Jamás habrá un relato común de la Guerra Civil

Fosa común de la Guerra Civil localizada en  Canillas de Esgueva (Valladolid)

Cuando murió Franco y muy lentamente se fueron abriendo los archivos, fue el momento en que los historiadores autóctonos no franquistas pudieron escribir sobre la Guerra Civil. Hasta la fecha hispanistas como Payne, Hugh Thomas o Gabriel Jackson habían llevado la batuta. Tengo en mi poder el libro La Guerra Civil española 50 Años después, obra conjunta donde comparten sus investigaciones Tuñón de Lara, Julio Aróstegui, Ángel Viñas, Gabriel Cardona y José M. Bricall; historiadores que hoy en día siguen siendo referencia. El tema de la represión franquista parecía tabú y se desconocía el verdadero alcance de la matanza franquista.

El General Salas Larrazábal (que combatió en la aviación franquista) en 1977 había publicado las cifras exactas: Pérdidas de la Guerra Civil,  un camelo a los que el neofranquismo suele agarrarse al no tener nada mejor. En La gran represión. Los años de plomo del franquismo, Francisco Espinosa decía que : "Hay que recordar todavía las "cifras exactas" de Salas Larrazábal y sus Pérdidas de la Guerra Civil (1977), porque siguen siendo hasta hoy el único recurso de la historiografía neofranquista (caso de A. D. Martín Rubio) y porque constituyen una prueba visible de hasta dónde llegó la historia oficial para ocultar la matanza fundacional del franquismo". Con esto quiero explicar que los historiadores desde la muerte de Franco no han dejado de publicar libros hasta este mismo 2020. historiadores afínes a Franco e historiadores críticos con la dictadura franquista y el golpe de Estado del 36.

En 1987, RTVE produce una serie documental de 30 capítulos, España en guerra, dirigida por Pascual Cervera y que agrupó a historiadores de diferentes sensibilidades (Fernando F. Bastarreche, Josep Benet, Antonio María Calero, Gabriel Cardona, Fernando García de Cortázar, Alfons Cucó, José M. Cuenca Toribio, Gregori Mir, Alberto Reig Tapia, Manuel Tuñón de Lara, Ángel Viñas) Consiguieron consensuar un relato, por muy difícil que esto pueda parecer hoy en día. El vídeo de arriba es de un coloquio con los autores citados anteriormente. No fueron los primeros documentales  después de la muerte de Franco, pero si fueron los más completos. Para la época y el conocimiento existente no estaban mal. La BBC también produjo una serie documental en 1983 que constaba de seis capítulos. Como novedad importante, en el capítulo 2º (Revolución y contrarrevolución) se   recuperaba el testimonio del periodista portugués Mario Neves, quien el 15 de agosto fuera le primer periodista de Portugal en entrar en Badajoz, junto a otros dos periodistas extranjeros, Marcel Dany y Jacques Berthet:

En 1992, un joven Hilario Pino dirigió un debate desde Telemadrid, En el debate 20 años sin Franco, coincidiendo con el  centenario de su fallecimiento, vimos a viejos prebostes franquistas. Ángel Palomino, Vizcaino Casas (entre otros viejos franquistas)  o Juan Peligro, fundador de Juntas Españolas, más tarde Democracia Nacional (partido neonazi). Por la parte democrática podemos ver a Javier Tusell, José María Mohedano, Pilar Jaraíz Franco, José Luis Gutiérrez (dtor. Diario 16) o luchadores por la democracia y la libertad y víctimas de la represión fascista.

En este vídeo vemos unos minutos del debate anteriormente aludido. El escritor del Régimen franquista, Ángel Palomino, en una de sus intervenciones dijo que la Guerra Civil comenzó en el año 34, y que antes del 18 de julio las milicias comunistas tenían dominada la II República. Él mismo vio desfilar dichas milicias. Verlas desfilar es una cosa, que tuvieran el control es algo muy distinto. Estas mentiras las volvería a actualizar Pío Moa.

En el año 2012 la televisión controlada por Esperanza Aguirre, Telemadrid, programaba otra serie documental realizada por historiadores del CEU:

Serie de 13 capítulos que analiza la Guerra Civil con motivo del 75 aniversario de la contienda. Con dirección y guion de los historiadores Alfonso Bullón de Mendoza y Luis Togores, incluye gran cantidad de imágenes históricas, así como recreaciones fidedignas elaboradas con elementos de la época. Leer más...👈

La serie documental no la he visto al completo, tan solo visioné el capítulo dedicado a la matanza de Badajoz, y me produjo vergüenza ajena porque se negaba la escabechina sangrienta que se produjo el 14 de agosto y los días siguientes. En un momento del documental, el licenciado en historia y quien fuera candidato de Vox en Badajoz, Baragán-Lancharro, afirma que Yagüe el día 17 ya no estaba en Badajoz (con lo cual se intenta diluir sus responsabilidades a consecuencia de los asesinatos que no dejaron de sucederse). En realidad el militar afiliado a Falange se marchó el día 19...👈

En 2011 Santos Julia se quejaba de la manipulación del primer capítulo que estrenó Telemadrid sobre el manido asunto del asesinato de Calvo Sotelo:

La catástrofe provocada por la rebelión militar de julio de 1936, y por la Guerra Civil que fue su consecuencia, alcanzó tales proporciones que, desde su misma ocurrencia, se le han buscado las causas más variopintas, desde el carácter cainita de los españoles hasta las división metahistórica de España en dos. El primer capítulo de una serie de 13 entregas, que se estrenó anoche en Telemadrid con motivo del 75º aniversario de su comienzo, olvida todas estas zarandajas y va derecha a su objetivo: mostrar que la Guerra Civil fue la inevitable consecuencia del asesinato de Calvo Sotelo por los socialistas. El País...👈

Francisco Espinosa Maestre fue uno de los primeros historiadores en abordar sin tapujos la represión franquista, oculta hasta entonces bajo cuatro llaves. A finales de los noventa publicó La Guerra Civil en Huelva, la última edición es del año 2019. En una entrevista realizada a propósito de la nueva edición Espinosa comentó...

... Pero sobre todo el libro constituyó para muchas personas la única constatación que tenían de lo que había ocurrido a sus familiares. Me impresionó siempre ver en el libro, ya fuera en las bibliotecas familiares como en los ejemplares que me llevaban a firmar, la señal de papel en la hoja en la que aparecía el familiar asesinado. En este sentido el libro sacó a la luz el pasado oculto y suplió la inhibición de las instancias oficiales tras la transición. Pensemos que más de mil nombres de los que aparecían en los listados ni siquiera habían sido inscritos en los registros de defunción y que la mayor parte de los restantes lo fueron años después de que fueran asesinados. Y esto sin contar los que siguen sin inscribir.

La Justicia de Queipo, Callar al mensajero, La columna de la muerte, etc, etc, obras de Francisco Espinosa sacaban a la luz un pasado oculto que incomodaba mucho en la esfera derechista, Sin embargo era un pasado real que estaba por relatarse, y que se había obviado durante la Transición por incómodo. Hacía años que sabíamos de la vesania "roja". La Causa General se encargó de ello.

Espinosa junto a varios autores editó otro libro que se ocupaba de ambas represiones, Violencia roja y azul; Ian Gibson trató magistralmente las matanzas de Paracuellos, y Paul Preston en su obra El holocausto español también aborda las matanzas de retaguardia en ambas zonas.

Quien a estas alturas no sepa de las escabechinas que hubo en ambas zonas es porque no lee (venga de la izquierda o de la derecha). 

Por parte de historiadores de la derecha que no escatiman  detalles de la maldad "republicana" o "revolucionaria, tenemos a Bullón de Mendoza, Luis E.Togores, Ángel David Martín Rubio, Stanley G. Payne, Jesús Palacios; sin olvidarnos del prolífico Ricardo de la Cierva que no cejó en auto publicarse libros sobre la Guerra Civil (desde el 66 hasta el 2006).

A la muerte de Franco comenzaron las primera exhumaciones de las víctimas del franquismo que se pararon en seco con la intentona golpista de Tejero. No fue hasta el año 2000, cuando Emilio Silva buscando a su abuelo asesinado por los fascistas en Priaranza del Bierzo, retomó las exhumaciones, pero esta vez se hicieron científicamente. Fue tal el revuelo, según dijo Silva, que muchas familias contactaron con él para rescatar a sus familiares del frío olvido de las fosas comunes. Este fue el inicio de la ARMH y un nuevo impulso para el movimiento memorialista.

En la 2ª legislatura de José Mª Aznar (nieto de otro ilustre Aznar que fue periodista y hagiógrafo del Régimen franquista), el mal llamado revisionista, Pío Moa, logró vender miles de copias de un libro que venía al socorro de la memoria del franquismo, Los mitos de la Guerra Civil (la guerra comenzó en el 34 y la culpa de la guerra la tuvo la izquierda y no los militares). Moa fue entrevistado por Ángel Dávila en RTVE, la televisión pública por aquel entonces al servicio del PP, como antes lo estuvo al servicio del PSOE. Javier Tusell indignado por la propaganda gratuita que le hacían a un farsante se quejó desde El País:

No tiene mayor importancia que Pío Moa tenga esas ideas porque su libro no merecería una línea de reseña. Pero TVE, al jalear su libro, no sólo en hora de máxima audiencia sino con anuncio previo en el Telediario y durante el programa en que Ana Botella informó de su decisión de dedicarse a la política, se cisca en el Congreso de los Diputados, en todos y cada uno de los que hoy lo son. Y ofende al espíritu de la transición, a la reconciliación entre todos los españoles. ¿Es esto el centro? ¿Es esto lo que queremos que aprendan nuestros jóvenes, a quienes Moa dedica su libro? Leer más...👈

En 2007, tal vez presionado por un movimiento que ya era demasiado visible en la sociedad, Zapatero se sacó de la manga la Ley 52/2007, conocida como Ley de la Memoria Histórica, Zapatero no la llamó de esa forma seguramente para que existiera cierto consenso con la derecha. La Ley básicamente lo que hacía era reconocer cualquier tipo de víctima: durante la Guerra Civil (golpistas y leales), y durante la larga dictadura, aquí las víctimas procedían tan solo de los perdedores de la Guerra Civil. La Ley también medio obligaba a retirar de las calles los vestigios franquistas, algo que tampoco gustó a la derecha. En un principio las exhumaciones también sentaron como un jarro de agua fría entre la derecha, pero no tuvieron más remedio que tragar con ello. Lo que nunca aceptaron ni aceptan, fue el cambio de nombre en la toponimia de las ciudades. Más recientemente han sacado a Franco de Cuelgamuros con la negativa de Vox y las abstenciones del PP y Ciudadanos. El centro derecha que debería de ser el PP y C's se pusieron de perfil; la extremaderecha (la escisión del PP que es Vox) se opuso frontalmente. 

¿Cómo puede molestar una Ley así?:

La presente Ley tiene por objeto reconocer y ampliar derechos a favor de quienes padecieron persecución o violencia, por razones políticas, ideológicas, o de creencia religiosa, durante la Guerra Civil y la Dictadura...

El PP decía que esta Ley abriría viejas heridas, del otro lado se argumentaba que todo lo contrario, las cerraría. Sea como fuere esta Ley no se creó para atacar a nadie en la actualidad, sino con el fin de recuperar o atender la memoria que había sido olvidada durante la democracia y durante el Régimen del 78. Porque no se puede ser cínico, la otra memoria nunca tuvo problemas en ser reconocida.

¿Quién ha usado la Guerra Civil para tirársela a la cabeza del contrincante político? El PP dándole cancha al revisionismo a través de  la televisión pública, o el PSOE con la Ley 52/2007?  El revisionismo de Moa ponía al día los mitos franquistas, mitos que resumiéndolo mucho, decían que la culpa de la Guerra Civil fue del PSOE. Pío Moa ya ha sido desactivado, pero su lugar lo ocupan los historiadores del CEU y Stanley G. Payne. El historiador de Texas le ha superado a Moa. Según el viejo hispanista en el 36 no hubo ningún golpe de Estado.

Es evidente que a la muerte de Franco muchos historiadores han hecho su trabajo y que los movimientos memorialísticos siempre han estado ahí. Desde el espectro político y desde las instituciones docentes sí que se evitó el debate y el estudio más reciente y conflictivo de nuestro pasado.

No fue hasta la llegada de Zapatero cuando desde la política se abordó el asunto de las víctimas de la Guerra Civil y la dictadura que fueron olvidadas -políticamente-, y casi negadas; y fue la derecha la que se negó a abordar con serenidad un pasado que le incomoda usando el todos fuimos culpables y diciendo que no hay que remover la "mierda". Fue el Partido Popular quien se tiró la Guerra Civil a la cabeza. Ellos mismos se situaron en el peor lugar al boicotear una ley que era bastante moderada.

Todo lo anterior escrito es la argumentación que pretendo usar para contestar a una reflexión de Francisco Leira Castiñeira:

Las leyes de memoria histórica no han funcionado porque el Estado no ha creado un relato democrático de nuestro pasado reciente en el que se pueda sentir involucrada toda la sociedad, personas conservadoras, liberales, monárquicas, republicanas, anarquistas, comunistas, socialistas o apolíticas. Como no existe, se genera una lucha por el relato que se convierte en una pelea por ver quién tiene razón y fue más malo en la Guerra Civil, usando el argumento infantil del “y tú más”. Leer más..👈

Este párrafo es el final de una interesante entrevista a Francisco Leira Castiñeira con la cual estoy bastante de acuerdo, excepto con estas últimas palabras cargadas de intenciones. Podremos reconocer la buena intencionalidad de este historiador, pero para vuestro humilde servidor, Leira Castiñeira se equivoca. 

Las leyes ni triunfan ni fracasan, sencillamente se aplican. Para aplicar ciertas leyes se crearon ciertas penas de cárcel o pecunarias. La Ley 52/2007 no obliga explícitamente a que una Ayuntamiento por su cuenta y voluntad retire los vestigios franquistas de sus calles. No ha sido hasta la llegada de alcaldes de izquierdas a muchos ayuntamientos cuando se ha empezado a cumplir la Ley 52/2007, y no sin problemas con la justicia que a veces denota cierta parcialidad

... En la sentencia, adelantada por El Independiente y a la que ha tenido acceso Efe, el magistrado Alberto Palomar estima parcialmente el recurso de la Fundación Francisco Franco respecto de las calles General Millán Astray, Hermanos García Noblejas, General Asensio Cabanillas, Caídos de la División Azul, Cirilo Martín Martín, "El Algabeño", Comandante Zorita y paseo del Doctor Vallejo-Najera. Leer más...👈

Es lamentable que, aparte de legal, la Fundación Nacional Francisco Franco pueda tumbar la retirada de nombres franquistas de las calles. La Ley de Zapatero si acaso es un fracaso es por ser tan lasa y fácilmente desactivable. Esta es para mi la causa de su fracaso. El relato afín de cuentas cuenta poco en las leyes. La Ley del matrimonio homosexual no ha tenido consenso con la derecha (se recurrió al Tribunal Supremo), pero cualquiera puede casarse con quien quiera sin que te denuncie un lobby ultra católico.

El Estado no puede crear un relato sobre un pasado reciente, en todo caso eso sería tarea de los gobiernos y de la docencia. Tampoco es posible  crear un relato a gusto de todos. No podemos olvidarnos de como comenzó la Guerra Civil. Un intento de golpe de Estado para descabalgar al Gobierno republicano y burgués del 36 generó una guerra que duró tres años.

El partido mayoritario de la derecha, la CEDA, no conspiró junto a los militares -según parece ser, pero según Preston, Gil Robles estaba al corriente de la trama golpista- . Esto no fue impedimento para donarle  500.000 pesetas de la caja del partido a los golpistas. 

Lo que si parece ser es que Gil Robles después de la derrota de 1936 solo veía factible un golpe de Estado:

 Es casi seguro, además, que su frustrado acceso al poder por las vías democrático-legales le convencieran de la necesidad de ensayar una solución de fuerza, con la que ya había amagado en diciembre de 1935 y febrero de 1936. En su declaración ante la Causa General de 1942 lo expresó sin medias tintas: después  de  las  elecciones  de  febrero  solo  un  golpe  militar  podía  salvar  a  España  de  la  anarquía;  nada  dijo,  en  cambio,  de  un  posible  Gobierno  de  unidad  nacional,  seguramente  porque  nunca  creyó  en  la  bondad  de  dicha  alternativa.  Uno  de los miembros de la CEDA  más  proclives  a  ese  ejecutivo  de  amplio  espectro,  Manuel  Giménez  Fernández,  recordaba  años  después  que  fue  el  propio Jefe quien dio por clausurada esa vía a finales de mayo: "Gil-Robles nos planteó a finales de mayo a Lucia y a mí la imposibilidad de seguir preparando la posición de centro, que realmente querían muy pocos, pues la mística de la guerra civil se había apoderado desgraciadamente de la mayoría de los españoles". Pag.110. Carlos María Rodríguez López-Brea y Eduardo González Calleja Universidad Carlos III...👈 

Alejandro Lerroux que representaba el centro derecha de la época tampoco estuvo implicado en la conspiración... Pero según Ibáñez Salas, nada sospechoso de "bolchevismo":

Cuando comenzó en julio de 1936 la Guerra Civil, [Alejandro Lerroux] se exilió a Portugal, favoreciendo la causa de los sublevados. Regresó a España once años más tarde, y falleció en 1949. Nueva Tribuna. Leer más... 👈

Monárquicos alfonsinos, carlistas y falangistas fueron los más proclives a la "solución" armada, aunque Primo de Rivera una vez encarcelado dijera lo contrario para salvar el pellejo. Un reciente estudio de Ángel Viñas  demuestra que los alfonsinos de Calvo Sotelo estaban metidos hasta el cuello en la trama golpista. Toda la derecha apoyó o no vio mal el golpe de Estado, los que se mantuvieron al lado del Gobierno fue toda la izquierda; desde la más moderada de Azaña hasta la más revolucionaria de la CNT. Los anarquistas prefirieron apoyar al Gobierno, aunque después quisieran hacer la revolución por su cuenta en plena Guerra Civil.

¿Cómo se podría crear un relato donde  se pueda "sentir involucrada toda la sociedad, personas conservadoras, liberales, monárquicas, republicanas, anarquistas, comunistas, socialistas o apolíticas"? Si desde la sociedad civil ya hay una controversia creada por los distintos libros que se puedan leer, es porque entre los historiadores no hay consenso, Si leemos a Viñas y después a Payne creeremos que estamos en dos guerras distintas. Si vemos los documentales del CEU sobre la Guerra Civil y más tarde visionamos cualquier documental de la BBC o de RTVE tendremos la misma sensación.

Esto es porque las guerra Civiles las pierden unos y las gana otros: al final tienen que convivir todos juntos, y en la guerra española los perdedores se llevaron la peor parte. El castigo más duro era el asesinato, y al acabar la guerra solo se moría de una lado. Otro castigo terrible fue depuración en los puestos de trabajo que convertía  en verdaderos parias a quien era depurado. Otra de las penas impuestas eran las multas:

Antoni Sánchez Acedo, "Alcalde de Benquerencia"  y "Presidente del Comité de la Colectividad", fue condenado con la  pérdida total de bienes por los dos cargos que ostentaba (Alcalde y Presidente de un comité). Secundino  Miranda Vázquez o Márquez, de Burguillos del Cerro, fue multado con 1.000 pts por "nfluencia política local". Para Juan Garrido Camacho, de Don Benito, la multa fue de 100 pesetas por ser "marxista". Isabel Díaz Núñez, de Fuentes de León se le acusó de ser "propagandista de izquierdas", la sanción impuesta fueron 2.000 pesetas. Pablo Medino de Dios, de Fuentes de León, por ser "instigador contra derechistas" lo multaron con 3.000 pesetas. Antonio Martín Hidalgo, de Helechal por ser "Vicepresidente de la Casa del Pueblo", 400 pesetas. Gervarsio Macarro Macarro, de Jerez de los Caballeros, dicen que "prestó servicios de guardias"; multa de 500 pesetas. Aguedo Balsera Pajuelo, de La Haba fue expedientado por ser "defensor del socialismo"; multa sin determinar. Candelo Gallardo Guisado, de La Haba, por el hecho de tener "amistad con el alcalde" le costaron 200 pesetas. Fernanda Gonzalez Pintado, de La Haba, por ser "propagandista" a secas, la multaron con 100 pesetas. José Rodríguez Balsera, de La Haba, "prestó guardias con armas"; sancionado con 300 pesetas. Amadora Sánchez Arias, de La Haba, "excitación a la lucha"; 150 pesetas. Fernando Gordillo Belcido, de Los Santos de Maimona, "injurias al Jefe del Estado"; 300 pesetas. Leer más...👈

¿Y las familias que tenían que convivir al lado de sus verdugos? La postura de "y tú más" podrá parecer infantil, pero es que es cierto que ellos hicieron más. Esto una vez que se cuenta no gusta, y es algo que se tiene que relatar puesto que forma parte de "la otra mitad de la historia que no nos contaron". Muy a menudo algunos pretenden ocultar los 40 años de dictadura con los recuerdos sangrientos de la Guerra Civil. Cuando se iba a exhumar a Franco, por las RR.SS la gente de derechas (se sabe muy bien que son de derechas porque  sus perfiles están adornados con la bandera de España) te recordaban las matanzas infames de Paracuellos. ¿Qué tendrá que ver aquellos asesinatos con sacar a un dictador de un mausoleo que visitan miles de personas al año? ¿No estábamos justificando a Franco entre el resto de países al mantener a un sátrapa en un sitio de honor que es excesivamente visible? ¿A caso los asesinatos de las "hordas" rojas sirven para justificar los asesinatos de las "hordas" azules y viceversa? El golpe de Estado y la dictadura de ningún modo son justificables.

La Guerra Civil de los EE.UU sigue generando polémica, y eso que allí no hubo una dictadura interminable y no se han tenido que recuperar los restos de las personas asesinadas por uno de los contendientes de la guerra:

Las recientes protestas en Estados Unidos contra el racismo han despertado de nuevo la polémica en torno a la memoria histórica del país. ¿Por qué existen tantas discrepancias respecto a su guerra de Secesión (1861-1865)pese a los años transcurridos? Aunque el sur confederado representaba un sistema esclavista, multitud de libros y películas han rodeado su historia de un aura heroica. La Vanguardia...👈

 Sabemos que la Guerra civil de Estados Unidos no tiene nada que ver con la española, pero ambas generan el mismo conflicto de relato y se crean memorias distintas.

No, no tenemos que buscar un relato cómodo para todo el mundo; lo que hay que hacer es lo que hicieron en Alemania, educar a nuestros hijos y desfranquificar a esa parte de la sociedad que ve con buenos ojos a Franco y su dictadura.

Es cierto que muy pocos querrían la Guerra Civil, a nadie le gusta ponerse detrás de una trinchera dispuesto a que le peguen un tiro en la cabeza. Caso distinto es que cada persona tendría sus preferencias sobre quien querían que ganase la guerra. Para mantener una dictadura durante tanto tiempo se necesita la colaboración de gran parte de la sociedad.

El PP no existía durante la Guerra Civil y por qué entonces le molesta tanto la memoria histórica. ¿Están defendiendo a sus abuelitos y/o a sus ascendientes políticos?