VOX TARDE O TEMPRANO ACABARÁ EN EL GOBIERNO.

 Al PP le será imprescindible los votos de Vox para llegar a la Moncloa. Una vez instalados en la Moncloa, el siguiente paso será renovar el CGPJ donde entrarán miembros afines a Vox; se nombraran a jueces ultraderechistas para el Constitucional. Esta es la parte principal: con fachas y ultraderechistas (que haberlo haylos) controlando los altos tribunales, se acabará con el aborto, la ley del matrimonio homosexual, nos jubilaremos con la edad de Matusalén, se derogarán la leyes de memoria histórica y la Ley de la violencia de Género. Tendremos a la Iglesia Católica Apostólica y románica hasta en la sopa, la Educación y la Sanidad retrocederan hasta límites del franquismo, y por supuesto, se prohibiran los partidos independentistas (PNV, Bildu ERC...).

Esto no es descabellado porque países como Hungría, Polonia o la tan venerada Ucrania ya han ilegalizado partidos comunistas y en Ucrania además de ilegalizar tres partidos comunistas, a partidos que antes de la guerra querían anexionarse a Rusia en vez de la UE. Leyes homófobas las hay en Polonia y Hungría, también en la autocracia de Putin. Los derechos conquistados no son para siempre, hoy el fascismo lo tenemos justo enfrente y normalizado por la prensa del régimen del 78.

Los académicos como Steven Forti que se niegan en rotundo a llamar a Vox como fascista porque no tienen grupos paramilitares, se darán cuenta de su error cuanto tengan que exiliarse si quieren vivir en paz en un mundo sin cortapisas. El fascismo hoy no saluda a la romana ni usa botas militares. Ha mutado pero va a ser letal. Y lo será cuando siga consiguiendo escaños en toda Europa. La estrategia es a largo plazo.

Nota: Forti es un gran investigador y comunicador. A pesar de no llamar fascista a Vox lleva tiempo alertándonos de la extrema derecha. Recordad esto cuando haya elecciones tanto locales, regionales como generales. No os quedéis en casa. Votad que nos jugamos mucho. Que la gente vote a la derecha (PP o C's) es perfectamente legítimo. Votar a Vox es muy peligroso. En las democracias liberales pararle los pies a elementos como Santiago Abascal solo es posible mediante las urnas.