Artículo por Antonio Alfonso Hernández
Aunque se suele asociar el
estallido de la guerra del treinta y seis, a los largos años de conflictividad
social que vivió el país, cuestión que por otra parte no es discutible, resulta
evidente que es a los golpistas, los que
decidieron poner fin a la experiencia democrática que representó la II
República, a los que cabe atribuirles la
principal responsabilidad de que aquello
derivara en una cruenta y terrible contienda entre españoles con miles de
muertos. Es una perogrullada, lo reconozco, pero se hace necesario señalar que si no se hubiera producido la
sublevación a sangre y fuego no habríamos tenido tal guerra civil. Es precisamente
el hecho de que los fascistas decidieran que había que tomar el poder por la fuerza aniquilando brutalmente a los que no
estuvieran con ellos, lo que provocó que
tal hecho desembocara en un camino sin retorno. Además, tenemos que recordar
que aún así , el gobierno republicano
intentó infructuosamente en los primeros días reconducir la situación, a través
de llamamientos para que depusieran su actitud sin que por parte de los golpistas hubiera la
más mínima intención de colaborar en tal dirección.
Por otra parte, podemos
considerar como lógico dentro de la mentalidad de los golpistas, que tras los primeros días de
la insurrección armada, estos no
quisieran deponer su actitud pues la cantidad de cadáveres que ya llevaban a
sus espaldas hubiera hecho inevitable que tuvieran que comparecer y dar cuenta de sus acciones
criminales ante la justicia.
Estos son los datos de algunos
actos que protagonizaron desde el principio del Golpe de Estado.
El 17 de julio, Yagüe se hace con el control
de Ceuta y detienen al teniente general Caballero, jefe de los regulares.
Ese mismo día detienen en Ceuta
al Alto Comisario en el Protectorado de Marruecos, Arturo Álvarez Buyllá.
(Oviedo, 24 de agosto de 1895, Ceuta, 17 de marzo de 1937). Fue sometido a un Consejo de Guerra en 1937
siendo condenado a muerte y ejecutado en dicha localidad. También es detenido
el comandante y primo hermano de Francisco Franco, De la Puente y Bahamonde.
Poco después es fusilado.
Esa misma jornada en Melilla, es
detenido por ofrecer resistencia el capitán Virgilio Leret siendo fusilado el
23 de julio.
Al día siguiente se subleva
Queipo de Llano en Sevilla. En los barrios obreros de Triana, La Macarena y San
Bernardo los partidarios de la República levantan barricadas. Resisten
heroicamente durante tres largos días pero finalmente son derrotados por los
fascistas comenzando así una brutal y sangrienta represión en Sevilla con
innumerables ejecuciones.
Es decir, no cabe otra
interpretación objetiva de los hechos que la que nos lleva a que un golpe de
Estado como el que se dio no podía tener otra consecuencia que la que
tuvo. Por otra parte, no creo que los
militares que se sublevaron no fueran conscientes de la extrema dificultad de
un golpe rápido y triunfante. En este
sentido tenemos constancia suficiente del convencimiento que tuvo Franco, por
citar un ejemplo del golpista más
relevante, de que no iba a ser nada
fácil y que se enfrentarían inevitablemente a una larga guerra.
Tampoco voy a olvidarme que la
situación política, social y económica de España fuera realmente
preocupante. Aquella conflictividad
extrema se tradujo en fuertes enfrentamientos parlamentarios, en alguna ocasión llegando a la violencia
física o a fuertes amenazas, la quema y destrozos ocasionados en iglesias y
conventos, la ocupación de tierras por
parte de los que no tenían para comer y un futuro ennegrecido, en diversos episodios de violencia con el
resultado de muertos tanto derechistas como izquierdistas, no voy a entrar en
el espinoso y controvertido asunto, que por otra parte no nos conduciría a nada
relevante de si fueron más de los unos o más de los otros o de quién empezó la
cosa. En todo caso, demuestra que la situación era grave aunque no podamos encontrar por ello la
más mínima justificación para una sublevación militar. La escasa voluntad
política por parte de unos y otros para
reconducir la situación fue evidente, aunque no resultara nada esperanzador que
un grupo de militares y civiles decidieran posicionarse con una de las Españas
para ir contra la otra.
De esa manera, si no había
razones que justificaran una acción militar de esa envergadura habría que
inventárselas. De ahí que estimularan con fuerza, para eso tenían un potente
servicio de propaganda, entre otras
cuestiones, la falsa historia de que tuvieron que alzarse antes que lo hicieran
los otros. Los famosos papeles de Borrás
donde al parecer se ofrecían las pruebas incuestionables de tal hecho,
han quedado suficientemente
desacreditados y probada su falsedad gracias al trabajo de diferentes
investigadores destacando sobre todos ellos el excelente trabajo que realizó al
respecto el investigador norteamericano, Herbert R. Soutwort, El lavado de cerebro de Franco. Es más, el recientemente fallecido historiador franquista, Ricardo De la Cierva
, también admitía la falsedad de los supuestos documentos. Ya expuse con profusión de datos mi opinión
sobre este asunto en la entrada, Desmontando el mito del complot comunista en
España,
que nuestro amigo Juan Antonio tuvo la gentileza de publicarme en esteblog en mayo de 2012.
Pero claro, en julio de mil
novecientos treinta y seis algunos de los que se rebelaron también lo habían
hecho con anterioridad en el verano del treinta y dos en el pronunciamiento
encabezado por el general Sanjurjo, cuando la situación no era ni mucho menos
parecida a la que luego se dio. Es fácil llegar a la conclusión de que no
fueron pocos los que no aceptaron en ningún momento el advenimiento de la II
República, estando desde entonces alertados ante la más mínima ocasión que se
presentara para derribarla.
Franco, cuquito, como decía de él
Sanjurjo, tuvo desde el principio muy
claro que el golpe habría que darlo cuando se dieran las condiciones
necesarias. Cualquiera podría pensar que sin duda se estaba refiriendo a cuando
la situación del país fuera de tal gravedad que no hubiera más remedio que
intervenir. Yo, que soy mal pensado por naturaleza, me atrevo a reflexionar que
en realidad lo que pasaba por su “clarividente” cabecita no era otra cosa que
la idoneidad de sublevarse tenía mucho que ver con las posibilidades de que aquello saliera razonablemente bien. Es
decir, tenía que llegar al convencimiento de que la convulsión social fuera lo suficientemente grave, consideración
razonablemente subjetiva, claro, como
para arrastrar a ciertos sectores de la sociedad que les brindaran su apoyo
para afrontar una larga guerra. Además, tenían a su favor la convicción, subjetiva también, de que tenían la legitimidad y las puertas de la legalidad completamente
abiertas para hacer lo que hicieron. No en vano, por citar sólo un ejemplo,
encontramos a uno de los golpistas en Badajoz, Manuel Carracedo, capitán de la
guardia civil por entonces, el cual estaba convencido de que habían actuado
dentro de la legalidad apelando a una ley del
siglo IXX, Ley Constitutiva del Ejército
que justificaría el pronunciamiento militar debido al caos y la anarquía
reinante . Como vemos, esto es otra interpretación subjetiva de los hechos.
El caso es que el nombrado
después por sus compañeros de fechorías generalísimo de los ejércitos por tierra,
mar y aire, sabía en sus adentros que la guerra sería larga. Primero, porque no
desconocía que el brutal golpe de Estado
tendría una fuerte resistencia por una parte importante de la población y
después, porque él mismo una vez logrado
el ansiado poder que perseguía se empeñaría interesadamente en que así fuera
con tal de consolidarse suficientemente en el poder. Hay un montón de datos
objetivos que nos mueve en esa
dirección. Como muestra sólo emplearé dos botones. Por una parte, las
declaraciones que hizo al periodista norteamericano, Jay Allen, durante la guerra donde le reconocía en cierta
forma estar dispuesto a exterminar
a media España si no hubiera más
remedio.
-¿Eso significa que tendrá que
matar a matar a la mitad de España? El
general Franco sacudió la cabeza con sonrisa escéptica pero dijo.
-Repito, cueste lo que cueste
Por la otra, sus manifestaciones
a un periodista en las que dijo que tras la ocupación del Alcázar de Toledo
tuvo el convencimiento de que iba a ganar la guerra y que esta se produciría por la consunción
del enemigo. Es decir, estaba en una guerra de exterminio donde la victoria
final se produciría toda vez que las fuerzas republicanas estuvieran
completamente exhaustas. Ese era el tipo de guerra que quería este tipo.
Para que un plan tan perverso
fructificara había que eliminar pues a un número elevado de ciudadanos
como para que no quedara ni la más leve esperanza de que las raíces de una República democrática volvieran
a salir.
El estallido del fallido pero
cruento Golpe de Estado provocó pues, que después no hubiera otra salida que la
radicalización. España debía ser o roja o azul , sin términos medios,
descartándose que cupiera la más leve esperanza de volver a experiencias democráticas durante sabe Dios cuántos
años.
ANTONIO ALFONSO HERNÁNDEZ, 10 de junio de 2016
"El estallido del fallido pero cruento Golpe de Estado provocó pues, que después no hubiera otra salida que la radicalización. España debía ser o roja o azul , sin términos medios, descartándose que cupiera la más leve esperanza de volver a experiencias democráticas durante sabe Dios cuántos años"
ResponderEliminarEsta estrofa es difícil de defender (la historia contrafactual genera a veces enconados debates). ¿..."descartándose que cupiera la más leve esperanza de volver a experiencias democráticas durante sabe Dios cuántos años".? Hombre, sabemos que tardamos 40 años en volver a tener experiencias demócraticas.
Tu texto sugiere que si no ganan los fachas ganan los bolcheviques. Esta teoría es muy común en las tesis del neofranquismo y de la derecha "equidistante" representadas por Stanley G. Payne y Julius Ruiz. Por otra parte, La historiografía progresista o de izquierdas -hoy mal llamada de combate o militante buscando así una descalificación fácil por parte neofranquistas y mentes rancias-, no está de acuerdo con estas "verdades reveladas" imposibles de demostrar. Alberto Reig Tapia, por citar uno, es de la opinión de que Negrín no hubiera permitido una dictadura stalinista a la española, y que ni Francia ni el Reino Unido hubieran consentido tal cosa. Otros historiadores son de la opinión de que de haber ganado la II República la Guerra Civil, durante la II Guerra Mundial hubiésemos estado de parte de los Aliados y nos habríamos beneficiado del Plan Mashall, nos habríamos ahorrado una dictadura fascista y nacionalcatólica y España hoy sería mucho más avanzada.
Desgraciadamente otra vez vuelven los mitos añejos (usados por el franquismo al acabar la guerra) de que si hubiese ganado la República España sería una dictadura "roja". Es decir, Franco con su victoria nos libró del bolchevismo.
Lo único que sabemos es lo que ocurrió y no lo que pudo ocurrir: miles de asesinatos "judicializados" al acabar la Guerra Civil y cuarenta años de dictadura. Lo demás son conjeturas y justificaciones.
Y sobre "el resultado de muertos tanto derechistas como izquierdistas, no voy a entrar en el espinoso y controvertido asunto, que por otra parte no nos conduciría a nada relevante de si fueron más de los unos o más de los otros", hoy sabemos, gracias a un gran trabajo, que fueron las izquierdas quienes pusieron más muertos en el tablero de juego. Pero este tema me daría para meteros otro tocho, cosa que no pienso hace.
Hombre, no creo yo que después de leer mi entrada se pueda entresacar que coincide con tesis neofranquistas o equidistantes, pero bueno, cada cual interpreta las cosas a su manera.
ResponderEliminar¿Por qué digo esto? Pues hombre, la idea que defiendo es que los responsables de que hubiera una guerra fueron los golpistas y que no había justificación posible para el Golpe de Estado. Es una tesis clarisimamente antifranquista. ¿No te parece?
Tal vez olvidas algo fundamental. Los franquistas que defienden que Franco nos libró del bolchevismo mantienen a su vez que la radicalización izquierdista y la pretensión de llevarnos a una dictadura de izquierda ya existía antes de la sublevación. Como entenderás, yo estoy radicalmente en contra de este punto de vista, y así lo he expuesto en algunas entradas y comentarios, pues defiendo justamente la idea contraria. Fue el golpe de Estado lo que provocó esa radicalización y no que la radicalización izquierdista provocara el golpe. ¡Te parece una tesis equidistante o que defiendan algunos neofranquistas? A mi parece que está claro que no. Franco lo que se cargó fue la democracia. Ese si es un dato objetivo.
Vamos a ver. Ahora sabemos, obviamente, que fueron cuarenta años los que estuvimos privados de democracia, pero en aquel momento el camino era incierto sin poder saberse cuánto duraría lo que vendría. A eso me refiero. Naturalmente, la frase, "... descartándose que cupiera la más leve esperanza de volver a experiencias democráticas durante sabe Dios cuántos años", lo estoy exponiendo desde el punto de vista de lo que pasaba en aquel momento y no con respecto a lo que ahora sabemos.
La radicalización que hubo tras el Golpe de Estado es incuestionable. Los excesos cometidos en ambas zonas, más bien en los primeros meses en zona republicana, es buena prueba de ello. De todas formas, ya abordaré en su momento las diferencias fundamentales de ambas represiones que como podrás entender no coincidirán ni con tesis equidistantes ni neofranquistas. Otro hecho que se dio fueron las colectivizaciones promovidas por los anarquistas durante la guerra, agrarias en Aragón, Levante y Castilla, y más bien urbanas en Cataluña. Todo esto bajo una prémisa fundamental para ellos, "La revolución y la guerra son inseparables", ¿ Quiénes más defendían este lema? frente al pragmatismo del gobierno republicano, " Primero, ganar la guerra" Esto último, sabemos perfectamente que fue la tesis que defendió Largo Caballero,del ala radical del PSOE, durante el tiempo que estuvo de presidente del gobierno. Resulta entonces fundamental hacerse una pregunta, ¿Y después de la guerra, qué? Ya sé que me vas a decir que los anarquistas pintaban más bien poco, pero ¿Y los comunistas? ¿Y los socialistas? ¿Quiénes se impondrían? ¿Los más bien moderados o los más bien radicales? En todo caso, me resulta bastante improbable que después de la guerra se hubiera impuesto un gobierno suave con tantos miles de muerto de por medio. A mi me parece imposible. Al menos en los inicios. Queda por tanto claro que los responsables de que esa radicalización se produjera fueron los que se sublevaron.
Continuación de mi anterior comentario ya que no cabía todo a la vez.
ResponderEliminarNo sabemos en qué hubiera influido nuestra alineación con los aliados durante la II Guerra Mundial que se habría producido de ganar la guerra los republicanos. Lo que si podemos es especular razonablemente sobre en qué situación hubiera quedado España tras la "repartición" ideológica que se produjo en Europa tras la guerra mundial y que diseñaron los que ganaron la misma. Igual nos podríamos haber ido para un lado o para el otro. No obstante, yo creo que el contexto internacional no hubiera influido tanto como la situación interna de España después de una guerra fratricida donde, insisto, hubo miles de muertos. Al menos transitoriamente, yo descartaría que hubiera llegado la democracia.
Nunca podremos saber, lógicamente, qué habría ocurrido si ganan las fuerzas republicanas la guerra pero la radicalización se produjo realmente durante el transcurso de la misma y ya hemos visto que algunos sectores defendían esa radicalización. Tampoco me voy a olvidar del papel que podría haber desempeñado en todo esto el PCE , que como sabemos actuaba bajo la influencia soviética. Vamos, no creo yo que, PSOE, PCE, anarquistas.... pudieran defender ideas moderadas una vez acabada la guerra. Insisto, de esta radicalización que se dio fueron responsables principalmente los que atacaron y destruyeron la democracia con aquel abominable Golpe de Estado preámbulo de la guerra civil.
Para acabar. Cuando digo que no nos lleva a ningún lado que nos detengamos en averiguar si hubo más muertos entre los izquierdistas o los derechistas en los meses previos al golpe o en tratar de averiguar quién empezó aquello, estoy dejando claro por qué lo hago. Si estoy defendiendo que bajo ningún concepto tuvo justificación alguna el sangriento golpe de Estado, es natural que desde ese punto de vista me resulte innecesario entrar en profundidades sobre las raíces de aquella violencia que se produjo previa a la guerra o en entrar en valoraciones sobre las cifras de muertos. Simplemente eso. La existencia de datos concretos sobre este asunto tiene lógicamente su importancia desde un punto de vista histórico pero no nos sirve, a mi al menos no, a la hora de establecer quiénes fueron los responsables de lo que ocurrió después.Sobre todo si tenemos en cuenta que, el gobierno republicano no tuvo nada que ver con aquellos salvajes actos previos a la guerra civil que fueron obra de elementos que actuaban a su libre albedrío como muchas veces hemos visto.
"Lo único que sabemos es lo que ocurrió y no lo que pudo ocurrir: miles de asesinatos"judicializados" al acabar la Guerra Civl y cuarenta años de dictadura. Lo demás son conjeturas y justificaciones". Si te refieres a mi entrada. Lo de conjeturas, por supuesto, te lo admito. Tanto mi idea como la tuya son conjeturas. Ahora bien, lo de justificaciones, como bien comprenderás, a estas alturas no te lo voy a admitir. Insisto, si te refieres a mi entrada. Si eso, lo aclaras.
ResponderEliminarNooooo. No y no. Ni te llamo revisionista ni equidistante. Tu entrada no corresponde con ese baremo. Solo me refiero a una pequeña parte del texto. Dejas bastante claro que no hubo ninguna justificación posible para el Golpe de Estado.
ResponderEliminarPues sí amigo, el contexto internacional siempre ha influido mucho en la deriva de los países, y España no iba a ser menos. Pero hablar ahora de geopolítica iba a ser todo un latazo.
Pero no olvides una cosa, el contexto internacional influyó en la política de Franco. Los nazis y fascistas perdieron la guerra y el dictador se fue por otros derroteros.
Azaña era el presidente de la República y Negrín del Gobierno, pensar que estas dos personas nos hubieran traído una dictadura soviética no sería correcto. Así piensan Julius Ruiz, Stanley Payne y Cia. Viñas y demás historiadores afines mantienen otras tesis diferentes.
Cada cual es libre de pensar lo que le plazca y de alienarse en un sentido u otro. Faltaría más.
Repito no te llamo ni neofranquista ni nada por el estilo. Tan solo no estoy de acuerdo con una pequeña parte del texto. ¿Puedo? ¿No?
Fe de erratas: alinearse.
EliminarNooooo, no y no. Alinearse según la RAE: Vincular algo o a alguien a una tendencia ideológica, política. Que yo no me alineo con nadie. Que son mis propias reflexiones sobre estos asuntos. Entre otras razones te diré que hasta esta mañana nada sabía yo sobre lo que opinan Ruiz y Payne sobre estos temas. Hay que tener en cuenta que de Julius Ruiz sólo he leído su último libro, que va sobre Paracuellos. En cuanto a Payne, tengo un libro de él , Historia del fascismo, del cual sólo he leído unas cuantas líneas. Cómo me voy a alinear con gente que apenas he leído y de las que desconozco su opinión sobre las cuestiones que he tratado.
ResponderEliminarNo obstante, tengo que decirte que Casanovas, el cual no es dudoso, también opina que fue el golpe de Estado lo que provocó la Guerra Civil.¿ Signífica esto que me alineo con Casanovas? Pues no. Simplemente que coincidimos en un determinado tema. De todas formas, si nos ponemos, encontraríamos historiadores o investigadores de la guerra civil de distintas tendencias que pueden coincidir en algunos temas. Es natural.
No obstante, queda aclarado el tema.
Pues yo sí me alineo con Casanovas, Viñas, Espinosa, Reig Tapia... Esto no quiere decir que siempre pueda estar de acuerdo de todo con todos. No hace falta leer ningún libro de Payne o Ruiz para saber su posicionamiento. A través de las lecturas de otros historiadores podemos saber como piensan los equidistantes. También existen artículos suyos por Internet en fin, yo no me he leído ningún libro de Moa y sé perfectamente su posición.
ResponderEliminarNuestras reflexiones son fruto de nuestras lecturas, y los escritos siempre llevan cierta inclinación. quiero decir con esto que nuestra opinión siempre estará condicionada y jamás será objetiva. Yo al menos no me libro de esta realidad. Sí tu estas libre pues mira que bien.
Pero vuelvo a repetir, que después de infinidad de charlas contigo se que no compartes las tesis de los golpistas.
Conocer el posicionamiento ideológico de un determinado historiador es una cosa. Saber su punto de vista en un tema muy específico es otra bien distinta. Para eso hay que leerlos o buscar en algún lugar sus opiniones al respecto y yo no lo he hecho.
ResponderEliminarAclaración. Cuando digo, que no me alineo con nadie me estoy refiriendo exclusivamente en esta última entrada. Tengo mis autores preferidos y como sabes son prácticamente los mismos que tienes tú.
Este último comentario es mio.
ResponderEliminarDe FRENTE
Amigo tienes un e-mail.
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