Ni en sus momentos más eufóricos habrían imaginado los totalitarios de Hazte Oir, que su campaña contra los niños transexuales les iba a resultar tan exitosa. Que retuviesen el autobús con propaganda tan reaccionaria y eliminar así de un plumazo la libertad de expresión, que hasta unos impresentables como los de Hazte Oir, tienen derecho, no ha hecho otra cosa que convertirlos en víctimas del sistema.
Al odio que procesan en semejante organización se le combate con otras medidas menos dictatoriales. Por eso tengo el gusto de compartir con todos nuestros lectores un entrañable vídeo que tiene como protagonista a una niña transgénero.
El fascismo se cura leyendo y viajando. La incultura se cura cultivándose.
ResponderEliminarYo tengo problemas con la comprensión de la libertad de expresión, porque no entiendo bien qué es libertad de expresión y qué no lo es. O por lo menos, qué expresiones no se deben considerar libres de multa, de juicio y de cárcel.
A los titiriteros de "ALKAETA", ¿hicieron bien mandándolos a la cárcel?
A Rita Maestre, ¿hicieron bien metiéndola en un largo juicio?
A Guillermo Zapata, ¿hicieron bien castigándole por un chiste de maldita gracia?
No sé..., no sé... Quizá al autobús homófobo de los ultracatolicosfascistas de España, lo último que habría que hacer es prohibirle circular. Antes, mucho antes de eso, habría que retirarles esa tontería de "utilidad pública" que un ministro ultracatólico del opus les regaló.
Hay que cultivar la "cultura" que respete la diversidad, la diversidad que respete las culturas que respetan las diferentes a ellas mismas. Las que no atentan contra el ser humano en sus expresiones vitales...pacíficas. Las que no agreden a otros seres humanos por tener diferentes conceptos de la existencia.
ResponderEliminarHay que conocer de manera científica lo que es la transexualidad, con ello no debería haber discusión alguna sobre el derecho que tienen a buscar el cuerpo acorde a su sentimiento de género, y ser tratados como cualquiera otra persona de manera normal...respetuosa...
Ardua tarea, aquí ya nos conocemos, viajando y leyendo ...podemos comprobar que aún es mucho peor en otros lugares.
Lo que no me agrada mucho, es ya empezar con lo de los tacones y las pinturitas en la cara desde pequeñitas para parecer más mujer, y me refiero a las mujeres -tengan los cromosomas que tengan- que aprenden a que es nuestro rol...Sobre unos zancos y como un lienzo a perfeccionar.
Lo esencial es invisible a los ojos (El principito)...Y no es que uno/a no se tenga que cuidar, que sí, pero tampoco es que tengamos que estar "artificiandonos" ya desde la infancia.
El hábito no hace al monje....;ni el rimel, el carmín y los tacones a la mujer.