viernes, 14 de agosto de 2020

TESTIMONIOS DE LA GUERRA CIVIL EN BADAJOZ PENDIENTES DE CONTAR


Hoy hace 84 años que los fascistas entraron en Badajoz y produjeron una horrible matanza. Los negacionistas han dicho que no hubo tal matanza, incluso se han atrevido a decir que en la plaza de todos de Badajoz no se asesinó a nadie. Nuestro amigo y colaborador, Antonio Alfonso Hernández recupera unos testimonios que nos confirman que en la plaza de toros sí que se fusilaba. Algo que cualquiera sabe por sus abuelos o vecinos que vivieron aquellos días. Las personas que vivían alrededor de la plaza de toros escuchaban por la noche como los piquetes de ejecución cumplían con su macabro trabajo.

Artículo por Antonio Alfonso

Mantuve hace ya algunos años una conversación con una señora que había vivido los trágicos acontecimientos de la guerra civil en nuestra ciudad. Ocurrió lo que nos ha pasado a muchos, tantas y tantas veces. Se empieza hablando de un determinado tema, se va pasando a otro, luego a otro… y así, sin pretenderlo ninguno de los dos, acabamos hablando de aquella guerra fratricida  que tanto sufrimiento produjo en  millones de españoles.

Al llegar a casa después de esta charla anoté las cosas de interés que me contó esta amable mujer. Esas notas aún las conservo y me han servido ahora para realizar esta entrada. Lo cierto es que aunque me pareció en su momento y aún me lo sigue pareciendo ahora, una historia de sumo interés al igual que me lo parece cualquier testimonio de personas que vivieron aquellas trágicas jornadas, creía que eran insuficientes datos para aportarlos al blog de nuestro amigo Juan Antonio.  No obstante, una de las cosas que me reveló, lo cual me impresionó sobremanera y a la cual  que me referiré más tarde,  si que la utilicé para escribir un relato corto novelado que fue publicado en su momento en estas páginas.

Esta señora falleció unos pocos años después a la edad de 101 años  y no volví a hablar en ese tiempo del tema con ella. No obstante, si he conseguido en las últimos meses hablar con un familiar de ella, la cual  al referirle de forma casual  el tema, me ha aportado muy amablemente otros valiosos datos que he incorporado a mis notas de antaño y me decido por tanto a contaros estas vivencias en algunos casos estremecedoras, de lo que fueron aquellas fatídicas jornadas.

Matilde H.G., tiene algo más de noventa años cuando charlé con ella pero a pesar de su edad avanzada tiene la memoria en perfectas condiciones.

En Agosto del 36, Matilde tenía veintipocos años y hacía muy poco que se había casado. Aún no habían nacido ninguno de los cinco hijos que tuvo después 

Palacio de Congresos y Exposiciones, Manuel Rojas, antes plaza de toros de Badajoz y en donde  multitud de personas fueron asesinadas por los fascistas.

Empezó hablándome de lo que fueron las fechas previas a la entrada de los golpistas en Badajoz.

-Hijo, aquello fue una verdadera tragedia la que padecimos todos. Antes de que entrasen las tropas de Franco aquí la cosa estaba un tanto complicada. En las calles había enfrentamientos de unos con otros y hasta muertes hubo, la verdad es que los vecinos andábamos preocupados y con miedo, claro. 

-En aquella época una de las cosas que más se decían era, a ver si vamos a tener una guerra civil, por Dios.

-Mi marido, como sabes, era guardia civil y claro, de pasar algo a él lo llamarían enseguida para ir a la guerra y eso nos tenía lógicamente agobiados.

-pasamos mucho, la verdad. Luego vino la escasez de alimentos y bueno, pues la gente se buscaba la comida en donde hiciera falta. Hasta los perros se llegaron a comer algunas familias cuando no había nada que llevarse a la boca. Nosotros, me acuerdo, que utilizábamos las cáscaras de las naranjas, la parte blanca que está después de pelarlas, para hacernos tortillas con eso.  No había patatas ni muchas cosas.

Hace poco, una sobrina de Matilde me contó que el hermano mayor  de ella, Antonio H.G, su padre, militó en Falange desde los primeros tiempos. Incluso llegó a conocer a José Antonio en  la puerta de un hotel de la ciudad en una de las visitas que realizó el líder falangista.  Pues bien,  Antonio,  arriesgó su vida dando cobijo en su casa durante unos días a unos republicanos que él conocía y  que estaban  siendo perseguidos por las autoridades franquistas. Los puso a salvo a través de sus contactos.  Como podemos ver, es un caso claro desgraciadamente no hubo tantos como debería haber habido,  de alguien que antepone su inmensa humanidad  y nobleza por encima de la ideología, arriesgando su propia vida.

Prosigue la hija de Antonio.

-Fue horroroso lo que pasamos en la guerra. Para comer no había y luego estaba la escasez de alimentos que sufrimos. Me acuerdo que mis padres, los pobres, se fueron muchas noches a la cama sin cenar con tal de que sus hijos comieran. Fue horroroso. Mi padre, el pobre, muchas veces se metía en la cama a llorar como un niño y tenía que ir mi madre, de carácter más fuerte, a decirle que venga, que había que levantarse y que llorando no se arreglaba nada.

-Uno de mis hermanos , el que va detrás de mí y yo, nos tuvimos que poner a trabajar a los diez años para poder llevar algo de dinero a casa pues con lo que ganaba mi padre no nos llegaba. Mi hermano  trabajó de aprendiz en una tienda de alimentación y era tan chiquinino que le tuvo que poner el dueño una caja para que se subiera encima y pudiera así despachar a los clientes pues no llegaba al mostrador. Yo  me puse a trabajar a esa edad, de aprendiz de modista en una tienda que tenía una tía mía.

-Franco fue un sinvergüenza que hizo cosas muy malas y mató a mucha gente. Además, se pasaron muchas necesidades en el tiempo que él estuvo gobernando. Gracias a Dios vivimos mucho mejor desde que estamos en democracia.

Volviendo a Ramona, me habla a continuación de lo que pasó tras entrar los fascistas en Badajoz.

-Fue horrible, hijo. Mataron a muchos inocentes. A muchos. Eso es  algo que nunca debería haber ocurrido. Imagínate, hermanos contra hermanos matándose entre ellos.

Al preguntarle por lo qué paso en la plaza de toros me respondió lo siguiente.

-Si, si, allí mataron a mucha gente. 

Y  añadió a continuación algo que me impresionó bastante y a lo cual me he referido al principio.

-Mi marido, como era guardia civil  lo mandaron a fusilar a gente a la plaza de toros. Aquello le amargó mucho la existencia. Me acuerdo que me decía, pero a ver, Ramona, si me niego a hacerlo me pegan cuatro tiros.  Además, yo no tiro a dar. No mato a nadie. Esto me lo juró y perjuró toda la vida hasta el día de su muerte. Que él no mató a nadie.

Me dice esto con un poso de tristeza y resignación no exento de escepticismo. No le comento nada al respecto. Hay cosas que es mejor dejarlas como están aunque es evidente que el dato resulta del todo inverosímil. Su marido murió a mitad de los ochenta.

Para terminar y en relación al siempre controvertido asunto de los asesinatos en la plaza de toros de Badajoz, he encontrado una información del Periódico Extremadura, 21-04-2003, que considero de interés al respecto. Se trata de  un artículo que habla sobre los testigos que encontró el investigador, Francisco Pilo y que aparecieron por vez primera en su libro, Ellos lo vivieron. De dos de ellos ya hemos hablado en repetidas ocasiones en estas páginas. El ayudante del conductor de la camioneta que trasladaba los cuerpos de los asesinados en la plaza de toros hasta el cementerio y un testigo que le aseguró a Pilo haber estado preso en la plaza de toros y que  se salvó milagrosamente de morir fusilado en dicho lugar en varias ocasiones.

En este caso se trata de dos testimonios que no aparecieron en  el libro antes citado aunque creo que si los incorporó el autor en la versión corregida y aumentada de Ellos lo vivieron.

Dice así la información.

(…) “Pilo cuenta con otros dos testigos de lo ocurrido en la plaza. Uno es un guardia civil que vive en Almendralejo y que prefiere no hablar. Mandó un pelotón de fusilamiento de 20 guardias.

El cuarto testigo se apellida Galán Luengo, vive todavía en el barrio badajocense de San Roque y  es hijo de uno de los guardias civiles que fusilaban en la plaza. Recuerda que su padre se enteraba del servicio en el pelotón de ejecuciones cuando lo veía en el tablón del cuartel cada mañana.

Pilo calcula que en la plaza de toros hubo unos 500 fusilamientos. Coincide con las cifras que da en su crónica fechada el 16 de agosto Mario Pires, el periodista portugués que enloqueció”

Sabemos que algunos años después Francisco Pilo Ortiz se desdijo de todo esto y afirmó que en la plaza de toros no hubo ningún fusilamiento. Desconocemos qué pensará al respecto a día de hoy, pero no obstante, es innegable el enorme valor que siempre le hemos concedido a los testigos que él aportó y que arrojaron luz sobre este asunto.

Por otra parte, he encontrado otra información que demuestra que el 16 de septiembre de 1936 aún se seguía asesinando en la plaza de toros de Badajoz. Es decir, no sólo se asesinó en este lugar entre el 14 y  la madrugada del 19 de agosto del 36, que es el tiempo que permaneció en la ciudad el máximo responsable de las matanzas en esas fechas. Me estoy refiriendo lógicamente al entonces teniente-coronel, Juan Yagüe Blanco.

Apareció en el periódico Hoy el 31 de octubre de 2017.

El Grupo Municipal Socialista en el Ayuntamiento de Badajoz homenajeará al edil socialista Nicasio Macías Sanguino, asesinado en 1936. A dicho homenaje que dará comienzo a las 11.30 horas en el Cementerio Viejo de San Juan, acudirá su única hija viva, Ángela Macías Ortiz, de 85 años y algunos de sus 13 nietos. Nicasio Macías murió el 16 de septiembre de 1936 en la plaza de toros de Badajoz, tras pasar quince días retenido en la misma y siendo concejal por el PSOE en el Ayuntamiento de Badajoz. Tras su asesinato, un familiar pudo llevarse su cuerpo al Cementerio Viejo o de San Juan y depositarlo en el panteón de su familia.

Ese mismo día, 16 de septiembre de 1936, fue también asesinado en las tapias del Cementerio, Eladio López Alegría, el que fuera primer alcalde republicano de Badajoz.

Sirva este humilde trabajo como homenaje a todos los que fueron asesinados en Badajoz a manos de los fascistas en aquellas tristes jornadas.


ANTONIO ALFONSO HERNÁNDEZ, 13 DE agosto de 2020


2 comentarios:

  1. Gracias, Tony, por publicarme estos testimonios. Yo creo que cada vez está más claro no sólo que asesinaron en la plaza de toros durante las jornadas inmediatas a la brutal entrada de las tropas franquistas en la ciudad, sino que también lo siguieron haciendo posteriormente.

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  2. Pues sí amigo. Y sin embargo a quien tiene el desparpajo de seguir negándolo.

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