Todavía hay mucho franquismo

       Dos instantáneas muy significativas. En una de ellas vemos una placa con el nombre de una calle en honor a Durruti, muerto honrosamente combatiendo al fascismo. La placa no tiene un simple letrerito con el nombre de Durruti, fue la obra de un artesano que con su arte y trabajo rindió un merecido homenaje a una persona que luchó para liberarnos de las garras fascistas,. En la segunda instantánea vemos como un falangista se lía a martillazos con una placa del callejero republicano, con la cómplice sonrisa de los testigos de esa salvajada.

      Ahora tenemos a los neofranquistas negándose a aceptar la ley de memoria histórica. Pero que cara más dura tienen algunos, las leyes está para cumplirlas, aunque algunos nostálgicos se nieguen a que desaparezca de nuestras calles, nuestras plazas y nuestros edificios oficiales cualquier vestigio del franquismo.

Aquí en Extremadura tenemos a algunas de estos nostálgicos franquistas. Es el caso de Antonio Manuel Barragán Lancharro, historiador y abogado que mediante denuncias pretende que no sea retirado un escudo franquista, y otro es el alcalde del PP de Guadiana del CAUDILLO, una pedanía de Badajoz que solicita la independencia, pero que se niega a perder tan ilustre apellido (del CAUDILLO).

      Este es el PP que nos espera.