Revolución, miedo a la Revolución. Este podía ser el título del último libro de Francisco Alía Miranda, pero no, decidió poner el engañoso título Julio 1936 conspiración y alzamiento contra la República, y digo engañoso porque en las reflexiones finales afirma que los alzados no lo hicieron contra la República, si no contra el gobierno del Frente Popular por el miedo que sentían estos por la Revolución; una Revolución inexistente, que, por otra parte, reconoce no se estaba produciendo en la primavera del 36
Francisco Alía nos dice que la conspiración empezó a fraguarse a los pocos días que el Frente Popular ganara las elecciones, es decir, que los militares no iban a consentir ningún gobierno de izquierdas que continuasen con las modernas reformas del primer bienio. reforma agraria, reforma estado-iglesia, y sobre todo reforma militar. Los Militares estaban muy acostumbrados a los pronunciamientos. El ejercito en vez de cumplir su principal cometido, que es defendernos del enemigo exterior, lo hacía del enemigo interior. ¿Y quién nos defendería del ejército y de sus arbitriariedades? ¡Talvez la Revolución sr. Alía!
Viva la República, aparecía en los primeros bandos de los sublevados. Esto indica el caos político que había entre los sublevados, es decir, unos: Viva la República, otros: Viva España. Cuando se aclararon entre ellos, quedó claro: Viva España, sobre todo cuando nombraron a Franco jefe de los rebeldes. En la Casa de Franco cuando se proclamó la II República el temor fue la tónica general, es normal, Franco era un militar monárquico antidemocrático ultracatólico y admirador de Hitler y Mussolini (menudo cacao mental ).
Este libro pretende ser neutral, y nos quiere pintar una república acosada por todos: derechas e izquierdas; por lo tanto, parece justificar el alzamiento militar. Llama al gobierno del Bienio Negro de “centro derecha”. Un gobierno vendido a la CEDA o lo que es lo mismo, a la ultraderecha y un gobierno que hizo políticas de ultraderecha. Según él, en África, el golpe de Estado comenzó el día 17 gracias a la brillante estrategia de Mola, cuando lo normal es que todas las plazas se alzaran el mismo día a la misma hora.
“los medios de comunicación y de transporte de la época hacían que unas horas de retraso no representaran ningún impedimento para el triunfo, porque las noticias y la movilización de tropas tardaban incluso días en llegar”
Para el profesor durante la República debían comunicarse con señales de humo y viajar a pie , en burro o algo por el estilo.
En España todavía no conocían los vehículos motorizados ni el telégrafo y mucho menos el teléfono ¿Verdad profesor?
La República no supo reaccionar a tiempo ante el golpe de estado eso es cierto. Según el profesor la conspiración era un secreto a voces y Azaña no tomó medidas antes por miedo a la Revolución (otra vez: “miedo a la Revolución”). Si las poderosas masas revolucionarias sabían con antelación la trama golpista ¿Porqué no comenzaron la Revolución? Sencillo, no había Revolución, pero si un intento fascista de eliminar a toda la izquierda. Las potencias democráticas dejaron sola a la República por miedo a la revolución (otra vez: “miedo a la Revolución”).. ¿Y al fascismo, no había miedo al fascismo? Según el profesor, Gran Bretaña solo tenía miedo al fascio ante el papel, su verdadero temor estaba orientado al comunismo. Este comunismo al que supuestamente tenía tanto miedo Gran Bretaña, es el que se alió con la democracia para combatir el Nazismo y el Fascismo, o sea, que el verdadero peligro venía del Eje, como el mismo peligro en España venía del militarismo, y muy bien quedó reflejado en la Revolución del 34.
Fascismo. Miedo al fascismo era lo que imperaba en Europa. El miedo de la URSS. a los nazis les llevo a firmar un tratado de no agresión. El miedo de Gran Bretaña y Francia al fascismo les hicieron ser neutrales durante el Holocausto español. Fascismo. Miedo al fascismo.
El profesor Alía Miranda es, ante todo, un demócrata y un excelente historiador.
ResponderEliminarLos comentarios que usted hace sobre él me parecen muy desafortunados y sinninguna lógica.
Pruebe a ser un poco más imparcial. Si todos los fuésemos, mejor nos iría.