domingo, 5 de junio de 2016

En defensa de un gran historiador: Moisés Domínguez Núñez

Imagen procedente de la web erigida en honor del dictador Francisco Franco (FNFF)
Uno de los puntales básicos de cualquier democracia es la libertad de expresión. Para el que esto escribe el tema es sagrado. Gracias a la plataforma Blogger un servidor de todos ustedes puede acceder a sus hogares prácticamente sin pedir permiso. No es obligatorio que lean los escritos que suelo compartir, pero ahí están: son públicos y libremente accesibles en la Red. Por eso me veo en la obligación de publicar todos los comentarios que ustedes decidan emitir según crean oportuno. Si no se insulta a nadie de forma flagrante y grosera cualquier persona de forma anónima o identificada puede opinar sobre lo aquí escrito.

Conozco blogs que no permiten ningún tipo de comentarios, como el blog del antipodemita Ramón Cotarelo, Palinuro -y se supone que es sociata-. También existen blogs de extremaderecha que no permiten otra opinión que la de su propio administrador. Aunque todo hay que decirlo, el blog ya desaparecido de mi paisano Francisco Pilo Ortiz -donde se defendían las tesis propias de la derecha más conservadora- sí permitía la disidencia de opinión.

Hoy me ha llegado un escrito por otra vía distinta a Blogger donde se defiende al investigador Moisés Domínguez Núñez. Escrito que tengo el inmenso placer de compartirlo con todos mis queridos lectores: los asiduos y los ocasionales:

Ante las reiteradas críticas lanzadas desde este blog contra personas dignas del mayor encomio como el señor Moisés Domínguez, agradecería al señor Cortés Avellano que publicara este escrito. Ello mostraría que su blog también está abierto a otras voces e ideologías, lo cual seguro que le vendrá bien. Aunque sólo sea para mostrar que aún no ha sido engullido por su propio sectarismo y que no es tan intolerante como parece.

Quiero llamar la atención sobre el gran historiador arriba aludido, constantemente  ninguneado por la casta de la historia militante o de los historiadores de combate. Moisés Domínguez Núñez nació en Madrid, vive en un pueblo de Murcia pero su corazón sigue en Extremadura, concretamente en Alconchel. Nuestro historiador no ha surgido de la nada sino que ha bebido del fértil venero creado en Badajoz por ese magnífico fascio (entiéndase como haz) formado por Francisco Pilo, Víctor Manuel Barragán-Lancharro y el padre Ángel David Martín Rubio. Se entiende la envidia e inquina que se les tiene desde la Academia y desde el (sub)mundo de la llamada “memoria histórica”, ambos confluyentes y todos ellos vendidos a escandalosas subvenciones para medrar, tener poder e influencia o incluso para hartarse de gambas. 

Para mostrar su importancia bastaría mencionar algunas de las revistas con las que ha trabajado, desde la revista militar Ares hasta los blogs católicos Historia en libertad y Desde mi campanario, ambos asociados al padre Martín Rubio, pasando por Tradición digital y Libertad digital. Las editoriales no van a la zaga: Libros Libres, relacionada con Intereconomía y a la que el marxismo caduco califica de neocon; la pequeña y puntera empresa murciana Diego Marín Editores; la Editorial Barbarroja, clave para la recuperación del pensamiento joseantoniano; la empresa de autoedición Círculo Rojo y la indispensable editorial Actas, que cuenta entre su consejo editorial con un personaje clave de la España  católica y patriótica como Alfonso Bullón de Mendoza y Gómez de Valugera, ex rector de la prestigiosa Universidad San Pablo-CEU. Para completar este retrato bastará mencionar los congresos –el primero de ellos con máximas figuras internacionales– en los que ha participado nuestro historiador, entre los que cabría destacar los celebrados en San Pablo-CEU, Llerena y Cartagena. Por respeto a la realidad también debo decir, por más que me cueste, que el marxismo extremeño también le publicó un extraño libro, premiado nada menos que con el “Arturo Barea”, cuya autoría tuvo que compartir –ignoramos las razones– con un individuo de la Uex y con un ex alcalde socialista. 

El historiador Domínguez no sólo ha desvelado el revés de la trama de lo que realmente ocurrió en Badajoz sino que desde hace ya tiempo nos va proporcionando primicias que demuestran el altísimo nivel que va alcanzando. La historia de lo ocurrido en Badajoz con motivo de su liberación por la Columna de la Vida, hermosa y emotiva definición que debemos a Francisco Pilo, iba cayendo desde hace ya varias décadas en manos de individuos carentes de la moral adecuada para tratar estas delicadas cuestiones. Sin duda la gran aportación de la que podríamos denominar la Escuela de Badajoz es que la supuesta matanza que allí se produjo no existió sino que es producto de la descarada campaña de propaganda que se viene produciendo desde los años sesenta cuando surgió la editorial anarco-comunista Ruedo Ibérico. Por suerte, todo ha quedado reducido a sus justos límites. No hubo tal matanza sino el lógico castigo a una ciudad que, al igual que el resto del país, se empeñaba en marchar por el camino equivocado. ¿Por qué la España sana había de permitir que se condenase? Y no se hizo justicia sin criterio alguno sino que, como ha demostrado el padre Martín Rubio, con la claridad joseantoniana que lo caracteriza, la ley cayó siempre sobre los autores de delitos concretos. Ciertamente se derramó sangre en abundancia, pero de ese sacrificio primigenio surgió la Nueva España. Con esto ya queda justificado todo. ¿Hubo excesos? Puede ser. Cuando se libera una ciudad cuajada de enemigos es difícil distinguir al bueno del malo. ¿Hay justificación? Sí. Todo se hizo por una causa suprema: el sagrado bien de España.

Aludiré ahora a las primicias. Nuestro historiador muestra su excelencia en los detalles, en las perlas que periódicamente va dejando caer para placer de sus seguidores. Sin su certera visión nunca hubiéramos sabido que el gran Yagüe era, además de falangista, republicano y antifranquista. Que Millán Astray en realidad protegió a Unamuno en el rifirrafe de Salamanca. Que Balmes, frente a las tendenciosas interpretaciones que pondrían en solfa verdades establecidas, no sólo murió por un disparo accidental al maniobrar una pistola sino que iba a colaborar en el Glorioso Alzamiento Nacional y tenía lazos con Falange. O que Antonio Bahamonde, como ya intuíamos, era un traidor y un impostor, y que sus patrañas nunca lograrán borrar la egregia figura de aquel gran patriota español y hombre bueno que fue don Gonzalo Queipo de Llano y Sierra.

De sublimes cabe calificar a las incursiones que nuestro historiador ha hecho en la fotografía. La foto de David Seymour de la mujer que amamanta a su hijo durante un mitin en los meses del Frente Popular ya carece de misterios. Después de una exhaustiva investigación sobre el pequeño lienzo de pared que la imagen permite ver, el historiador Domínguez ha demostrado que fue tomada a las seis de la tarde del 29 de marzo de 1936 en Don Benito. Incluso es posible que la mujer de la foto fuera vecina de la parte de su familia que de allí procedía. Su perspicacia no tiene límites: le ha bastado el escaso fondo que muestra la foto para saber que fue tomada allí. Los lugareños niegan dicha ubicación, pero ya caerán en la cuenta. 

No contento con esto nuestro historiador ha acabado con los secretos que rodeaban la mítica foto del miliciano de Robert Capa. Tanto buscar aquí y allá y ahora resulta que el famoso miliciano era casi vecino suyo. Páginas y páginas sobre el miliciano y tanto tiempo perdido hasta que con su sagacidad habitual ha demostrado que se trata de un huertano de Murcia. Lo delata el bolso y las alpargatas. ¿Como no se nos ocurrió antes? Ahora, tras un minucioso trabajo de campo en Espejo (Córdoba) que le ha obligado a investigar casa a casa si el miliciano era de allí, rastrea como un sabueso los posibles descendientes del miliciano murciano en algunas pedanías de Murcia cercanas a su lugar de residencia. Sólo cabe rendirse ante la tenacidad del gran historiador.

Además de todo lo dicho, Moisés Domínguez, como los grandes, se permite ofrecernos ese tipo de detalles que tanta vida dan a sus trabajos. Le basta con una sombra en una pared blanqueada para ver mucho más que los demás. Yo lo animo a que siga por esa senda abierta con sus geniales análisis fotográficos. Cualquier día puede sorprendernos con esas pequeñas perlas que humanizan la historia y la bajan del pedestal al que algunos quieren subirla: la marca de la pistola de Castejón, la talla de calzado del imponente Queipo, la procedencia del cachorro de león que Serrano Suñer regaló a Carmencita Franco Polo, la historia de los rojos que se unieron a la Legión, el nombre del soldado que le preparaba todas las mañanas el agua del baño a Franco en plena guerra (en esto podré prestarle mi humilde colaboración), la localización de los descendientes de los bravos Regulares que liberaron Badajoz o alguna muestra de la bondad natural del obispo Alcaraz y Alenda, el obispo de los pobres; del vituperado Juan Galán Bermejo “El cura de Zafra” o del pobre padre Lomba, cuya intercesión salvó más vidas de las que se vio obligado a eliminar. Todos ellos merecen ser beatificados. 

Habrá quien pueda considerar algunas de estas afirmaciones como ideológica y políticamente incorrectas, pero tengo la seguridad de que España camina en el buen sentido y que tarde o temprano recuperará su esencia. Debemos superar las descalificaciones. Ser muy de derechas o abiertamente franquista ni es pecado ni es malo. Ante supuestos insultos de este tipo nuestra respuesta debe ser abrir la camisa y mostrar el pecho con ardor legionario. En este sentido la Escuela de Badajoz no se ha andado nunca con remilgos, aceptando públicamente que la Legión, el Requeté, la Falange y el Ejército forman parte de su estructura profunda. Para cerrar destacaré algo que no puede pasar desapercibido: nuestro historiador procede de noble estirpe militar. Quizás ahí radique la clave que explica su personalidad y su obra. Disciplina, tesón, patriotismo y, por encima de todo, respeto y amor a la España eterna, la de Isabel y Fernando, la del mayor imperio del mundo, la de Agustina de Aragón, Fernando VII, Donoso Cortés, Antonio Cánovas, don Miguel Primo de Rivera y la del caudillo Franco, que salvó a España de caer en las garras del comunismo torvo y asiático. 

Dicho todo lo que tenía que decir y esperando que tenga a bien publicar este escrito, le saluda atentamente,

                                                              Álvaro Canseco Roch


7 comentarios:

  1. Yo también me considero un defensor a ultranza de la libertad de expresión. Costó mucho sufrimiento conseguirla como para no defenderla con los honores que se merece. Ahora bien, el texto de este señor, Álvaro, recoge algunas frases que no tienen nada que ver con la verdad.

    "el lógico castigo a una ciudad que, al igual que el resto del país, se empeñaba en marchar por el camino equivocado" "la ley cayó siempre sobre los autores de delitos concretos" "Hubo excesos? Puede ser"

    Estas son algunas de las "perlas" con que nos ha obsequiado este "bien informado" caballero. Fuera aparte de que se arroga el derecho de indicarnos a los demás cuál era el camino correcto en 1936, se permite calificar de lógico castigo lo que no fueron más que asesinatos en toda regla en multitud de ocasiones.Que se atreva a poner en duda si hubo excesos resulta cuando menos chirriante cuando se refiere a La Columna de la muerte - inmejorable calificativo que debemos al sobresaliente historiador extremeño D. Francisco Espinosa Maestre- la cual utilizó en multiples ocasiones el exceso como modus operandi habitual en su trasiego de muerte desde Sevilla hasta Madrid.Que diga que "la ley cayó siempre sobre los autores de delitos concretos" produce indignación cuando sabemos que esos delitos fueron tales como; empuñar un arma para defender la legalidad republicana, haber pertenecido a alguna organización izquierdista, haber ocupado un cargo para el que fue democráticamente elegido, distribuir propaganda en las elecciones democráticas celebradas durante la II República, haber intervenido como interventor representado a formaciones izquierdistas, etc, etc...

    Le recomiendo al señor Álvaro, que lea algunos de los libros que ha publicado el que es uno de los más prestigiosos e importantes historiadores de la Guerra Civil, Don Francisco Espinosa. En ellos encontrará abundantes casos donde documento en mano el autor demuestra las razones por las que fueron fusilados muchos inocentes. No pongo en duda de que entre los miles de Consejos de Guerra que se celebraron en todo el país , hubo casos en los que si existieron delitos de sangre. Tan cierto es esto como que también hubo muchos, muchísimos, en donde esto no fue así. Además, ¿Qué legitimidad tenían los golpistas, los que habían socavado la legalidad, para juzgar a nadie? ¿Y a ellos quién les juzgó?

    Aunque bien pensado, dudo que a este señor, Álvaro, le puedan interesar las lecturas de trabajos de tan insignes autores pues me da la impresión de que él bien puede frecuentar otro tipo de autores.

    Contamos afortunadamente en la región con un buen número de investigadores que con frecuencia nos alumbran en este delicado asunto, como son, D. Cayetano Ibarra, D. José María Lama, D. Julíán Chaves Palacios, etc, etc, aparte del ya citado, D. Francisco Espinosa Maestre. A ellos, y a otros muchos, debemos el conocimiento de muchos hechos ocurridos en nuestra tierra durante aquella infernal guerra fratricida.

    No tengo más que decirle, Sr. Álvaro, Si me va a permitir que le dé humildemente un consejo que es el siguiente: No es tan difícil encontrar el camino correcto si la luz que nos guía va siempre en dirección a la verdad. No se olvide. Ese es el camino correcto.

    Lo voy a dejar ya pues noto que me está subiendo el colesterol y el ácido úrico de tanta indignación que me está entrando por los poros de la piel.

    Ah, no me voy a esconder. Ahí va mi nombre y apellido.

    EL GUERRERO DE LA VERDAD







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  2. Se expresa como sus "ancestros"...Otro que se cree que pertenece al culmen de la evolución.
    Sanear España...ahí es nada...!!
    Los militares no tienen nada que les haga superiores al resto de los mortales, nada. Hay verdaderos héroes y verdaderos canallas...como en cada familia.
    Señor, no crea que la gloria le va a venir por herencia de sus admirados, la gloria llega por las obras propias y es vulnerable..,cambiante,...una etiqueta engañosa. Un héroe lo es para todos....,el que lo es para unos y para otros un despiadado...., no merece ninguna honra.
    Los que estaban con uniforme a los pies de la cruz, estaban repartiéndose las vestiduras.

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  3. Siempre me pareció curiosa la petición de libertad de expresión de gente tampoco tolerante con la misma.

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  4. Una curiossidad, me e quedao con la intriga de esa investigacion que hizo de una sombra en la pare vlanqueada. Alguien me lo puede esplicar?

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  5. Rodolfo Robledillo7 de junio de 2016, 0:13

    Recuerdo perfectamente el documental de Carmencita jugando con el cachorro de león que le acababa de regalar Serrano Súñer. Tengo entendido que el león procedía del zoo de Madrid.¿Podría aclararnos Moisés Domínguez la procedencia del león? Por mi profesión, relacionada con la naturaleza, me sería muy útil. Según parece los leones del zoo de Madrid proceden de ese león, cedido generosamente por la familia Franco al zoo de Madrid.
    Muy buena entrada.
    Saludos a todos.

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  6. Alerta, España. Moisés Domínguez acaba de dar a conocer al mundo sus últimos descubrimientos. Instituciones de todo el orbe compiten entre sí para conseguir incorporar estas exclusivas a sus archivos. Ayer fue Portugal, el otro día USA y mañana puede ser China o Australia. El ya conocido como "El Genio de Cartagena" sigue avanzando, sin prisa pero sin pausa, desbrozando los grandes enigmas de nuestro tiempo. La Real Academia de Extremadura ha convocado una reunión extraordinaria para incorporarlo a la selecta institución. Hay pues que congratularse de que uno de los nuestros haya conseguido la fama que la vida solo concede a los grandes. Laudatus deo. Amen.

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  7. Canseco, pero si no sabes ni de dónde procede tu admirado "historiador". Por Dios!

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