REVOLUCIÓN

Muchos ciudadanos votaron convencidos de que el Partido Popular nos sacaría del atolladero económico en el que estamos envuelto. Votaban para que el paro disminuyera. ja, ja, ja. Y me río por no llorar. Por lo oído y visto la culpa de este desastre que estamos viendo  es de la herencia (palabra que ya estamos dejando de oír) recibida del anterior ejecutivo, sin eufemismos, de Zapatero. Rajoy se tumbó a la bartola y dejó que la crisis actuara sola. Los parados se multiplicaban por momentos. El ladrillo aznariano estalló y los mismos empleos que creo lo destruyó con una celeridad pasmosa. ¿La culpa?, la culpa fue de Zapatero, claro, que no supo pinchar la burbuja a tiempo. Como si los empleos que construyó el ladrillo se pudieran crear de la noche a la mañana en otro ámbito productivo. Otro ámbito, que dicho sea de paso, en España es inexistente.

En España tenemos un problema grave que no se solucionará a corto plazo y mucho menos con recortes. Recortes que empezó efectuándolos Zapatero. Subida de IVA, fuera cheque bebé, y nada de la devolución famosa de los 400 €, bajada de sueldo a funcionarios un 5% etc, etc. Como dato curioso señalamos que cuando ZP creó el cheque bebé y la devolución de 400 € fue duramente cuestionado por el PP. por eso no entendemos por que volvió a ser crucificado cuando retiró el cheque bebé y la devolución fiscal. No pondremos ningún vídeo de cuando Rajoy criticaba todos esos recortes por no ser pesados y por pura vergüenza ajena. Una de las excusas que los ministros de Rajoy y el propio Rajoy aducían para justificar el incumplimiento de su programa electoral, es que no sabían como estaban las arcas del estado. Todo el mundo sabía que algo no iba bien excepto la cúpula del PP, un PP que por cierto, gobernaba en más de la media España autonómica.

La culpa de la crisis resulta que es del sistema autonómico, de que en España hay 450.000 políticos, de que los políticos nos roban a manos llenas, de que los políticos son unos inútiles. El sistema de autonomía lleva funcionando 30 años, y en otros países sistemas parecidos funcionan a la perfección. Que en España hay 450.000 políticos es otro de los bulos que empezaron a correr por la red y difundido por un diario sospechoso de manipulador (El Aguijón). Y los políticos prácticamente son los mismos inútiles que los que habían antes de la crisis. La corrupción política es tan antigua como los políticos. Debemos buscar responsables en otro lugar. Ese lugar se llama neoliberalismo, capitalismo feroz que tiene crisis cíclicas que produce grandes dificultades primero entre los más débiles y después destruyendo las clases medias. Los únicos que están libres de las desastrosas consecuencias de la pobreza producidas por este sistema injusto son los que amasan cantidades ingentes de dinero. En tiempos de crisis ven como sus fortunas aumentan igual de rápido que aumenta el hambre.

Juan Torres López, catedrático de Economía Aplicada en la Universidad de Sevilla y miembro de ATTAC, es de la opinión que:

El capitalismo es un sistema que ha traído consigo unos avances sociales impensables y con él la democracia ha avanzado más que nunca. Pero el capitalismo también comporta una concentración de la renta y de la riqueza sin igual que resulta cada día más incompatible con la democracia. En los últimos años estamos viviendo un capitalismo muy singular, un capitalismo casi sin normas que ha resuelto que el afán de lucro es el único motor y eso está creando grandes problemas. El capitalismo se ha convertido en un casino y en un casino las pérdidas son grandísimas individual y socialmente. Aunque ha sufrido una profunda degradación, el capitalismo le ha dado un poder tan grande a algunos grupos sociales que estos se pueden permitir el lujo de transmitir al resto de la sociedad que todo va bien y que no hay otra manera posible de vivir. Lo que pasa es que los demás, antes o después, se dan cuenta de que esto no va de ninguna manera bien. Y en esa tensión estamos

La solución no es el PP ni el PSOE ni IU. La solución tiene un nombre. REVOLUCIÓN. revolución pacífica y sin armas, revolución de palabras e ideas revolución del sistema económico. Desgraciadamente esa revolución hoy por hoy ni está ni se le espera. Esperemos que la revolución no venga por otro lado.