FRANCO SÍ QUISO SER ENTERRADO EN CUELGAMUROS

 

Cuando el Gobierno de Pedro Sánchez comenzó con los preparativos de la exhumación de Francisco Franco Bahamonde, el dictador más sangriento que ha padecido España, la prensa conservadora se puso manos a la obra para tratar de deslegitimar la inminente exhumación. Desde El Confidencial, el periodista Julio Martín Alarcón, nos quiso convencer de que "Franco no ordenó su entierro en el Valle de los Caídos: la tumba se improvisó en tres días". (ver enlace...👈). Es cierto que ningún historiador ha encontrado ninguna orden por escrito de que el sátrapa quería ser enterrado en Cuelgamuros, ni de ser enterrado en cualquier otro lugar tampoco. Lo que tenemos que tener por seguro es que Franco sí debió de tener pensado donde quería pasar toda su eternidad.

Según Julio Martín Alarcón:

... en su biografía sobre Franco, Preston anotó que el 1 de abril de 1959, durante la inauguración oficial del Valle de los Caídos, coincidiendo con los 20 años de la victoria en la Guerra Civil, el generalísimo, recorriendo la basílica con el arquitecto Diego Méndez y señalando precisamente el lugar escogido por este, le dijo “Bueno, Méndez, y en su día, yo aquí, ¿eh?”. Según esta versión, el arquitecto habría sido el único testigo de la supuesta voluntad de Franco y no su familia, ya que su hija, Carmen Franco, siempre manifestó que no tenían constancia de que quisiera convertir la basílica en su mausoleo.

Alarcón no se cree la versión de Paul Preston y prefiere dar fe a la versión de Daniel Sueiro (periodista del diario falangista Arriba), quien afirma que le iban a preguntar a Franco donde querían que lo enterrasen. Según Alarcón "No debieron hacerle la pregunta".

Alarcón debió de preguntarse de donde obtuvo Paul Preston la información de que el arquitecto Diego Méndez tuvo una breve conversación con Franco. No fue un invento de Paul Preston. Acudamos al libro de Fernando Olmeda El Valle de los Caídos:

El arquitecto recordaba así aquel momento en el que el Caudillo rompió su hermetismo:

... y entonces, parado allí detrás del altar, exactamente sobre el sitio donde estaba hecho el hueco de la sepultura, dice:

-Bueno Méndez, y en su día yo aquí, ¿eh?

-Ya esta hecho mi general. (4). 

Méndez se lo dijo a Carrero Blanco y nunca más volvieron a hablar del asunto. El Valle de los Caídos. Pág. 338

Nota 4: "Méndez da esta misma explicación en una entrevista de Antonio Yáñez publicada en ABC el 25 de noviembre de 1975". El valle de los Caídos. Pág. 473.

Tanto Paul Preston como Fernando Olmeda tienen como referencia la entrevista del ABC (nada sospechoso de judeobolchevique) al arquitecto del Valle de los Caídos. Una información que le ha pasado desapercibida a Julio Martín Alarcón. Pero el periodista Fernando Olmeda nos ofrece otros testimonios:

Otro testimonio que refuerza la tesis de que deseaba reposar allí, es el de Justo Pérez de Urbel, quien afirmó en su momento que se lo había oído decir cuando daban un paseo, al poco de llegar los monjes benedictinos. El arquitecto Ramón Andrada también lo supo desde siempre. Otro testigo directo, Antonio Orejas, delineante de Huarte en el momento en que se remata la cripta, también mantiene que, desde el primer momento se preparó una fosa para Franco:

Lo digo con conocimiento de causa porque fui yo quien dibujó el croquis a partir de los planos definitivos. Desde el primer momento se preparó una fosa para Franco en la parte trasera. Recuerdo Además que la de José Antonio no estaba alineada con el altar porque pasaban los conductos del aire acondicionado (5). El Valle de los Caídos. Pág.339

Nota 5: "Conversación con el autor". El Valle de los Caídos. Pág. 473

Esta era la tumba de Franco en Cuelgamuros. Como explicó el delineante de Huarte, Antonio Orejas, a Fernando Olmeda, "se preparó una fosa para Franco en la parte trasera". Al rey Juan Carlos I y al presidente del Gobierno, no le debieron de parecer un lugar óptimo y por eso escogieron un lugar más visible para enterrar a Franco en Cuelgamuros. No se improvisó, como aseguran muchos, una tumba para Franco en la basílica del Valle, sino que, a la muerte de Franco, se eligió un lugar que el jefe de Estado y el presidente del Gobierno decidieron que era el más óptimo para enterrar al dictador. Todo lo demás son cuentos chinos dignos de la publicista filofranquista.

Como el caso también de el diario de Pedro J., El Español, que rescata el testimonio del escultor Juan de Ávalos:

Entre otras declaraciones recogidas en el hilo de Núñez Huesca, De Ávalos aseguró que "Franco nunca dijo aquí yo" y defendió que ni el dictador estuvo encima de su trabajo ni había prisioneros trabajando allí. "Estamos en un país de chismes", dijo. Leer más...👈

En el diario El Español, al escultor de Cuelgamuros, De Ávalos, lo llaman "El artífice del Valle de los Caídos...", cuando él solo fue quien realizó las esculturas. Que Juan de Ávalos no hubiera escuchado a Franco decir que quería ser enterrado en aquel lúgubre recinto, no significa que Franco no deseara ser enterrado en dicho lugar. Después de haber ofrecido otros testimonios, el relato de Juan de Ávalos no se sostiene de ninguna de las maneras: es obvio que De Ávalos, o estaba mal informado, o mentía descaradamente. Y mintió, porque en lo que se llamaba antes el Valle de los Caídos, aparte de trabajadores libres, si que hubo presos trabajando en Cuelgamuros y en el resto de la obra pública que crearon durante el primer franquismo...

... En estos momentos podemos decir que ya se tienen suficientes medios y herramientas para no ignorar lo ocurrido, el que ignora es por qué quiere o es un imbécil, el manto del silencio, la mentira y la oscuridad se está abriendo a un nuevo conocimiento, en este caso concreto veremos el de los trabajos forzados, el esclavismo al servicio del régimen y el capitalismo de la oligarquía franquista, los Batallones Disciplinarios. Esclavos del franquismo. Trabajos forzados...👈

Escultura de De Ávalos en Badajoz.

Gracias a Franco, el escultor Juan de Ávalos gozó de un gran prestigio en España. Aparte de las esculturas que creó en Cuelgamuros, por parte de la geografía española podemos encontrarnos con más esculturas suyas. En 1983, el Ayuntamiento de Badajoz "decidió erigir un monumento a la memoria de todos los Extremeños Ilustres, presidido por una imagen de una mujer (obra del emeritense Juan de Ávalos) que levanta una espada sobre la quilla de una barca" (ver enlace...👈).

El escultor tiene otras obras muy conocidas como el monumento a Carrero Blanco en Santoña, otra escultura del Ángel Caído en Santa Cruz de Tenerife, y el monumento a Juan Pablo II en Madrid.

Monumento a Carrero Blanco en Santoña

Juan de Ávalos se alistó al Ejército franquista en 1936. Al acabar la Guerra Civil, tras una denuncia fue depurado en el año 1942. Se le acusaba de tener el carnet del PSOE número 7. Se le llegó a inhabilitar para ejercer cargos directivos en instituciones públicas. En 1945 recibe un homenaje en Oporto, Portugal, por lo cual decide trasladar su taller a Lisboa. 

En 1950 se presenta a un concurso nacional para la realización de las esculturas de la Basílica de la Santa Cruz del Valle de los Caídos. Ávalos fue "socialista", pero al parecer muy poco. Y oyéndole hablar, no hay dudas de que el escultor emeritense le estaba eternamente al dictador Francisco Franco.