era de justicia, pues, que se hiciese una reparación a Morla. Así se pidió hace un año en estas mismas páginas. Pero ¿cuándo se ha visto que a lo que llega setenta años tarde podamos darle el nombre de justicia? Ni siquiera poética. Leer más...

El mito de que el Gobierno consentía, cuando no alentaba la represión roja, se hace difícil de mantener si vemos la cifras de refugiados políticos en Madrid. También  el Gobierno de Companys logró de evacuar a más de 6.000 personas de Cataluña. Franco se lo agradeció asesinándolo en el castillo de Montjuic.

A través  de los puertos catalanes más de 6.000 personas partieron (entre los que se encontraba el cardenal y arzobispo de Tarragona Vidal y Barraquer, capturado por milicianos de la FAI y salvado en última estancia de ser asesinado) hacia puertos italianos (Marsella y Génova), la mitad de ellos durante 1936. Para tal menester se usaron pasaportes, visados y salvoconductos, la mayoría de las veces falsos, expedidos por la Generalidad de Cataluña. Companys firmó con el delegado del Comité Internacional de la Cruz Roja un convenio que preveía que cualquier persona pudiese abandonar la zona de España en la que se encontrase, el cual no fructificó al negarse las autoridades franquistas a firmarlo también.

De todas formas, tal vez el Gobierno republicano pudo hacer mucho más por salvar la vida de tanto inocente, al menos eso creemos. Quién hizo poco (menos que poco) para salvar la vida de personas que no habían hecho nada fue el gobierno militar y fascista de Franco.

He aquí una historia trágica que no aparece en la Causa General.

                      Seis niños y una embarazada a 50 metros bajo tierra 

“Lo sabe todo el mundo. Esa noche del 30 de agosto se oyeron cuatro disparos de escopeta. Quizá los más pequeños lloraban y los mataron… Pero a los otros los echaron vivos a la sima. Todo el mundo sabe que al día siguiente fueron a ver si aún se oían gemidos o llantos allí”, asegura Nati. Pero no hay pruebas de nada. Solo secretos a voces sostenidos en el tiempo. “Después tiraron piedras y troncos. Unos dos días antes, los niños habían merendando con nosotros en casa y una de ellas, Martina, quería quedarse y no volver a la chabola, pero no podíamos tenerla, mi padre estaba entonces en la cárcel. Cuando pasó todo, mi madre no dejaba de repetir: la podía haber salvado, la podía haber salvado”. Leer más