La democracia censitaria de EE. UU. y la abstención española

Cada vez que se realizan unas elecciones se monta la polémica. María Guardiola alentó días antes un posible pucherazo electoral, menos mal que ha ganado las elecciones. Por otro lado, como ha aumentado el abstencionismo en 7 puntos porcentuales, los señores que no votan y están en contra de la política y de todos los partidos políticos, suelen dejar unos comentarios un tanto sesgados y muy, muy extraños: 

"Con el 62% de participación es imposible que ningún partido haya obtenido el 42% de votos y sin conseguir mayoría absoluta [En realción al PP].

Además han sido casi 100.000 votos menos pero un diputado más [Guardiola ha perdido 9.000 votos y subido un escaño].

Ese 42% en realidad se traduce en 20-25% de votantes.

En España, al contario que en EE. UU., los ciudadanos no tienen que registrase para poder votar. Con la mayoría de edad el ciudadano es registrado automáticamente en el censo electoral. El censo este año en Extremadura ha sido de 860.376 votantes en potencia, pero una cosa es el censo electoral, todos los inscritos mayores de 18 años, y otra cosa es el voto que se introduce en la urna, que en estas elecciones han sido de  532.251, por tanto, no es cierto, que Guardiola haya conseguido un 20-25% de las papeletas (en realidad con sus cálculos chapuceros seria un 27% en números redondos), sino un 43,18% de los votos emitidos, es cecir de los votos contabilizados en las urnas. Se cuentan los votos, no se calcula con todo el censo electoral para hacer el porcentaje final. Si se puede contabilizar la abstención y la participación

• Abstención.- 338.155 inscritos en el censo, el 32,27%
• Votos emitidos.- 532.251 votantes, el 62,73€

Hay que diferenciar entre la abstención y lo votos emitidos, porque de los votos que entraron en las urnas el PP de Guardiola sí se llevó el 43,18%. La abstención ha aumentado un 7,6%, han votado 87.782 personas menos que en las lecciones de 2023, ahí está el descalabro del PSOE. Los abstencionesnta en conciencia, son los fantasmas en todas las elecciones, porque su abstención no vale absolutamente para nada.

 

Esta forma de contabilizar los votos porcentualemte es igual en cualquier sistema electoral, como por ejemplo en EE. UU., solo que en este país han conseguido conformar una especie de democracia censitaria. Es muy cierto que inscribirse en el censo electoral (registro de votantes) en Estados Unidos es más difícil para las personas con pocos recursos económicos. Esto se debe a varias barreras estructurales y prácticas que afectan desproporcionadamente a grupos de bajos ingresos, según datos y estudios de fuentes como el Census Bureau, el Brennan Center for Justice y organizaciones como la National Low Income Housing Coalition.

Principales barreras para personas de bajos ingresos:

Movilidad residencial frecuente 

• Las personas de bajos ingresos (especialmente inquilinos) se mudan más a menudo que los propietarios, lo que requiere actualizar el registro con mayor frecuencia. Esto crea una carga adicional, ya que muchos no lo hacen a tiempo.
• Requisitos de identificación (Voter ID).- En muchos estados, se exige una identificación con foto para registrarse o votar. Obtenerla cuesta dinero (entre $5 y $58), tiempo libre del trabajo y transporte, lo que es más difícil para trabajadores de bajos ingresos con horarios inflexibles o sin Acceso limitado a agencias gubernamentales.- El registro a menudo requiere visitas a oficinas como el DMV (Departamento de Vehículos Motorizados), con horarios limitados. Personas de bajos ingresos sin auto o transporte público enfrentan mayores obstáculos.
• Purga de listas electorales.- Algunos estados eliminan votantes inactivos, afectando más a quienes se mudan frecuentemente o tienen inestabilidad habitacional.
• Falta de tiempo y recursos.- Horarios de trabajo rígidos, cuidado de hijos y problemas de transporte hacen que el proceso sea más complicado.

Hay que tener en cuenta que estamos hablando de Estados Unidos, donde el distrito electoral tiene de media 700.000 habitantes: el que menos 500.000 y el que más 900.000, y en 2024, la tasa oficial de pobreza en EE. UU. fue del 10.6%, con 35.9 millones de personas que viven miserablemente según los cánones de los países desarrollados.

Evidencia en datos

• Según datos del Census Bureau para las elecciones de 2022.- Solo el 57% de personas con ingresos familiares inferiores a $20,000 estaban registradas, comparado con el 82% de aquellas con ingresos superiores a $100,000.
• La participación electoral es mucho menor.- Alrededor del 33% de votantes elegibles con ingresos bajos votaron, versus 67% de altos ingresos.
• Estudios muestran que estas barreras afectan más a comunidades de bajos ingresos, minorías y jóvenes, reduciendo su representación política.

Reformas que ayudan.

Algunas reformas como el registro automático de votantes (Automatic Voter Registration, implementado en más de 20 estados) han aumentado las inscripciones, especialmente entre grupos de bajos ingresos, al registrar automáticamente a personas al interactuar con agencias gubernamentales (como el DMV o Medicaid). Esto reduce barreras y mejora la precisión de las listas.

En resumen, aunque el sistema no está diseñado explícitamente para excluir, las barreras prácticas hacen que sea más difícil para personas con pocos recursos, lo que contribuye a una menor participación electoral en estos grupos. Fuentes conservadoras como The Heritage Foundation argumentan que medidas como el Voter ID no suprimen el voto y son populares incluso entre votantes de bajos ingresos, pero la mayoría de estudios independientes confirman disparidades significativas.

Pero aunque el sistema electoral en sus orígenes no fuese ideado para marginar a personas con menos recursos, en pleno neoliberalismo es obvio que sucede esta exclusión electoral de los más pobres. A la oligarquía yanqui, el Partido Republicano y el Partido Demócrata, no les puede interesar la fórmula de registro, porque los pobre problamente no votaría por el establishment, o sea, o por los republicanos o por los demócratas.