"No se oyen, sino, voces de odio a la inteligencia..., y de muerte. Esto es el suicidio moral de España, una salvajada anticristiana, anti europea, esto es la militarización africana pagano-imperialista. Un estúpido régimen del terror. Aquí se fusila sin formación de proceso, se asesina sin causa. Sí, son horribles las cosas que cuentan de las llamadas hordas rojas, pero no hay nada peor que el maridaje de la mentalidad de cuartel con la de la sacristía, porque el grosero catolicismo tradicionalista español apenas tiene nada de cristiano. ¡Qué cándido y que ligero anduve al adherirme al movimiento de Franco, que se ve arrastrado en ese camino de perdición. La dictadura que se avecina va a ser la muerte de la libertad".
Miguel de Unamuno.
Miguel de Unamuno, católico y liberal, se pensaba que los militares africanistas traerían paz y devolverían al catolicismo el protagonismo que gozaba con la monarquía. Lo que no preveía es que los encargados de llevar a cabo tan "magna obra", no eran sino, otra cosa que unos salvajes asesinos forjados en las guerras del Rif. Importaron las formas rifeñas de guerrear a la peninsula Ibérica, y digo Ibérica, porque hubo incursiones fascistas en Portugal para asesinar a las "hordas rojas".
Miguel de Unamuno trató por todos los medios que amigos suyos no fueran asesinados. Uno de ellos un sacerdote protestante, Atilano Coco (fue conducido al monte de La Orbada, en la carretera de Valladolid, y fusilado sin formación de causa. Se desconoce la situación de su enterramiento). Para los militares fascistas sólo había una religión posible, la suya, la católica. También sólo había una política posible. La dictadura totalitaria nacionalcatólica con tintes fascistas provenientes del nacionalsocialismo.
Miguel de Unamuno murió en su arresto domiciliario, dicen que de pena. Los fascistas monopolizaron su entierro, a su sepelio acudieron falangistas con camisa azul, otros llevan a hombros el féretro, y hay quienes a su paso le saludan brazo en alto.
El ¡Muera la inteligencia! que le soltó Millán Astray en el Paraninfo de la Universidad de Salamanca, resume perfectamente el espirítu golpista.
ResponderEliminarAlgunos autores del franquismo lo han colocado interesadamente a Unamuno como hombre del régimen.Unamuno en un principio confió en que los golpistas traerían algo bueno, pero pronto se dio cuenta del error y rectificó.
Como es lógico, estos autores se saltan la parte final de la historia.Como siempre, cuentan las historias a medias.
La literatura franquista siempre ha intentado maquillar la ola de terror que provocaron los sublevados. Pemán llegaría a afirmar que Millán Astray dijo. "Muera la intelectualidad traidora". Siempre han tenido que recurrir a falsificaciones y mentiras para justificar la barbarie fascista
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