LOS QUE NOS TEMÍAMOS. DE UN GRANO DE ARENA SE HIZO UNA MONTAÑA.

Como hemos visto en la entrada anterior, la columna asesina también conocida como la Columna Madrid provocaba un terror hasta entonces desconocido en tierras andaluzas y extremeñas. La fuerza más combativa del ejercito faccioso se usó como ariete para destrozar el Gobierno del Frente Popular. La tácticas de guerras del Rif resultaban muy efectivas, atemorizar una población a base de asesinatos indiscriminados. El Golpe de estado provocó en la población civil un estallido revolucionario que muchos desalmados aprovecharon para saldar viejas rencillas contra las "gentes de orden", La escabechina pudo ser mayor sino es por que algunos alcaldes del Frente Popular arriesgaron sus vidas para salvar la vida de los derechistas detenidos. Conocido es el caso del alcalde de Zafra José González Barrero que salvo la vida de una monjitas indefensas. En Fuente de Cantos murieron 12 de los 58 derechistas encerrados en la iglesia después de ser incendiada la Casa del Señor. Una masa enfervorecida obró por su cuenta y riesgo, tras ser apaciguada por miembros del Frente Popular, estos lograron salvar la vida del resto de los detenidos que no murieron en el incendio. En Almendralejo no tuvieron tanta suerte los detenidos en la cárcel fueron crucificados e inmolados.

En Zafra, donde no hubo ningún óbito entre las derechas los facciosos asesinaron a más de 50 personas, En Fuente de Cantos fue TERRIBLE lo que pasó, pero a pesar de que los desgraciados que murieron en tan trágicas circunstancia no superaron la docena los defensores del "orden" y la "libertad" asesinaron a más de 300 personas. La represión en Almendralejo también fue terrible por parte de la oficialidad militar traidora a su juramento. Todavía se están debatiendo las cifras pero es posible que mil izquierdistas perdieran la vida injustamente.

Como hemos visto los facciosos asesinaban sin ninguna proporción y con total arbitrariedad, esto provocaba la estampida entre la población indefensa y militares desbordados que no querían participar en esa guerra sin sentido,  y que por culpa de unos militares ambiciosos iban a morir 500.000 personas, provocaría el exilio de miles de españoles, una terrible represión de posguerra y cuarenta años de dictadura, amen de un grave retroceso cultural y económico. 

Los que pudieron se pusieron a salvo en zona republicana, y otros no tuvieron más remedio que buscar cobijo en el país vecino. Mal asunto. Salazar era partidario de Franco y no quería cuentas con la República. Al principio y gracias a la farsa del Comité de No Intervención. El Gobierno dictatorial de la República Portuguesa aparentemente guardó esa neutralidad, y digo aparentemente porque no fue así. Permitió que Gil Robles comprase armas en Lisboa. Consentía incursiones fascistas en su territorio para que falangistas fueran a la caza del "rojo". Sino llega a ser por el Teniente Seixas que contraviniendo órdenes permitió que más de mil personas se refugiaran en suelo portugués, la historia hubiera sido distinta. El caso es que muy a pesar del dictador luso, tuvo que reconocer oficialmente un campo de refugiados el de Cotahidinha, sin embargo Seixas conociendo la postura de Salazar sobre los refugiados no tuvo más remedio que mantener otro campamento en la más absoluta clandestinidad el de Russianas. Como todo el mundo sabe, La aparente neutralidad del Dictador Luso era sólo eso aparente. Más de un camión lleno de huidos cruzó las frontera en dirección al matadero ubicado en la plaza de toros de Badajoz. Salazar no tuvo más remedio que repatriar a los refugiados, le hubiera gustado mandarlos al matadero pero para evitar un conflicto internacional decidió fletar un barco (Nyassa) y mandarlos dirección a Tarragona. 

Hasta la fecha gracias a Francisco Pilo conocemos dos versiones de lo ocurrido cuando el Nyassa llegó a puerto (cosa que es de agradecer), la del Capitán Pessoa y la del teniente Ángel P. Ripoll. El Capitán era Francófilo, y el teniente era leal a la República. Las dos versiones difieren en lo esencial, por lo visto hubo un intento de agresión. Los portugueses dicen que empezaron los españoles, y los españoles dicen que empezaron los portugueses. nada nuevo bajo el sol. Francisco Pilo por razones obvias prefiere creerse a pies juntillas la versión del capitán Pessoa.

El conflicto se desencadena por que ordenaron encerrar a dos refugiados por saludar con el puño en alto y después del desembarco esos dos "encerrados no aparecían por ninguna parte. ¿Solo dos saludaron con el brazo en alto? ¡Vaya hombre! se nos había dicho que el Nyassa iba cargado con 1.445 "extemistas". ¿Era motivo suficiente para encerrarlos por hacer un saludo totalmente legal y normal entre gente de izquierdas? Esto nos demuestra la prepotencia de la oficialidad del Nyassa que en aguas republicanas querían imponer su ley. ¿No hubiera sido más fácil para no crear conflictos dejar salir a todo el mundo en paz? ¿Quién se habría creído que era el capitán del Nyassa? ¿Hitler, Franco, Napoleón o el mismísimo Julio Cesar?. Sin lugar a dudas quien empieza la actitud hostil es la oficialidad del Nyassa que encierra a dos refugiados por saludar con el brazo en alto. No hubo ninguna agresión, sólo la respuesta a un saludo. La actitud de las autoridades del Nyassa hace creíble la versión del teniente republicano. 

El caso es que nosotros nos mantendremos entre dos aguas y seremos cautos. Aun así, el desenlace no fue fatal no hubo ningún disparo de por medio, ni heridos. Por lo visto en el Nyassa se molestaros por dar vivas a la República y supuestamente a Rusia. ¿Y que demonios pretendían que dieran vivas a Franco a Hitler y a Salazar? La llegada de casi mil quinientos refugiados y presos produjo gran contento, de ahí los vivas a la República y al único país que estaba ayudando a ganarle la guerra a los extremistas nacionalistas.

Según contó después en sus celebres charlas radiofónicas (el general veleta y faccioso -por no decir algo peor-) Queipo De Llano, que el delegado marítimo y sus seguidores despidieron el barco a pedradas. Claro, no hubo tiros ni nada que indicara una agresión. Pues eso, a pedradas con peligrosas hondas y tirachinas.

El caso es que de un incidente de escasa importancia ( tenso si, pero no determinante) se hizo un grave conflicto internacional. Salazar aprovechó el momento para cortar las molestas relaciones con la República. Ya, si en otra ocasión pillaba a algún huido podría mandarlo al matadero con toda facilidad.