domingo, 10 de marzo de 2024

¿Las amnistías nos llevaron a la Guerra Civil?

 


Para atacar la Ley de Amnistía a los implicados en el procés, el escribidor de la la extrema derecha española, Pedro Fernández Barbadillo, ha escrito un artículo sobre las distintas amnistías que ha habido en España desde principios del siglo XX. El articulo está alojado en el complemento Ideas de La Gaceta, el diario que se compró Vox (ver enlace...👈) Curiosamente fueron las amnistías republicanas las que nos llevaron a la Guerra Civil. Esto lo escribía en sus redes sociales:

En menos de 5 años, los gobiernos de la II República concedieron 3 amnistías.

Gracias a la última, de febrero de 1936, volvió a la Guardia Civil el capitán Fernando Condés, uno de los asesinos de Calvo Sotelo.

Este terrorista era militante del PSOE.

Condés fue amnistiado por la revolución de Asturias, pero no era un terrorista. Cometió un crimen como vendetta por el asesinato de su amigo el Tte. Castillo, también del PSOE. Las milicias socialistas habían advertido que si los fascistas volvían asesinar a otros de sus miembros, en referencia al asesinato del capitán Faraudo, no se quedarían de brazos cruzados. Como así ocurrió.

La tres amnistías durante el periodo republicano de los años 30 fueron las de 1931, para salir de la dictadura primorriverista; la de 1934, que perdonaba los crímenes del golpe de Estado del general Sanjurjo pero que no incluían las dos últimas insurrecciones anarquistas: "Indalecio Prieto se opuso claramente a la amnistía, precisamente porque no amparaba a los condenados por esta insurrección" (ver enlace...👈 ). La Ley de Amnistía aparecía en la Gaceta de Madrid el 25 de abril de 1934 (ver enlace...👈). Y la amnistía de 1936 que perdonaban los delitos de la revolución de Asturias. 

Sobre la amnistía de 1934 que perdonaba el golpe de Estado de 1932:

Durante el bienio radical-cedista (1934-1936), las Cortes aprobaron una nueva amnistía (Ley de 24 de abril de 1934, GM, 155, 25-04-1934, pp. 548-549), fundamentalmente para liberar a los encarcelados por la fallida rebelión militar de 10 de agosto de 1932 (artículo único, a.4 y a.24) y restituir los derechos pasivos de los cargos públicos depurados “por la índole del cargo o por el período en que fueron desempeñados” (a.23), eufemismo con el que la mayoría conservadora se refería a los colaboradores de la dictadura primorriverista. Con la concepción del delito político en que se basaba esta amnistía, empero, el legislador español se alejaba de la propia tradición jurídica española y de parte de la doctrina (Jiménez de Asúa, 1958, III: 213) que no considera políticos los delitos cometidos por funcionarios o los que tienen objetivos reaccionarios. Con todo, los radical-cedistas no osaron reintegrar a los militares rebeldes condenados, pero sí les reconocieron “el haber pasivo de reserva y las pensiones que por cualquier concepto pudieran corresponderles en la fecha en que cometieron el delito” (artículo único, c). Conversación sobre la Historia

Gracias a esta amnistía que la derecha concedía a los golpistas, José Calvo Sotelo, colaborador primorriverista, pudo regresar a España, para seguir conspirando contra la II República. 

Igual que la Constitución de 1978, en la de 1931 se prohibían los indultos generales por ser "considerados medidas más arbitrarias, históricamente concedidas por el monarca" (ver enlace...👈). Franco también concedía indultos generales que eran un verdadero caos, por esta razón, según el Juez Martín Pallín, la Constitución del 78 prohíbe los indultos generales. Aún así Aznar no se quedó corto: "Pese a que la Constitución prohíbe los indultos generales, el Ejecutivo del PP aplicó en el año 2000 la medida de gracia a 1.443 condenados bajo el pretexto de que el Vaticano había pedido gestos por la reinserción de los presos" (ver enlace...👈).


Barbadillo con su artículo pretende relacionar las amnistías republicanas con la Guerra Civil:

 De esta manera, encontramos a amnistiados por el Frente Popular y, antes, por la Monarquía parlamentaria en el origen de la guerra civil. Esa amnistía, en el reino de la ‘memoria histórica’, poco se ha recordado.

Y un punto en común entre los amnistiados de entonces y los que se preparan para recibirla es la falta de arrepentimiento de los delincuentes. Los separatistas que pretendieron destruir la Nación y la Constitución en 2017 han convertido en lema su grito de satisfacción “ho tornarem a fer”. De nosotros depende que la historia no se repita.

Pero lo que nos llevó a la Guerra Civil no fueron los amnistiados por el Frente Popular, porque dicho Frente desaparece después de las elecciones de 1936, y quien concede la amnistía son los gobiernos de la izquierda republicana y burguesa. Si acaso la amnistía que fue determinante para que se siguiera conspirando contra la II República no fue la que Barbadillo llama falazmente la amnistía del Frente Popular, sino la que la derecha le concede a los golpistas de 1932 que saca de la cárcel a Sanjurjo, y permite a Calvo Sotelo volver a España para organizar el golpe de Estado de 1936. 

Cascais (Portugal), 07-20- 1936. Despiden a Sanjurjo a pie de avión su mujer y algunos amigos, entre ellos el marques de Quintanar, que serian testigos del accidente en el que murió, al chocar contra un muro cuando el avión iba a emprender el vuelo. EFE...👈

Según Ángel Viñas, Sanjurjo estaba destinado a encabezar junto a José Calvo Sotelo (trama civil y trama militar) la sublevación de 1936, pero a Calvo Sotelo lo eliminaron pocos días antes del golpe y Sanjurjo murió en un accidente de aviación por la impericia de Juan Antonio Ansaldo, monárquico y falangista.  Ansaldo había viajado a Cascais (Portugal) para trasladar en una avioneta al general Sanjurjo. Durante el despegue la avioneta se estrelló y Sanjurjo murió achicharrado. Fin del golpe como se había ideado en un principio. Pero esto no fue impedimento para seguir con la traición a la II República.

Es el golpe de Estado de 1936, y no otro, es el que produce la Guerra Civil, porque monárquicos alfonsinos, carlistas y falangistas, con la ayuda de Mussolini dan un golpe de Estado para subvertir el orden constitucional. Durante toda la II República, quedó demostrado que mientras el Ejército estaba a las órdenes del Gobierno de turno la Constitución y la legalidad republicana no estaba en peligro.

En el artículo Barbadillo hace mención a las amnistías concedidas desde el siglo XIX al siglo XX:

La Restauración (1874-1931) y la Segunda República (1931-1936) fueron regímenes donde abundaron las amnistías y los indultos, para conspiradores, terroristas, delincuentes políticos y delincuentes sociales, a pesar de los daños y el dolor que hubieran causado.

Barbadillo pone como inicio de las amnistías en España el año de 1874, cuando hay constancia de que empiezan antes:

La primera amnistía de que tenemos constancia fue aprobada en las postrimerías del absolutismo. Por Real Decreto de 15 de octubre de 1832, Josef de Cafranga, mano de la reina regente, María Cristina de Borbón-Dos Sicilias, concedía “la Amnistía mas general y completa de cuantas han dispensado los Reyes á todos los que han sido hasta ahora perseguidos como reos de Estado”. Conversación Sobre la Historia 

Sorpresivamente Pedro Fernández Barbadillo, en todo el artículo no menciona la amnistía que el posfranquismo en 1977 le concedió a los franquistas torturadores, y a terroristas de ETA y del GRAPO...

La Ley de Amnistía excarceló a 89 terroristas, pero 18.000 presos se habían beneficiado ya de indultos previos

La Ley de Amnistía de 1977 supuso la culminación de un proceso de indultos y amnistías desde la muerte de Franco, que habían ido vaciando las cárceles de presos de todo tipo, por lo que a la entrada en vigor de la misma sólo había 89 presos con delitos de sangre vinculados a bandas terroristas, la mayoría del GRAPO y de ETA. De hecho, cerca de 18.000 reclusos, entre comunes y políticos, incluidos terroristas, se habían ido beneficiando ya de distintas medidas de gracia aprobadas  desde el indulto real de noviembre de 1975 hasta el 17 de octubre de 1977, fecha en que entró en vigor la Ley de Amnistía. Europa Press...👈

Anteriormente a la Amnistía de 1977, el Rey y Suárez promovieron varios decretos con el fin de excarcelar a presos políticos y a más de 200 etarras, que en muchos casos siguieron en la banda. Si entonces no fuimos a la Guerra Civil, y no hubo arrepentimiento ni en los franquistas amnistiados ni en los terroristas etarras que siguieron asesinado durante 40 años, ¿cómo íbamos a ir a otra Guerra Civil por indultar el procés? La guerra del 36 se produjo porque una parte del Ejército con ayuda de monárquicos  alfonsinos, carlistas y falangistas, dieron un golpe de Estado, y porque la parte civil y del Ejército que se mantuvo dentro de la Constitución de 1931 no pudo parar a los militares y civiles traidores. No hay más.

El Sr. Pedro Fernández Barbadillo podría dejar de darle patadas a la historia, pero estos artículos les son necesarios a la derecha para quitarse el estigma franquista, y a Vox para su guerra cultural contra el wokismo.

Por cierto, si la sociedad fuera realmente Woke otro gallo cantaría:

Woke (estar ‘despierto/a’ en inglés) hace referencia a quien es “consciente de los problemas sociales y políticos, en especial el racismo”, según recogió en 2017 el diccionario de Oxford. 

Su uso para alertar contra el racismo se remonta al movimiento por los derechos civiles en Estados Unidos a mediados del siglo XX, y se popularizó en la última década con el movimiento Black Lives Matter. Desde entonces, el wokismo se ha extendido a la lucha contra la violencia sexual, la xenofobia o la homofobia. A su vez, ha sido herramienta de marketing para grandes compañías y una forma de desacreditar de la derecha conservadora a los valores progresistas. EOM...👈

Que a Vox no le guste lo Woke es porque son unos racistas, machistas y homófobos declarados. 


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