YA SE PUEDE ADQUIRIR EL LIBRO POR LA SAGRADA CAUSA NACIONAL DE FRANCISCO ESPINOSA

Con los libros de Francisco Espinosa Maestre sucede algo muy curioso: reciben críticas antes de ser leídos. Esto es algo que cualquier persona un poquitín coherente jamás tendría la osadía de hacer. Para poder criticar un libro, el que esto escribe lo que hace es leerlo primero; o, en todo caso, leer las criticas de personas que si han leído el libro. El libro de Álvarez Tardío y Villa sobre el supuesto pucherazo del FP. en las elecciones de 1936, un servidor no llegó a leerlo, por otro lado si me leí la infinidad de artículos que se escribieron sobre dicho estudio (Espinosa Maestre, Santos Julia, Enrique Moradiellos, Ángel Luis López Villaverde, González Calleja, Francisco Sánchez Pérez, José Luis Martín Ramos), y creo que pude hacerme una idea bastante completa de las pretensiones del libro de Tardío y Villa.

Se ve que Francisco Espinosa va por el buen camino cuando desata la cólera en la redes sociales. En una entrevista en Público.es, Espinosa afirma que: "sin una prueba documental, ¿cómo demuestras que este militar o este otro participaron, por ejemplo, en un piquete?". Espinosa se estaba refiriendo a que su libro está basado en fuentes bien documentadas. El Sr. Viñas tubo la osadía, más bien la amabilidad, de compartir la entrevista vía Facebook y algunos detractores no tardaron en enseñar la "pezuña": "... solo puedes escribir basándote en pruebas porque si no, te destrozan la credibilidad a la larga, como por ejemplo "la matanza de la Plaza de Toros de Badajoz que nunca ocurrió...". el detractor de Espinosa quería o trataba de desmontar la Columna de la muerte, con la frase "la matanza de la Plaza de Toros de Badajoz que nunca ocurrió". Una frase parecida se puede leer en una web de estremaderecha: "La matanza de Badajoz que nunca existió". La gran matanza, como hemos escrito aquí en multitud de ocasiones si existió, y por supuesto que se estuvo asesinando en la plaza de toros. Un libro escrito por tres autores (Pilo, De la Iglesia y Domínguez), La matanza de Badajoz ante los muros de la propaganda, así lo confirma rescatando el testimonio de un empleado del ayuntamiento de la capital pacense, y nos asegura que al menos durante dos días estuvo recogiendo cadáveres de la plaza de toros. Es un testimonio creíble porque como bien observó Antonio Alfonso Hernández (colaborador del blog), la hora que ofrece Mario Neves sobre cuando empezaron a quemar cadáveres coincide con la hora que nos facilita el funcionario del ayuntamiento. Como muy bien explicó Espinosa, el problema es saber donde no mataron, porque aparte de la plaza de toros se estuvo fusilando en muchos lugares.

Ya podemos obtener el nuevo trabajo de Francisco Espinosa, estudio que ya está creando polémica antes de ser leído. Lo cual demuestra que la derecha no quiere saber quienes fueron los criminales del bando fascista. Nos han restregado durante años Paracuellos, y cuando traes a colación la matanzas franquistas te dicen que represión hubo en ambas zonas. Como si no lo supiéramos. ¿Y? ¿Le vamos a decir a los historiadores de lo que tienen que escribir? ¿Acaso Payne, Julius Ruiz, Tardío, Moa, Luis E. Togores, Bullón de Mendoza, Javier Barraycoa..., escriben sobre la represión franquista? Mejor que no lo hagan.

Aquí en este enlace se puede ver un documental realizado durante la 2ª legislatura de Zapatero sobre la matanza de Paracuellos: Crónicas - Paracuellos en la memoria - RTVE.es

Para quien quiera saber más les dejamos la entrevista a Francisco Espinosa:

En la obra muestra un interés por reflejar los nombres y las vidas de aquellos que no pasarán a la Historia. En otras obras se ha centrado más en los de las víctimas y en esta hay más información sobre quiénes fueron los represores, sus nombres y apellidos y cómo actuaron.

Sí, trato de mostrar los nombres de los de arriba, pero los de segunda fila, los desconocidos para el gran público. No hay que olvidar que la última firma de todos los procedimientos judiciales era la de Queipo de Llano, pero hasta su firma intervenía mucha gente. Por ejemplo, Francisco Bohórquez Vecina, auditor, también firmó todas las sentencias como hizo Queipo de Llano. Sin embargo, su nombre pasó más desapercibido. Tuvo hasta no hace muchos años una calle en Sevilla como Hermano Mayor de la Macarena. De hecho, está enterrado en la Basílica delante de las escalinatas que suben al altar, pero tapado. 

Además, los documentos jurídicos militares, que son la base de esta investigación, son muy ricos en nombres. Te da los nombres de todos los involucrados. 

¿Por qué es importante poner nombre a los verdugos?

Por un lado, es importante saber todo lo que ocurrió. Todo. Y eso incluye los nombres. Por otro, porque muchos de esos nombres muestran esa nueva clase social dominante que se creó durante el franquismo y que muchas veces tuvo su origen en ese mundo de represión, Guerra Civil y primeros años de dictadura. Los nombres, además, ofrecen una línea temporal que continúa. El pasado no es solo pasado. Muchos de esos nombres siguieron mandando en sus localidades hasta la Transición o incluso hasta la actualidad. 

Por otro lado, para mí siempre ha sido muy importante descender hasta el terreno y ver cómo era la vida de la gente. No contar la Guerra solo desde arriba con el avance de las batallas. En este caso, me centro en el proceso que se vive en Badajoz tras la matanza del verano del '36, cómo se asienta la dictadura en los pueblos y cómo esa situación de opresión continúa hasta que se abre la puerta a la emigración y muchos pueden huir de sus pueblos.

En la obra combate contra la idea de que la feroz represión que se vivió en los primeros años fue fruto de grupos no controlados de Falange. Defiende que se trataba de una estructura engrasada donde se integraban los falangistas en el escalón más bajo. 

Muchas veces se ha dicho que Falange fue la responsable de la represión y no es verdad. Es cierto que Falange fue una parte de la represión. Pero Falange, salvo excepciones, se limitaba a obedecer órdenes del Ejército, de la Guardia Civil o de las autoridades. En la estructura, arriba, siempre estaban los militares y, por tanto, ellos eran los responsables de las tropelías de los falangistas. La represión franquista era una represión perfectamente programada y calculada donde Falange era el último eslabón. Servía para piquetes de fusilamiento, para detener gente, para crear clima de terror, y, durante un tiempo, también les sirvió para crear una especie de cuerpo político. Entrevista completa...👈