miércoles, 15 de noviembre de 2017

Puigdengolas y Puigdemont


Puigdengolas y Puigdemont no se parecen en nada, salvo la raíz de sus apellidos (los dos nacieron en Cataluña). Uno murió defendiendo la legalidad y el otro está procesado por saltarse la ley. Tan solo convergen en un detalle, los dos personajes han sido criticados duramente por salir huyendo.

El coronel Puigdengolas fue nombrado Comandante militar de Badajoz y llegó el 25 de julio para preparar la defensa de la capital pacense. Una localidad fuertemente amurallada, que de haber contado con el apoyo suficiente (milicias entrenadas, armamento suficiente y aviación) la historia hubiese sido bien distinta.

Cuando las columnas facciosas penetraron en Badajoz, la ciudad estaba sentenciada de muerte (2.000 personas perecieron asesinadas durante el primer día en la plaza de toros y por las calles pacenses.), entonces el coronel  Puigdengolas decidió partir hacia la frontera de Portugal y refugiarse en la ciudad fronteriza de Elvas. Esta acción ha sido fuertemente criticada por varios pseudorevisionistas, incluso uno de ellos fue denunciado por la familia de Puigdengolas (juicio que perdieron).

El historial del coronel no es precisamente el historial de un cobarde (léase la biografía de Héctor Alonso García). Puigdengolas sabía certeramente que si caía en manos de Yagüe moriría asesinado. No tendría la mínima posibilidad de ser enjuiciado justamente, su vida no sería respetada, como así ocurrió con compañeros suyos que decidieron quedarse en Badajoz.

La huida de Puigdengolas puede ser tratada como la del general que se bate en retirada para salvar el pellejo y para seguir siendo útil a la causa. Al coronel, de Elvas lo mandaron a Lisboa, y de allí lo enviaron a Cataluña (en el barco Nyassa) donde se reincorporo de nuevo al ejército de la República, murio al intentar controlar una desbandada pistola en mano. Disparó en el pecho a un desertor y sus compañeros lo asesinaron.

Puigdemont después de intentar convertir la autonomía catalana en un Estado republicano decidió refugiarse en Bruselas con varios miembros de su Gobierno. Algunos han regresado a España y han sido encarcelados, pero Puigdemont sigue escondido en Bruselas, no se fía de la justicia española. Entre los delitos más graves que se les acusa (a Puigdemont y a varios miembros miembros de su Gobierno) se encuentran el de sedición y el de rebelión, por lo que podrían ser condenados a treinta años de cárcel.

Muchas son las voces que se han alzado en contra del auto de la juez Lamela y tachan de excesivo el auto de esta y la posición de la Fiscalía del Estado. Más de 100 profesores españoles de derecho penal firman un manifiesto contra la "falta de medida" de Lamela:
Los  abajo firmantes, más de 100 profesores de Derecho Penal de las Universidades españolas, ante la crisis política más grave vivida por nuestro país desde el golpe de estado de 1981, se entienden obligados a manifestar su experta opinión ante toda una serie de calificaciones jurídicas que llevadas a cabo por la Fiscalía General del Estado y la titular del Juzgado Central de Instrucción núm. 3 de la Audiencia Nacional, han originado general repulsa y seria preocupación en los medios jurídicos españoles.

De la conducta observada por diversos integrantes del Parlamento y el Gobierno catalán puede desprenderse, con alta probabilidad, la comisión de múltiples delitos, que deben ser investigados y, en su caso, sancionados conforme a lo que exige nuestro Ordenamiento Penal. Leer más en eldiario.es.
A pesar de que tantas voces muestan su preocupación por el exceso de celo de la Fiscalía y de la juez Lamela, la prensa generalista o borreguera (El País, El Mundo...,) no se suele hacer eco de estas reivindicaciones o lo hace por la puerta de atrás. Una población desifmormada, o mal informada,  sirve mejor al establishment. Se podrá estar a favor o en contra de Puigdemont, pero la verdad es la verdad y la justicia si no es justa no hay democracia que valga, ni separación de poderes creíbles. Es obvio que los independentistas han transgredido la ley pero hay que ser justos y comedidos. Por lo tanto, la huida de Puigdemont nos recuerda a la huida de Puigdengolas. Uno pudo perder la vida a manos de Yagüe, y el otro puede pasarse muchos años en la trena de manera poco justa o injustamente a manos de Rajoy.



Por eso nos hacen gracia las declaraciones de "don Rico", Felipe González, que ha tachado a Puigdemont de cobarde. ¿Sabrá él lo que es ser valientes? A lo largo de su vida este señor no ha mostrado ningún acto de valor, sino todo lo contrario.

La marcha atrás del independentismo no se debe a que estos hayan recapacitado y se hayan convertido en buenos chicos, ni a que el artículo 155 haya obrado milagro alguno. No es que hayan visto la luz, al contrario, han visto la  sombra que se les viene encima. Sombras que se eternizan detrás de los barrotes de la celda.

Cuantos ciudadanos estos días se están regocijando en su españolismo más cutre y se están alegrando del miedo de Puigdemont. Miedo, que como lo fue el de Puigdengolas, es un miedo muy humano. Yagüe asesinaba, pero la democracia española no puede usar esos medios tan expeditivos. Con amedrentarte usando la ley torticeramente es suficiente.



Un amigo mío hasta se permite el lujo de llamar Cagadomont a Puigdemont. Esto me entristece, porque él precisamente sabe lo que son los temas judiciales. Sabe perfectamente los nervios que se pasan durante un juicio por lo civil, cuanto más en un juicio que te piden 30 años de cárcel. En fin, esto me recuerda a cierto oscuro personaje que para referirse a la izquierda usaba la expresión "izmierda".


3 comentarios:

  1. El marciano gallifante Javier Sardá ha dado una primicia esta mañana: por lo visto Artur Mas está muy cabreado con los 2 millones de independentistas por las escasas donaciones recibidas para cubrir su responsabilidad civil; al parecer la operación Lola Flores ha sido un fiasco 😉

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  2. Otra diferencia fundamental entre Puigdengolas y Puigdemont es que el primero fue un patriota español. Republicano, de izquierdas y, como buen catalán, español de la cabeza a los pies. Hay dos datos biográficos que nos pueden dar unas pinceladas de la personalidad de Puigdengolas: el primero de ellos es que siendo un adolescente se escapó de su casa para alistarse como voluntario en la guerra de Cuba. Pertenecía a una familia acomodada, por lo único que animó a Puigdengolas a arriesgar su vida por España fue su acendrado amor a España. Otro dato es que estando destinado en Sevilla durante la 'Sanjurjada' de 1932, él solito fue a detener, pistola en mano, al general golpista. Afortunadamente los golpistas no lo mataron y acabó en el calabozo hasta que fracasó el golpe.
    Por último, y respecto a la participación de Puigdengolas en la guerra civil, hay que tener en cuenta que en los poco más de tres meses que distan desde el comienzo del alzamiento militar hasta su muerte, en el mes de noviembre de 1936, sofocó las rebeliones de Guadalajara y Alcalá de Henares; defendió (con milicianos y escasa tropa) la ciudad de Badajoz hasta que, herido, se lo llevaron a Portugal, y que en cuanto pudo (la policía portuguesa se lo impedía) regresó a España para seguir luchando por la República.

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  3. Relató muy sectario. Puigdengoles dio muestras sobradas de su fidelidad a la República.Se enfrentó a Sanjurjo, sostuvo duelos por ejemplo con Blasco Ibáñez. Gracias a su arrojo consiguió que el corredor del Henares, Cuenca, Guadalajara y Sigüenza quedaron a favor de a República. traspaso los poderes de esa zona a Cipriano Mera donde los anarquistas asolaron la zona con sus asesinatos, entre ellos os obispos de Cuenca y de Sigüenza. Puigdengolas, en su cuaderno de bitácora tenía 575 defensores apostados en la muralla, y unas ametralladoras cruzadas en las dos puertas, la de levante y la de poniente. Estaba levemente herido en un hombro y convencido por su chofer esa noche huyó a Portugal. Le acompaño la mayoría de oficiales a su mando. No lo hizo por ningùn pasadizo inexistente sino por la carretera a Elvás. Si era tan facil irse a Portugal, ¿ laoblacion Civil se quedö en Badajoz esperando a los moros y legionarios para que los masacraran? Es mentira que Portugal devolvía a los que cruzaban la raya a Franco. A Puignengolas con 1570 personas más los devolvieron a Tarragona a zona republicana. Puigdengolas fué asesinado por los rojos al intentar contener una desbandada de milicianos en Parla.( Burnett Bolloten, La sexta Columna). Sr Historiotero: Vd no sabe que inventarse lo que podría haber pasado si Puigdengolas cae en manos de Yagüe? Esa es la primera regla que nunca un historiador puede saltarse. Lea los Prolegómenos de Inb Jaldum.

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