Felipe González fue tibio con el franquismo.

Felipe González veraneando a lo franquista

En el verano de 1985 el presidente de la incipiente y amnésica democracia española, Felipe González, realizó un viaje en el yate que durante tantos años usó Franco es sus incursiones marinas, el Azor. Ese barco estaba cargado de simbolismo negativo, una carga que Felipe González o no supo verla o tal vez se la traía al fresco. En El País explicaban que el presidente  estaba "sorprendido por el negativo eco que ha tenido su excursión de pesca en el yate Azor, que fuera frecuentemente utilizado durante años por el general Franco". Esto era prueba clara de la política de memoria histórica que el presidente González tenía pensado seguir.

Unos meses después Juan Luis Cebrián entrevistaba al presidente "socialista" y "obrero" en su periódico de izquierdas. Las palabras de Felipe González fueron pista clara de que la (in) modélica Transición iba a estar muy presente en las políticas sobre el pasado reciente:

El presidente del Gobierno afirma que, en los últimos 10 años, "he perdido la libertad para que los demás la tengan". En una entrevista de tres horas de duración mantenida el viernes por la tarde con el director de EL PAÍS, en la que hizo un repaso a sus tres años al frente del Ejecutivo, Felipe González defendió la permanencia de España en la OTAN y aseguró que el prometido referéndum no tiene sino "un valor instrumental". A lo largo de la conversación, el presidente González señaló que "no se siente absolutamente nada" por dormir en la cama de Franco en el Azor y, hablando de su partido, dijo que "si hubiera más contestación interna en el PSOE, sería más frágil la posición del Gobierno y el país marcharía peor".

 El término "memoria histórica" tan demonizado en la actualidad ya se usaba con total normalidad en 1985:

• -Juan Luis Cebrián: ¿No será que también usted ha perdido la memoria histórica?
• -Felipe González: Al contrario, por tenerla muy presente creo que no hay nada que sea patrimonio del Estado que no deba ser utilizado por el Estado. No creo que se deban preservar símbolos con una percepción negativa para la población.

En las memorias de Alfonso Guerra se cuenta que utilizar el Azor fue el primer error del entonces presidente del Gobierno. Según el mismo Guerra, le pidió que no lo hiciera. González hizo oídos sordos.

En 1985 el Ayuntamiento de Valencia en un acto de valentía democrática y sin dejarse amedrantar por el franquismo sociológico retiró una estatua de Franco -demostraban así que no pasaba nada- No obstante, dos años después en 1985, y a 10 años de la muerte de Franco, Felipe González opinaba que " Hay gente que se ha propuesto intentar hacer desaparecer los rastros de 40 años de historia de dictadura: a mí eso me parece inútil y estúpido. Algunos han cometido el error de derribar una estatua de Franco; yo siempre he pensado que si alguien hubiera creído que era un mérito tirar a Franco del caballo tenía que haberlo hecho cuando estaba vivo." Esta cita de Felipe González ha sido usada por la derecha política y social para justificar  su cerrazón de retirar la simbología franquista. Puede parecer mentira pero la hemeroteca no engaña. Felipe González estaba intoxicado -o tal vez temeroso- por su entorno franquista (jueces militares, políticos, policía).

Cuando Zapatero decidió retirar las estatuas ecuestres del dictador, algo que cualquier democracia vería razonable, la derecha mediática no tardó en recordarnos las desafortunadas palabras del ya expresidente socialista. Feliciano Correa (escritor y presidente de la Asociación de Cronistas Oficiales de Extremadura) en el Hoy digital escribía al respecto la cita de González y agregaba otra de Juan Carlos I, sucesor nombrado ad hoc por el dictador Francisco Franco:

Juan Carlos de Borbón dijo en su mensaje de Navidad de 1979: «Abandonemos la obsesión del pasado próximo para atribuirle todos los males o todos los bienes».

Entendemos que el rey no quisiese que se mirase para atrás, las fotos con Franco no le harían mucho bien a la Corona. Recordar que Juan Carlos I estaba ocupando la Corona ilegítimamente -el trono le correspondía a su padre- no debería ser muy agradable ni aconsejable.

Feliciano Correa acababa el artículo diciendo que "Felipe González, desde la oposición, y Adolfo Suárez, desde el franquismo, supieron que había que gestionar un tiempo nuevo sobre una dictadura muerta. Eran políticos de raza y de experiencia. Alonso es un recién llegado que accede a ministro por el tercio del pupitre que compartió con Zapatero. Ése es su mérito y éstas son sus ocurrencias". Calificar de "ocurrencia" la retirada -que no la destrucción- de una estatua de Franco, es en sí una pura ocurrencia y pensamos que lamentable.

Que Adolfo Suárez que venía del Franquismo no hiciese nada al respecto -sobre la retirada de simbología dictatorial- es algo totalmente normal y previsible. Ahora bien, que 10 años después de que Franco muriera, Felipe González tuviese ese pensamiento tan conservador ya nos parece menos agraciado. En fin, si pensamos que esto también lo dijo González: "No olvidaremos jamás a Carrero Blanco; de nuestra boca no saldrá una crítica contra el almirante", pues ya nada puede extrañarnos. Y que la rancia derecha use a Felipe González es algo ridículo a la vez que estrambótico. O sea que el socialista nos vale para una cosas pero no para otras.


La cita que Feliciano Correa ofrecía a sus lectores es errónea -hay que visitar las fuentes primarias-:

Hay que asumir la historia, soy capaz de asumir la historia de España. Franco está ahí. Nunca se me ocurriría tumbar una estatua de Franco, nunca. Me parece una estupidez eso de ir tumbando estatuas de Franco. Franco está ya en la historia de España. No podemos borrar la historia. Yo siempre he pensado que si alguien hubiera creído que era un mérito tirar a Franco del caballo, tenía que haberlo hecho cuando estaba vivo. 

Esto es lo que publicó El País:

Hay gente que se ha propuesto intentar hacer desaparecer los rastros de 40 años de historia de dictadura: a mí eso me parece inútil y estúpido. Algunos han cometido el error de derribar una estatua de Franco; yo siempre he pensado que si alguien hubiera creído que era un mérito tirar a Franco del caballo tenía que haberlo hecho.

Esta cita incorrecta la han usado, entre otros Enrique de Aguinaga, Pío Moa y cientos de foreros.