LA INVASIÓN SANGRIENTA DE AMÉRICA

 

¿Que fue, una invasión o una conquista lo que sucedió cuando Colón descubrió América para los europeos? El lenguaje no es inocente. Según la RAE una conquista es: " Ganar, mediante operación de guerra, un territorio, población, posición, etc"; y una invasión es: " Irrumpir, entrar por la fuerza". Por lo tanto cualquier acepción pudiera ser útil. No obstante, la palabra invadir tiene un sentido negativo como explicaremos a continuación. Invadir tiene más acepciones: "Dicho de los agentes patógenos: Penetrar y multiplicarse en un órgano u organismo"; " Ocupar anormal o irregularmente un lugar. Las aguas invadieron la autopista". Si vemos otros significados del verbo conquistar, veremos que estos son más positivos que invadir: "Ganar, conseguir algo, generalmente con esfuerzo, habilidad o venciendo algunas dificultades. Conquistar una posición social elevada"; "Lograr el amor de alguien, cautivar su ánimo". Los patógenos que nos invaden  enferman nuestros cuerpos, pero  el galán, que es un seductor, conquistó el amor de la chica. Por eso para los nacionalistas españoles la palabra invasión les chirría a la hora de hablar de los "conquistadores" hispánicos.

Hitler invadió Francia y nuestros antepasados hispánicos conquistaron América, por eso digo que el lenguaje no es incoente, aunque a fin de cuentas, conquistar una nación no es otra cosa que invadirla, pero está claro que preferimos hablar de conquistas y de conquistadores, en vez de invasiones e invasores. Si unos supuestos extraterrestes nos colonizaran y semiesclavizaran, estaríamos hablando de invasión; a nuestros ojos los alienígenas serían unos depravados invasores. Así es como debieron de vernos los indígenas americanos cuando los "conquistadores" los sometieron bajo el terror y la sangre.

Eso es lo que ocurrió, según Antonio Espino (una invasión en toda regla), cuando nuestros antepasados partieron a aquellas tierras desconocidas para el viejo mundo, y así lo explica en su libro La invasión de América. Según el testimonio de Fray Diego de Landa:

Hicieron [en los indios] crueldades inauditas [pues les] cortaron narices, brazos y piernas, y a las mujeres los pechos y las echaban en lagunas hondas con calabazas atadas a los pies; daban estocadas a los niños porque no andaban  tanto como las madres y si los llevaban en escolleras enfermaban, o no andaban tanto como los otros, cortábanles las cabezas por no pararse a soltarlos [...]. La invasión de América. Pág., 29.

No podemos juzgar el pasado con los cánones del presente, sin embargo esa crueldad es horrenda en cualquier época, más si hablamos de que los conquistadores querían traer civilización a unos "salvajes". El nacionalismo patrio está usando las luces y sombras de la "conquista de América", pero resaltando más las luces que las sombras para construir ahora una leyenda rosa: los españoles fuimos a evangelizar, educar y mejorar la vida de los indígenas americanos. 

Hace varias semanas entrevistaban en RTVE al periodista y escritor Juan Eslava Galán. Le preguntaron por los conquistadores Españoles y su respuesta fue la típica: luces y sombras. Este periodista se ha atrevido también con la invasión americana en su obra La conquista de América contada para escépticos. Nos encontramos ante un todólogo, se atreve con la Guerra Civil, el franquismo, el nazismo, la II Guerra Mundial, la I guerra Mundial, historia de España, historia del mundo, el catolicismo..., ¿un nuevo César Vidal? El caso es que en RTVE le preguntaron por la conquista americana y este dijo que hubo sombras y luces en tamaña proeza. De las sombras evitó hablar y dijo que los españoles construyeron universidades y carreteras... Exactamente igual se justifica la dictadura franquista por parte de los fascistas y conservadores: solo hablan del desarrollismo de los años sesenta, de aquellos megapantanos, del poco paro que había en la segunda etapa franquista (se olvidaban de los 3.000.000 de emigrantes), de los hospitales y carreteras. Del golpe de Estado, de la inmensa represión y de la hambruna prefieren no acordarse.

La conquista de América, de Antonio Espino, es un libro que los buenos españoles tenemos que leer para no caer en ese nacionalismo casposo, que es el primer paso para fascistizarnos. No todos los nacionalistas son fascistas, pero si que todos los fascistas son nacionalistas