LAS FALACIAS DEL ENGENDRO DE CUELGAMUROS. MÁS MUESTRAS DEL FRANQUISMO SOCIOLÓGICO

Campamentos nazis en Cuelgamuros. La Razón...👈

En un idílico paraje en el suroeste de la sierra de Guadarrama, un dictador fascista y tiránico, vencedor de una cruenta Guerra Civil, se propuso crear un enorme monumento para honrar en un principio a las víctimas de su propio bando, después en los años 50 cambió de parecer y serían enterrados todos los caídos de la guerra. Era lógico, no todas las familias del bando franquista estaban dispuestas a enviar al quinto coño el resto de un familiar muerto. La familia de José Calvo Sotelo o las asesinados en Paracuellos no querían reninhumar en el engendro de Cuelgamuros a sus familiares. Así que sin pedir permiso a los familiares de las víctimas que el franquismo había producido, Franco fue a las fosas donde estaban enterrados los "rojos", y los llevó a Cuelgamuros sin consultar con nadie ni pedir permiso previamente.

El paraje donde se creó el monumento fascista se llamaba Valle de Cuelgamuros, y Franco llamó a aquel engendro Valle de los Caídos. Ahora Pedro Sánchez lo ha vuelto a llamar por su nombre original: Valle de Cuelgamuros. Esto a la derechona española no le ha gustado nada.

En Vozpópuli, la periodista Irene González ha escrito un artículo mostrando la verdadera faz de la derecha española. Que no es otra cosa que caspa a raudales. Dice que "La destrucción del Valle de los Caídos es la pieza fundamental del derribo y olvido de una civilización, de una lucha que va más allá del siglo XX y de nuestras fronteras". Esta señora, o señorita, se ha creído que Franco fue el centinela de Occidente, el caudillo providencial, que según Miguel de Unamuno, vendría a salvar "la civilización occidental, la civilización cristiana":

La Universidad Pompeu Fabra elaboró un informe sobre el franquismo ('Antología para un Caudillo') que recogía las principales lisonjas dedicadas en vida a Francisco Franco. No resulta sencillo elegir, pero ahí van las tres favoritas de este reportero. La primera destaca por su clasicismo: "Centinela de Occidente". La segunda sobresale por lo inquietante: "Timonel de la dulce sonrisa". Y la tercera pasará a la historia por su guiño profético a 'Juego de Tronos', "Vencedor del Dragón de siete colas". El Confidencial...👈

Los pelotas y hagiógrafos de Franco mientras este vivía "lo compararon con  Alejandro Magno, Julio César, Napoleón, Jenofonte, Cristóbal Colón, el apóstol San Pablo y hasta con el mismísimo superhombre de Nietzsche". Ahora casi a los cincuenta años de su muerte, el dictador todavía tiene quien le quiera.

Prosigue esta virtuosa de las letras con una oda al engendro de Cuelgamuros:

El Valle de los Caídos, el término ahora renombrado como valle de Cuelgamuros para borrar la sacralidad del lugar, es un conjunto monumental imponente único en el mundo formado por una escolanía de estilo neoherreriano, una Basílica Pontificia construida en la roca y la Cruz más grande la Cristiandad en el corazón de la Sierra de Guadarrama.

En realidad, como hemos visto más arriba, Pedro Sánchez más que renombrar, lo que ha hecho ha sido volver al nombre original. Y según consta en el Libro Guinness de los Récords la cruz de Cuelgamuros es la cruz más grande del mundo:

La cruz del Valle de los Caídos es reconocida como la más grande del mundo por el Libro Guinness de los Récords. La estructura tiene una altura total de 152,4 metros. Público.es...👈

¡Menudo orgullo! ¡Tenemos la cruz fascista más grande del mundo! Esa no es la cruz de Cristo, sino la cruz que representó, solo y exclusivamente a los vencedores de la Guerra Civil...

... los presos que allí estuvieron siempre fue previa solicitud. Por cada día de trabajo en el Valle se conmutaban 6 de pena. Cobraban el mismo jornal que los trabajadores libres. La mayor amenaza que se dirigía a los presos era la expulsión del Valle. Un campo de concentración realmente fascinante al que todos querían ir, del que nadie quería salir, en el que se quedaban tras conmutar la pena, donde llevaban a la familia y escolarizaban a los hijos y llevaban a los nietos de veraneo. Fueron los años de la reconciliación, del perdón. Por eso fue posible una España próspera preocupada en progresar y no en dividirse, que llegó a la Transición reconciliada.

¡Oh, qué idílico y bucólico, y que bonito todo. Tanto, que quiero que me lleven a la cárcel y que se empiece a construir otro megamonumento para ir a trabajar a esa arcadia feliz que Franco regaló a los presos "rojos". ¿Pero de dónde sacan tal sarta de imbecilidades estos plumillas?

Los presos que allí estuvieron preferían ir a trabajar a Cuelgamuros por la sencilla razón de que trabajando en aquel lugar eran mejor alimentados que en las cochambrosas y corruptas cárceles de la posguerra. Eran presos injustamente encarcelados. Quienes se pusieron fuera de la ley fueron los golpistas y no los que defendieron al Gobierno de la II República. O sea, quienes tendrían haber sido encarcelados por rebelión y auxilio a la rebelión, fueron las fuerzas franquistas y todo aquel que se puso de su lado (como Miguel de Unamuno). 

El neofranquismo ha querido convertir aquel lugar en un sitio de recreo e incluso vacacionales para los familiares de los presos. Sin embargo las excavaciones arqueológicas cuentan algo muy distinto. Se ha intentado crear el mito de "que los destacamentos funcionaban como una especie de "utopía penitenciaria" (así la define un propagandista), que ofrecía a presos y familiares unas condiciones de vida que ya quisieran para sí muchos españoles. Una de las pruebas más contundentes de la bondad de la dictadura sería, según este relato, que a los presos se les permitía construir casas para sus familiares":

... las "casas" eran, en realidad, chabolas: estructuras semienterradas, con muro de escombro sin ventanas, un techo bajo de ramas que no permitía estar de pie y un espacio útil de entre cuatro y nueve metros cuadrados. Recordemos que la superficie mínima habitable legal hoy es de 25 metros. Las chabolas de posguerra en Madrid o Barcelona, de hecho, eran de mayores dimensiones. Todo indica que existían órdenes que prohibían la erección de chozas más grandes ¿por qué lo intuimos? Porque el módulo de 2x2 y 3x3 se repite tanto en Cuelgamuros como en los destacamentos penales que hemos estudiado en la sierra de Madrid. Ni una choza más grande. También su ubicación estaba fijada de antemano: todas se levantaron en las escombreras de las canteras. Público.es...👈

Durante la posguerra y años después, no hubo reconciliación alguna. Ni si quiera podemos hablar de reconciliación durante la transición, pues la transición fue una maniobra desde arriba sin contar con los de abajo. Los perdedores de la Guerra Civil  tuvieron que amoldarse a la nueva situación represiva y hubieron de convivir junto a sus asesinos y carceleros tratando de vivir sin odio, y lo mejor posible. Unos pudieron exiliarse, y otros tuvieron que seguir viviendo en la dictadura franquista. Ha sido el tiempo transcurrido durante la dictadura (40 años son muchos años) el que ha dado esa sensación de reconciliación. Jamás mientras Franco vivió hizo un discurso reconciliatorio, sino más bien al contrario. Todos los 18 de julio en la España de Franco se celebraba el día del Alzamiento Nacional. Fiesta que duró hasta 1977:

Fue Adolfo Suárez, durante la Transición, quién desestimó esta Fiesta Nacional del calendario laboral en 1977. El motivo fue apartar los vínculos del franquismo que se conmemoraban durante ese día, a la España democrática que comenzaba a forjarse. El Periódico de España...👈

Dice Irene González, sobre la visita de Sánchez al engendro de Cuelgamuros: "Ese acto entre restos cadavéricos de españoles a los que no dejan descansar en paz, nada tiene que ver con una cortina de humo por tanto escándalo de corrupción relacionado con su mujer Begoña Gómez". La realidad va por otra parte, y mencionar a Begoña Gómez, es la verdadera cortina de humo ayusista. El Gobierno de Pedro Sánchez ha atendido a la demanda de ¡160 familiares! para que saquen los restos de sus ascendientes de aquel monumento fascista. Es la sociedad civil la que está pidiendo al Gobierno de la nación respeto con sus muertos para que descansen de una vez en paz.

Enteramiento en Cuelgamuros

Según Raymond Carr, Franco se gastó  a 1.086,4 millones de pesetas de la época en dicho monumento. Una fortuna, y más en época de hambruna. "Según el censo del Ministerio de Justicia, en el Valle de los Caídos yacen los restos de 33.833 personas (21.423 identificados y 12.410 sin identificar) de ambos bandos de la Guerra Civil, que fueron llevados allí entre 1959 y 1983 en 491 traslados desde fosas y cementerios de todas las provincias españolas, salvo Orense, A Coruña, Las Palmas y Santa Cruz de Tenerife" (Público.es.) Muchos que están sin identificar era porque los franquistas iban a una fosa común, y sin interesarse por la identidad de las personas que allí habían enterradas, cogían todos los huesos mezclados  y los metían juntos en una caja con destino a Cuelgamuros. Había que rellenar el monumento fascista que se quedaba medio lleno.

También haría muy bien Pedro Sánchez en visitar una fosa común de las tantas que se están desenterrando por la geografía del terror franquista. Está muy bien que visite y se interese por las exhumaciones de ese ignominioso lugar, pero hay muchas más exhumaciones que reivindicar.

Como colofón a la oda franquista, la periodista de Vozpópuli remata el artículo diciendo que la cruz fascista fue "levantada para abrazar el perdón y la reconciliación tras un genocidio de católicos". Esta mujer se ha tragado que la Guerra Civil fue verdaderamente un cruzada, y por eso habla de genocidio de católicos.

Que plastas son los filofranquistas con la reconciliación y el perdón: Franco ni perdonó ni se reconcilió. tras la Guerra Civil hubo una dura represión que duró bastantes años, donde seguía muriendo gente. Según un último intento de rebajar al máximo las ejecuciones en la posguerra, el periodista Miguel Platón asegura que tras la Guerra Civil Franco asesinó a 15.000 personas. Según Gutmaro Gómez Bravo...

... El ensayo, basado en fuentes parciales y limitado a solo 15.000 ejecutados, proyecta la versión oficial de la dictadura franquista por la que solo habrían sido juzgados aquellos presos “con las manos manchadas de sangre”. El País...👈

Claro, esto es lo de siempre. Se exageró la cifra de asesinatos de la posguerra afirmando que eran 50.000 las víctimas. Según The Objective: "Una investigación reduce de 50.000 a 15.000 el número de ejecutados durante la posguerra".  Y claro, de 50.000 a 15.000 hasta Franco parece bueno. Pero... ¿15.000 asesinatos después del fin de la guerra realmente parecen pocos? ¿A quién? Según los datos de Francisco Espinosa Maestre, la represión franquista desde julio de 1936 hasta finales de la posguerra fueron de 140.159 víctimas. E Irene González tiene la cara dura de hablar de genocidio de católicos.

Con al menos 15.000 asesinatos de posguerra, alguien tiene la jeta de hablar de que en Cuelgamuros: "Entre pinos, jaras, encinas y grandiosas esculturas, en el recio monte suena ese viento que allí habita para conducir al visitante al recogimiento y la calma, a abrir los brazos, que es como los niños abren el corazón, bajo la sombra de la gran Cruz de brazos abiertos de reconciliación, que desafían la altura, capaces de envolverte en la paz de la piedad". A la revancha franquista la quieren hacer pasar por la reconciliación de la cruz fascista. Algunas personas tienen el mismo discurso casposo y nacionalcatólico de la dictadura franquista. Más muestras del franquismo sociológico.