El asesinato franquista e infame del católico Manuel Carrasco i Formiguera

Nuestro protagonista era un abogado catalanista que procedía de la Asociación Católica Nacional de Jóvenes Propagandistas que Ángel Ayala fundó en 1909. Se afilió a esta asociación estudiando derecho en Madrid. Carrasco i Formiguera fue elegido en 1920 concejal del Ayuntamiento de Barcelona  como independiente en una lista de la Lliga de Cambó. En 1922 junto a otros jóvenes de su misma cuerda participó en la conferencia Nacional Catalana. De aquella reunión nació el partido Acció Catalana del que Carrasco i Formiguera fue su fundador. Este partido era absolutamente nacionalista pero rechazaba todo tipo de violencia, alegando que la vía correcta para conseguir los objetivos era el plano jurídico. 

Fue llevado a juicio y condenado a seis meses de prisión por publicar, en una revista humorística (L'Estevet), caricaturas que ridiculizaban al Ejército español por su inutilidad en las guerras del Rif, cumplió su condena durante la dictadura de Miguel Primo de Rivera. Participó en el Pacto de San Sebastián (1930) para derrocar a la monarquía española. En 1931 Maciá lo designó como consejero de Sanidad y Beneficencia.

En 1931 fue elegido diputado por las Cortes Constituyentes por Girona gracias a una candidatura de Acció Catalana. Se opuso firmemente, gracias a sus ideas religiosas a la política laica de la II República y a la ilegalización de la Compañía de Jesús. Aseguraba que la incautación de los bienes de los jesuitas era un robo. Abandonó Acció Catalana porque habían aceptado los artículos laicos de la Constitución, pasándose al partido demócrata cristiano Unión Demócrata de Cataluña, consiguiendo ser uno de los principales líderes.  Carrasco i Formiguera denunció de la misma manera la insurrección de 1934 en Asturias y Cataluña, como la de 1936.

Ya con la Guerra Civil se tuvo que exiliar de Cataluña porque los anarquistas lo habían denunciado en un artículo de Solidaridad Obrera, en donde escribían entre otras cosas: "Este político catalán se ha destacado siempre por su catolicismo exacerbado...". Lo cual significaba una condena de muerte en 1936. Como ni Companys ni Tarradellas estaban en condiciones de asegurarle su integridad física, lo enviaron al País Vasco como delegado de la Generalitat en Euskadi. Euskadi fue la zona más segura de la retaguardia republicana para los católicos.

Estuvo un tiempo en Euskadi y regresó de nuevo a Cataluña, pero los anarquistas le tenían puesto precio a su cabeza, así que tuvo que salir de nuevo de Cataluña. Embarcó en Bayona en el buque Galdames con su esposa y seis de sus ocho hijos, con destino de nuevo a Bilbao, con la mala fortuna de que fueron apresados por el crucero franquista Canarias. Se cree que el servicio de espionaje franquista se había enterado que en aquel barco iba Carrasco i Formiguera con su familia.

Carrasco i Formiguera ingresó en una prisión en Burgos. Su esposa con una hija pequeña de apenas unos meses y la nodriza fueron recluidas en otra cárcel  también de Burgos. Las dos hijas mayores, Nuria y Mercé, fueron encerradas en una cárcel en San Sebastián, y los otros tres menores, Ramón Josep y Neus los metieron en un asilo de San Sebastián. 

A doña Pilar Azemar de Carrasco (la esposa del Manuel Carrasco i Formiguera), le comunicaron que tenía que seguir en prisión acusada de rebelión militar, mas la nodriza y la bebé podían abandonar la prisión. Como la nodriza carecía de capacidad económica, gracias a la mediación de dos chicas presas se pudieron cobijar con la pequeña en casa de una tía de una de las presas, sino, hubieran quedado en la calle sin alternativa habitacional.

A mediados de 1937, por intermediación de Cruz Roja Internacional, la familia Carrasco i Formiguera fue canjeada por la familia del general López-Pinto (Capitán General de la División Orgánica de Burgos), y pudieron exiliarse en París. Los amigos del político catalán intercedieron por él al cardenal Vidal i Barraquer, que a su vez se puso en contacto con el cardenal Pacelli, y este cardenal se puso en contacto con el cardenal Gomá y con monseñor Antoniutti, delegado del Papa en el País Vasco.

Después del consejo de guerra fue condenado a muerte por delito de "adhesión a la rebelión", delito que no había cometido, como es obvio. Los intentos para que la pena le fuera conmutada o para que fuera canjeado por otro preso fueron infructuosos...

... Todo resultó inútil: al tantear las instancias superiores se le respondía que la decisión de ejecutar la sentencia, comunicada aquel atardecer para ser cumplida la madrugada siguiente, venía en unos términos que significaba inequívocamente que quien tenía la última palabra lo había resuelto de modo absolutamente firme y definitivo. "Es una orden terminante llega esta mañana por teléfono", le respondió alguien de capitanía, de quien el P. Romañá trataba de obtener unas horas de tregua, por consiguiente (sabiendo como se procedía en tales asuntos) que aquella mañana de Pasión el Generalísimo, que como de costumbre despachaba durante el desayuno con su Auditor, el teniente coronel Lorenzo Martínez Fuset, "entre picatoste y picatoste" (como decía Sainz Rodríguez), había dado la orden de fusilar inmediatamente a Carrasco i Formiguera. Con todo, la notificación oficial del enterado no se había hecho hasta al atardecer, tal vez con la intención de no dejar tiempo para enojosas peticiones de clemencia. La Pólvora y el incienso, Pág. 227

El 9 de abril de 1938 asesinaban a Manuel Carrasco i Formiguera, sentencia  dictada el 28 de agosto de 1937. Su ejecución desencadenó una campaña internacional de protestas, a la que El dominico español Antonio Carrión, respondió así en el bo­letín de propaganda católica internacional De rebus Hispaniae (de agosto de 1938): “Carrasco Formi­guera murió, gustoso lo consigno, como buen cató­lico, pero gritando ‘¡Viva Cataluña libre!’, con lo que vino a confirmar que la sentencia estaba bien fundada en derecho”.

Habían convertido en delito con pena de muerte ser catalanista por muy católico y pacifista que se fuera. Es absolutamente demencial. En el otro lado de Cataluña estaban los anticlericales de la CNT y la FAI asesinado a burgueses y curas, y Franco haciendo lo propio en su retaguardia...

... Carrasco y su familia sufrieron la persecución de los elementos más radicales de los dos bandos. En Catalunya, después de la derrota del golpe de Estado militar (19 de julio de 1936) se produjo un segundo golpe, protagonizado por los anarquistas de la CNT-FAI, que se impusieron plenamente (20 de julio de 1936). El Comité de Milicias Antifascistas, controlado por los anarquistas, se convirtió en el gobierno de facto. Y las siniestras Patrullas de Control, una refinada extracción de los peores convictos excarcelados, en las nuevas fuerzas de orden público. Las personas y las familias de confesión católica o de ideología catalanista, sobre todo independentista (o todo a la vez, como Carrasco i Formiguera) fueron sometidas a una persecución brutal. Una constante amenaza a su vida que los obligó a escapar. La familia Carrasco-Azemar se exilió a Euskadi. El Nacional. Cat...👈

Las autoridades de la Generalitat de Lluis Companys intentaron poner freno a aquella sed de sangre de las milicias libertarias...

... Hasta Queipo de Llano en una de sus famosas y tan escuchadas charlas por radio, reconocía el 24 de agosto e 1936 que el presidente Companys "ha dejado salir de Barcelona a más de cinco mil hombres de derechas, lo cual a de aminorar sin duda su responsabilidad que pesa sobre él. ¡Dios se lo tenga en cuenta! Ibidem, Pág. 200

Pero fueron más de 5.000. Según el consulado francés, "una publicación oficial, después de la guerra, enumera nominalmente 6.360 personas evacuadas en barcos franceses, sin contar por tanto las que salieron en avión, ferrocarril o carretera. Entre ellas hay 2.142 religiosas y 868 niños. Hay una lista especial de 515 personas, evacuadas entre julio y diciembre: Generales, jefes oficiales del Ejército y de la Armada, altos funcionarios, políticos significados, sacerdotes y sus familiares etc., embarcados  a bordo de buques de guerra franceses". Comenta  a continuación Hilari Raguer: "¡Se comprende que después ni la República ni la Generalitat dispusieran de rehenes para propuestas de canje!

En Madrid varios miles de derechistas, y de quinta columnistas pudieron refugiarse de las milicias anarquistas, comunistas y socialistas, en las embajadas extranjeras. Es evidente que ambas represiones tuvieron protagonistas distintos. En la retaguardia franquista provenía del propio Franco y en la republicana de las organizaciones obreras.

Si saliéramos a la calle y preguntásemos que quien fue Manuel Carrasco i Formiguera nadie tendría ni pajolera idea de quien fue. Pero si preguntáramos por José Antonio Primo de Rivera, mucha gente, hasta entre los más jóvenes, al menos el nombre les sonaría. Sin embargo, políticamente Primo de Rivera no fue nadie, fue la Guerra Civil y su muerte quien logró crear un mito. La Falange Española y de las JONS era un grupo político marginal como lo es hoy el Frente Obrero. Primo de Rivera sí cometió delito de rebelión (aunque el juicio no fuera justo), desde la cárcel estuvo dirigiendo a los falangistas, hasta que le encontraron un arma en la cárcel y fue incomunicado. Manuel Carrasco i Formiguera no cometió delito alguno, fue asesinado vilmente, siendo católico y gente de orden.