ARTÍCULO POR ANTONIO ALFONSO HERNÁNDEZ
Nunca falta quien se atreve en infinidad de ocasiones a plantear
que el régimen dictatorial de Franco no era de corte fascista. La cosa no tiene por si mayor trascendencia,
porque fascista o no, lo que nadie puede negar es que fue una dictadura
despiadada que seccionó las libertades
de todo un país durante largos años. Pero el caso es que hay que contribuir a
colocar cada cosa en su sitio.
Para empezar habría que
preguntarse, ¿Qué entendemos por fascismo? No es fácil recurrir a una
definición que nos pueda resultar del todo convincente, pues el asunto es sumamente complejo. Baste decir
que la Real Academia de la Lengua incorporó una acepción del término, donde se considera fascista a la
persona autoritaria. Con esto quiero decir que no existe una
definición clara, ya que existieron distintos tipos de fascismos y el tema es complicado.
Me atrevo a empezar tan espinoso
asunto, proponiendo esta definición:
Pensamiento
político totalitario de carácter nacionalista, donde los derechos fundamentales
del individuo quedan cercenados en beneficio de un supuesto interés general. Es
decir, el fin justifica los medios.
Ya sé que habrá quienes me puedan decir y no les faltará razón, que esta definición
bien puede valer también para el
socialismo no democrático. En este sentido conviene dejar claro que el fascismo
fue poco original. En realidad copió muchas de las ideas de la izquierda y le
dio un barniz patriótico o nacionalista al final. Hay que tener en cuenta que
el fundador del fascismo italiano, Mussolini, fue socialista en sus inicios y
que el partido nazi se llamó “casualmente” nacional-socialista. Por otro parte,
no son pocos los que defienden la teoría de que el fascismo fue una mutación
del socialismo.
Es cierto que el fascismo que se
introdujo en España tuvo algunas características propias, que le diferenciaba
de los casos alemanes e italianos. Por ejemplo en estos países el partido era
el Estado, quien controlaba todos los resortes del poder, mientras que en
España el partido único ( asociación artificial de tradicionalistas y falangistas),
fue un instrumento más al servicio de los intereses de Franco.
Por otro lado, José Antonio, abogaba por la disociación Iglesia-Estado tal y como ocurrió en los
países que hemos mencionado, cuando en
realidad en España se produjo la confesionalidad del Estado y el consiguiente
poder concedido a la jerarquía
eclesiástica.
Como podemos ver es el componente nacionalista lo que diferencia
al fascismo del socialismo no democrático, aunque es bien cierto que han
existido algunas excepciones, La Yugoslavia de Tito, El Vietnam de Ho Chi Minh, la URSS de Stalin…,
siendo en todos estos casos, las
circunstancias especiales de una guerra
más que otra, la razón principal de la aparición de estos emergentes
nacionalismos. Por tanto, me sigue pareciendo igual de válido este rasgo, como
diferencia fundamental entre un totalitarismo y otro.
La primera Falange, la de José Antonio, aprovechó el
vacio que existían en los partidos tradicionalistas de izquierda, en cuanto al
sentimiento nacionalista , para intentar captar a las masas obreras. Esto fue
lo que dijo Enrique Castro Delgado, comunista y jefe del Quinto Regimiento, al
respecto de Primo de Rivera: “Apoyándose en esto,
frente a la desnacionalización o
desespañolización de los partidos obreros que no habían sabido tocar este
resorte emotivo de las masas, frente a la romántica estupidez de los partidos republicanos supo
crear una mística y con ello atraer a no pocas gentes”. (1)
Es decir, el fascismo español
representado por Falange Española era en algunos aspectos de izquierda en lo
social; partidaria de la reforma agraria, defensora de unas mejores condiciones
económicas para los obreros,… pero con una carga importante de nacionalismo.
Sánchez Albornoz, presidente de
la segunda república en el exilio contó la siguiente anécdota ocurrida con José
Antonio que ilustra perfectamente esto que he comentado.
“Dos
diputados, situados muy lejos en el cuadrante político del momento, han
pronunciado sendos discursos durante la discusión del proyecto de reforma
agraria en las segundas Cortes de la República. Se encuentran, poco después,
sentados ante dos pupitres vecinos corrigiendo las copias taquigráficas de sus
dos oraciones parlamentarias. Uno pertenecía al Partido de Acción Republicana,
que presidía Azaña. Otro acababa de crear la Falange Española. Había aprobado
éste parte de las ideas del otro. Charla intrascendente entre ambos.
El
primero dice al segundo:
-
Si continúa por el
camino que le he visto avanzar esta tarde, va a desilusionar a las derechas
españolas que le siguen.
-
Albornoz- le replica- , lo sé y hasta he
podido comprobarlo. Desde que he girado hacia la izquierda, me han suprimido la
subvención con que antes favorecían mi campaña.
Doy fe de la autenticidad de este diálogo y de estas
palabras de José Antonio. (2))
O esto otro que dijo refiriéndose al mismo personaje, el dirigente socialista Teodomiro Menéndez.
“Recuerdo
que siempre me decía; Teodomiro si no fuese por sus ideas religiosas, qué cerca
estaríamos usted y yo en política. En el fondo, todos queremos lo mismo. Y
tenía razón.” (3)
Naturalmente, esta ideología de
la primera falange joseantoniana no tiene nada que ver con la que domesticó
Franco, convirtiendo a los prebostes falangistas, en unos estómagos agradecidos,
ávidos de acomodarse en cualquier poltrona del régimen. Mención aparte me merecen Manuel Hedilla
y algunos pocos falangistas de la primera hora, que dieron con sus
huesos en la cárcel o acabaron en el destierro, por no estar de acuerdo ni
mucho menos, con la evolución que cogió el partido. Pero eso es ya otra
historia.
La ausencia de derechos
fundamentales en la dictadura de Franco y la fuerte represión llevada a cabo
entre los que consideraba sus enemigos, (el empleo de la violencia hasta sus
últimas consecuencias) no fue muy diferente de la eliminación sistemática que
practicó Hitler. En este caso el exterminio de
millones de personas por razones raciales-supremacía de la raza aria
sobre las demás - conceptualmente no fue muy distinto a lo que aquí hizo el
sátrapa, esto es, el asesinato masivo de miles de ciudadanos españoles en
función de una determinada ideología, que estorbaban cara a
implantar un Estado nuevo con hombres y mujeres de una determinada ideología.
La derecha había barrido a la izquierda y los que quedaran con vida de estos
últimos se tendrían que adaptar irremediablemente a la nueva sociedad creada
por los fascistas. Nuevamente aparece la anulación de los derechos
fundamentales del individuo en pos de
unos supuestos intereses generales. O dicho en román paladino, el odio en
estado puro.
La pantomima de la democracia
orgánica a través de un parlamento donde
lógicamente solamente tuvieron cabida los integrantes de la gran coalición que
había ganado la guerra, monárquicos, tradicionalistas, falangistas, el ejército
y la iglesia católica, nos dan una idea exacta del modelo de Estado totalitario
que se había implantado en España. Con sorna el dictador se jactaba de decir
“En España hay libertad para expresarse.
Tenemos unas Cortes donde cada cual puede expresar su punto de vista”, Por
resultarme muy evidente la burla, no voy a entrar en más detalles al respecto.
Solo señalar la similitud existente con los casos alemanes e italiano, donde
también funcionaron unos parlamentos de un solo color político.
El intervencionismo económico; el Estado fijaba
los precios, los salarios… dentro de un sistema autárquico; no importábamos ni
exportábamos productos, fue hasta bien metidos los años cincuenta otra de las
señas de identidad del fascismo español. A partir de entonces y
progresivamente, fue adaptándose a los
sistemas modernos de economía libre de mercado.
Otros ejemplos de este
totalitarismo lo encontramos, en la utilización del sistema educativo para
aleccionar a los más jóvenes en la doctrina
nacionalcatólica, el culto a la
personalidad del Jefe de Estado, las reinvindicaciones nostálgicas del
imperialismo del siglo XVI …. , el fascismo era por naturaleza expansionista en
cuanto al aspecto territorial. Las exigencias de Franco a Hitler para entrar en
la segunda guerra mundial es buena prueba de ello. Al parecer, existió en los
años cuarenta el proyecto de anexionar Portugal, en cuyo caso se barajaría la
posibilidad de convertir Lisboa en la capital de España. Estas intenciones se
le atribuyeron en su momento a Serrano Suñer, hombre fuerte del régimen detrás
de Franco.
No pretendo con este modesto
trabajo haber repasado la historia del fascismo español, que daría lugar
necesariamente a un trabajo mucho más extenso y que sería cosa de expertos en la materia. Los orígenes conceptuales del fascismo español que algunos
identifican en Giménez Caballero u
Ortega y Gasset (La España invertebrada)…
y otros aspectos que no son el objetivo de mi artículo. Este no es otro,
que tratar de demostrar lo mucho que bebió el franquismo a través de Falange
del fascismo de Hitler y Mussolini.
Por último señalar lo que ya he
comentado otras veces. Me produce igual repugnancia las dictaduras de Hitler, Franco, Mussolini,
Pinochet , que las de Stalin, Fidel Castro, Tito, la de China, etc.
A fin de cuentas, bajo diferentes
denominaciones se esconde lo mismo, siendo lo de menos, el nombre que le
queramos poner. Pero al pan, pan y al vino, vino.
(1, 2
y 3) LA PASIÓN DE JOSÉ ANTONIO. JOSÉ MARÍA ZAVALA.
ANTONIO
ALFONSO HERNÁNDEZ
8 de Julio
de 2012
José Antonio Primo de Rivera afirmaba que "el movimiento que estamos iniciando en España no es copia de ningún movimiento extranjero. Ha tomado del fascismo italiano lo que el fascismo tiene de unidad, de autoridad y de sustitución de la lucha de clases por una idea de cooperación, que debe producir en España resultados específicos que se pueden esperar de un país con una historia tan gloriosa y con una personalidad tan profunda como tiene España"
ResponderEliminarEso es lo que decía José Antonio, pero el régimen de Franco jamás se autodenominó dictadura, una de las definiciones que se auto otorgaron fue la de democracia orgánica. Siendo la denominación más falaz que pudieron encontrar.
Mucho me temo que los orígenes y las bases de falange fueron el fascismo. Como muy bien has dicho Mussolini venía de la izquierda socialista de ahí la retórica obrerista. Sin embargo tanto los fascistas italianos como los españoles nacieron como movimientos anti izquierdistas. Primo de Rivera pretendía arreglarlo todo a puñetazos y a balazos.
Es indudable que Franco desnaturalizó absolutamente a Falange, convirtiéndola en una sombra de la que creó José Antonio.
ResponderEliminarEn contra de lo que se cree en este partido militaron en los primeros tiempos muchas personas de la clase trabajadora, tal vez algo desengañados con los partidos de izquierda. Lo paradójico es que acabaran a tiros los de la izquierda tradicional y los de esta organización, donde había muchos obreros.
O dicho de otra forma,¿Como pudo haber tanto odio, si en algunos aspectos importantes estaban de acuerdo?
Joder, había dejado ayer un mensajes, pero entre la mala conexión y lo que alteras con las letras y números de verificación, no ha salido!!!
ResponderEliminarEn fin, me voy a trabajar, resumo todo lo que expuse diciendo que es un muy buen trabajo, espero poder extenderse más por la noche.
Saludos.
La falange auténtica reniega de Franco por traidor a José Antonio. Pero podríamos decir que los verdaderos traidores fueron los que agacharon la cabeza y continuaron acomodados en la dictadura. Franco sería un mal militar, pero era muy zorro.
ResponderEliminarEn la Falange, ¿había muchos obreros?. Cuando leemos los listados de la represión roja podemos observar que mucho de los asesinados que pertenecían a Falange eran simples campesinos. Sin embargo estadisticamente Falange era un partido minúsculo, lo mismo que el PC. Esto nos lleva a la conclusión que ni había peligro fascista ni peligro comunista.
Durante la Guerra Civil la cosa cambió las juventudes de la CEDA se pasaron en masa a la Falange lo mismo que las juventudes del PSOE se pasaron al PC. Los dos partidos que eran poco relevantes durante la paz, adquirieron cierta relevancia durante la guerra.
Sobre el fascismo de Franco y si era o no una dictadura fascista hay mucha controversia. Algunos dicen que la dictadura estuvo fascistizada hasta que Hitler empezó a perder la guerra. En opinión del "rojo" Julio Aróstegui, Franco y su dictadura jamás fueron fascistas, admite eso sí, cierta mímesis.
Lo mismo pasa con autoritario y totalitario, los historiadores no se ponen de acuerdo, pero es que no se ponen de acuerdo ,si quiera, para buscar consenso sobre la definición de totalitario.
La dictadura de Franco fue una mezcla de fascismo totalitario, monarquía absolutista y régimen cuartelero. El dictador quería perpetuarse en el poder por eso tuvo que ir adaptando su régimen a los tiempos que se avecinaban. Dejando de lado las discusiones sobre la catalogación del régimen franquista, en lo que no hay ninguna duda y, aquí si hay consenso, es que la dictadura fue un sistema ilegítimo y represivo durante toda su existencia.
Para más información sobre este tema podéis leeros FRANCO: LA REPRESIÓN COMO SISTEMA. Coordinado por Julio Aróstegui primera edición marzo 2012.
En primer lugar, decir que buen trabajo, sobretodo teniendo en cuenta que es difícil sintetizar en unas líneas la historia del fascismo en España.
ResponderEliminarA mí personalmente, la figura de José Antonio me parece interesante. Fue un gran abogado, buen parlamentario y tenía ideas que podemos considerar revolucionarias. Yo tengo una edición de sus obras. Por cierto que he visto que en la entrada se hace referecia al libro "La pasión de José Antonio", lo tengo también pero aún no lo he empezado, espero hacerlo en agosto que estaremos menos alterados.
Falange poco tiene que ver con Franco y mucho menos después del decreto de unificación con los requetés. De hecho, como habeis dicho, algunos de los llamados "camisas viejas" se opusieron al régimen de Franco y pagaron por ello. Otros, la mayoría, se apuntaron al carro de los vencedores, la Humanidad es así. Me recuerda la historia de "El corazón helado", de Almudena Grandes, el protagonista tenía el carnet del PSOE y el de Falange, según soplaba el viento.
Por último, me parece bien la condena a todo tipo de dictadura que hace De Frente, ya que algunos parece que sólo condenan las de un determinado signo, muy demócratas ellos.
Saludos.
Estoy de acuerdo contigo, quienes traicionaron a Falange fueron los falangistas y no Franco. Desde luego el recuerdo que tenemos los españoles de esta formación política no puede ser más negativo.Lo que hicieron no tiene nombre. De ahí que se la juzgue por lo que fue y no por lo que pudo haber sido.
ResponderEliminarEs cierto también, que la mayor fascistización del régimen se produjo hasta que se vislumbró que Hitler no ganaría la guerra. Franco muy oportunista él comenzó desde entonces a postergar progresívamente a los falangistas,pero eso no quiere decir que se acabara el fascismo en el régimen totalitario que había instalado en España. Para mi sería un error identificar el fascismo español sólo con Falange.
Tal y como yo veo que es el fascismo, el régimen de Franco fue fascista desde el comienzo hasta el final del mismo.
Te dejé un correo, Tony.
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