Franco bajo palio, escenario en el cual se desenvolvía el sátrapa con gran soltura, tal y como podemos apreciar en la instantánea |
Isidro Gomá, Cardenal precursor de la carta colectiva de los
obispos.
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Conspiración judeo-masónica e izquierdista en lo social. Ya dediqué una entrada a este capítulo donde creo que utilicé argumentos muy de peso sobre la falsedad de la famosa frase. Se vió la imposibilidad de que los masones estuvieran asociados al comunismo internacional entre otras razones porque ellos mismos fueron perseguidos por las dictaduras comunistas. Al parecer todo se debió a la obsesión de Carrero Blanco con la masonería, tal vez porque se trataba de un integrista católico que encontró en la masones un enemigo de la Iglesia. El caso es que se estima una cifra no inferior a 8000 personas pertenecientes a la masonería los que fueron sacrificadas durante la guerra civil, así como varios miles los que qué sufrieron cárcel o cualquier tipo de depuración durante la contienda y la posterior dictadura. Estos datos los ha aportado recientemente un responsable de los masones españoles.
Pocas palabras han calado tan hondo en el imaginario colectivo de los españoles como la palabra comunista. De esta forma tan simple incluyeron los golpistas a todos los que tenían cualquier ideología de izquierda. Daba igual que uno fuera socialista, anarquista, poumista, etc, etc,…. Para el caso, eran todos comunistas. Aún recuerdo cuando era un niño –comienzo de los 70- lo mal vista que estaba la palabra. Los comunistas eran considerados poco menos que el diablo con rabo incluido. Tanto fue la asociación del comunismo con todo lo peor, que aún padecen las consecuencias de aquella campaña de desprestigio.
La otra variable que utilizaron fue rojo que no sólo englobaba a todos los que consideraban izquierdistas, sino también a republicanos moderados que nada tenían que ver con partidos tradicionalmente de izquierda. Ser rojo o que te consideraran tal, supuso para miles de personas una muerte más que segura o en el mejor de los casos largos años de cárcel.
José Milán Astray, conspicuo adulador de Franco y responsable
de la propaganda fascista en los primeros tiempos
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El Servicio de Colonias Penitencias Militarizadas fue el eufemismo con el que enmascararon a los campos de concentración . Éstos, alojaron a unos 180.000 presos republicanos en 72 instalaciones creadas con el fin de esclavizar a estar personas para determinadas obras públicas; construcción de carreteras, puentes, túneles, canales y marismas. “ centenares de miles de presos políticos del franquismo se vieron obligados, al trabajo forzado , a modo de nuevos esclavos, tanto en obras tan impresionantes como el Valle de los Caídos- donde trabajaron hasta 1950 un total de 20.000 presos políticos, hasta la definitiva culminación de las obras de construcción tanto de los accesos por carretera como del monasterio y la cripta de aquella obra faraónica – o del Pazo de Alday- como en muchas otras obras al servicio de la Iglesia Católica – entre otras, los 15.000 crucifijos para escuelas y otros centros oficiales, que fueron inmediatamente facturados después de la guerra civil desde los Talleres penitenciarios cuya sede central era la cárcel de Alcalá de Henares- y cada vez en mayor medida, al servicio de gran número de empresas privadas, casi todas ellas adjudicatarias y concesionarias del propio Estado” (…) “ Según recoge Isaías Lafuente en su documentado libro, fueron prisioneros políticos quienes construyeron obras hidráulicas como los embalses del Ebro, Benagéver, Entrepeñas, Pálmaces, Mediano, Riosequillo, Revenga, Barasona, Mansilla de la Sierra, González Lacasa, El Cenajo, Torre del Águila, Barrios de Luna, Yesa, San Esteban y Linares, la Real Acequia del Jarama, canales como el Bajo del Guadalquivir, Bajo del Alberche, Montijo, Jarama, Bárdenas, Monegros, Toro-Zamora, Bierzo, Badarán y Linares del Arroyo, amén de saltos como los del Nansa y el Sil. Fueron igualmente presos políticos del franquismo quienes reconstruyeron pueblos y ciudades como Belchite, Brunete, Oviedo, Teruel, Toledo, Huesca, Lleida, Gernika, Amorebieta, Eibar, Potes, Quintos de Ebro, Mediana de Aragón, Puebla de Albortón, Boadilla del Monte, Villamarín, Vilanova de la Barca, Sabiñanigo o Figueres, entre otras muchas poblaciones. Trabajaron también en las minas de mercurio de Almadén, en los pozos María Luisa, Fondón y San Mamés de Duro Felguera, en las minas de antracita de Fabero y en muchas otras empresas mineras, en Asturias, León, Pontevedra, Lleida, Ourense, Teruel, Albacete, Murcia y Cartagena por ejemplo, y lo hicieron asimismo en gran cantidad de obras públicas, como en la construcción del ferrocarril Madrid- Burgos, Zamora- A Coruña, Tudela de Veguin a Lugo de Llanera, Pedernales- Bermeo o la inconclusa Santander- Mediterráneo, así como en la primera estación ferroviaria de Chamartín, en Madrid, y en carreteras como las de Canfranc , de la carretera de A Coruña al El Escorial, variantes de carreteras como las de Madrid – Valencia Puerto Contreras, Honrubia, Oropesa, los puertos del Escudo y del Arzobispo, el túnel de Vielha…. “ (FORO POR LA MEMORIA)
Aunque no forma parte del objeto de este trabajo , he creido de interés aportar estos datos que revelan la dura realidad que se escondían tras estas “colonias militarizadas” que funcionaron ininterrumpidamente entre 1937 y 1970. Huelga decir que muchas de estas personas murieron como consecuencia de las inhumanas condiciones en que se encontraban.
En otro orden de cosas cabe decir que las carnicerías que perpetraba la canalla fascista se las denominó, tareas de limpieza o de pacificación. Los asesinatos despiadados se camuflaban bajo eufemismos tales como; se le aplicó el bando de guerra o murió como consecuencia de choque con la fuerza pública. La entrada en las distintas poblaciones de los fascistas en rebeldía se las denominó liberación. Los “paseos” arbitrarios se les llamó Consejos de Guerra y así podríamos seguir.
Por increíble que resulte, todo esto forma parte del lenguaje habitual en muchos foros ultraderechistas de la actualidad.
En cuanto a las dotes militares del sátrapa ya se encargó el régimen de presentarlo como un prodigio sin igual. Hay un libro muy interesante de Blanco Escolá, La incompetencia militar de Franco, que deja las cosas en su sitio y sirve para que entendamos que en el plano militar no pasó de ser una medianía. Más táctico que estratega y muy poco dado a la improvisación, nos encontramos con un militar que para desesperación de los alemanes e italianos que le ayudaron a ganar la guerra, avanzaba a paso de tortuga. Hay quien sostiene que la guerra la ganaron a pesar de Franco, y que una confrontación armada como la que hubo le vino demasiado grande, a alguien más empeñado en convertirla en una guerra de aniquilamiento, pueblo a pueblo, que arriesgarse a emprender tareas más complejas que conllevaban una visión más global y moderna en este tipo de conflictos. No obstante, para los niños de la posguerra y los no tan niños, Franco fue el nuevo Napoleón. Por si cupiera alguna duda de lo desproporcionada que resulta la comparación, el propio Sanjurjo, compañero de marchas golpistas del propio Franco, se encargó de dejarlo claro a quien lo quiso escuchar. “Franquito no es que sea Napoleón”.
En fin, podría continuar enumerando más casos en donde se enmascaró la realidad a través de una terminología fruto de los eficaces servicios de propaganda franquista. Esto sólo ha sido un breve esbozo de lo que fue aquello y que revela de forma más que clara que el propio Goebbels tenía mucho que aprender del servicio de propaganda franquista.
Como decía al principio, el mérito mayor de estos propagandistas no fue otro que la perdurabilidad de sus acciones. A las pruebas me remito. Basta un simple paseo por la red y comprobaremos ipso facto que esto que estoy diciendo es totalmente cierto y que sus ocurrencias siguen teniendo muchas de ellas plena vigencia.
ANTONIO ALFONSO HERNÁNDEZ
27 de diciembre de 2012
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Muy interesante el artículo, aporta frases sobre Franco que no conocía. Luego lo leeré con más calma que el móvil me altera. Yo pienso que Franco no eta mal militar, aunque quizás le superaba Vicente Rojo.
ResponderEliminarGracias Coyote. Estoy de acuerdo contigo. Mal militar no era, pero desde mi punto de vista, no alcanzó los niveles que como tal le atribuyó la propaganda.
ResponderEliminarSe puede ser buen militar y armado cuando enfrente no tienes al enemigo en las mismas condiciones,es decir el ejercito republicano carecía de la infraestructura armada y de apoyo como la que tuvo Franco,es como si un barrio de enfrenta a otro uno con tirachinas y canicas de cristal y el otro con tirachinas y palomitas..por cierto sin contar los medios Monetarios de el gran capital para comprar armas y callar bocas ,Feliz año nuevo, a los calvos y los melenas.><(((((º>
ResponderEliminarLlevas razón pececillos. Las unidades del ejército golpista en su inmensa mayoría eran soldados profesionales,mientras que el republicano lo formaban en un porcentaje alto ciudadanos con apenas formación militar. Luego hay que decir que en una guerra son fundamentales los oficiales y estos estuvieron la inmensa mayoría con los insurgentes. Por no hablar de los medios con que contaron unos y otros.
ResponderEliminarFeliz año pececillos.
Te he dejado un mensajito Tony.
ResponderEliminarDe Frente ,eso es,no es lo mismo rodar con un Mercedes a 100 Kls,que con un Panda 5..te deseo tambien un año de felicidad y toda la gente de bien,aunque algunas veces nos salgamos de tiesto,es nuestra sangre latina..jeje digo yo?..><((((ª>
ResponderEliminarJoer, me quedo perplejo con lo de "falo incomparable".
ResponderEliminarSi,jejeje. Tampoco tiene desperdicio la frasecita, "Franco es el niño Jesús en el portal de Belén".
ResponderEliminarLa madre que los parió.