Ángel Luis Abós. La historia que nos contaron.

MANUALES DESDE 1937 HASTA 1975 La historia que aprendieron generaciones de españoles RUBÉN NICOLÁS Vista desde una perspectiva actual, la historia que se impartió en las escuelas e institutos españoles durante más de 40 años puede resultar graciosa. Puede parecerlo para los que lean el libro `La Historia que nos enseñaron´ de Ángel Luis Abós, aunque para las personas que vivieron ese periodo fue un “sufrimiento”, en palabras de Joaquín Leguina. Franco caracterizado como cruzado La obra es un recorrido, con ejemplos, de lo que aprendieron generaciones de estudiantes españoles que fueron a la escuela durante el periodo que abarca desde 1937 hasta 1975. El libro está ilustrado con aquellos dibujos que intentaron inculcar un ideario acorde con la situación política nacional de aquella época. Abós, que presentó ayer su obra en el madrileño Círculo de Bellas Artes, explicó que partió de una idea original: la manipulación de la Historia en los tiempos de la II República, pero ¿qué pasó después? De este modo estudió y recopiló los ejemplos con los que miles de infantes aprendían su pasado. Para ello, consultó más de 200 manuales analizados con el rigor propio de un historiador. De ahí extrajo los ejemplos más ilustrativos de la manipulación a la que se vio sometida la enseñanza de la historia. El objetivo de esta obra es, según Abos, “desterrar lo ridículo de los manuales”, aunque afirmó que “para evitar suspicacias cuando hablo de Franco utilizo las palabras que dijeron de él sus propios compañeros de armas”. La estructura de la obra El libro gravita sobre los cuatro pilares en los que se apoyó una didáctica que el sistema dictatorial requería: el mito de España como unidad de destino, la espada al servicio de la cruz, vocación de imperio y el espíritu de la raza. A su vez, para que el análisis sea más completo, Abós divide en dos partes los capítulos. El comienzo está destinado a definir la historia contada de forma oficial para luego matizarla con algunos aspectos. Es decir, una función clarificadora. Nada mejor que un ejemplo. En algunos manuales aparecía un celtíbero con un escudo de cruzado. Si hubiese funcionado el rigor histórico, el profesor debería haber explicado que los celtíberos vivían en España 100 años antes del nacimiento de Jesús. Pero no sólo se manipuló la historia, “también hubo censura y autocensura”. Decenas de obras de arte fundamentales desaparecían de los manuales porque hacían referencias, a veces de forma muy puntual, a temas que podían molestar a la dictadura. Por ello, durante muchos años los estudiantes no pudieron contemplar una reproducción del “Gernika” de Pablo Picasso, o “Los fusilamientos del 3 de mayo” de Goya, obra que fue proscrita tras acabar la Guerra Civil porque “podría herir la sensibilidad de los militares”. También historiadores de la talla de Vicens Vivens tuvieron que “callar” en multitud de ocasiones y cortar explicaciones. El peligro actual Aunque esta situación puede quedar un poco lejana, Abós quiso advertir de los riesgos que actualmente acechan a la historia. “Estamos viviendo en un periodo en el que ciertos lugares de España con el objetivo de formar entidades nacionales se remontan a tiempo ancestrales manipulando los hechos”, sentenció. Leguina, que presentó el libro junto a Abós, fue más tajante en sus juicios. “Este libro es la narración de la penosa manipulación de la Historia de un régimen que quería personas mitad soldados, mitad monjes”.