Holocausto Civil Español

Se mintió en la Causa General, se mintió en la historiografía franquista (De la Cierva, Arrarás…), se sigue mintiendo en el neofranquismo. Sus tesis son las mismas que hace más de 60 años, y si los primeros mintieron, los últimos basándose en los escritos de siempre yerran en todas sus conclusiones. Desde universidades ultracatólicas, desde la mismísima RAH. desde la TDT Party y, desde blogs infames se está intoxicando la Historia pintando una República con olor a azufre y creada nada más y nada menos que por el “Maligno”. A la conclusión que se puede llegar al leer una historieta contada por un historietógrafo de “orden”, es que, la clase obrera de los años treinta solo pensaba en quemar iglesias y matar curas, tal vez lo hicieran para olvidar el hambre que estaban pasando.

Desgaciadamente la derecha solo se miraba su propio ombligo, querían mantener a toda costa el poder del catolicismo. Desde el púlpito y las aulas católicas se podía aborregar mucho mejor. Manteniendo el binomio iglesia-estado creían tener más controladas a las masas y poder así seguir manteniendo una España sumisa a la cruz y por tanto sumisa a las ideas de Calvo Sotelo o Gil Robles.

El problema era que esa masa había dejado de ser inerte, sabían que luchando podían conseguir unos derechos que les habían sido negados siempre, y siempre por los mismos. El miedo al bolchevismo se podría traducir como el miedo a perder los privilegios que durante tantos años había gozado la casta dominadora, por eso las reformas que contempló Azaña y que (vaya casualidad) la derecha paralizó, se veían como una agresión a todo lo anteriormente establecido. Las derechas podían haber colaborado para resolver el problema agrario; su única colaboración fue jalear a los militares para que se levantaran en armas contra la República.

Los partidos de derechas eran partidarios del golpe militar eso, es innegable, aunque a los militares los políticos se las traían “floja”, ya que a pesar del apoyo que recibieron por parte de la CEDA no permitieron ninguna intromisión; cuando las derechas ganaron las elecciones en el 33 calmaron sus ansias golpistas que habían desenfudado  en el 32 y volvieron a desenfundar en el 36 provocando la gran catástrofe, el gran Holocausto Civil Español.

Porque más que una guerra civil fue una guerra internacional preludio de la II guerra mundial, donde la aviación nazi-fascista tuvo un excelente campo de pruebas para ver el efecto devastador de sus bombas sobre la inocente población civil.

Unos querían restablecer la Monarquía perdida por las urnas, otros mantener la República bajo la bota militar y otros hacerla desaparecer directamente. Es el caso del autoproclamado Generalísimo. Sirva como ejemplo este suceso: En Mayo iban a celebrarse unas maniobras navales. Los buques iban llegando al puerto de la Luz y al de Santa Cruz de Tenerife entre el 4 y el 7, pero llegó una contra orden y se suspendieron. La flota abandonó las aguas isleñas durante la noche del 9. En una recepción oficial el gobernador Civil de Tenerife dio un Viva a la República, Franco respondió con un Viva España. Hubo un cruce de palabras, y Franco prepotente, le soltó: “Cállese majadero”. Ni que decir tiene que dicho gobernador civil más adelante sería fusilado.

Exactamente. ¡Viva España!. Franco no quería República. La llegada de la República en casa de Francisco Franco sentó como un jarro de agua fría, allegados suyos han comentado este hecho. No hace falta recurrir a ningún libro de historia para cerciorarnos. Una sobrina suya  declaró para el Canal Historia: “La venida de la República para Franco fue un desastre porque estaba en contra de su manera de ser, de su manera de pensar y del concepto de España que él tenía. Él no creía en los partidos políticos, el no creía en la democracia, el no creía en el voto (…) En las conversaciones que yo asistía en casa él decía que adonde íbamos a parar por ese camino.

“Cerillita” como cariñosamente lo llamaba su hermana. Tuvo su gran oportunidad para acabar con el liberalismo, con la democracia, con el republicanismo y con toda la izquierda en general. Y la aprovechó; ¡vaya que si la aprovechó!