sábado, 20 de agosto de 2022

Volviendo con John Whitaker y Moisés Domínguez

 

Yagüe, Domínguez y Whitaker

Me he topado por casualidad con un artículo firmado por Moisés Domínguez Núñez (ver enlace...👈), sobre el periodista John Thompson Whitaker, alojado en la web de la Fundación Nacional Francisco Franco (originalmente apareció en la web del clérigo Ángel David Martín Rubio).

Whitaker en su libro, We Cannot Escape to History, no deja bien parado al Tte. coronel Juan Yagüe Blanco. Como ya hemos apuntado muchas veces, el periodista norteamericano habló con Yagüe y este se jactó de haber fusilado a 4.000 prisioneros para que Badajoz no volviera a ser roja nunca más. No podemos creer que en menos de una semana que estuvo el militar falangista en Badajoz se asesinara a 4.000 personas, pero si podemos creer que se jactara delante de Whitaker.

Como lo que escribió Whitaker no deja en buen lugar a los legionarios y regulares y al propio Franco (Whitaker aparte del fanfarroneo de Yagüe, también relató la escabechina que hizo Yagüe en otras ciudades por donde iba pasando como el caballo Atila), Moisés Domínguez intenta por todos los medios a su alcance desmentir al periodista useño:

Por lo tanto si Whitaker llegó en la fecha indicada es imposible que pudiera estar en Badajoz ni el 14 de agosto de 1936 ni en días posteriores. Trabajaba para el periódico conservador New York Herald Tribune y podemos afirmar con total rotundidad que durante el mes de septiembre de 1936 en sus tres artículos firmados en Cáceres, Torrijos y Talavera de la Reina (...) no hay una sola referencia a la matanza de Badajoz ni por supuesto al entonces teniente coronel Juan Yagüe Blanco pero es que tampoco hay referencia alguna a este hecho en sus artículos posteriores hasta su salida de España...

En otro lugar hemos escrito que Herbert R. Sothworth, en los años 80 escribió...

... Whitaker es un excelente reportero que jamás ha pretendido haber estado en Badajoz, pero habló con el principal actor del drama, el coronel Yagüe, Whitaker siguió durante algunas semanas a las fuerzas que marchaban sobre Madrid.  

Hablar de si el periodista norteamericano estuvo o no en Badajoz es absurdo, si claro está, lo que se pretende es sembrar dudas. Como sería el caso.

De haber existido esa importante entrevista entre Whitaker y Yagüe con toda seguridad se hubiera publicado en el periódico para el que trabajaba Whitaker o hubiera sido anunciada por la Columbia Broadcasting System (CBS), cadena estadounidense de radio y televisión de la que fue colaborador asiduo Whitaker durante esos años. También llama poderosamente la atención que los periodistas con los que compartía coche ( Von Strunk, Frank Kluckhohn y H.R. Knickerbocker), (...) no hicieran referencia alguna a dicha entrevista en sus artículos, cuando lo normal era que el general Yagüe cuando hablaba con los periodistas lo hiciera dando una conferencias de prensa. Por lo que es harto dudoso que quien entonces negara la matanza de 2.000 milicianos, alardeara después de haber eliminado a 4.000 “rojos” en Badajoz. 

Paul Preston siguiendo la lectura de lo que escribió Whitaker en  We Cannot Escape to Histoy, no dice que Whitaker entrevistara a Yagüe...

... El coronel Yagüe que mandaba las fuerzas franquistas en Badajoz, se reía al oír los desmentidos sobre las matanzas. 'Naturalmente que los hemos fusilado -me dijo-, ¿Qué se podía esperar?'...

Lo que se asegura es que Whitaker habló con Yagüe, de haberlo entrevistado, en el libro donde relataba sus experiencias mientras cubría la Guerra Civil, habría publicado la interviú completa, no solo esa frase escueta. Y ya puestos a inventarse, se podría haber inventado una entrevista completa, siendo las ficticias respuestas de Yagüe mucho más explícitas y contundentes. Lo que está claro, es que el periodista norteamericano hablaría con Yagüe de forma informal, pero para las teorías de Domínguez le viene muy bien hablar de entrevistas y decir que Yagüe no las concedía, pero sin aportar prueba alguna.

Pero a Domínguez le gusta decir una cosa, y varios renglones seguidos contradecirse el mismo. Por lo visto según sugiere mister Domínguez, Yagüe no concedía entrevistas pero...

... Este enviado de la Alemania Nazi había entrevistado a Yagüe a principios de septiembre de 1936. Hay que expresar un dato muy relevante, esa entrevista salió publicada el 3 de septiembre de 1936 y como hemos expresado Whitaker llega a España el 7 septiembre de 1936. 
¿No habíamos quedado que "lo normal era que el general Yagüe cuando hablaba con los periodistas lo <<hiciera dando una conferencias de prensa>>? En fin, juzguen ustedes mismos. ¿Y qué le dijo Yagüe al periodista Alemán?: "... el hecho de que la conquista de España por nuestro ejército sea tan lenta tiene una ventaja, nos da tiempo de limpiar por entero nuestro territorio de elementos rojos". Es curioso no, se trataba de limpiar lentamente el solar patrio de rojos. Curioso el dato, pero es que según informa nuestro amigo el Sr. Domínguez, Hubert R. Knickerbocker también entrevistó al inentrevistable Yagüe...

... Durante su breve estancia en la España nacional, Whitaker acompañó, como ya hemos expresado, a un reportero norteamericano llamado Hubert R. Knickerbocker (del Servicio Internacional de Noticias). Éste, a diferencia de Whitaker, sí consiguió entrevistar al teniente coronel Yagüe, pero en Talavera de la Reina.

Y Domínguez sigue imparable con su ristra de elucubraciones basándose en una media mentira, la supuesta entrevista  de Whitaker a Yagüe. Que por cierto, el colega de Whitaker, el otro periodista norteamericano Knickerbocker ( y otro periodista alemán) sí pudo entrevistar a Yagüe, y Domínguez está seguro de que John Thompson Whitaker no podía entrevistar al Tte. coronel criminal de guerra, porque este solo concedía ruedas de prensa...

... Es curioso, por no decir increíble, que en los numerosos libros que se publicaron entre 1936 y 1942 sobre la Guerra Civil española no se cite ni una sola vez esta famosa interviú.

Que no, no hubo ninguna interviú, tan solo una escueta cita. Domínguez para certificar que Whitaker era prorrepublicano y no progolpista, cita a Preston: "Aguilera sospechaba, con razón, que el periodista era contrario a la causa nacional". También dice Domínguez que "el general Franco dio todo tipo de facilidades a Whitaker para moverse por el territorio controlado por los rebeldes". Que poco le ha aprovechado la lectura del libro de Paul Preston, Idealista bajo las balas al Sr. Domínguez".

Que Whitaker era afín al Gobierno legítimo de la II República, y no a los facinerosos que se alzaron contra ella, es algo que lejos de desacreditarle le honra. Preston sobre Whitaker y su paso por España nos deja unos apuntes muy interesantes:

A los corresponsales de la zona republicana se les concedía mayor libertad de movimientos pese a que también tenían que hacer frente a un aparato de censura. aunque mucho menos burdo y brutal (...), dado que la mayor parte de la prensa de las democracias estaba en manos de la derecha, a los corresponsales prorrepublicanos les solía resultar más difícil de lo imaginado publicar  sus testimonios (...)

... el Chicago Daily Tribune mostraba una profunda hostilidad hacia el régimen republicano democrático 

... los grupos de presión católicos utilizaron la amenaza  del boicot o retirada de la publicidad para que unos periódicos pequeños alteraran su posición sobre España (...)

A Herbet L. Matthews el corresponsal meticulosamente sincero del periódico New York Times, le acosaban continuamente con telegramas en los que le acusaban de enviar propaganda. Idealistas bajo las balas. Pág, 20

El trato que recibiría John Whitaker sería mucho más siniestro, pues Aguilera sospechaba con razón, que el periodista era contrario a la causa nacional. Durante la etapa final de la marcha del Ejército franquista sobre Madrid, Whitaker visitaba el frente sin escolta. Una noche a altas horas de la madrugada, Aguilera se presentó en su alojamiento con un agente de la Gestapo y amenazó con fusilarle si volvía a acercarse a primera línea del combate sin un miembro se su personal. Ibidem. Pág, 182

En la zona franquista algunos como Edmon Taylor, el jefe de la oficina europea del Chicado Daily Tribune,, Bertran de de Jouvenal del París-Soir, Hank Gorrel y Webb Miller de United Press, y Artur Koestler y Dennis Weaver del News Chronicle, fueron encarcelados y amenazados con la pena de muerte. Más de 30 periodistas fueron expulsados de  la zona rebelde, pero uno solo de la republicana. al menos uno, Guy de Traversay, de L'Intransigeant, fue fusilado, y aproximadamente una docena más de ellos fueron detenidos e interrogados por los rebeldes durante temporadas, que oscilaban entre unos pocos días y varios meses. Ibidem. Pág, 19

Uno de esos detenidos y encarcelados fue René Brut, que estuvo preso al menos seis días por "grabar imágenes prohibidas de Badajoz". ¿Y se pregunta el Sr. Domínguez que porqué Whitaker no escribió nada que contrariase a los golpistas? Hay que ver que poco le cunden las lecturas al Sr. Domínguez... 

... Que Whitaker sentía verdadera pasión por el Frente Popular da idea esta información que recoge Paul Preston: «A partir de los primeros meses de 1938, junto con Ernest Hemingway y los corresponsales John Whitaker y Edgar Mowrer, Fischer se involucró en los esfuerzos para repatriar a los voluntarios norteamericanos de las Brigadas Internacionales» (Paul PRESTON, ob.cit., p. 300).

El Frente Popular fue una coalición  entre partidos de izquierdas que no siempre fueron muy bien avenidos entre ellos  (PSOE, PCE. POUM, Izquierda Republicana y ERC) pero las circunstancias políticas después de la Revolución de Asturias y la radicalización de la derecha, provocó este frente amplio de izquierdas. Un extranjero podría sentir simpatía por el regimen republicano democrático, pero no por ello sentir "verdadera pasión por el Frente Popular". Porque ayudar repatriar a paisanos suyos que lucharon contra los golpistas, no te convierte per se en frentepopulista. Este sustantivo (frentepopulista), causa verdadera aversión entre los negacionistas y filofranquistas. Si demuestran que alguien es afín al Frente Popular, en su imaginario tienen todo el trabajo hecho. John Thompson Whitaker era ante todo un demócrata y un periodista de indudable profesionalidad y prestigio en los EE. UU.

Y para terminar, rizando el rizo. Moisés Domínguez nos desvela una cita de un legionario Alemán que fue  entrevistado en el diario The Tyrone Daily Herald por el periodista Knickerbocker:

Allí abajo, en Badajoz, ¡nuestro Señor Dios! Matamos a cuatro mil quinientos y ellos a muchos de los nuestros […] Naturalmente que nos vengamos de aquellos rojos cuando pudimos volver, pero por la noche sólo encontramos a 150.

Esto para Moisés es otra prueba de que Whitaker mentía, cuando es todo lo contrario, esa cifra de 4.000 ó 4.500, en este caso, proviene de un legionario que combatía con Franco, y que es de suponer, que estuvo en Badajoz el 14 de agosto. Knickerbocker, pese a ser muy apreciado entre las fuerzas golpistas por ser propagandista de la causa nacional, según relata Preston, fue "arrestado durante la campaña del País Vasco" (Idealistas bajo las balas. Pág, 189).

En un informe enviado a Sánchez-Albornoz -embajador de la II República en Lisboa-, se cifraba la masacre en Badajoz entre 4.000 ó 4.500 personas, 1.200 en Almendralejo y 2.000 en Mérida. Este testimonio fue desvelado por Francisco Espinosa en La Columna de la muerte:

“... al entrar las fuerzas en el campo de San Juan y plaza de San Juan fueron fusilados 78, posteriormente fusilaron a don Luis y a don Carlos Pla, al dentista sr. Vives, al sr. Campini y todos los redactores de la Vanguardia, al inspector del Hospital Provincial sr. Cabeza al doctor comandante sr. Villa, ignorándose el paradero del doctor Alejo García, todos de izquierdas, entre otros muchos que se ignora el paradero de ellos suponiendo que estén también fusilados. Después fusilaron al coronel del Regimiento sr. Cantero, al comandante sr. Alonso y al sr. Vega de la Guardia Civil. Después saquearon todos los comercios de significados izquierdistas de la capital, vendiendo los moros por las calles los géneros como querían comprárselos sin mirar los precios. Posterior a todo esto, como en la frontera de Portugal hay dos o tres mil personas los moros vienen en camionetas y se los llevan por levas y no se vuelve a saber de ellos, este señor puede garantizar que ha visto tres camionetas que van a Portugal (frontera de Caia) y los que los fascistas indican como reos son trasladados en la misma y y trasladados a Badajoz sin saber lo que les haya podido pasar, estos viajes los hacen diariamente. En Almendralejo fusilaron 1.200 hombres y 200 mujeres. En Mérida se calcula que hayan muerto, dicho a mi mismo por los médicos que acompañan a Castejón, unas 2.000 personas, así mismo se calcula que en Badajoz unas 4/4.500. Le han prendido fuego al teatro López de Ayala, estando completamente en ruina. Éstas son las noticias que no muy detalladas puede dar el Sr. (nombre tachado) que mañana por correo y certificado enviará más detalles de suma importancia para una información interesante. La columna de la muerte (edición revisada. mayo, 2017). Págs, 95 y 96.

Obsérvese  que en el informe de la masacre que perpetró Yagüe en Badajoz, y que le enviaron a Claudio Sánchez-Albornoz, embajador en Portugal, vuelve a salir la cifra de 4.000/4.500, la misma cantidad con la que fanfarronea Yagüe y que el  legionario alemán le ofrece a  Knickerbocker, el periodista norteamericano propagandista de Franco.

No es creíble que en la menos de una semana que el fascista de Yagüe estuvo en Badajoz, segara la vida de 4.000 personas (yo no me lo puedo creer), pero podemos observar que esa cifra tampoco apareció en el imaginario de Jay Allen o John Thompson Whitaker, como pretende hacernos creer Moisés Domínguez Núñez. No en vano los artículos del Sr. Domínguez son excesivamente bienvenidos y muy apreciados en la FNFF. La cifra que un servidor apunta, rondaría las dos mil, aumentando esta hasta cerca de los 4.000 (como bien estadísticamente aclara Francisco Espinosa) en toda la guerra y la posguerra hasta 1947.

Cuando más investigo sobre la matanza de Badajoz y las teorías de los negacionistas, más me convenzo de que si podemos creernos que Whitaker pudo hablar con Yagüe y que este se jactó delante del periodista norteamericano de que se habían matado a muchas personas en Badajoz.

La izquierda historiográfica asume las grandes matanzas que hubo en la zona republicana. Ningún historiador monta teorías conspiranoicoas para negar las atrocidades que cometieron anarquistas, socialistas o comunistas. Ninguno de estos grupos ideológicos estuvo exento de masacrar a sus enemigos políticos. Aunque en muchos lugares de la retaguardia republicana no hubo ninguna matanza de derechistas, en las grandes capitales si que se produjeron hechos totalmente condenables: En Madrid se asesinaron a 8.815 personas (2.400 en las sacas de Paracuellos); en Barcelona a 4.713. Y estos datos los he obtenido de Francisco Espinosa Maestre. El mismo autor editó el libro Violencia roja y azul, donde se revisan los asesinatos en ambas retaguardias.

Pero es justo mencionar que a Moises Domínguez le editan sus libros la editora SND, la misma empresa que le publica libros a Blas Piñar (ver enlace...👈), y que publica título como <<Franco. La legitimidad de la Cruzada y del Estado nacional>>. En el prólogo se puede leer:

... Un Gobierno, el de Pedro Sánchez, visceralmente antiespañol, formado por una coalición de enemigos de España, que, cuando escribimos estas líneas (2022) se dispone a la demolición de la nación española en todos los aspectos: material, territorial, histórico, y, lo que es más grave, y sirve como colofón de lo anterior espiritual. Porque, en definitiva se trata de matar su esencia; la que configuró nuestra nación hace mil cuatrocientos años, le dio vida y la mantuvo firme, frente a todas las pruebas, adversidades y desafíos; en el éxito y en el fracaso, invariablemente fiel, a su raíz, a pesar de todos los ataques sufridos que, indudablemente, tantos daños han causado ya en sus mismos cimientos, hasta nuestros días; soportando un asalto multisecular, cuyo inicio podemos reconocer ya en la Edad Media, para cambiar de rostro y técnicas de combate en la modernidad.

El prologuista tiene tanta caspa, que sigue identificando esa anti-España de rojos que quieren acabar con la nación española tal y como ellos la conciben.  Una nación con mil cuatrocientos años de antigüedad, o sea, la España que reconstruyó Franco. Estos son los círculos por donde se mueve Moisés Domínguez. ¿Alguien da más?

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