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Cardenal Isidro Gomá. Uno de los propagadores del bulo. |
Es ésta la madre de todas las
mentiras propagadas por los franquistas,
ya que vendría a justificar el golpe de Estado en función del que según ellos,
preparaba la izquierda. Con esta
finalidad se confeccionaron unos
“documentos” que dejaría a las claras, la preparación de un complot patrocinado
por Stalin, que pretendería la instalación de un estado totalitario de
izquierdas en España. Es decir, estamos ante el tan cacareado golpe de Estado
de la izquierda, pero con documentos que lo demuestran.
La primera mención que
se hizo de de ellos fue a través de la notificación que envió el marqués
del Moral al Foreign Office en la temprana fecha del 30 de Agosto de 1936. Como
es lógico, adjuntó una de las muchas copias de los “documentos” que habrían de
circular por diversos países .
Poco después se publicaron en la
revista francesa de tendencia ultraderechista, Gringoire, la cual venía
haciendo campaña a favor de Franco en la Guerra Civil.
A comienzos de 1937 Cecil
Gerathry las incluyó en su libro The road to Madrid. Según comentó en este
trabajo, él mismo hizo copias de las que encontró en la sede de los comunistas,
en la Línea de la Concepción. Ese mismo año se divulgaron en Berlín y un año
después en Inglaterra.
En Suecia fueron utilizados para hacer propaganda
favorable a Franco en un libro de Ernest Bredberg titulado Rebellen Franco och den lagliga regeringen.
Así podría enumerar muchos más
casos que se dieron a nivel internacional, de utilización de estos papeles para beneficiar a la causa franquista.
En lo que respecta a España, el mismo Cardenal Gomá se refiere a ellos de forma indirecta.
“El
movimiento de Franco no se produjo sin que los que lo iniciaron intimaran
previamente a los poderes públicos a oponerse por los recursos legales a la
revolución marxista inminente. La tentativa fue ineficaz y estalló el
conflicto” (1)
Con posterioridad, Arrarás,
Manuel Aznar, Luis Fernández , Seco Serrano y otros muchos historiadores de pelaje
franquista, habrían de utilizarlos para justificar la conspiración del 18 de
Julio. Hay que señalar que Hught Thomas y el mismísimo Salvador de
Madariaga señalaron la autenticidad de
estos “documentos”.
Estos fueron en realidad tres.
El documento nº I llevaba el encabezamiento Informe confidencial nº 3 y contenía órdenes
y contraseñas para un levantamiento de la izquierda contra el gobierno del Frente Popular. Todo esto habría
de ocurrir entre el 10 de Mayo y el 29 de Junio. Según la versión de
los franquistas, estas fechas tuvieron que ser cambiadas posteriormente , a través de innumerables
aplazamientos
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Ricardo de la Cierva, destapó el engaño. |
D
El documento nº II llevaba por título informe confidencial nº
22/11 y señalaba los nombres de los miembros del gobierno revolucionario que se
formaría tras la sublevación, así como de las autoridades militares y
provinciales que constituirían el
“soviet nacional”.
En cuanto al documento nº III , titulado Informe reservado, hablaba de
una supuesta reunión celebrada en Valencia el 16 de mayo de 1936. A ésta
habrían asistido un delegado de la tercera internacional, representantes de los
sindicatos franceses, algunos españoles y dos emisarios rusos. En dicha reunión
se trazaron los planes de la revolución izquierdista prevista para mediados de
Junio.
Todos estos datos lo podéis encontrar de manera más
pormenorizada en el impresionante libro de Herbert R. Southworth, El lavado de
Cerebro de Franco, publicado en el año 2000, un año después de su muerte.
Como hemos visto, en primer lugar
cumplieron la finalidad de ofrecer a la opinión pública internacional una
versión distorsionada y manipula de lo ocurrido en España. Se trataba de hacer
creer a las potencias occidentales que el golpe fascista estaba justificado, ya
que en España se quería imponer un régimen marxista. Este hecho en plena guerra, supuso para los
golpistas una propaganda muy favorable, que
prosiguió en España durante muchos años. En esta ocasión, los utilizaron
para hacer creer a los españoles que su actuación fue legítima, ya que se
trataba nada menos que de librarnos del yugo comunista.
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Herbert R. Southworth. Autor de El lavado de cerebro de Franco. |
Hay que decir que los
“documentos” no llevan ninguna firma ni sello, aunque no hace mucho alguien
tuvo el atrevimiento, de publicarlos en un blog con una tachadura que el
propietario del mismo atribuyó a unas firmas o sellos. O bien este señor pecó
de ignorante y esos documentos no eran los que el creía que eran, o más bien, intentó engañar nuevamente al
personal haciéndoles creer algo que no
era posible.
La patraña urdida, trata de convencernos de que agentes
de Franco, encontraron copias de estos “documentos” en locales comunistas en Morón de la Frontera,
La Línea de la Concepción, un pueblo
cercano a Badajoz… Ya habréis advertido
que para ser documentos secretos, los supuestos patrocinadores del golpe
habrían hecho demasiadas copias , como para hacer pensar que de secretos tenían
bien poco. A nadie le puede entrar en la cabeza que un asunto de tal
trascendencia se hiciera de forma tan poco discreta, con tal proliferación de
copias. Esta clase de documentos cuando son auténticos no suelen estar en
demasiadas manos.
Por otra parte no se ha
encontrado dos copias iguales. En algunos casos se producen errores
gramaticales de bulto en los nombres, o utilización diferente de un mismo
vocablo; en algunos aparece el término librería y en otros biblioteca…. E
incluso lo que es más curioso; se ofrecen diferentes versiones del número de miembros que compondrían el “ soviet nacional”.
“En la copia del marqués del
Moral el “soviet nacional” lo integran 15 comisarios más el presidente, sin
embargo en la copia de Arrarás se rebaja la cifra a los nombres de 13
comisarios. El padre Tony lo redujo a nueve”, (2)
Como se puede apreciar la chapuza
fue monumental. Sigamos:
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Manuel Aznar, abuelo del ex presidente José María Aznar.
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Hay algo en lo que casi todos los
historiadores se ponen de acuerdo. Me refiero a la casi imposibilidad de que el
régimen comunista de Stalin promoviera en aquel momento un movimiento
subversivo en España, si tenemos en cuenta que el dictador intentaba
contemporizar con Hitler, con quien firmaría posteriormente un pacto de no
agresión. Es la razón fundamental por la que no se implicó más que de forma
discreta, en el apoyo a los republicanos durante la guerra civil. Le interesaba
más una política conciliadora con Inglaterra y Francia ante un futuro conflicto
con los alemanes que exponerse a males mayores. Es decir, no le venía nada bien
una injerencia en España a esos niveles, que pudiera destruir su política de
apaciguamiento, tanto con Hitler como con las potencias occidentales. Esto hace
poco creible la intervención soviética en
aventuras golpistas en España, al menos en aquella época.
Esto dice el informe confidencial
nº 22, sobre las armas y personal con
que contaba la insurrección
“El
número aproximado de estas fuerzas en toda España es: Las de asalto, 150.000
hombres; las de resistencia 100.000. Las sindicales no se conocen el número.
El
número aproximado de armas que tienen son: armas largas de toda clase 25.000,
pistolas ametralladoras 30.000. Ametralladoras 250. Dinamita para equipar
20.000 hombres. La organización de resistencia tiene solamente arma corta” (3)
En
cuanto a la organización armada por zonas, se aportan los siguientes datos.
Madrid,
25.000 asalto, 25.000 resistencia, 25.000 sindical
Extremadura,
15.000 asalto, 10.000 resistencia, 20.000 sindical
Cataluña,
30.000 asalto, 20.000 resistencia, 40.000 sindical
Andalucía,
15.000 asalto, 12.000 resistencia, 15.000 sindical
Galicia,
15.000 asalto, 10.000 resistencia, 20.000 sindical (4)
Viendo estos datos, no logró
adivinar la razón por la que los milicianos estuvieron durante más de cuarenta
y ocho horas reclamando armas al gobierno de Casares Quiroga que se negó a entregarlas , al de de Martínez
Barrio que procedió de igual manera que
el anterior. Como sabemos fue el gobierno de José Giral quien entregó armas al
pueblo el 20 de Julio
.
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José Giral, quien dispuso la entrega de armas al pueblo. |
Resulta inverosímil que de haber
contado la izquierda con tal número de armas y municiones, ésta hubiera
permitido que los golpistas controlaran en esos dos días vitales, casi un
tercio del territorio nacional.
Los falsos documentos hablan nada
menos, que de equipar de armas y municiones a entre 25.000 y 30.000 hombres.
Todavía en 1976 reapareció con
gran fuerza la farsa de los “documentos”. De ello se encargo José María Gárate Córdoba, en su libro La guerra de las
dos Españas (Breviario histórico de la guerra civil del 36).donde mostraba la
autenticidad de los “documentos” con
arreglo a unas supuestas pruebas que no
identifica detalladamente. Hace referencia a los diversos cambios de fecha del
levantamiento y cosas por el estilo. Al parecer el autor logró hablar con Tomás
Borrás –al que se le atribuye la falsificación de estos “documentos”-, el cual
le habría confesado que el locutor de Radio España y artista de variedades Pepe
Medina le comunicó cierto día en la primavera del 36, que en el Ministerio de
la Guerra una mecanógrafa estaba copiando unas extrañas instrucciones dictadas
por un grupo en el que había un par de rusos. Borrás habría conseguido que le
consiguiera una copia de los “documentos secretos”.
Es llamativa la farsa y más
teniendo en cuenta que el titular de ese Ministerio por esas fechas, no era
otro que el inefable Casares Quiroga. Cuesta creer que éste aceptara que se le
metieran los rusos por los despachos y se pusieran a dictar consignas
revolucionarias. Esta versión de Garate es a la
que se aferran en la actualidad la parroquia ultraderechista, que de cuando en
cuando nos recuerdan el susodicho invento.
Hay que señalar que Ricardo de la
Cierva, desveló que el escritor falangista Tomás Borrás le confesó ser el autor
de estos “documentos”. Según de la Cierva, los confeccionó e hizo múltiples
copias que distribuyó a diestro y siniestro.
Esto es así hasta el punto de que se les conoce hoy día por los
“documentos de Borrás”
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Casares Quiroga, ministro de la Guerra cuando se ideó la farsa. |
No sabemos si fue él u otro el
responsable de semejante falsedad. De lo único que no puede dudarse es de la
utilización que los franquistas hicieron de esta farsa. Por tanto, es
inverosímil que una sola persona decidiera por su cuenta y riesgo elaborar tal
plan. Tuvo que haber una importante red de colaboradores que primero idearon la
patraña, después elaboraron los “documentos”, después se encargaron de
distribuirlos profusamente y por último lo que quizá sea más importante, se
preocuparon de que el engaño perviviera
durante años y años, yo me atrevería a
decir que hasta la actualidad.
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Tomás Borrás.
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Me gustaría finalizar con unas
palabras de Southworth que en el libro que he citado deja a las claras lo
infructuoso que resulta todo esto, en vista del interés que tienen algunos en
seguir promocionando las mentiras:
“Así pues, a pesar del análisis
detallado de los “documentos· que he hecho en las páginas precedentes, me temo
que mientras la derecha española y las fuerzas armadas españolas sientan la
necesidad de justificar el alzamiento, habrá mentes crédulas que se tomarán en
serio los “documentos secretos” del
“complot comunista”. De poco servirán la lógica y la razón contra ella” (5)
Dejemos mientras tanto, que
algunos sigan haciendo el ridículo.
ANTONIO ALFONSO HERNÁNDEZ
25 de mayo de 2012
NOTAS
(1) (2) (3) (4) y (5) El lavado de cerebro de Franco. Herbert R. Southworth