Lo bueno de haber escrito algunos de libros de historia y de tener una columna de opinión en El País, es que hace que parezca que tu palabra esté revestida de una aureola -casi divina- que te otorga el don de la verdad. Da igual lo que escribas, porque no tienes que demostrar nada. Tan solo tienes que encadenar una palabras tras otras y ya está. El asunto venezolano es un problema complejo que no se puede resumir en cuatro renglones, pero Reverte lo consigue, y nos pintá a Guaidó como un demócrata de toda la vida, por supuesto, a Maduro como un dictador despilfarrador:
Aún pervive esa enfermedad. Una buena parte de Podemos o de Izquierda Unida la padece. No hay más que oír sus torpes circunloquios que intentan en vano evitar la palabra dictadura para referirse a Maduro (...)
Por fortuna para nuestro país, el presidente ha asumido seriamente el problema, y ha reconocido a Juan Guaidó, porque representa la democracia sin apellidos. Los latinoamericanos han sido tratados esta vez como seres adultos por el Gobierno español. Cosa que no siempre ha sucedido. Articulo completo...👇
Qué poco inteligentes son en Izquierda Unida y en Podemos que no reconocen a Maduro como dictador y a Guaidó como ese garante de la democracia en Venezuela. Dulce Simões, que también ha escrito algunos libros pero que no tiene ninguna columna en ningún "prestigioso" diario de tirada nacional, compartía por Facebook un artículo desmontando al "demócrata" Juan Guaidó. Sabíamos que el opositor no era trigo limpio, pero según un estudio, es que ni siquiera es trigo.
Juan Pozzi, otro historiador, ha escrito un interesente artículo desvelándonos algunas singularidades sobre Juan Guaidó. Pretender que elementos como el opositor de la extremaderecha venezolana, es la mejor opción para devolver la democracia a Venezuela es una locura. Primero porque quienes están detrás de la destrucción de la convivencia democrática son precisamente estos salvajes que se las dan de demócratas.
Abro el New York Times (bueno, clickeo su ícono en la web) y veo que ha declarado a Juan Guaidó como alguien «con un refrescante estilo y una visión para hacer avanzar» a Venezuela. Al mismo tiempo Bloomberg News insiste que Guaidó intenta «restaurar la democracia», y el Wall Street Journal lo declara como «nuevo líder democrático». Me encantó, digo porque no solo no sabía quién era Guaidó, sino que no tenía siquiera noción de quién era. Por suerte, estos baluartes del periodismo objetivo, y la defensa de la democracia me lo aclararon.
Bueno, hasta que me llegó un mail de mi amigo, el sindicalista canadiense Sid Shniad, que traía consigo una larga investigación de los periodistas Dan Cohen y Max Blumenthal. Ambos periodistas deben ser muy mal llevados (ni hablar de Sid que siempre lo fue, como buen rojillo cascarrabias) porque se dedicaron simplemente a hacer algo que no han hecho otros periodistas: revisar la web, entrevistar a especialistas, leer diversos informes de ONG sobre Venezuela. Y ahí, oh sorpresa, resulta que el joven demócrata Guaidó no salió de la nada. Y mucho menos es la cara de la democracia en Venezuela (bueno, y tampoco en ninguna otra parte). Pero ¿quién es Guaidó? ¿Qué nos cuentan Cohen y Blumenthal?
Primero lo más simple: Guaidó es miembro del partido Voluntad Popular, fundado por Leopoldo López y protagonista de los enfrentamientos llamados guarimbas que costaron la vida de un par de cientos de venezolanos entre 2014 y 2017 (lo que nadie te dice es que 70% de los muertos fueron chavistas). Voluntad Popular es el sector más pronorteamericano, neoliberal e intransigente de la oposición antichavista, que rechaza cualquier tipo de negociación que no implica una purga total de los adherentes de Chávez y un desmantelamiento de todos los programas reformistas de las últimas dos décadas. López, además de ser un neoliberal y de ultraderecha, ha recibido casi 50 millones de dólares de «ayuda democrática» de las organizaciones USAID (del gobierno norteamericano) y National Endowment for Democracy (NED: un reconocido frente de la CIA), esto según el instituto español FRIDE. Guaidó fue electo diputado con el 26% del voto en 2016 por el pequeño estado de La Guaira, gracias a la fragmentación de candidaturas; o sea, no es lo que se dice un representante del pueblo. Y se convirtió en presidente de la Asamblea Nacional en circunstancias aún hoy poco claras (en realidad la presidencia legalmente le correspondía a un tal Juan Andrés Mejía).
Ya de por si los datos anteriores hacen de Guaidó una persona más o menos para desconfiar. Pero Cohen y Blumenthal se dedicaron a buscar un poquito más allá. Lo primero que encuentran es que Guaidó era un dirigente estudiantil de la Universidad Andrés Bello. Aparentemente fue uno de los cinco estudiantes venezolanos enviados por el NED a Belgrado en 2005 (Guaidó tenía en ese entonces 21 años) para ser capacitado por CANVAS. Este último es un grupo de entrenamiento para «protestas no violentas» responsables por varias «revoluciones de color» como la de los neonazis de Ucrania. En 2007 Guaidó se recibió de la universidad y viajó a Washington para estudiar con Luis Enrique Berrizbeitia, un ex director ejecutivo del FMI. Cohen y Blumenthal no discuten ni especulan sobre cómo hizo un muchachito de La Guaira para conectarse con uno de los principales economistas neoliberales de América Latina. Eso sí, poco después de comenzar sus «estudios» Guaidó era parte del grupo fundador de la Generación 2007: una organización de estudiantes entrenados por CANVAS y financiado por Washington cuyo objetivo era derrotar la reforma constitucional chavista de ese año. Según los emails del embajador norteamericano en Venezuela en 2007, «el objetivo de Generación 2007 era forzar al gobierno venezolano a reaccionar con represión», todo para crear un «evento internacional». Guaidó fue uno de los personajes identificados como dirigentes de esas protestas.
En noviembre de 2010 Guaidó y otros dirigentes de Voluntad Popular participaron de un seminario secreto de cinco días en el hotel Fiesta Mexicana de la Ciudad de México. El seminario fue organizado por Otpor, una institución dedicada a «los cambios de régimen» financiada por Washington. A su vez, el dinero del seminario provino de la petrolera mexicana Petroquímica del Golfo y la banca JP Morgan. Durante el seminario, según los emails de uno de los participantes, se planificó la desestabilización del gobierno de Venezuela, incluyendo el asesinato de Hugo Chávez y luego el de Nicolás Maduro. Las guarimbas de 2014 fueron parte de esa campaña, y en diversos videos se pueden ver a los dirigentes estudiantiles con camisetas que dicen Voluntad Popular. Entre ellos estaba Guaidó. Artículo completo...👇
Estos opinólogos harían muy bien en investigar mucho más que leer algunos artículos de El País o El Mundo. Si escriben así sobre Venezuela, que podemos pensar de los libros que publican
Algo ha cambiado en esta última crisis en Venezuela. Y lo digo porque llevo años siguiendo el día a día de estas crisis venezolanas que cada cierto tiempo se desencadenan. La gran diferencia es que antes teníamos que intuir que los EEUU estaban detras -aunque era demasiado obvio- de los intentos de desastabilización de la democracia venezolana, y con Donald Trump se han caído los complejos y las caretas. Defnitivamente podemos afirmar, como muy bien dijo el Canciller Arreaza: “EE.UU. no está detrás del golpe de Estado, está delante”.
Tengo que admitir y darle la razón a mi amigo Luis de Guezala. Todavía no ha habido un golpe de Estado en Venezuela, porque para ello Juan Guaidó además de autoplocamarse como presidente encargado, hubiese necesitado de un verdadero golpe (armado) para hacerse con los resortes del poder. Guaidó no tiene apoyos suficientes (armamento y contingencia) para hacerse con el Gobierno estatal: sus aliados armados están fuera de las fronteras venezolanas. La autoproclamación de Juan Guaidó, son prácticas golpistas, pero no deja de ser una declaración de intenciones. Por eso todavía no está preso. El poblema es que EEUU ha cedido el control de cuentas del Gobierno de Venezuela a Guaidó, y aquí ya hablamos de ilegalidades y de usurpación de poderes. Algo ha cambiado en esta crisis (parece que muchos han despertado), porque me estoy encontrando día a día con artículos en defensa de Nicolas Maduro, algo que apenas sucedía en etapas anteriores. Aunque la prensa borreguera (El País, El Mundo), sigue enfrascada en su lucha habitual, desde otros rincones de la Red hemos podido leer infinidad de artículos criticando a la oposición venezolana y apoyando a Maduro. También están los equidistantes: son todos malos. Esto irremediablemente me recuerda a la II República y a la Guerra Civil española. Algo parecido a mi entender pasa en Venezuela. Entre uno de esos artículos equidistantes me he topado con el del politólogo y músico Xabel Vegas (en las RRSS hay de todo):
Cuestionar la legitimidad democrática de Maduro no convierte automáticamente a nadie en un esbirro del capital, en un lacayo de los intereses petroleros estadounidenses o en amigo de Felipe González. Salvo que pretendamos leer la realidad política internacional como si se tratase de una película en la que solo existen buenos y malos.
Este recurso es muy usado cuando no se simpatiza con ninguna de las partes del conflicto: todos son malos y nadie tiene la razón; sin embargo en el análisis empírco de la situación venezolana, mal que pese a los buenistas, hay unos que tienen la razón (el Gobierno legítimo) y otros que jamás la tuvieron. Por lo tanto cabe decir que en este cuento hay unos malos muy identificables.
Cuando un Estado reconoce a un presidente de gobierno de otro país en el que se ha producido un conflicto de legitimidades, también está haciendo uso de su soberanía. El respeto a la soberanía ajena no implica renunciar a la propia. Cada Estado tiene derecho a decidir qué líderes políticos de otros países considera más legitimados y, por tanto, a cuáles reconoce como tales.
Juan Guaidó no puede ser reconocido como Presidente de Venezuela, porque no ha sido elegido democráticamente y ni siquiera ha llegado al poder por las armas. A Franco, Inglaterra y Francia lo reconocieron como Jefe de Estado en el año 39, a la conclusión de la Guerra Civil. Reconocer a Juan Guaidó como Presidente encargado lo único que consigue es agravar el problema que queremos resolver:
Un gobierno que no formula las mismas exigencias a Venezuela que a Arabia Saudí, es un gobierno incoherente. Pero esa incoherencia no convierten en injustas las exigencias a Venezuela sino la falta de exigencias a Arabia Saudí. Por otro lado no es un asunto menor que en Venezuela, a diferencia de Arabia Saudí, exista un movimiento opositor muy potente que se ha alzado contra el régimen de Maduro.
Esa incoherencia lo que demuestra es que la geopolítica se mueve por intereses meramente económicos. Como Arabia Saudí nos es proclive a nuestros bolsillos, pues le permitimos asesinatos de periodistas y demás horribles crímenes; en contraste está Venezuela y el chavismo, que según parece ser son peligrosos para el mercado de rapiña (neoliberalismo). Y no se encuentra sola Arabia Saudí en el ranking de satrapías repugnantes, solo que de ellas no se habla. Y tampoco no solo se pasa hambre en Venezuela, según la ONU "El hambre en el mundo afecta a 821 millones de personas". por lo tanto, todo este asunto venezolano tiene un tufillo -tufazo más bien- de intereses económicos que ponen en duda esas "exigencias a Venezuela" por parte de cierta comunidad internacional. Asunto importante es que exista oposición en Venezuela y no en el reino saudita. Allí jamás puede existir una oposición reconocible. La brutalidad del régimen lo impide.
Más allá de la posición que podamos tener cada uno sobre Venezuela, lo cierto es que la legitimidad democrática, tanto del gobierno como de la oposición, está en cuestión por la otra parte. Y cualquier solución razonable pasa por un acuerdo entre las partes que permita convocar elecciones presidenciales verdaderamente limpias y reconocidas por todos. Lo contrario sería mantener una situación que resulta insostenible para una parte muy importante de la sociedad venezolana. O, en el peor de los casos, desembocaría en un enfrentamiento civil o incluso en una intervención exterior que sería un desastre desde el punto de vista del coste humano. Ahora bien, para negociar con alguien es preciso reconocer antes al otro como interlocutor legítimo y como representante de una parte de la sociedad venezolana. No veo de qué manera llamar a uno dictador y al otro golpista puede ayudar lo más mínimo a salir de la encrucijada en la que se encuentra Venezuela.
En mayo del año pasado hubo elecciones presidenciales, Zapatero denunció que la comunidad internacional antes de que se celebrasen ya hablaba de tongo. Fue la propia UE quien no quiso mandar observadores imparciales: Ahora nos quieren convencer de que todo se resuelve con unas elecciones nuevas. En fin, está muy bonita esa equidistancia -muy a lo errejonista-, nos vuelve muy ponderados, justos e imparciales, pero en realidad es un discurso hueco que no resuelve nada y que como los liberales españoles de la II República (Unamuno, Marañón o lo que han llamado la 3ª España), acabaron inclinándose disimuladamente, o no tanto, por el lado derecho de la balanza. Uno de esos artículos que defienden, a mi modo de ver la verdad lo hemos leído en CTXT:
Así que llámenlo como quieran: intento de cambio de régimen, golpe de Estado, golpe “suave” –el ejército no lo ha apoyado–, pero no lo llamen constitucional. La estrategia de la oposición se basa en el artículo 233 de la Constitución, que otorga a la Asamblea Nacional el poder de declarar el “abandono” del cargo por parte de un presidente. Por supuesto, lo bueno es que Maduro no ha hecho nada parecido, y solo el Tribunal Supremo puede descalificar a un presidente en ejercicio. A pesar de los gritos de dictadura, la oposición ganó las últimas elecciones que impugnaron, asumiendo el control de la Asamblea a finales de 2015 y utilizando su plataforma para intentar derrocar a Maduro.
Cuando la Asamblea insistió en que tomaran posesión diputados acusados de fraude electoral, el Tribunal Supremo declaró a la Asamblea en desacato, y desde entonces asistimos a un enfrentamiento entre este poder y el judicial. Para romper ese bloqueo, Maduro convocó elecciones para una Asamblea Nacional Constituyente, como lo autoriza el artículo 348 de la Constitución. La oposición boicoteó esas elecciones argumentando condiciones electorales injustas, y, de esta manera, entregó la victoria al chavismo. Cuando Maduro fue reelegido el año pasado, la mayor parte de la oposición nuevamente se negó a participar.LEER MÁS...👇
Pedro Sánchez acompañado de Lilian Tintori, Vargas Llosa, Cristina Cifuentes y Alonso Alfonso
Esta fotografía de arriba muy bien podría albergar el dicho de "Dios los crea y el diablo los junta". Pero entremos en materia: Pedro Sánchez ha reconocido a Juan Guaidó como Presidente encargado de Venezuela. ¿Realmente existe la figura del Presidente encargado? El artículo 233 de la Constitución de ese país así lo estima:
"Serán faltas absolutas del Presidente o Presidenta de la República: su muerte, su renuncia, o su destitución decretada por sentencia del Tribunal Supremo de Justicia; su incapacidad física o mental permanente certificada por una junta médica designada por el Tribunal Supremo de Justicia y con aprobación de la Asamblea Nacional; el abandono del cargo, declarado como tal por la Asamblea Nacional, así como la revocación popular de su mandato.
Cuando se produzca la falta absoluta del Presidente electo o Presidenta electa antes de tomar posesión, se procederá a una nueva elección universal, directa y secreta dentro de los treinta días consecutivos siguientes. Mientras se elige y toma posesión el nuevo Presidente o la nueva Presidenta, se encargará de la Presidencia de la República el Presidente o Presidenta de la Asamblea Nacional..."
Si la república venezolana se quedase sin Presidente debido a "su muerte, su renuncia, o su destitución decretada por sentencia del Tribunal Supremo de Justicia; su incapacidad física o mental", etc etc, entonces, Juan Guaidó constitucionalmente podría ser nombrado Presidente encargado. Lamentablemente para él y para sus seguidores estos supuestos no se cumplen, por lo tanto Guaidó no es el Presidente encargado de Venezuela por mucho que lo reconozca Trump y los principales países de la UE. Esto le ha dado igual a Pedro Sánchez y le ha dado alas al golpismo opositor intentando legitimar una acción fuera de toda ley. ¿Y ahora qué? ¿Cual es el siguiente paso? ¿Continuaran los embargos económicos al Gobierno de Maduro, o van a apoyar una intervención Armada para derrocar al chavismo? Las sanciones económicas no son eficaces y producen miseria en la población , y claro ejemplo es Cuba. Las soluciones armadas debastan los países y producen miles de muertes cíviles. ¿Cual es la opción que va a apoyar Pedro Sánchez? ¿La mala o la peor? El Gobierno de Nicolas Maduro, como Gobierno legítimo y legal, está en posesión de defenderse de los ataques externos e internos; y para ello cuenta -como la inmensa mayoría de los estados- de unas Fuerzas Armadas. Hasta ahora el apoyo del Éjercito es incuestionable: de vez en cuando aparece alguna voz discordante pero no tienen el apoyo masivo de los uniformados. En la entrevista que Évole le hizo a Maduro le dijo: "Me asusta que las milicias populares de Venezuela puedan tener acceso a las armas". Es cierto, en Venezuela existe esa figura: Milicia Nacional Bolivariana (MNB) de Venezuela. Es un cuerpo de milicias compuesto por civiles, creado por el presidente Hugo Chávez en el año 2007, para servir como un complemento de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB). ¿Entonces de que se asusta Jordi Évole? No tienen los países potestad y legitimidad para defenderse. Évole sería de los que en el año 1936 se hubiera opuesto a que el Gobierno de la II República hubiese armado al pueblo para defenderse de los golpistas. La entrevista de Évole fue un intento de acorralar al presidente electo de Venezuela, no lo consiguió y dejó demostrado la posición del entrevistador sobre la problemática venezolana. Solo le faltó decirle a Maduro: "mire presidente, váyase a casa y deje a Guaidó como Presidente encargado de Venezuela. Usted es un dictador y Guaidó un demócrata". Demasiada paciencia está teniendo Nicolas Maduro con toda esta maldita jauría de intoxicadores y farsantes que dicen ser periodistas. Si ser político es una de las actividades peor vistas en España, creo que el periodismo también debiera de estar en los primeros puestos del ranking. Políticos honrados los hay, lo mismo que periodistas, pero en el Régimen de España están en minoría. Por otra parte el apoyo de Sánchez a los golpistas venezolanos, ni es nuevo, ni es para que nos extrañemos de nada. Ya hace tiempo que el actual Presindente de España mostró sus simpatías por la oposición venezolana. En esta ocasión no ha hecho otra cosa que ser coherente con su posicionamiento. Si el PSOE parece de izquierdas es porque lo que tiene en la otra acera es muy de derechas, y si quiere subir el SMI a 900 euros es porque Podemos les ha apretado las clavijas. Aquí les dejo una entrevista a la de Jordi Évole realizada por Ignacio Ramonet. No todos dependen de un sueldo del IBEX 35:
En más de una ocasión hemos comentado el No Periodismo de algunos digitales españoles. Hay de todo, pero entre los peores se encuentra Libertad Digital, solo superado por Okdiario. Los hay descaradamente filofascistas: Alerta Digital, La Tribuna de España, Mediterraneo Digital... Todas estas webs de noticias ven ampliada su difusión gracias a Twitter o Facebook. La gente, alguna de ellas ignorando la veracidad de la información que comparten, alegremente se hacen eco de sus noticias, como si de prensa con algo de rigor se tratase. Hoy vamos a comentar dos noticias de la web de Jiménez Losantos, Libertad Digital (LD). En ese panfleto se extrañan de que en TVE entrevisten al embajador de Venezuela, el sr. Isea. Lo llaman emisario de la tiranía de Maduro.
De lo que no hablan en LD es que el día 28 le hicieron una larga entrevista al proyecto de tirano Juan Guaidó. A eso se le llama pluralidad de información, algo de lo que presumimos no están acostumbrados por esas latitudes de la basura periodística.
En Libre Mercado, la página sobre economía de LD, nos avisan de que están saqueando el oro a través de Rusia. ¿Estamos ante otra versió del Oro de Moscú?:
El legislador venezolano José Guerra aseguró que el avión Boeing 777 procedente de Rusia y que aterrizó en Caracas el pasado 28 de enero tenía como misión hacer desaparecer 20 toneladas de oro del banco central del país (LD).
José Guerra (asesor de Henrique Capriles) se extraña de que el Gobierno de Venezuela tenga que sacar el oro del país en un avión ruso. En Libre Mercado -aunque parezca mentira después de leer ese titular- nos explican la presencia del avión proveniente de Rusia:
Lo cierto es que la situación de Venezuela es crítica y las sanciones que Estados Unidos le ha impuesto al país agravan aún más las finanzas del régimen chavista. El Gobierno adeuda altas cantidades de dinero a Rusia, China y al resto de sus tenedores de bonos, y, además, necesita divisas para comprar alimentos. Por tanto, ese oro podría ser el medio de pago empleado para saldar las deudas con Rusia y recibir algún tipo de apoyo frente a las sanciones de Estados Unidos (LD)
En un artículo te pueden decir una cosa y la contraria sin el menor atisbo de vergüenza.
En un interesante artículo, el doctor en historia Francisco Espinosa Maestre, aclara muchas cosas sobre la destrucción de la plaza de toros de Badajoz; que fue convertida en "cheka", y durante los primeros días -despues de la toma de Badajoz por las tropas fascistas- lugar de ejecución y asesinato de presos.
La plaza de toros de Badajoz, entre la destrucción patrimonial y el memoricidio
La prueba de que fue una decisión equivocada es que desde entonces hay una cuestión pendiente: la exigencia por parte de partidos, asociaciones y movimientos sociales de que se asuma lo que allí hubo antes y la actitud de la Junta desde 2006 haciendo promesas que después incumple
Proyecto de Luis Pla para la antigua plaza de toros
La plaza de toros de Badajoz fue destruida a finales de los años noventa, solo unos años después de que expertos de la ONU definieran el concepto de memoricidio en relación con el caso yugoeslavo. En su lugar se levantó un palacio de congresos cuya actividad –tendemos a suponer– debe justificar su desaparición y el dineral que debió costar. El entonces secretario general técnico de Patrimonio de la Junta de Extremadura, Agustín Sánchez Moruno, llegó a afirmar que, según sus previsiones, el Palacio de Congresos generaría seis millones de euros al año, lo que permitiría amortizar la inversión en dos años. Al frente de la concejalía de urbanismo, clave igualmente para el asunto, se encontraba Cristina Herrera. El daño se hizo y ya no tiene remedio. Aquel lugar, patrimonio histórico monumental de la ciudad y uno de los símbolos más reconocidos, dentro y fuera de nuestro país, del golpe militar fascista de julio de 1936 y de la resistencia democrática, fue sustituido por otra cosa. Aparte del de Badajoz, en Extremadura existen otros cuatro palacios de congresos: Cáceres, Mérida (BA), Villanueva de la Serena (BA) y Plasencia (CC).
La prueba de que fue una decisión equivocada es que desde entonces hay una cuestión pendiente: la exigencia por parte de partidos, asociaciones y movimientos sociales de que se asuma lo que allí hubo antes y la actitud de la Junta desde 2006 haciendo promesas que después incumple. Declaraciones del director general de Cultura y Patrimonio de la Junta de Extremadura Francisco Pérez Urban animan a recordar ciertos hechos y a reflexionar sobre este asunto. A comienzos de junio de 2017, en respuesta a una pregunta realizada en la Comisión de Cultura por el grupo municipal Podemos-Recuperar Badajoz sobre cuándo se tendría en cuenta el pasado oculto en el palacio de congresos, Francisco Pérez Urban respondió lo siguiente:
… no hay una interpretación específica de los hechos que allí acaecieron, pero quiero poner en valor el hecho de que la recuperación de ese espacio, altamente degradado, de la plaza de toros para convertirlo en un espacio cultural tuvo siempre una clara connotación de recuerdo, de memoria, porque podía haberse hecho cualquier tipo de edificio y se respetó aquella forma circular que recordaba y sigue recordando todavía lo que fue aquella plaza de toros. Y hay una escultura, como conocen, de una rosa que proyecta una sombra que tiene una simbología. Posiblemente no tenga… no sea tan evidente la explicación…, nos parece razonable la demanda que se hace desde el Ayuntamiento de Badajoz y nosotros hemos comunicado ya al Ayuntamiento, por escrito de la secretaría general, que asumiremos la realización de este apoyo interpretativo dentro del palacio de congresos.
Aceptar que, por el hecho de colocar un espacio cultural donde antes hubo un lugar de memoria único, existe una clara connotación de recuerdo, requiere un considerable esfuerzo. Considerar meritorio que se respetara la forma circular de lo que hubo antes no lo es tanto si pensamos que se trataba de un edificio dotado con protección estructural. Existían claras limitaciones por estar situada la plaza desde 1859 en el baluarte de San Roque, parte del sistema defensivo histórico de la ciudad. En 2003, en la introducción de La columna de la muerte, inspirándome en el conocido mensaje de Lampedusa en El Gatopardo, escribí que todo parecía indicar que quienes promovieron la sustitución de la plaza por un palacio de congresos habían decidido que todo debía seguir aparentemente igual para que nada permaneciera. Basta recordar las palabras de los arquitectos, José Selgas y Lucía Cano, al ser preguntados (Babelia, julio 2006) sobre cómo abordaron el contexto histórico de un lugar donde fueron asesinadas cientos de personas:
Este tipo de contexto es, efectivamente, latente, porque la gente habla poco de él. Partíamos de una plaza de toros, que venía de otra plaza, que a su vez procedía de otra. Y así hasta la original de madera, que se remonta al siglo XIX. Eso deja una huella clara: un círculo enclavado en el bastión. Y ese círculo encierra una, o muchas vidas. Lo tratamos con respeto.
Pero el periodista insiste en cómo se materializa el respeto:
Formalmente manteniendo el círculo sin más. Es un proyecto muy simple: había un círculo y mantuvimos el círculo.
He ahí la clave de la obra para los arquitectos: según ellos la gente hablaba poco del contexto y ellos se limitaron a dejar el círculo.
También aludía Pérez Urban a la cercana escultura, cuyo significado nos explicó en su momento su autora, Blanca Muñoz:
… cada 14 de agosto, aniversario de la toma de la ciudad, proyectará una galaxia espiral dentro de los límites de su base y que está formada por una serie de líneas que quedarán casi todo el año desordenadas sobre el suelo, salvo los días en torno a la fecha.
El título de la obra es “Eclíptica II”, término que nos remite a la astronomía: circunferencia máxima de la esfera celeste descrita por el movimiento aparente del sol en el curso del año, que corta el ecuador en ángulo de 23 grados y 27 minutos. Ante el carácter esotérico, tanto del significado de la obra como de su título, poco cabe decir. La impresión que da es que igual pudo servir para la celebración de unos juegos olímpicos como para un congreso eucarístico.
Una vez asumida la propuesta de Recuperar Badajoz, Francisco Pérez Urban añadió:
Cuestión distinta es saber si en aquel momento, cuando se hizo el proyecto, había que combinar un espacio cultural con un espacio de memoria o no. O el espacio de memoria podía haberse hecho en otro lado, es decir, analizar las cosas con la perspectiva que nos da hoy el desarrollo que ha tenido, precisamente impulsado por las políticas del partido socialista, la ley de memoria histórica, pues posiblemente nos llevaría a otro escenario en la configuración de aquel espacio cultural, pero digamos que la idea de recuperar para la cultura un espacio de barbarie no era nueva tampoco para nosotros. Se hizo en el MEIAC, es decir, yo creo que hay un mensaje, es verdad… si me apura pues es subliminal, pero a veces las palabras y los mensajes subliminales tienen la potencia de lo que se percibe y no se ve. No se trata aquí de discutir eso. Nosotros vamos a asumir el compromiso […].
Digamos que, aunque sea tarde y de manera un tanto confusa, el hecho de que la Junta de Extremadura se comprometiera a recordar qué hubo y qué pasó en aquel espacio ahora rutilante tanto a través de una placa como a través de una exposición permanente, significa que algo se hizo mal. En cualquier caso Pérez Urban, que se comprometió a tomar ciertas medidas, no fue el responsable de aquel despropósito. También hay que agradecerle que no haya repetido lo que se dijo en su momento sobre el proyecto ganador de los arquitectos José Selgas Rubio y Lucía Cano Pinto en el sentido de que se había valorado especialmente “el cuidado con el que trata la historia y la memoria del lugar”. Por su parte Francisco Muñoz Ramírez, entonces consejero de Cultura, declaró con motivo de su inauguración en septiembre de 2006 que le parecía “muy sutil”. En la tarjeta de invitación al acto constaba que “era en memoria de las víctimas de la guerra civil”, pero fue un acto frío en el que no se pronunció ni una palabra en memoria de las víctimas ni en recuerdo de lo que hubo allí antes. Por no haber no hubo ni un minuto de silencio.
Una decisión personal que no admitía discusión
Memoria sí, pero hasta su justo límite.
Mª Antonia Trujillo en nombre de J.C. Rodríguez Ibarra (Zafra, 2002)
El proyecto se remonta a noviembre de 1998, momento en que Rodríguez Ibarra propuso al alcalde de Badajoz, Miguel Ángel Celdrán Matute, demoler la plaza de toros y construir en su lugar un palacio de congresos. Cabe imaginar cómo recibió la noticia Celdrán, alcalde del PP entre 1995 y 2013, ante la propuesta. Para justificar lo que se iba a hacer Rodríguez Ibarra y otros mantuvieron que en realidad no había nada que conservar, ya que la plaza estaba prácticamente derruida. Esto, que no era cierto, fue lo que mantuvo Justo Vila en el documental La batalla de Badajoz, de Irene Cardona, en 2004. Lo que nadie se había planteado hacer en décadas venía ahora de la mano de un presidente de la Junta del PSOE. El hecho es que a finales del año siguiente se adjudicaban las obras del palacio de congresos.
En cierta ocasión me comentó Luis Pla Ortiz de Urbina que, cansado del absurdo concurso de ideas y de los interminables debates en torno a la plaza de toros, propuso al alcalde Manuel Rojas un proyecto para convertir la plaza en monumento que recordara para siempre lo que allí ocurrió. Sin embargo el proyecto fue rechazado por los técnicos municipales. Pla, que muy pronto pasó a apoyar la decisión de Rodríguez Ibarra, lo planteó como un lugar de memoria. También me contó que el deterioro sufrido por la plaza se debió a las desafortunadas intervenciones realizadas durante años, intervenciones enteramente ilegales dada la catalogación del edificio. Curiosamente, pasado el tiempo y cuando ya había fallecido el alcalde, la Junta decidió dar el nombre de “Manuel Rojas” al nuevo edificio, pero esto daría para otra historia.
Entre los que se manifestaron públicamente a favor de la conservación del monumento habría que destacar al arquitecto e historiador local Javier Teijeiro Fuentes, que además estaba convencido de que, desde el punto de vista urbanístico, el lugar apropiado para el palacio de congresos no era el casco antiguo sino el ensanche de la ciudad. Con sus artículos en Hoy en defensa del patrimonio y de la legalidad urbanística consiguió detener la demolición durante un tiempo, el necesario para que PSOE y PP modificaran el Plan General Municipal aprobado por el propio PSOE en 1989, con el propósito de eliminar la protección estructural que impedía el derribo del histórico edificio. Por otra parte desde IU, según me contó Alfonso González Bermejo, intentaron recoger firmas mostrando fotografías del interior en las que se veían las bóvedas de cañón. En el mismo sentido Teijeiro afirma que, ya iniciadas las obras y como reflejó la prensa, se dejaron caer los arcos que sustentaban el camino donde se colocaban los cañones de la cara derecha del baluarte.
Seis años después, en abril de 2006, se inauguraba con cierta prisa el palacio de congresos. En medio se produjo un silencio que se rellenó con discusiones baladíes sobre, por ejemplo, cómo debería llamarse el futuro palacio. Como excepciones destacan los artículos aludidos de Teijeiro entre otros, la iniciativa de IU o el cartel con el que amaneció la ciudad el 14 de agosto de 2002 en memoria de lo ocurrido en aquella plaza en 1936, que hubo de hacerse en Elvas ante la negativa de las imprentas de Badajoz y al que se hizo desaparecer desde primeras horas de la mañana. Las críticas vinieron después, cuando al concluirse se percibió plenamente que un lugar de memoria había sido sustituido por un lugar de olvido. De ahí surge la idea de la escultura: la actuación había sido tan brutal que se hacía necesario algún detalle de cara a la galería. Mi opinión sobre lo que se había hecho la expuse por escrito en la introducción de La columna de la muerte. El avance del ejército franquista de Sevilla a Badajoz (Crítica, 2003) cuando la obra estaba en pleno apogeo. De sus consecuencias hablaré después.
Tras la inauguración, en septiembre de 2006, coincidiendo con la colocación de la escultura y la exposición sobre el 70º aniversario de la Guerra civil, el consejero de Cultura Francisco Muñoz Ramírez, sin duda debido a las críticas, dijo que con los restos de esta se crearía un espacio en el hall del palacio de congresos. El comisario de dicha exposición fue el profesor de la Universidad de Extremadura Enrique Moradiellos. Pese a celebrarse en el lugar que ocupó la vieja plaza de toros no hubo en ella un apartado específico dedicado a Badajoz ni la menor mención a aquel escenario. Sería como si esa misma exposición, de haberse celebrado en Guernica, no hubiese mencionado el bombardeo. En octubre de 2008 fue el Proyecto de Recuperación de la Memoria Histórica de Extremadura, en el que intervenían la Junta y el también profesor de la Uex Julián Chaves, el que anunció la creación de tres espacios: uno sobre el proyecto educativo de la II República, otro sobre el universo carcelario franquista y un tercero sobre la represión, que se ubicarían respectivamente en Navas del Madroño, Castuera y Badajoz. Pero pasaron los años y nada se supo de estas iniciativas ya anunciadas en 2006.
La raíz del problema está en su origen: la plaza de toros de Badajoz no debió ser destruida sino recuperada como monumento y al mismo tiempo lugar de memoria y espacio de cultura, porque ambas cosas hubieran cabido. El palacio de congresos pudo hacerse en otra zona de la ciudad más indicada para ello. El responsable final de que esto no ocurriera fue el entonces presidente de la Junta de Extremadura Juan Carlos Rodríguez Ibarra, quien en sus memorias no dedica ni una sola palabra a estos hechos (tampoco en la web de su fundación). No ha quedado memoria oficial de aquello. En su momento me llegó de fuente cercana que había existido entre algunos líderes socialistas cierto deseo de salvar la plaza de toros, pero que desapareció de raíz el día en que el propio Ibarra los reunió para comunicarles que en su lugar iría un palacio de congresos, lo cual fue aceptado sin discusión. No es de extrañar pues que la Consejería de Cultura, al publicar las bases del concurso, no exigiera tener en cuenta el hecho por el que la plaza de toros era conocida en todo el mundo.
La Junta de Extremadura ante La columna de la muerte
A la Junta de Extremadura le interesó La columna de la muerte desde el primer momento. Tanto que, con la obra ya en marcha según el calendario establecido por la editorial Crítica y después de haber visto las pruebas unos meses antes de la publicación, entre Diputación y Cultura decidieron adquirir mil cien ejemplares de una obra cuya primera edición constaba de cinco mil. La presentación en Badajoz –entre abril y mayo hubo otras en Sevilla, Zafra y Cáceres– estaba prevista para el 13 de mayo de 2003 a las 20 horas en la Biblioteca de Extremadura. Las tarjetas de invitación ya realizadas por la editorial indicaban que al acto asistirían, aparte del autor, Juan Maria Vázquez (Presidente de Diputación), Francisco Muñoz (Consejero de Cultura), Francisco Fuentes (Secretario Provincial del PSOE) y Justo Vila (Director de la Biblioteca). Pero en medio había ocurrido algo.
El libro, aparte del prólogo de Josep Fontana, contenía una introducción mía que no estaba lista cuando les fueron enviadas las pruebas en noviembre de 2002. Y ahí radicó el problema: el libro les interesaba, pero el hecho de que en la introducción se criticara lo que se había hecho y se estaba haciendo con la plaza de toros no les gustó nada. Las instituciones afectadas por el asunto, Cultura y Diputación, delegaron su trámite en Justo Vila. Aunque tuve alguna opinión más, la primera que me llegó fue la suya al decirme que consideraba “extraordinario” el libro, aunque “no estaba de acuerdo con algunas líneas de la introducción”. También Carmen Pereira, por entonces Jefa de Servicio de Diputación de Badajoz y presidenta de la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica de Extremadura, se manifestó en el mismo sentido. Una semana antes de la presentación, con el acto ya cerrado y todo listo para el 13 de mayo, se desentendieron de ella con el pretexto de que convenía posponerla para después de las elecciones autonómicas de 26 de mayo. Cuando les dije que tal cosa era imposible respondieron diciendo que existían “un montón de imponderables”. Y cuando el día 14 se presentó La columna de la muerte en la feria del libro ninguno de ellos consideró oportuno hacer acto de presencia. Pero la verdad era otra.
La realidad, como pude saber por algunas conversaciones, es que el libro ponía en duda la decisión tomada por Rodríguez Ibarra y debía ser ninguneado. Alguien de dentro me dijo que “todos” habían leído la introducción y mirado el libro. Les había interesado mucho pero tenía ese problema: una de las 560 páginas del libro no les gustaban. Quienes habían decidido la adquisición de ejemplares habían quedado en mal lugar. Todavía tres años después de su publicación, con motivo de la inauguración del palacio de congresos, uno de los dirigentes (Francisco Muñoz) hablaba de la “irritación y malestar” que les causó la obra. Daba igual que se tratase del primer trabajo que documentaba con rigor y objetividad lo ocurrido en la provincia de Badajoz a causa del golpe militar de julio de 1936. Daba igual que por primera vez se hicieran públicos los nombres de miles de víctimas del fascismo, en su mayoría del PSOE. El honor de Ibarra estaba por encima de todo, incluso de la libertad de expresión. Es posible que el veto también afectara a su distribución provincial. Lo que no pudo evitar la Junta de Extremadura es que el libro vendiera seis ediciones desde 2003, la última de 2017. Y ahí sigue estando desde entonces la introducción denunciando el despropósito ordenado por Rodríguez Ibarra y acatado por sus subalternos.
Final
Entre 2009 y 2013 se produjo otro gran atentado contra la historia de Badajoz. Por motivos urbanísticos se ocultó con un gran murallón el muro externo del cementerio en el que fueron asesinadas cientos de personas, muro inmortalizado por la cámara de René Brut. Para anular las críticas surgidas en la ciudad, desde el PSOE se mantuvo que ya bastaba con el monumento interior y que no era cuestión de colocar una placa cada quince metros. El encargado de dar la cara fue de nuevo Justo Vila. También se aludió, mostrando el trasfondo del asunto, a que no se podía detener el avance de la ciudad. Se ocultaba que lo que se buscaba era tapar el muro y con él al cementerio de cara a los bloques de viviendas que se iban a construir. En este caso el PSOE tenía además un serio problema: una vez destruida la plaza de toros carecía de autoridad moral para pedir que se impidiera la construcción del muro. Y es que la decisión de Rodríguez Ibarra había dejado al PSOE extremeño sin discurso sobre su propia historia y fuera del debate social abierto en España desde fines de los noventa sobre la memoria histórica.
Inauguración del palacio de congresos en 2006
En “Sobre el concepto de historia” afirmaba Walter Benjamin que no hay documento de cultura que no lo sea, al mismo tiempo, de barbarie. Leíamos más arriba a Francisco Pérez Urban diciendo que lo que se hizo en Badajoz fue convertir un espacio de barbarie en otro de cultura y yo digo, parafraseando al primero, que el caso del palacio de congresos de Badajoz constituye la prueba de que hay monumentos de cultura que pueden ser al mismo tiempo monumentos de barbarie por la función que han cumplido. Es más, la destrucción de aquel lugar de historia y memoria fue ocultada mediante una construcción material e ideológica desde la que se proponía la negación del pasado –concretamente de la República y de su destrucción mediante el golpe militar, la guerra y la dictadura– y la creación de una nueva memoria colectiva ligada exclusivamente al régimen del 78.
El Parlamento europeo ha reconocido a Juan Guaidó como presidente interino de Venezuela. Hay que tener una jeta más dura que el cemento para apoyar a alguien que se autoproclama -el solito- Presidente de un país. Mucha, pero que mucha cara y muy poca vergüenza.
La UE llega tarde, esto es una lucha que dura 20 años, desde que Hugo Chávez llegó al poder bajo imperativos democráticos. Y bajo procedimientos democráticos se han mantenido hasta la actualidad. La oposición, agrupada en la MUD, no ha cesado de boicotear la democracia venezolana:primero ejecutando un golpe de Estado en 2002 y sucesivamente poniendo en tela de juicio todas las elecciones que perdía la oposición. El golpe del 2002 fue apoyado por José María Aznar y su Gobierno. Solo eran válidas las que ellos ganaban. Henrique Capriles ha ejercido varios cargos democráticos: Gobernador del Estado Miranda -de noviembre de 2008 hasta octubre de 2017-; Alcalde del Municipio Baruta -30 de julio de 2000 hasta de noviembre de 2008-; Leopoldo López fue Alcalde del Municipio de Chacao hasta 2008; Henry Ramos Allup fue hasta 2017 el séptimo Presidente de la Asamblea Nacional de Venezuela, no olvidemos que en 2015 las oposición gano los comicios legislativos. En 2013 -elecciones del 14 de abril- en Venezuela observadores españoles fueron para verificar las elecciones presidenciales
'Protestas no ha habido. Ha podido haber alguna irregularidad, pero el proceso ha sido limpio'. José Bono, ex presidente del Congreso de los Diputados, que ha participado como observador en las elecciones presidenciales venezolanas junto a un grupo de políticos españoles que acudieron por invitación del Consejo Nacional Electoral (CNE), señaló a última hora del domingo que él no ha apreciado ninguna irregularidad en el proceso y que ha contado con total libertad para preguntar a los votantes si habían detectado alguna anomalía. Algo parecido afirmó el diputado del PSOE Antonio Trevín, quien destacó 'la sensación de normalidad' que se ha vivido durante los comicios de Venezuela. Junto al diputado socialista y al expresidente del Congreso José Bono acudieron, además, el exembajador de España en Caracas Raúl Morodo y otros parlametarios del PP, el PSOE, CiU y el PNV.
En las elecciones del 7 de octubre de 2012, en las que se enfrentó el entonces presidente Hugo Chávez con el opositor Henrique Capriles, el CNE invitó a once españoles, entre políticos e intelectuales.Leer más...👇
A pesar de que los observadores convalidaron los comicios, Henrique Capriles no reconoció el resultado de estas.
Esta es la historia de la derecha venezolana, no reconocer al Consejo Electoral Venezolano y a sus contrincantes chavistas, un capricho que desde occidente se le ha consentido y se le sigue consintiendo a estos niños mimados. Estos niños mimados han estado cargando contra Zapatero y su intento de mediar en aras de resolver un conflicto que se está cronificando:
La Mesa de la Unidad Democrática (MUD), principal coalición opositora de Venezuela, dijo hoy que no avala reuniones con el ex presidente de gobierno español José Luis Rodríguez Zapatero pues no reconoce su "figura" de interlocutor para un nuevo diálogo con el Gobierno de Nicolás Maduro. En rueda de prensa, el diputado Juan Guaidó dijo en nombre de la MUD que "no hay reunión, ni nada, no reconocemos ni como interlocutor o ninguna otra figura a (Rodríguez) Zapatero, en eso somos tajantes". Detalló además que para todos los partidos que integran la MUD debe quedar clara esta posición y que no hay ningún tipo de interlocución con el ex jefe de gobierno español. "No sabemos como funge si como abogado del gobierno, si como interlocutor o facilitador", dijo Guaidó. Sobre la reunión que presuntamente sostuvieron los opositores Timoteo Zambrano, Vicente Díaz y Luis Aquiles Moreno con Rodríguez Zapatero, Guaidó señaló que la MUD no tiene conocimiento de dicho encuentro. "Habría que preguntarle a esas personas si fue a título personal", concluyó.
El exjefe de Gobierno de España dijo el domingo a Efe que sostuvo una reunión en Caracas con parte de la oposición y señaló que se mantendrá apostando por la reconciliación de los venezolanos porque se ha "comprometido con la tarea". Leer más...👇
No quieren diálogo, ni soportan que el chavismo sea su principal contrincante. Han intentado destruir a Maduro vía las famosas guarimbas, o lo que bien podría ser la Kale borroka venezolana -con apoyo de la prensa internacional-. Maduro no va a convocar ningunas elecciones por muchas payasadas que diga Trump o la UE. Derrotar por las armas a los chavistas no sería fácil y no creo que el loco de la White House se atreva a mandar tropas americanas para invadir Venezuela. Este país cuenta con muchos efectivos y con apoyos de otras potencias extranjeras que también pueden estar interesadas en el crudo venezolano. Lo más normal sería que los soplamocos de Guaidó, Trump y demás papatanatas que lo apoyan se metan el orgullo en el puto culo y dejen que las aguas vuelvan a su cauce. Dentro de 6 años se convocaran elecciones y pueden presentarse a ellas. Por cierto, "la izquierda amable" también apoya al majadero de Guaidó:
La ARMHEx ha organizado un acto antifranquista, la proyección de un interesante documental, en Guadiana, población pacense que gracias a su alcalde sigue denominandose "Del Caudillo". Antonio Pozo Pitel, el alcalde, se dio de baja del PP junto a sus cinco ediles:
Pozo se da de baja del PP junto con los cinco ediles con los que gobierna Guadiana (2.500 vecinos). «El PP solo sabe ponerse de perfil en los asuntos que afectan directamente» a este pueblo, argumentó en una carta mandada a sus vecinos. Después envió otra a su partido para anunciar que deja la formación (hoy.es).
Las desaveniencias de Antonio Pozo con el PP pacense se deben a que, según el expepero, en el PP extremeño no se lucha como es debido contra la memoria histórica. El alcalde de Guadiana ha recalado en el partido neofascista de Santiago Abascal. Nada raro por otra parte. Quien quiera y pueda asistir a la proyeccíon, lo podrá hacer este viernes, 1 de febrero, en la Casa de la Cultura de Guadiana. El director del documental viene exclusivamente desde Alemania para presentar el documental. Una buena forma de reivindicar que se cumpla la Ley de la Memoria Histórica en Guadiana, en un acto doblemente simbólico.