Me he pegado 14 años trabajando en la Sala de conciertos Mercantil; el día 22 de junio cerró sus puertas tras 21 años de actividad. Hacía tiempo que dicha Sala dejó de ser negocio. Mi jefe, Fernando Utrera, había logrado mantener la actividad durante 21 años (todo un record) mas no tuvo remedio que cerrar las puertas de tan mítico lugar. Como es lógico, todos nos fuimos al paro, consecuencia lógica del cese de la actividad comercial. No es la única sala que en Badajoz ha cerrado sus puertas. Otro recinto que ofrecía conciertos, La Sala Aftasí, también se ha visto en la tesitura de tener que cerrar sus puertas. Los motivos son claros, la falta de afluencia de público: sin público no se hace caja y sin dinero, que en este mundo todo lo rige, no se puede mantener las nóminas y los gastos que genera cualquier tipo de negocio (impuestos, sueldos, mercancias, alquileres, hipotecas, luz...).
Desde hacía un tiempo considerable todos los miércoles sin excepción se celebraba en la Sala Mercantil el MAB (Micro Abierto de Badajoz) al quedarnos huérfanos y sin lugar para organizar el MAB, los organizadores encontraron un local en la márgen derecha del río Guadiana donde poder seguir realizando tan estimado acto. El primer día estuvo a punto de ser el último debido a que los gastos que conllevó cambiar de lugar fueron más amplios que los ingresos generados con la venta de bebidas. Me explico, cada MAB tiene unos gastos que son socorridos con la venta de consumiciones -alcoholicas o no-, si no se genera la ganancia suficiente, el déficit producido no permite seguir con los micro conciertos. Gracias a Pablo (dueño del local), que echó un cable, se pudo seguir con el MAB.
Tuvieron una genial idea, que fue hacer en la terraza del local los micro conciertos, esto conlleva más trabajo: montar un escenario con luces y sonido (todo esto aunque alguien no se lo crea cuesta dinero y más de lo que pueda parecer). Al llevar el espectáculo a la calle se consiguió gran afluencia de público -mínimo 300 personas, max. 600 personas- gracias al aumentar el flujo de personas se ha podido mantener el MAB durante todo el verano.
Este miércoles, mientras esperábamos a que la gente acudiera a la cita semanal del MAB, se instalaron un reducido grupo de personas con varias botellas, creo que era calimocho (no recuerdo si eran cuatro o cinco individuos,) e incluso hasta llevaban una pequeña nevera. Sin lugar a dudas los mendas no eran unos aficionados. Como los organizadores del MAB me tienen contratado para, digamos que organizar un poco y que aquello no se nos vaya de madre y se convierta en un simple "botellón", me acerqué a los individuos de la "neverita" y les pedí por favor, que si eran tan amables de desplazarse unos cuantos metros más para allá, para poder deslindar su actividad "botellonera" del MAB. Como mi iniciativa no tenía el éxito deseado -los mendas se negaban a alejarse del lugar que habían ocupado- acudieron en mi ayuda, Óliver y Pepe (el alma del MAB). Los individuos seguían en sus trece, pero poco después de la entrada en escena de Óliver y Pepe, los "botelloneros" amablemente -todo hay que decirlo- pero con cierta irritación accedieron a retirarse unos metros más hacia allá.
No fueron las únicas personas que se acercaron al MAB con sus litronas correspondientes -hay que reconocer que hay chavales que tienen poco recursos económicos.- El que esto escribe les pedía por favor -igual que a los primeros "botelloneros" de la "neverita"- que permaneciesen algo alejados del lugar mientras consumían sus litros de cerveza. Les puedo asegurar que nadie se molestó por pedirle que no hiciesen botellón en el MAB. Todos los chavales sin excepción -me sorprendía tanta educación- se alejaban sin el mayor problema. El encontronazo fue con la pandilla de la "neverita".
Ayer el portavoz de dicho grupo o pandilla de la "neverita" -nótese el tono de humor-, Pablo Cáceres Almeida, dejó una queja en su cuenta de Facebook-. La nota está plagada de mentiras y medias verdades, las cuales no pienso debatir porque sería perder el tiempo.
Lo cierto es que antiguamente en la margen izquierda del Guadiana (los locales del río) todos los fines de semana se montaba un macro botellón hasta que el Ayuntamiento pacense lo prohibió, es decir, está terminantemente prohibido hacer botellón de cualquier índole donde celebramos el MAB.
Por todo esto no entendemos el berrinche de la pandilla de la "neverita". La pretensión es que la actividad musical que realizamos no se convierta en un jodido botellón -algo que está prohibido en aquel lugar-. Un servidor no les va a contar su versión integra y detallada de los hechos por que me podían creer o no, pero la cosa está más que clara clara, según se desprende del propio escrito de Pablo Cáceres Almeida -si leemos entre líneas- están muy molestos porque les llamamos la atención y tuvieron que desplazarse unos metros. ¿Cara? ¿Jeta de cemento? Juzguen ustedes mismos.
Quiero homenajear a todo el equipo que hace posible que todos los miércoles el MAB se pueda realizar sin nigún problema; en especial a Óliver por ese esfuerzo hercúleo y practicamente altruista para conseguir que todos los miércoles el sonido y las luces sean impecables; a Pepe Peña, que se ha convertido en un "empresario" accidental muy a su pesar -él es un gran músico-, para conseguir que todos los miércoles la gente pueda acudir en masa a disfrutar de una jornada cultural y festiva. Porque si alguien se piensa que vender cervezas a ¡2 eurazos! y refrescos a ¡1.50! -durante las dos horas que dura el espectáculo-, "es una manera de hacer negocio", no es otra cosa que un atolondarado con muy pocas luces o mucha mala leche.
Todo el mundo que quiera puede acudir al MAB, sin excepción. Es un espectáculo para todos los públicos. Todo aquel que tenga algo que aportar (canciones, poesía, teatro, reflexiones) tiene en el MAB su altavoz. A nadie se le pide nada; a nadie se le obliga a consumir; no cobramos entrada ni pasamos la gorra; tu presencia es importante y si te apatece una cerveza ( 2 €) , un vaso de calimocho (1 €) o un refresco (1.50 €) estarás colaborando doblemente: gracias por tu asistencia y sobre todo, gracias por tu comprensión y por evitar convertir el MAB en un incívico botellón.
Por todo lo expuesto anteriormente es fácil de deducir que el MAB no es un negocio. ¿Y si lo fuera? ¿Donde está el problema? Todo el mundo tiene derecho a comer, ¿o no?
La queja de Pablo Cáceres Almeida produjo una serie de comentarios (la mayoría muy críticos con él). Destácamos uno, sin querer desmerecer el resto.
Hasta hace un rato el perfil de Facebook de Pablo Cáceres era público. Lo acaba de cambiar a privado (solo amigos). El decía que era público porque nada tenía que esconder. Parece ser que no ha resistido tanta presión. La vergüenza la ha podido.
ResponderEliminarImpecable tanto el razonamiento de Toni como el comentario de Miguel.... sólo deciros a todos los que hacéis el MAB que esto al final os está haciendo una buena publicidad al mismo tiempo que dice mucho de vosotros y el concepto que queréis ofrecer.... auguro gran asistencia de buen público en los próximos MÁS... ENHORABUENA POR VUESTRO TRABAJO
ResponderEliminarGran razonamiento de Toni y buen comentario de Miguel, sólo deciros a los que hacéis el MAB que a veces quien intenta hacer una mala publicidad de algo, consigue todo lo contrario y todo esto os está haciendo una gran publicidad del concepto
ResponderEliminarde ocio que ofreceis y auguro gran afluencia de buen público en los próximos MÁB...ENHORABUENA POR VUESTRO TRABAJO !!
Los artistas tenemos igualmente derecho a cobrar nuestro trabajo. Si fuera un negocio para ellos pues mejor que mejor. Debemos de crear trabajos vocacionales y no sentirnos mal por hacer negocio de tu verdadera vocación . Generan empleo a más personas y tienen la humildad de trabajar de camareros porque el trabajo como músicos lo están regalando. Deberían de cobrar 2000 euros cada uno ...y así podrían contratar a camareros. La pena es que para que llegue el dinero a los artistas se tenga que vender cerveza...porque si pusieran taquilla ... no sé yo. Soy artista autónoma y me parece indignante que a la gente le parezca mal que cobremos el trabajo al que hemos decidido dedicarnos. Bastante difícil por cierto. Dejen a los jóvenes sembrar coherencia y tomen apuntes de cada uno de sus actos. Pues hacía muchos años que no veía personas tan respetuosas por esta linda ciudad. Abran paso ... Gracias. Y disculpen por entrar al trapo... No he podido evitarlo.
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