El diario La Gaceta ha borrado la esvástica del joven legionario que aparece en una fotografía levantando la imagen del Cristo de la Buena Muerte el pasado jueves durante una procesión en Málaga.

La foto de portada del diario de los días 22 y 23 muestra a un grupo de legionarios y sobreimpresionada por el siguiente titular: "Orgullosos de nuestra Semana Santa". En la fotografía original, enviada por la agencia EFE, puede apreciarse con todo detalle.

Esto es una muestra como un diario que se dice orgulloso de ser de derechas intenta hacernos ver a unos aguerridos legionarios “naZionales” portando un cristo crucificado con toda naturalidad. El problema para ellos (la Gaceta) era el símbolo nazi, pero...¡Hala! gracias a la bendita tecnología el aguerrido legionario como por arte de magia deja de ser un asqueroso nazi.

Franco estuvo muy orgulloso de su contacto con el Eje, de su contacto con los fascistas italianos y con los nazis alemanes, es más, tan orgulloso, que Franco hizo oficial en su España recién conquistada el saludo nazi-fascista. Luego nos querrán convencer que la dictadura franquista no tenía nada que ver ni con el nazismo ni con el fascismo y, que la falange, eran unos benditos caballeros que aparecieron en escena repartiendo paz y felicidad.

Con este hecho, da la sensación que La Gaceta de Intereconomía está intentando maquillar la realidad, y nos intentan hacer ver que la derecha de este país siempre ha sido un remanso de paz piedad y perdón, como diría Ángel David Martín Rubio. Sobre todo de eso, de perdón.

Al jesuita Pérez del Pulgar se le ocurrió que para perdonar a los “rojos” pecadores había que ponerlos a trabajar en todas las obras públicas que a Franco se le ocurriera realizar. Como jesuita, debiera saber que el perdón no hay que otorgarlo obligando a trabajar a inocentes que no habían cometido ningún delito, el perdón se otorga sin más, el perdón debe de ser una acción desinteresada que raye el altruismo. Pero claro, la iglesia que sabe de eso.

Si un delincuente es culpable de un delito, debe pagar por sus acciones, pero no se le puede poner a trabajar pagándole con un mísero jornal y restándole años de condena. ¿Se hubieran imaginado a Mario Conde trabajando para salir antes de la cárcel? Por cierto ahora está de tertuliano en Intereconomía.