HOY RESCATAMOS OTRO INTERESANTE ARTÍCULO DE ANTONIO ALFONSO HERNÁNDEZ
Confieso que no tenía intención de volver al tema de La Plaza de Toros -al menos de momento- pero “enredando” por internet, he encontrado información, que considero de cierto interés. Sirva este humilde y nuevo trabajo , como complemento al que recientemente nuestro amigo Juan Antonio Cortés Avellano, tuvo la gentileza de publicarme. Me refiero al que lleva por título “En La Plaza de Toros no se fusiló a nadie”.
En primer lugar quiero hablar de una información aparecida en el periódico Extremadura, con fecha 21 de Abril de 2003,en su versión digital y bajo el sugerente titulado, ¿Qué pasó en la plaza de toros?, firmado por Alonso de la Torre.
Se recuerda en esta ocasión la opinión de distintos investigadores a la pregunta formulada por el diario. Hay que tener en cuenta que en esa época acababa de publicarse el magnífico libro de Francisco Espinosa, La columna de la muerte y estaba a punto de salir, La Guerra civil en la provincia de Badajoz, represión republicano-franquista de José Luis Gutiérrez Casalá. Como sabréis este doctor en Historia defiende en este trabajo que La Plaza de Toros fue un lugar fundamentalmente de depósitos de presos y de haber existido fusilamientos, habrían sido pocos. Independientemente de que no esté de acuerdo con el autor en esta ocasión, no dejo por ello de reconocer la enorme aportación que él hace en este libro y la segunda parte que vio la luz, dos años después. Contienen innumerables datos desconocidos hasta ese momento, fruto de la laboriosa tarea de patearse 166 registros –esto lo digo de memoria- existentes en la provincia de Badajoz. Incomprensiblemente no se le ha hecho la justicia que se merece a este importante trabajo. Ofrece asimismo, bastantes testimonios de personas que vivieron de forma directa aquellos sucesos. Desde aquí, recomiendo la lectura de este interesante trabajo.
Vayamos a lo que dijo Casalá al periódico.
“No he encontrado ningún testigo ocular de los hechos en la plaza, pero si del lugar donde yo creo que se produjeron los fusilamientos, la plaza de San Juan”
Conviene tener en cuenta que este historiador, basó su tesis en que los fusilamientos masivos se habían producido en la actual plaza de España, apoyándose en algunos testimonios, pero fundamentalmente en uno, el de Saturnino Medina, que había venido a Badajoz con la intención de conseguir armas para enfrentarse a los fascistas. Este le dijo que contempló como durante tres horas seguidas ametrallaron en dicho lugar a multitud de personas. Este relato me parece sumamente inverosímil. Parece poco probable que los rebeldes ocasionaran una matanza de enormes dimensiones en pleno centro de Badajoz. Si mal no recuerdo, el Sr. Medina llegó a hablar de 4000 fusilados. No sabemos la cifra exacta de fusilados en San Juan y lamentablemente es muy posible que nunca lo sepamos, pero me resulta más razonable las que barajaron los periodistas que entraron en Badajoz el 15 de Agosto, esto es, entre 80 y 300.
A continuación le atribuyen al historiador las siguientes palabras que habría dicho al citado rotativo. Se refiere al testimonio de A.C.V., legionario gallego que participó en la toma de Badajoz y que se quedó a vivir en la ciudad donde se casó con una enfermera badajocense: Esto es lo que al parecer le contó a Casalá.
“La guardia civil se llevo a unos 20 presos y en la plaza de toros no mataron a nadie”.
Sin embargo en el libro que antes he mencionado, aparece esto:
A lo largo de estos años he oído muchas veces todo lo que se ha dicho sobre la Plaza de Toros. No me he molestado en contrariar a nadie. ¡No merece la pena! Son todo bulos.”
Como podemos apreciar , en ningún momento dijo” no mataron a nadie”. La frase que realmente dijo se puede interpretar de muchas maneras. ¿A qué se refería? De igual forma se pudo referir a que no hubo fusilamientos, como que los hubo pero no en las dimensiones que se han expresado a través de los años. En cualquier caso lo que parece cierto, es que nunca dijo la famosa frase, al menos el libro no lo refleja. O bien transcribió erróneamente el periodista lo que le dijo Casalá, o este le dijo una cosa y sin embargo en el libro escribió otra bien distinta.
En el reportaje citan también a Pio Moa:
Para acabar de encender la polémica, el exgrapo Pio Moa ha convertido en best seller, su obra, Los mitos de la guerra civil, que ya va por la 14 edición. Dedica un capítulo a la matanza de Badajoz donde defiende la casi segura falsedad de las historias de ciento o miles de prisioneros masacrados en la plaza de toros o en otros puntos”.
Se reproducen las impresiones de Francisco Espinosa en La columna de la muerte:
“ A su vez , el investigador de Villafranca critica en su libro el escaso tratamiento de la cuestión y la falta de interés de la Universidad de Extremadura casi desde su creación (…) por la matanza de Badajoz”
Como no podía ser de otra manera, el actual abanderado de causas perdidas, otrora defensor a ultranza de la existencia de la matanza en La Plaza de Toros, Francisco Pilo, dejó también su sello personal, aportando en esta ocasión algunos datos de interés:
“El problema es que no hay ninguna documentación sobre lo ocurrido en la plaza porque allí empezaron las represalias en la noche del mismo 14 de Agosto, nada más entrar las tropas, y no intervenía la justicia”.
Resulta curioso que en esa época apelara a la falta de documentación para probar lo de la plaza, mientras que ahora, sino él, algunos de sus incondicionales , nos recuerden que no hay documentación que prueben estos hechos. El mismo argumento les valía entonces y les vale ahora, sólo que dándole la vuelta a la argumentación, o dicho de otro modo, lo que antaño era un problema para ellos, lo utilizan en la actualidad como arma arrojadiza.
A continuación alabó el gran trabajo de Casalá:
“Pero él se basa en los consejos de guerra y en ellos, lógicamente, no aparece nada sobre las represiones arbitrarias en la plaza de toros” Casalá cree que se podrá demostrar 7000 fusilamientos. “Yo no niego las cifras de muertos, pero si discrepo del lugar donde se realizaron las matanzas”.
Salieron a relucir nuevamente los testimonios que Pilo aportó en “Ellos lo vivieron”, Ramírez Moreno, uno de los supervivientes de La Plaza de toros y el ayudante del conductor de la camioneta.
Sobre este último, publicaron lo siguiente:
“Pilo no facilita el nombre de este testigo ocular, pero hemos podido confirmar su sobrenombre: El Charlas. Ya ha fallecido”
Luego completan la nómina de testigos aportados por Pilo en su libro:
“Pilo cuenta con otros dos testigos de lo ocurrido en la plaza. Uno es un guardia civil que vive en Almendralejo y que prefiere no hablar. Mando un pelotón de fusilamiento en la plaza de 20 guardias” (…) “El cuarto testigo se apellida Galán Luengo, vive todavía en el barrio badajocense de San Roque y es hijo de uno de los guardias civiles que fusilaban en la plaza. Recuerda que su padre se enteraba del servicio en el pelotón de ejecuciones cuando lo veía en el tablón del cuartel cada mañana”.
Sobre esto último, me gustaría complementar esta información con unos datos que he obtenido del blog, Guerra Civil Española y la 2ª República (La matanza de Badajoz), donde se recuerda el relato de Galán Luengo:
“Se ordenó que los guardias civiles liberados del convento de San Agustín, a los que se unió el contingente del teniente Miranda procedente de Llerena y pueblos de los alrededores, que se habían sumado a la columna Madrid en Monesterio, se presentasen en la Comandancia y allí se nombró los piquetes que deberían realizar los fusilamientos”
Asimismo , se recogen las siguientes impresiones de Pilo:
“Se ordenó que los guardias civiles liberados del convento de San Agustín, a los que se unió el contingente del teniente Miranda procedente de La Llerena (sic) y pueblos de los alrededores se presentasen en la Comandancia y allí se nombró los piquetes que deberían de realizar los fusilamientos. Estos piquetes salieron a las dos de la madrugada de la Comandancia de Santo Domingo a pie y en formación. Cuando llegaron a la plaza de toros se les distribuyó en tres equipos de 20 hombres más el jefe del pelotón. Cada dos ejecuciones eran relevados por el siguiente equipo y así sucesivamente hasta las siete de la mañana hora en que cesaba la masacre y de manera urgente se procedía a la limpieza de la arena, donde no quedaba rastro de lo que había ocurrido”.
Este último párrafo resulta cuando menos curioso. ¿Por qué se darían tanta prisa en limpiar la arena, para que no quedara rastro de lo ocurrido? En fin.
Lo he dicho muchas veces. El peor enemigo de Pilo es el propio Pilo.
ResponderEliminar¿Cómo es posible que con todos los testimonios directos que consiguió sobre lo de la Plaza de Toros de Badajoz, niegue ahora que allí se fusilase?
Todavía hay mucho que investigar y quizas nunca sepamos toda la verdad, pero a estas alturas es innegable que en la Plaza de Toros se fusiló y bastante.
Tal y como decía al final del artículo, tiene los testimonios de: el que trasladó los fusilados hasta el cementerio, uno de los supervivientes de la plaza de toros,el hijo de uno de los guardias civiles que participaron en los fusilamientos y el jefe de pelotón de los mismos y aún así niega que alli se fusilase a nadie.
En fin, a lo mejor algún día vuelve al redil y recupera sus tesis originales. De lo contrario seguirá haciendo el rídiculo.
"hasta las siete de la mañana hora en que cesaba la masacre y de manera urgente se procedía a la limpieza de la arena, donde no quedaba rastro de lo que había ocurrido”.
ResponderEliminarY después tienen la desfachatez de presentar una fotografía del ruedo de la plaza como prueba irrefutable de que allí no pasó nada.
Por cierto francisco Espinosa tiene nuevo libro
ResponderEliminar“Guerra y represión en el sur de España. Entre la historia y la memoria”
Mañana me pasaré por Univérsitas a ver si les ha llegado
Siempre es una buena noticia que aparezca algo nuevo de Francisco Espinosa.
ResponderEliminarMe lo pillaré que seguro que aporta cosas nuevas a lo que ocurrió por esta zona.
Te agradezco Tony la información.