sábado, 30 de julio de 2016

Juan Ernesto Pflüger tiene razón.



Juan Ernesto Pflüger analizó en el plató de 'El Gato al Agua' (Intereconomía) los cambios de nombre de 27 calles de Madrid de la mano de Manuela Carmena. Solamente oírlo causaría estupor a una persona medianamente informada sobre la actualidad y la memoria histórica.

Pflüger sostiene que los podemitas "no saben de quienes están hablando a la hora de cambiar las calles", debido a que le van a quitar una calle a los caídos de la División nazi española (Y DIGO NAZI PORQUE ESTABAN A LAS ÓRDENES DE HITLER), y se la van a dedicar a una falangista (Mercedes Formica). Yo no sé que sabrán los podemitas sobre la historia de la Guerra Civil, tan solo sabemos que Carmena le encargó a una socialista (Sauquillo) la creación de una Comisión para el asesoramiento sobre el cambio de calles para cumplir con la ley. En esa variopinta Comisión nos encontramos desde curas católicos, historiadores de derechas (propuesto por Esperanza Aguirre), novelistas que odian la memoria histórica y hasta historiadores "equidistantes". Debido a esta rara amalgama de personajes de distintas disciplinas, hemos de suponer que salgan estas estrambóticas propuestas.

Como la propuesta número "17.- Calle del Comandante Zorita. (Nueva denominación propuesta: Calle de Aviador Zorita, que es el mismo personaje y que, aunque participó en la Guerra Civil, debe su notoriedad a sus posteriores logros como aviador)". Es raro: le perdonan su valiosa colaboración en el Golpe de Estado y su participación en el bando fascista porque fue un aviador brillante.

Al enterarnos de quienes eran las personas que formaban la Comisión encargada de asesorar a Manuela Carmena en asuntos de la memoria histórica vimos un horizonte, sino negro, sí bastante confuso. En efecto: la primera en la frente.

Lo que se nos hace raro es que a Juan Ernesto Pflüger no le haya hecho gracia que a una fascista, y a un aviador faccioso, que luchó en el bando fascista, el callejero de Madrid le rinda honores. Raro, raro, raro...

jueves, 28 de julio de 2016

Las brigadas Internacionales. Héroes antifascistas luchando contra Franco


La historia del batallón Lincoln sobre el que conversaron Pablo Iglesias y Barack Obama

Unos 2.800 estadounidenses combatieron contra Franco durante la Guerra de España. El líder de Podemos le regaló un libro al presidente de EEUU sobre su historia.

Obreros, profesores, estudiantes y artistas, mayoritariamente urbanos, formaron este ejército de voluntarios. Junto a ellos, Salaria Kea, la única mujer negra allí.

Alrededor de 800 de ellos murieron durante la contienda.

eldiario.es / Carlos Hernández / 11-07-2016

“En toda sociedad y en todo momento histórico un reducido círculo de hombres y mujeres sabe cómo actuar. Dentro de ese grupo hay un círculo todavía más pequeño que sabe cuándo actuar. Y entre ellos hay un número aún más reducido que sabe por qué actúan. Los hombres y las mujeres de la Brigada Lincoln sabían cómo, cuándo y por qué actuar”. Es la historia que le regaló Pablo Iglesias a Obama en su visita a Madrid y en forma de libro.

La descripción de los que combatieron en nuestro país contra la sublevación franquista es de Anthony L. Geist, catedrático de Literatura Española en la Universidad de Washington. Su compatriota, el historiador y profesor de la Universidad de Stanford, Peter N. Carroll, va un paso más allá: “Fue un hecho sin precedentes en la historia militar de los Estados Unidos. Era un pequeño ejército basado en principios e ideología. No había mercenarios ni soldados de fortuna…Los voluntarios no ganaban nada por su sacrificio, salvo el orgullo y la satisfacción de saber que habían intentado detener la expansión del fascismo”. El origen de lo que meses más tarde serían los batallones Abraham Lincoln y George Washington se remonta a comienzos del mes de noviembre de 1936.

En un sótano del bajo Manhattan (Nueva  York), tres destacados miembros de organizaciones comunistas asentadas en la ciudad comentan las instrucciones llegadas desde Moscú. El Komintern instaba al pueblo estadounidense a sumarse a la movilización internacional para defender la República española de la rebelión militar apoyada por la Alemania nazi y la Italia fascista.

Unos días antes ya habían llegado a la península los primeros voluntarios europeos para unirse a un Ejército Popular que los líderes republicanos habían logrado organizar para sustituir a las combativas pero desorganizadas y poco preparadas milicias. La lejanía geográfica y la propia situación política interna había provocado que los camaradas estadounidenses atendieran con retraso al llamamiento de Moscú. Sin embargo, el reclutamiento comenzó inmediatamente y los primeros yanquis pisarían territorio español en enero de 1937.

Jóvenes maduros, inconformistas y urbanos

Owen Appleton fue uno de los primeros en alistarse. Graduado con honores por la Universidad de Harvard llegaría a ser secretario del Batallón Lincoln y acabó muriendo en una trinchera del frente del Ebro. El perfil de Owen se corresponde con el de buena parte de los compañeros con los que combatiría en España. Entre ellos había marineros, desempleados y obreros industriales, pero un importante porcentaje estaba formado por profesores, estudiantes, artistas e intelectuales.

Incluso los hijos del alcalde de Los Ángeles, que también moriría en suelo español, y del gobernador de Ohio decidieron dejar atrás la comodidad y seguridad de sus hogares para participar en la que consideraban, con acierto, la primera gran batalla contra el fascismo internacional. Unas 60 mujeres se sumarían durante los años de la guerra al contingente norteamericano.

No se trataba, por tanto, de jóvenes impulsivos. De hecho, la media de edad rozaba los 27 años, sino de personas formadas y comprometidas ideológicamente con la arriesgada empresa que iban a acometer. Comunistas (en mayor porcentaje) socialistas, progresistas… los historiadores coinciden en que más que una ideología concreta, lo que empujó a cerca de 2.800 estadounidenses a cruzar el Atlántico para combatir en España fue un espíritu de solidaridad internacional y un profundo sentimiento antifascista.

Uno de cada tres voluntarios era judío que ya veía en el triángulo Hitler-Franco- Mussolini una clara amenaza para la supervivencia de su pueblo. La miseria provocada por la Gran Depresión incrementó, además, la conciencia de clase de estos jóvenes que veían como crecía en su país, día a día, la desigualdad social, al tiempo que se mantenía una brutal discriminación racial contra las minorías.

Tom Page fue uno de los 85 afroamericanos que formaban parte del contingente de voluntarios estadounidenses: “Fue la primera vez en mi vida que me sentí tratado con dignidad, como un ser humano y por eso lamenté siempre haber dejado aquel país”, afirmaba al recordar su dura experiencia en España. “Durante el tiempo que estuve en España nadie miró mi color de piel. Cuando regresé a EE.UU pensé que las cosas habrían cambiado. No fue así” añadía Salaria Kea, la única mujer negra que formó parte de la Brigada Lincoln.

Gloria, sangre y derrota

Los primeros voluntarios estadounidenses llegaron a España en enero de 1937 y se integraron en la XV Brigada Internacional. Posteriormente, otros norteamericanos se integrarían en diversos cuerpos del Ejército Popular republicano. Es por esta razón por la que los supervivientes y sus descendientes utilizarían, y siguen utilizando hoy en día, el término “Brigada Lincoln” para referirse al conjunto de los estadounidenses que sirvieron en diversas unidades durante la Guerra de España.

Tras un demasiado corto periodo de entrenamiento en Tarazona de la Mancha (Albacete) y Villanueva de la Jara (Cuenca) los batallones Lincoln y Washington tuvieron un sangriento bautismo de fuego en la batalla del Jarama. Se calcula que entre el 6 y el 27 de febrero perdieron a 400 hombres, la mitad del total de bajas que sufrirían durante toda la guerra. Sin apenas tiempo para restablecerse, los voluntarios combatieron en Boadilla del Monte, Villanueva de la Cañada y Brunete donde cayó Oliver Law, el primer afroamericano en la historia de los Estados Unidos que comandó una unidad militar. Bajas como la de Law provocaron que los dos batallones se fusionaran, a la vez que se creaba otro, el Mackenzie-Papineau en el que se integrarían nuevos voluntarios recién llegados desde Nueva York.

El recorrido bélico de los estadounidenses continuó por las batallas más sangrientas y decisivas: Belchite, Teruel y, finalmente, el Ebro donde el batallón Lincoln acabó de labrarse un prestigio glorioso por su forma de resistir ante la ya evidente superioridad del Ejército franquista.

El 22 de septiembre de 1938 los internacionales de la XV Brigada recibieron la orden de retirada. La República había adoptado esta sorprendente medida con la ilusoria esperanza de que arrastrara a Hitler y a Mussolini a tomar idéntica decisión. A finales de octubre los brigadistas desfilaban por Barcelona donde les despedía una multitud encabezada por Dolores Ibárruri, La Pasionaria: “No os olvidaremos; y cuando el olivo de la paz florezca, entrelazado con los laureles de la victoria de la República española, ¡volved!…“

Héroes y villanos

Una parte importante de los 2.000 supervivientes combatió en la II Guerra Mundial. Sus superiores se debatían entre la admiración por quienes tenían en sus espaldas una impagable experiencia en el combate y la desconfianza por los ideales que les habían llevado a pelear en España. Sus expedientes fueron marcados con las iniciales P.A. (premature antifascist), un estigma que les pondría en el punto de mira, años después, pero del que los miembros de la Lincoln se sentirían orgullosos hasta el final de los días.
Monumento Brigada Lincolm (EEUU)
Tras la caída de Hitler, los veteranos de la Brigada tuvieron que hacer frente a una nueva amenaza. Los años del macartismo y de la llamada caza de brujas les convirtió en sospechosos en una época en que el Estado creía ver conspiradores comunistas detrás de cualquier cortina. Resignados a no recibir reconocimientos oficiales, en los años 70 crearon el ALBA (Archivos de la Brigada Abraham Lincoln) para preservar y difundir su memoria. Igualmente, el único monumento que les recuerda en su patria, ubicado en San Francisco, fue financiado por ellos mismos.

Quizás el reconocimiento final les llegue muy pronto, ahora que todos los supervivientes han fallecido, y de la forma más inesperada. David Simon, creador de la célebre serie de televisión “The Wire”, afirmó recientemente que “sueña con realizar una serie sobre la Brigada Lincoln”.


miércoles, 27 de julio de 2016

Homenaje a las víctimas del franquismo en Villanueva de la Serena

Acto en homenaje a las 301 personas asesinadas en general y en particular a las asesinadas en las tapias del cementerio de Villanueva de la Serena y que yacen en la fosa clandestina del franquismo y que está siendo exhumada en parte.


domingo, 24 de julio de 2016

REFLEXIONES SOBRE LA REPRESIÓN FRANQUISTA ( y 2)

Exhumación de una fosa de represaliados por el franquismo

“ Se tendrá en cuenta que la acción ha de ser en extremo violenta para reducir lo antes posible al enemigo, que es fuerte  y bien organizado. Desde luego, serán encarcelados todos los directivos de los partidos políticos, sociedades o sindicatos no afectos al movimiento aplicándoles castigos ejemplares para estrangular los movimientos de rebeldía o huelga”
              (instrucción reservada número 1 del general Emilio Mola)

Es innegable que estas premisas previas al Golpe de Estado anunciaban claramente las intenciones sanguinarias de los golpistas para los que no pensasen como ellos.

La aplicación de los bandos de guerra implantados por los fascistas fue un instrumento de primer orden al servicio de la represión  dando pie a miles de ejecuciones irregulares. En realidad, el sistema siempre fue el mismo. Ocupación a sangre y fuego de los territorios y “pacificación” de los mismos a través de la eliminación física de los considerados no afectos a la causa.  En las primeras horas tras las diferentes  ocupaciones de territorios, pocas esperanzas podían tener de seguir con vida aquellos que empuñaron un arma para defender la legalidad vigente, así como los dirigentes de las organizaciones y sindicatos de la izquierda o cargos públicos como concejales , presidentes de diputaciones o alcaldes del mismo signo político y en general todos aquellos que pudieran ser considerados afectos a la República por parte de los represores.

La justicia al revés.  La paradoja llevó a los auténticos rebeldes a acusar de rebeldes a los que no lo eran.  Bajo esta farsa, asesinaron, encarcelaron o depuraron a infinidad de españoles.

Es en  este periodo inicial de terror, hasta la implantación de los consejos de guerra, vulgar farsa judicial puesta en funcionamiento algunos meses después,  donde se dieron la mayoría de los casos de desaparecidos al no consignarse  estos crímenes,  salvo excepciones,  ni en los registros civiles ni en los de los cementerios.  Lamentablemente, estas personas asesinadas cruelmente siguen poblando nuestros campos ochenta años después sin que por parte de las autoridades se vislumbre  la adopción de medidas que ponga fin a esta ignominia histórica.

Hasta finales de los años cuarenta, los fascistas aplicaron el bando de guerra, aunque cierto es que el periodo de mayor actividad fue en los primeros meses posteriores al golpe de Estado. Después fue sustituido paulatinamente por los ya citados Consejos de Guerra.  Auxilio a la

rebelión, choque con fuerza pública o muerto a consecuencia de heridas de guerra, entre otros, son algunos de los disparates que se esconden detrás de esta represión encubierta realizada a través del bando de guerra.

La posición de debilidad en que se veían los sublevados tuvo mucho que ver con esta orgía de terror con que se desenvolvieron para paralizar  o reducir la reacción natural por parte de los defensores de la República, No obstante, hay que destacar que a pesar   esta sanguinaria represión  se produjeron multitud de acciones heroicas por parte de los que defendían la legalidad. Un buen ejemplo, hay muchos más, de lo que estoy comentando lo constituye la valerosa defensa de Badajoz los días 13 y 14 de agosto de treinta y seis.  A pesar de la inferioridad numérica y  escasez de medios, mandos y organización, algunos  centenares de personas se enfrentaron a los que ya se sabía que estaban asesinando por allí por donde pasaban, arriesgando así sus vidas. Sabemos que ya en la primera jornada fueron muchos los asesinados entre los defensores de Badajoz.

El caso es que no fueron pocos los rebeldes que consideraron este clima de terror como un instrumento necesario para ganar la guerra. En este contexto, cabe interpretar las palabras pronunciadas por el otrora  represor  de Badajoz y militar al frente de la Columna de la muerte, Juan Yagüe, en abril del 38 y  ya con la guerra casi ganada, cuando   pedía que cesaran los fusilamientos. Es decir,  hubo quien interpretó , así se lo inculcaron en las guerras en el protectorado de Marruecos, que la represión extrema  había que utilizarla sólo  mientras durase la guerra o incluso usarla para poder ganarla.

En cualquier caso, algunas voces de la familia franquista. se han oído en estos años considerando un error la continuación de la represión tras acabar la guerra. Uno de los más destacados en este sentido fue el historiador , Ricardo de la Cierva.

Vaya por delante, que esta consideración es igualmente errónea. No, esta represión implacable que en muchos casos no hacia prisioneros no debía haberse producido nunca , ni siquiera durante la guerra.

Sin embargo, Franco tenía otros  planes .  No le bastaba con ganar la guerra. Quiso, además, que por los siglos de los siglos no quedara nadie en nuestro país dispuesto a defender sus ideas si estas eran contrarias al  incipiente movimiento nacional.  Mucho menos iba a permitir que se produjeran en el futuro lo que él denominaba movimientos subversivos. De ahí que considerara que el escarmiento debía ser brutal y permanecer el tiempo necesario para que no

quedase ni la más remota posibilidad de que volviese a brotar en nuestro país  las idea de una República democrática .

Instrumentos al servicio de la represión  para después de la guerra fueron entre otras.

La ley de responsabilidades políticas, en vigor desde el nueve de febrero de 1939. Una nueva barbaridad jurídica les llevó a considerar de manera retroactiva el inicio de las actividades políticas sancionadas por esta nefasta ley, desde el periodo de octubre de 1934. Es decir, cuando los militares sublevados aún mantenían el juramento de lealtad a la república a la que servían. Juramento que por cierto se mantuvo desde el triunfo del Frente Popular hasta el estallido de la insurrección. Pongo de referencia este periodo porque ya sabemos que este resultado electoral no lo aceptaron y es cuando deciden declarar la guerra definitivamente a la II República. Como vemos, este hecho no impidió que siguiesen en sus puestos cobrando el sueldo y conspirando a la vez baja la aparente obediencia al régimen legalmente constituido.

Ley para la Represión de la Masonería y el Comunismo, aprobada el 1 de marzo de 1940, a través de la creación de un Tribunal Especial para la represión .

Los miles de muertos, encarcelados, depurados o exiliados de los que fue responsable principal Francisco Franco, fue la consecuencia de su obsesiva inclinación por mantenerse en el poder  no permitiendo que existiese la más mínima posibilidad de que tal hecho no se produjese. Incluso, a nivel interno, también reprimió el menor atisbo de rebelión entre los suyos.  La condena a muerte del dirigente falangista,  Manuel Hedilla, contrario a la unificación con los tradicionalistas, después conmutada por cárcel  debido a la mediación de Serrano Suñer,  la caída en desgracia del Arzobispo de Sevilla, Pedro Segura, por sus evidentes y públicos,  desencuentros con el dictador, el destierro dictado contra el destacado falangista Dionisio Ridruejo, o  el ordenado contra Juan Yagüe por expresar en algún momento alguna crítica al régimen son algunos ejemplos de ello. Tampoco se libraron otros militares de las consecuencias de los considerados  actos hostiles al dictador.  Ejemplos; Tella, destituido como gobernador militar de Burgos acusado de participar en una conspiración monárquica. Alfredo Kindelán, monárquico que defendía que el poder conseguido por Franco debía terminar tras la guerra y dar paso a Don Juan. Arrestado, su estrella empezó a declinar después de este episodio, o el Coronel Ansaldo, al que le impuso seis meses de arresto en Cádiz y que después huyó a Portugal por hechos similares, o el sanguinario virrey de Andalucía, Queipo de Llano, que fue víctima de un exilio encubierto en Roma , bajo el aparente cargo de agregado militar en la capital italiana y estrechamente vigilado por la policía española, debido a sus continuas divergencias con Franco al que despreciaba.

Claro, que con mucha razón algunos podrán pensar que ojala hubiera sido este tipo de represión la que hubieran sufrido los defensores gubernamentales o afectos a la república, en vez de la despiadada a base  de muerte, cárcel o exilio que les tenía preparada el inmisericorde general.

Por cierto, este último militar citado, Ansaldo,  dejó en su libro,  ¿Para qué?, una de las descripciones más desgarradoras y duras sobre  una organización que tuvo un papel muy activo en las prácticas represivas, Falange Española.

“…. Bárbaras doctrinas fascistas, que por mucho que sean el oropel filosófico con que se vistan,  muestran siempre, en su fondo,  los básicos sentimientos  de crueldad, barbarie,  violencia y tiranía que les dieron vida- y muerte- y que son tan viejos como el anhelo primitivo de imponerse, ya que no por la razón,  por la fuerza a sus semejantes” ( fuente, Wikipedia)

Que la represión, en sus diferentes modalidades,  durase hasta  finales  de los años cuarenta, aunque su etapa más sanguinaria  finalizase después de acabada la II Guerra Mundial,  hecho producido curiosamente  cuando los aliados pusieron su atención en la posibilidad de pedir cuentas a Franco por su apoyo a Hitler, nos da una idea de la alocada idea del dictador de eliminar físicamente a un buen número de españoles. Con ello, pretendió igualmente a través del terror eliminar igualmente las ideas de una parte importante de la sociedad.

No obstante, la perdurabilidad de las ideas democráticas en los españoles se puede considerar uno de los mayores fracasos del franquismo. Buena prueba de que Franco no consiguió ese objetivo lo tenemos en el ansia de libertad que se interiorizaba en la mayoría de la población española y que se plasmó en la masiva participación democrática que se produjo en los distintos llamamientos a las urnas  tras su muerte;   aprobación de la ley para la Reforma Política, Aprobación en referéndum de la Constitución y Elecciones Generales en junio de 1977.

En estos comicios se produjo un resultado que evidenciaba que las ideas políticas y la libertad de los españoles habían estado secuestradas, no muertas, durante aquellos fatídicos y largos años.

En dichas elecciones el PSOE obtuvo, 5.229. 460 votos, y 118 escaños,  el PCE, 1.655.704 votos y 18 escaños, Unidad Socialista: PSP-FPS, 799.376 votos, 6 escaños,  otras fuerzas nacionalistas y republicanas consiguieron más de 20 escaños. En cambio, las organizaciones considerados herederas del franquismo como Falange Española Auténtica,  o Alianza Nacional 18 de julio, sumaron entre las dos poco más de 100.000 votos y ningún escaño. La Federación de Alianza Popular , liderada por Manuel Fraga y que por entonces  se podría considerar una derecha no precisamente moderada y que atrajo parte del voto franquista,  obtuvo 1.469.870 votos y 16 escaños. El triunfo de la UCD, aunque por escaso margen, al obtener 6.220.899. votos y 165 escaños , demostraba que el país había tenido en cuenta los cambios producidos bajo la presidencia de Adolfo Suárez  y la certeza de que el camino que emprendió  nos llevaba a la democracia.

En síntesis,  los españoles mayoritariamente  optaron por la libertad y por enterrar definitivamente a Franco.

Ese fue su mayor fracaso , a pesar de que ni él ni sus compinches pagaron por los atroces crímenes que se cometieron tras el fallido golpe de Estado.


ANTONIO ALFONSO HERNÁNDEZ, 23 de julio de 2016

miércoles, 20 de julio de 2016

Intereconomía ante el 80 aniversario de la Guerra Civil



La semana del 80 aniversario de la Guerra Civil, la cadena conservadora Intereconomía estrenaba una serie de tertulias con varios historiadores. Entre estos estudiosos se encontraban Pío Moa, Luis E. Togores y Fernando Paz, el elenco lo cerraban periodistas como Esparza o Kiko Méndez Monasterio; y entre ellos se colaba algún desconocido para el gran público como Moisés Domínguez Núñez.

Viendo quienes componían estas tertulias y el hábitat que rodeaba a los tertulianos, la orientación historiopolítica de los debates era más que evidente: Franco bueno, Frente Popular (Azaña, Negrín, Caballero, etc, etc) malo. Nada preocupante por otra parte, contamos con una historiografía densa y fiable que desmonta uno a uno los mitos franquistas tan habituales en programas como los que emiten en Intereconomía.

Es curiosa la posición que mantuvo nuestro casi paisano Moisés Domínguez Núñez en una parte del programa:
Muchos historiadores (...) les da igual la cantidad de acervo documental que aportes en un estudio porque ellos son como las mulas (...) y por muchos documentos que presentes ellos siempre van a ir a decir que eso es mentira. ¿Y con que argumentos? Con ninguno: que es un fascista, que es un falangista, que es un facha. Y sin ningún argumento; cuando no entran directamente en el insulto
Esto se puede argumentar en sentido contrario: a historiadores de izquierdas los llaman marxistas, devoradores de subvenciones, mercaderes de huesos, chequistas, estalinistas... Amén de ignorar los cientos de estudios y documentación que tiran al traste con tanta mentira neofranquista.

Casualmente no hace mucho el prof. Muñoz Bolaños desmontaba un libro de Moisés Domínguez sobre el asesinato del general Amado Balmes (en breve también Ángel Viñas se pronunciará al respecto), y lo hacía presentando una argumentación bastante sólida y profesional, y sin ningún tipo de insultos (fascista, falangista, facha), Es posible que el sr. Domínguez confunda las redes sociales (blogs, foros, etc) con la historiografía profesional.

Ángel Viñas en muchas de sus obras critica las posiciones de Payne, Julius Ruiz, Luis E.Togores, con elegancia, mesura y coherencia. Algo que otros historiadores (Luis E. Togores) parecen desconocer (ver vídeo)


martes, 19 de julio de 2016

Excelente artículo de Francisco Espinosa Maestre

"¡Ya está bien de tanta guerra civil!"

Un repaso a las hemerotecas de los últimos aniversarios del alzamiento militar golpista: ¿qué dijeron la prensa y los gobiernos?
Fuerzas golpistas tras el golpe de Estado de julio del 36. / FRANCISCO ESPINOSA
Acto de exaltación fascista tras el golpe de Estado de julio del 36. FRANCISCO ESPINOSA
Con motivo del aniversario del golpe de Estado del 36, el Gobierno ha declarado que "una guerra civil no es un acontecimiento memorable", que su deseo es "honrar y enaltecer la memoria de todos los que, en todo tiempo, contribuyeron con su esfuerzo, y muchos de ellos con su vida, a la defensa de la libertad y de la democracia en España". Y concluye reafirmando "su respeto a quienes, desde posiciones distintas a las de la España democrática, lucharon por una sociedad diferente a la que también muchos sacrificaron su propia existencia".
Así dicho, cabe pensar que lo anterior podría haberlo dicho Mariano Rajoy. Obsérvese el hartazgo que demuestra la primera afirmación, que podría traducirse como: "¡Ya está bien de guerra civil!", y la doble moral de lo que sigue, primero un canto a los que defendieron la democracia e inmediatamente después el respeto por los que la aplastaron. Equivaldría a defender a quienes lucharon contra los fascismos a partir de 1939 y a mostrar a continuación respeto total por los nazis y fascistas europeos que soñaron "una sociedad diferente", sociedad que conocemos por sus obras antes de que sucumbieran después de llevar el terror a gran parte de Europa.
Ocurre, sin embargo, que esa declaración no la ha hecho el gobierno de Rajoy con motivo del 80ª aniversario que se cumple este año, sino que se trata de la realizada por el gobierno de Felipe González y Alfonso Guerra en julio de 1986 con motivo del 50ª aniversario, sólo unas  semanas después de las elecciones generales de junio de ese año. Al tener carácter de declaración gubernamental, hay que suponer que todos los que lo componían estuvieron de acuerdo con el contenido. Unos meses antes, coincidiendo con el referéndum de la OTAN de marzo de 1986, murió en Madrid el editor José Martínez, quien dejó escrito que el PSOE, sin ser franquista, era un producto del franquismo.
Y si esto decía el gobierno, ¿qué se pudo leer en la prensa? Empecemos por El País. En un artículo titulado "La memoria histórica" su director, Juan Luis Cebrián, mantenía que "descubrir matices o interpretaciones diferentes u originales de lo sucedido es del todo imposible. Todo está escrito ya, e incluso en demasía". Está claro que Cebrián, desde el magnífico observatorio en que se encontraba, ni olió lo que pasaba a ras del suelo. Aunque ni el gobierno de González ni El País estuvieran por la tarea, la investigación sobre el golpe militar de julio de 1936 y sus consecuencias había dado ya sus primeros pasos. Recuerda esto a cuando Santos Juliá, otro visionario, con motivo del sesenta aniversario de la guerra civil en 1996, escribió en El País un artículo titulado nada menos que "Saturados de memoria". Estaba a punto de comenzar el ciclo de la memoria que ocuparía los últimos años noventa y la década pasada y el sociólogo Juliá pensaba que estábamos ya saturados.

ABC: "volveríamos a alinearnos con el bando nacional"

Al texto de Cebrián se unió un pequeño dossier que contó con la participación de Josep Tarradellas, Federica Montseny, Antonio Tovar y Pedro Laín. Por su parteDiario 16 ofreció un panorama más completo en un suplemento que incluía textos de Javier Tusell, Ramón Rubial, Paul Preston, José Mario Armero, José María de Areilza, Julio Busquets, José Prats, Rafael Abella, Marcelino Camacho, Antonio Nadal, Manuel Barrios, Emilio Lemos e Ian Gibson.
De lo que pensaba la derecha pura y dura constituye buena muestra el ABC de Sevilla. El diario de los Luca de Tena venía ya preparando el terreno desde enero de 1986, cuando pudo leerse en un editorial lo siguiente: "No queremos que la guerra civil vuelva nunca. Pero si tuviéramos que volver a elegir bando entre los que combatieron entonces, volveríamos a alinearnos con el bando nacional". Y seguía: "Inevitable era que como resultado de la guerra civil sobreviniera en España una dictadura. Una dictadura comunista si los vencidos hubiera sido los vencedores, o una dictadura militar si los vencedores fueran los que fueron". Conclusión: "Por eso este año del cincuentenario debe ser cualquier cosa que no sea la continuación de la siembra del rencor y de la revancha".
Franco y Hitler, en Hendaya, el 23 de octubre de 1940. / picture-alliance/Judaica-Samml/Newscom/Efe
Franco y Hitler, en Hendaya, el 23 de octubre de 1940. EFE
Dicho esto, se explica que este periódico estuviera al servicio de la involución sólo cinco años antes con motivo del golpe militar de febrero de 1981. En todo caso, peor fue el editorial del 18 de julio de 1986, titulado en un alarde de cinismo "Nunca más", el nombre del informe argentino sobre los crímenes de las juntas militares publicado en 1984. En portada cuatro imágenes descontextualizadas del cuartel de la Montaña recién ocupado, una calle bombardeada del barrio de Argüelles, unos niños ante una pared tachonada de disparos y una imagen de la iglesia de Santa Marina (Sevilla) tras su incendio. Debajo un texto con las consabidas alusiones a los españoles que "se enzarzaron en una guerra civil", al "destino cainita de España", al "fracaso de la República", a "no remover los lodos de aquella contienda atroz ni hurgar en las heridas todavía sin cicatrizar", a la "Monarquía de la concordia y la reconciliación" y, no podía faltar, a la apuesta delABC "por una sociedad serena y moderada que trabaja por un futuro de democracia y paz".
El editorialista negaba que "el alzamiento" perteneciera al "género tercermundista del golpismo", situando el origen del problema en octubre de 1934, con la inevitable referencia a Salvador de Madariaga. El ABC, el mismo que en plena guerra mundial celebraba en portada el cumpleaños de Hitler, rechazaba "todo intento de jugar con la historia, y pensamos lealmente, al cabo de medio siglo, que este periódico no hizo entonces otra cosa que cumplir con su deber". El deber no era otro que promover y apoyar el golpe militar fascista y abrir la posibilidad de una guerra civil. En definitiva, ABC no era sino una anomalía heredada de la dictadura.  
En ese mismo día el diario monarco-fascista celebraba el "silencio" y "ejemplar sentido de la dignidad" de "la señora de Meirás". Por entonces la dirección de la edición madrileña corría a cargo de Luis María Ansón y la sevillana de Francisco Jiménez Alemán (director) y Antonio Burgos (subdirector). Merece más espacio elABC por el peso que estas ideas, con uno u otro disfraz, siguen teniendo en España. De los otros dos periódicos citados uno ya no existe y otro se encuentra hace ya años en una deriva ideológica cuyo final es imposible prever.
Del setenta aniversario de 2006 cabe destacar que por entonces se estaba elaborando la ley de Memoria Histórica y que, pese a las cesiones que el PSOE hizo a la derecha descafeinando la mencionada ley, ésta puso en marcha la tremenda campaña denominada "la guerra de las esquelas". En su edición del 18 de julio El País, en cuyas páginas se recogía una encuesta del Instituto Opina según la cual un 64% de los españoles quería que se investigase la guerra civil y se rehabilitara a las víctimas, mantenía en el editorial que "el miedo y la prudencia hicieron que la amnistía viniera acompañada de la amnesia". Habían pasado setenta años del golpe militar de 1936 y su percepción seguía condicionada por el muro levantado en la transición.

Del 50, 60 y 70 aniversario de la guerra civil

Si el 50ª aniversario no fue sino una vuelta de tuerca más en el pragmatismo del PSOE –lo que no da votos no interesa o, lo que es lo mismo, todo es aprovechable para sacar votos–; el 60ª, con Aznar ya en el poder, pasó sin pena ni gloria, y el 70ªrepresentó la ocasión perdida, el nuevo aniversario sencillamente no existe para el poder. La derecha española odia las alusiones al golpe militar, a la guerra, a la represión y a la dictadura. Le molestan. Ya no oculta sus afinidades con el franquismo. No quiere saber nada de aquello ni que salgan a la luz pública las tramas que explicarían buena parte de la esperpéntica realidad que vivimos. El PP de Rajoy no dirá nada sobre el aniversario. Sencillamente le da igual. Y si alguien le pregunta responderá que lo del 36 está completamente superado, como bien demuestran las elecciones una y otra vez. El muro de la transición no hace sino subir. ¿Qué porcentaje quedará hoy de aquel 64% que hace diez años deseaba que se investigase la guerra y se rehabilitara a las víctimas?
No hay que olvidar que entre 1986 y 2016 han ocurrido algunos hechos importantes:
1) Aunque existan lagunas diversas, la investigación del ciclo 1931-1975 ha avanzado incesantemente.
2) Desde fines de los años noventa se ha ido consolidando un movimiento social que ha permitido a la gente recuperar y asumir su propia historia, y llevar a los medios de comunicación el gravísimo problema de los desaparecidos por el terror fascista y la exhumación de decenas de fosas comunes.
3) Pese a lo anterior no se han desarrollado políticas de memoria por parte de los diferentes gobiernos. El PP por principio y el PSOE porque, pese a las medidas tomadas en la primera legislatura de Rodríguez Zapatero, carece de verdadera voluntad para dar respuesta a los retos que la sociedad plantea.
La conclusión no debe tender al pesimismo. A pesar de las enormes dificultades planteadas se ha avanzado mucho. Hay cuestiones en las que ya no es posible volver atrás. Prueba de ellos son las argucias de la derecha política y académica para mantener la mayor responsabilidad de la República y, por extensión, de las izquierdas. Como ya no pueden hablar del vacío de poder y del peligro comunista para justificar "el Alzamiento" han tenido que retirarse a octubre de 1934. Pero como éste no les da todo el juego que el asunto requiere han decidido ir un poco más para allá y, pasando de puntillas por la 'Sanjurjada' de agosto de 1932, seguir hasta la que consideran ilegal proclamación de la República e incluso a la sublevación de Jaca de finales de 1930. Imposible saber dónde acabarán en su deseo de justificar el golpe militar, la guerra y la dictadura.
Como, por varios motivos, resulta muy complicado imaginarse una derecha democrática y al menos crítica con la dictadura, la situación sólo podrá cambiar el día en que el PSOE asuma su carácter centrista y moderado, y el espacio a su izquierda sea, como parecen indicar los últimos resultados electorales, realmente ocupado por un partido de izquierdas. Es cuestión de tiempo.
En memoria de José Martínez, fundador de la editorial Ruedo Ibérico, fallecido hace poco más de 30 años.

lunes, 18 de julio de 2016

18/julio/2016: 80 años del golpe FASCISTA que acabó con la II República.


Han pasado nada más y nada menos que 80 años de aquel 18 de julio de 1936; comienzo de un asesino Golpe de Estado, que al no contar con los apoyos suficientes derivó en una guerra civil. Un dictador fascista y vencedor de esa guerra civil, Francisco Franco, diseñó una dictadura que se fue adaptando geopolíticamente a los cambios de tercio. Primero fue un fascista convencido aliado del eje Roma/Berlín, después un anticomunista (el fascismo ya no era útil) amigo de los EEUU. A los yanquis la democracia siempre les ha importado un bledo. 80 años pasaron ya, pero las cunetas y las fosas comunes siguen ahí, ignorada por los herederos ideológicos de Francisco Franco, amén de que no les guste de pronunciarse en contra del abuelito:



80 años y todavía se discute enconadamente si debemos retirarle o no los honores a la dictadura franquista. ¿Es posible, pues, hablar de reconciliación? Parece ser que los descendientes ideológicos del franquismo no se olvidan de quien ganó la Guerra Civil, y así quieren que siga siéndolo.

El equidistante diario El Mundo ha reunido a algunos hijos de la Guerra Civil para que veamos que todo está solucionado:
"Toma mi tarjeta y llámame cuando quieras". En la antesala de este encuentro, los asistentes circulan de un corrillo a otro. Enrique Líster extiende su número de teléfono a Francis Franco, quien recoge la tarjeta de visita encantado. El gesto es realmente elocuente, ya que se trata del nieto primogénito del general Franco y del hijo del general comunista Enrique Líster, acérrimos enemigos durante la Guerra Civil..." Leer más...
Vomitivo, pero no por reunir en una misma sala a nietos e hijos de algunos líderes de la Guerra Civil, si no por dar un falsa imagen de la realidad histórica e historiográfica. ¿Qué pretendían que hicieran los hijos y los nietos de antiguos republicanos y de antiguos fascitas? ¿Montar otra guerra civil? Es obvio que ya no existe esa beligerancia de antaño, pero también es obvio que las nuevas generaciones no se ponen de acuerdo.

Jorge Vilches García (1967) es un historiador español. Doctorado en Ciencias Políticas y Sociología, es profesor de Historia del Pensamiento y de los Movimientos Sociales y Políticos en la Universidad Complutense de Madrid, y lo ha sido de Historia en la Universidad San Pablo-CEU:


Para el historiador, colaborador de Libertad Digital, Jorge Vilches, es anacrónico condenar las dictaduras. En fin, han pasado 80 años del golpe de estado fascista y parece que para cierto sector de la sociedad la caspa franquista aun no se ha diluido.

80 años han pasado ya, y Franco y el fascista hijo de otro dictador, Primo de Rivera, siguen enterrados en el Valle de la vergüenza. Hoy el diario digital, eldiario.es, ha publicado un artículo que nos da una idea de los usos que podríamos darle a la vergüenza que hay instalada en Cuelgamuros:
Hoy, cuando se cumplen 80 años del "levantamiento" que lideró Franco en el verano de 1936, que provocó la Guerra Civil y terminó con las vidas de por lo menos medio millón de españoles y el exilio de otros tantos –además de alentar a Hitler en su invasión de Checoslovaquia y a emprender la Segunda Guerra Mundial y el Holocausto– sería conveniente reconciliarse con la historia, y, en un acto solemne, con la aprobación del Parlamento, volar con poderosos explosivos ese monumento a la brutalidad que se llama Valle de los Caídos.
Allí, entre los escombros de ese lugar tenebroso, España finalmente podría tener su monumento nacional: un sitio en donde no sólo los verdugos serían recordados, sino también sus víctimas.
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Apoyan este artículo de Jon Lee Anderson los periodistas Martín Caparrós, Gumersindo Lafuente e Ignacio Escolar. Leer más...

Nueva entrada del blog Badajoz Republicano: Las mentiras toreras

http://badajozrepublicano.blogspot.com.es/2016/07/las-mentiras-toreras.html

domingo, 17 de julio de 2016

Democracia a la Española



¿Qué pasaría si tu jefe te pillara dormido en el trabajo; tirado por los suelos hablando por el móvil o jugando con la tablet al Candy Crash? En efecto, de patitas en la calle por despido procedente. Van Hallen (el políco, no el heavy), Celia Villalobos y Esperanza Aguirre fueron pillados en estas apuradas CIRCUNSTANCIAS y ocho millones de personas han legitimado estas actuaciones.

Sin embargo, estos hechos bochornosos son peccata minuta comparados con otros muchos más escándalosos, más graves y verdaderamente delictivos -aunque la Fiscalía del Estado no lo vea así-. Lo volvemos a repetir: ocho millones de personas han legitimado estas actuaciones. ¿Democracia o memocracia? ¿Podemos criticar a quien con su voto deja que personas sin escrúpulos y con una jeta de cemento nos estén recortando unos derechos conseguidos con mucho esfuerzo?

Democracia no, MEMOCRACIA.




viernes, 15 de julio de 2016

Dejad a la Historia en paz; ¡malditos! Pedro Sánchez no es el nieto de Antonio Castejón

Imagen extraída del FaceBook
Pedro Sánchez Pérez-Castejón, flamante candidato por el PSOE a la presidencia de España no ha conseguido aupar a su partido a las cotas de prestigio que no hace mucho ostentaba. Para colmo tiene la difícil papeleta de dejar gobernar a Rajoy para no concurrir en unas terceras elecciones. Es lo que el futuro nos depara: el PSOE absteniéndose para que Rajoy acceda a la presidencia. Inaudito, pero no tendrá más remedio. Esto por supuesto, no le saldrá gratis y si Podemos, o Unidos Podemos, juega bien su papel al final habrá sorpasso. Será lamentable para los socialistas, pero a día de hoy, las cosas son como son.

Para colmo el líder socialista está sometido a las mentiras que cientos de incautos izquierdistas y derechistas comparten por las redes sociales. La última da vergüenza ajena: Pedro Sánchez Pérez-Castejón en nieto de Antonio Castejón, uno de los militares que entraron en Badajoz a sangre y fuego. Esto por supuesto es falso. ¿De donde nace el bulo que se comparte compulsivamente por FaceBook? Como todos los bulos que se hacen virales es muy difícil detectar su origen, pero en esta ocasión, es muy posible que su origen sea una web de extremaderecha anti-soberanista, Somatemps:
El abuelo de pedro Sánchez, secretario General del PSOE, fue el General Antonio Castejón. Cómo tantos líderes socialistas, un familiar directo tuvo relación con Franco y su régimen. En este caso es más sangrante para Pedro Sánchez.
Castejón fue responsable de muchos “fusilamientos” en las operaciones del sur, tras el Alzamiento del 36, sobre todo en la zona cordobesa. Fuer el responsable de reducir la resistencia en los barrios obreros de Triana y la Macarena de Sevilla. Seguir leyendo...
La web intoxicadora, no ofrece ni datos ni pruebas , pero aún así, cientos de descerebrados o de personas con el sentido crítico nulo, se tragan con sumo gusto tremenda trola. En lo que concierne a mi persona, casi a diario me topo con perfiles del FaceBook donde comparten alegremente tamaña estupidez. Que la extrema derecha, o la derecha chachi caiga en estas trampas, podría considerarse normal, pero que cierta izquierda, que se considera, la izquierda auténtica  confunda el culo con las témporas es más que lamentable. Indagando por ahí he hallado algo relevante:
He aquí quiénes fueron bisabuelos, abuelos y padres de Pedro Sánchez, en lo que se refiere al apellido Castejón:

I.- Juan Pérez-Castejón y Marín, natural de Lorca (Murcia), y su esposa Isabel Díez Quesada, también de Lorca, fueron padres de:

II.- Mateo Pérez-Castejón y Díez, de 31 años de edad en 1952, natural de Lorca (Murcia), dependiente de comercio, esposo de Inés Barrios Jiménez, natural de Puente-Vallecas, barrio de Madrid, de 26 años de edad en 1952, en Madrid (hija de Baldomero Barrios Aranda, nacida en Villacañas-Toledo, y de Encarnación Jiménez Ros, natural de Cartagena-Murcia). Mateo e Inés fueron padres de:

III.- Magdalena Pérez-Castejón y Barrios, nacida en Puente Vallecas, barrio de Madrid, el día 21 de mayo de 1952. Magdalena se casó en Madrid el 14 de agosto de 1971 con Pedro Sánchez Hernández, nacido en Anchuras (Ciudad Real) el día 12 de diciembre de 1950 (hijo de Juan y Ángela). Hijo:
IV.- Pedro Sánchez y Pérez-Castejón, nacido en Madrid el 29 de febrero de 1972. Político.

miércoles, 13 de julio de 2016

13 de julio, como todos los años Calvo Sotelo...

Llega el 13 de julio, y cierta web como todos los años vuelve a publicar un artículo defendiendo que el asesinato de Calvo Sotelo fue un crimen de Estado. Ni la historiografía más rancia, tipo Stanley G. Payne, se atreve a mantener la tesis franquista, parece que en algunos lugares el tiempo se ha detenido.

En este blog volveremos a publicar un magnífico artículo de nuestro colaborador habitual, Antonio Alfonso Hernández, donde expone convincentemente la verdad del asesinato del líder de la reacción monárquica. José Calvo Sotelo.

VAMOS A CONTAR MENTIRAS Mentira nº 11 EL ASESINATO DE CALVO SOTELO FUE UN CRIMEN DE ESTADO

ARTÍCULO POR ANTONIO ALFONSO HERNÁNDEZ



La historiografía franquista siempre ha mantenido que el abominable asesinato del líder del Bloque Nacional fue un crimen de Estado. Por otra parte los golpistas lo utilizaron para su propio beneficio , haciendo creer a los españoles que este hecho precipitó el estallido del golpe de Estado, cuando hay que subrayar que la conspiración se llevaba gestando desde meses antes, más bien desde el triunfo del Frente Popular, es decir, Febrero de 1936. Por mucho que se empeñen es imposible disociar este triste episodio con la espiral de violencia que se desató en España en fechas anteriores . Repasemos algunos datos sobre la conflictividad y actos de terror extremo que se dieron.


                                                 El cadáver de José Calvo Sotelo

El 14 de Abril de 1936 en un acto conmemorativo del quinto aniversario de la República un grupo de derechistas hizo estallar unos petardos cerca de la tribuna presidencial, en la cual se encontraba Manuel Azaña, desencadenándose un confuso tiroteo, a resultas del cual murió el alférez de la Guardia Civil, Anastasio de los Reyes. En su entierro se produjo un enfrentamiento entre derechistas e izquierdistas, al pretender aquellos convertir el acto en una manifestación antigubernamental, que tuvo como consecuencia la muerte del falangista, Andrés Sáenz de Heredia-primo de José Antonio Primo de Ribera- como resultado de un

disparo efectuado presumíblemente por el teniente de los guardias de asalto, José Castillo.  Este hecho  provocó ansias de venganza  hacia el teniente, que desde aquel día fue anotado en la lista negra de la ultraderecha , con el resultado que luego veremos.
A principios del mes de Julio, se produjo una huelga de la construcción en Madrid. En esas fechas  ocurrieron algunos enfrentamientos sonados en el parlamento nacional con agresiones entre diputados de los diferentes grupos.

“El día 3 de Julio, se descubre el cadáver del hijo de un empresario del circo Price. No es falangista pero tiene amigos simpatizantes de Falange. Ese mismo día, aparece amarrado a un árbol en la carretera de Toledo el cuerpo de Justo Serna Enamorado, un capitán retirado, de 30 años de edad y simpatizante de Falange, con 33 puñaladas.
En esos días dos falangistas y un cliente son acribillados  cuando están sentados en la terraza de un bar de Madrid. Esa misma tarde y como respuesta dos miembros de UGT del ramo de la leche son asesinados por un grupo que los ametrallan desde un coche, al salir aquellos de la Casa del Pueblo de la calle Hortalezas” (1)


Imagen del entierro del guardia civil Anastasio de los Reyes

El 12 de Julio es abatido el teniente José Castillo por cuatro encapuchados, cuando se  dirigía al cuartel de Pontejos, en donde prestaba servicio como guardia de asalto. Castillo entrenaba a las milicias socialistas y por tanto su vinculación con la izquierda era bien conocida. Como hemos visto anteriormente, se la tenían jurada desde los sucesos que se produjeron en el entierro de Anastasio de los Reyes. No se ha podido determinar con exactitud la autoría de este asesinato, aunque Ian Gibson en su libro, El asesinato de Calvo Sotelo,  ofrece la posibilidad de que ésta fuera obra de los Requetés del Tercio de Madrid. El controvertido y poco fiable Cesar Vidal, se atreve a conjeturar  que el asesino fuera el falangista Alfonso Gómez.

Calvo Sotelo se había colocado en el punto de mira de la izquierda por su  radicalismo político. Llegó a justificar de alguna manera la actuación del  ejército ante los hechos que se venían desarrollando. Esto decía en la sesión parlamentaria del 16 de Junio de 1936.


“Frente a este Estado estéril yo levanto el concepto del Estado integrador, que administre la justicia económica y que pueda decir con plena autoridad: ¡No más huelgas, no más lock-outs, no más intereses usurarios, no más fórmulas financieras de capitalismo abusivo, no más salarios de hambre, no más salarios políticos no ganados con un rendimiento afortunado, no más libertad anárquica, no más destrucción criminal contra la producción, pues la producción nacional está por encima de todas las clases, de todos los partidos y de todos los intereses! A  ese Estado le llaman muchos Estado Fascista; pues si  ése es el Estado fascista, yo, que participo en la idea de ese Estado, yo, que creo en él, me declaro fascista” (…) “ Cuando se habla por ahí del peligro de militares monarquizantes, yo sonrío un poco, porque no creo-y no me negaréis una cierta autoridad moral para formular este aserto- que exista actualmente en el ejército español, cualesquiera que sean las ideas políticas individuales, que la Constitución respeta, un solo militar dispuesto a sublevarse a favor de la Monarquía y en contra de la República. Si lo hubiera, sería un loco, lo digo con toda claridad, aunque considero que también sería  loco el militar que al frente de su destino no estuviera dispuesto a sublevarse  a favor de España y en contra de la anarquía , si ésta se produjera”. (2)

El presidente del gobierno Casares  Quiroga le llegó a decir:
“Sí parte del ejército se sublevase le haría a usted el máximo responsable”
En la sesión parlamentaria del 1 de Julio se le atribuyó al diputado socialista Ángel Galarza las siguientes palabras, que no obstante no aparecen en el diario de sesiones.

Ángel Galarza, diputado socialista que tuvo una encendida polémica en el parlamento con el líder derechista asesinado

“Contra quien pretende ser el jefe del movimiento fascista y conquistar el poder por la violencia, para llevar a los que militan en los partidos de izquierda a los campos de concentración o a las cárceles, la violencia es legítima y se puede llegar en tal caso hasta el atentado personal” ( 3)

Por otra parte Josep Tarradellas comentó que Dolores Ibarruri al finalizar su intervención  el líder monárquico dijo:  “Este hombre ha hablado por última vez”, algo que La Pasionaria siempre negó.

Volvamos al día 12 de Julio. Ya he comentado que ese Domingo fue asesinado el teniente José Castillo. En la Dirección General de Seguridad donde se instaló la capilla ardiente, aparte de la comprensible indignación que el suceso produjo, se vivieron momentos de enorme tensión en los cuales se determinó por parte de algunos de los presentes, la necesidad de acometer algún tipo de acción violenta. Ian Gibson sostiene la siguiente interpretación:


El teniente José Castillo a la izquierda de la imagen, donde aparece José Calvo Sotelo


“A las doce de la noche, una comisión de oficiales compuesta por tres capitanes y un teniente de Asalto, se hizo recibir por el ministro de Gobernación, y le exigieron permiso para llevar  a cabo una redada general  de “fascistas”. Asintió el ministro Juan Molés, y dio las órdenes oportunas para que les entregaran los ficheros de sospechosos de pertenecer a  Falange” (4)
Según esta versión que tiene visos de realidad, si tenemos en cuenta que el periodista de origen irlandés  lo basó en los testimonios que le ofrecieron algunos testigos de los hechos, estaríamos hablando de que al Ministro de alguna forma se le presionó para que hiciera algo al respecto. Es decir, no  partieron de él  las iniciativas. Más bien da la sensación de que se pudo ver desbordado por los acontecimientos sin que tuviera la suficiente autoridad o fuerza para evitarlos.

Hay que decir que los que sostienen que el asesinato fue obra del Estado lo basan únicamente en los testimonios aparecidos durante la tramitación de la Causa General, que como todos sabemos  fue una tarea de investigación que acometieron los vencedores de la guerra sobre las actuaciones de los vencidos durante el periodo republicano y la guerra civil. Por tanto no es nada fiable. De hecho está repleta de inexactitudes, de importantes omisiones, falsedades, y notables tergiversaciones.

“A partir de ese suceso,(se refiere al asesinato del teniente Castillo), los jefes y oficiales del Cuerpo de Asalto del cuartel de Pontejos, inmediato al Ministerio de la Gobernación celebran conferencias con este ministro, con el presidente del Consejo de ministros y ministro de la Guerra, Casares Quiroga, y con el director general de Seguridad, Alonso Mallol.

Las principales figuras que conferencian con las altas autoridades del Gobierno de la República son el comandante Ricardo Burilo Stolle, el teniente  Máximo Moreno y el capitán Fernando Condes, de la Guardia civil este último, todos ellos de la entera confianza del Frente Popular” (5)

Es curioso observar que así como Gibson ofrece los datos de los temas que se trataron en esas reuniones, en cambio la Causa General se limita a decir que se reunieron pero ya está. Es como si quisieran dejar en el ambiente la sospecha de que a lo mejor en esas conferencias, se aprobó el asesinato de Calvo Sotelo.  Como vemos, todo de una manera muy sutil.

Indalecio Prieto

La prueba de que lo expuesto por el  Irlandés es correcto, es que se produjeron esa noche más de doscientas detenciones de  falangistas  y demás ultraderechistas, sospechosos de haber podido tener participación en el crimen de Castillo o con antecedentes de haber participado en acciones violentas.
En cuanto a la detención y posterior asesinato del líder derechista, ya se sabe sobradamente como ocurrieron los hechos. Baste decir que la comitiva del vehículo nª 17 del Cuerpo de Asaltos, que partió del cuartel de Pontejos, lo comandaba el capitán de la Guardia Civil Fernando Condés, quien junto a  algunos miembros de la guardia de asalto y jóvenes socialistas pertenecientes a la “motorizada”, grupo que se encargaba de la protección personal de Indalecio Prieto, se dirigieron al domicilio de José María Gil Robles. Al encontrarse éste fuera de su domicilio, se les ocurrió ir a por el líder del Bloque Nacional. El autor de los disparos fue uno de los integrantes de la motorizada, Victoriano Luis Cuenca. El cádaver  fue dejado en el cementerio del Este.

La Causa General es a la que recurren con  frecuencia los que mantienen que fue un crimen de Estado. Veamos lo que dicen los investigadores franquistas a partir de la declaración de uno de los escoltas que tuvo el político monárquico.

“El 29 de Junio de 1936, el agente de la policía de la plantilla de Madrid, Don Rodolfo Serrano de la Parte es llamado a la Dirección General de Seguridad, que desempeña  José Alonso Mallol, para que, en unión del también agente José Garriga Pato, se encargue de la escolta del Señor Calvo Sotelo, sustituyendo a la anterior, (…)  “El nombramiento del  señor Serrano de la Parte fue debido, a considerársele, además de paisano, amigo del Sr. Casares Quiroga, y el de Garriga Pato, por ser masón y plenamente afecto al Frente Popular” (6)

                                           El presidente del gobierno, Casares Quiroga

Según ésta información son citados ante el jefe de personal, Lorenzo Aguirre Sánchez, el cual les “hace saber que su misión cerca del  Sr. Calvo Sotelo no sería de protección, sino de espionaje, debiendo dar cuenta diaria y detallada de las personas con quienes se relacionara”(7)
Dos días más tarde, Aguirre, después de tratar  inútilmente  de hacer pasar a los agentes a presencia, del director general de seguridad, Alonso Mallol, les previene, en nombre de éste último, que caso de ocurrir un atentado contra el señor Calvo Sotelo, debían, si sucedía en sitio céntrico, simular una protección, pero, en realidad, abstenerse de ayudar en nada, y si era descampado, ayudar  a darle muerte” (8)

Según ésta misma fuente, Rodolfo Serrano, incapaz de cumplir la órden, avisa ,al diputado a Cortes por los carlistas, Joaquin Bau Nolla, íntimo amigo de Calvo Sotelo. Enterado éste de  todos estos pormenores eleva la queja de forma muy airada al ministro de la Gobernación Juan Moles, quien decide cambiarle la escolta y lógicamente le hace ver su desconocimiento de los hechos denunciados.
Por último señalar que en la Causa General  se denuncia el robo del sumario, perpetrado por algo más de una docena de milicianos, a media mañana del 25 de Julio, así como la negligente actitud de  la Justicia en este caso.

Como podemos ver , aún en el supuesto de que todos estos hechos fueran reales, no cabe interpretar que el crimen fuera obra del gobierno. Las responsabilidades últimas que se deducen por lo que hemos leído, nos llevaría al jefe de personal de la Dirección General de Seguridad, ya que éste, pone en boca de Alonso Mallol, unas palabras que supuestamente habría dicho, pero la realidad es que en ningún momento los policías llegaron a entrevistarse con el director general de Seguridad. 
El cementerio del Este en Madrid, lugar en el que dejaron el cuerpo sin vida de Calvo Sotelo      

En cuanto a la entrevista que supuestamente  tuvieron algunos oficiales del Cuerpo de Asaltos con el ministro de la Gobernación y el presidente del gobierno, nada sabemos del alcance de lo que allí se trató. Entraríamos inevitablemente en el terreno de la especulación. Lo  único cierto si acaso, es que no existe a día de hoy ningún documento que pueda probar la autoría del gobierno de la nación en este asesinato. Asimismo hay que recordar, que en otras versiones, como la que ofrece Ian Gibson, no se habla de que el presidente del gobierno asistiera a esta reunión, sino el Ministro de la Gobernación y en la misma se habría tratado las medidas a adoptar para localizar a los responsables del asesinato de Castillo.
Vayamos ahora,  lo que es  la parte de las acusaciones en las que se ha basado la historiografía del lado franquista. Que son fundamentalmente estas:
1.      La implicación del  gobierno, con la responsabilidad del PSOE
2.       Participación  de la guardia de asalto.
3.       La falta de investigación.

Sobre lo primero conviene tener en cuenta que ningún miembro del  PSOE formó parte del gobierno en las fechas en que ocurrieron los hechos.
Por otra parte , se hace harto difícil que la cúpula dirigente del partido socialista ideara un asesinato de esa magnitud, teniendo en cuenta  la importante división interna que vivía el partido, con tres sectores irreconciliables, esto es;  sector prietista, el caballerista y por último el sector que encabezaba Julián Besteiro.
Como he comentado anteriormente no existe ningún documento que acredite estas responsabilidades.

Monumento al político asesinado, en Madrid
ü  
Si analizamos mínimamente como se desarrollaron los hechos, se nota una improvisación fuera de toda duda.  Se actúo con una evidente falta de discreción, como lo demuestra los numerosos testigos que dieron fe de lo ocurrido; los escoltas de Calvo Sotelo,  su familia, la enorme cantidad de personas que intervinieron en la detención, los empleados del cementerio del este donde dejaron el cuerpo sin vida del político… Francamente es difícil por no decir imposible, que un crimen de esta naturaleza, de haber sido obra de las altas instancias del poder, no se hubiera hecho de una manera más planificada y discreta. 

Tal fue la improvisación, que el primero al que pensaron “detener”, tal y como he señalado, fue a José María Gil Robles, que probablemente temiéndose lo peor, se encontraba ese fin de semana en Biarritz. Es entonces y por ese motivo por lo que se deciden ir a por Calvo Sotelo.
No obstante debo decir  que destacados socialistas como Indalecio Prieto, Julián Zugazagóitia y Simeón Vidarte, fueron informados esa misma madrugada o a la mañana siguiente por el autor de los disparos, Luis Valeriano Cuenca y el responsable de la detención Fernando Condés. La razón se debió fundamentalmente a la desorientación que mostraron ante lo ocurrido. Según explicó con posterioridad Prieto, el capitán Condés le hizo ver su deseo de suicidarse, así como su confirmación de que su único deseo era  la detención de Calvo Sotelo.  Es decir, según ésta versión, el asunto se le fue de las manos.


             Juan Molés Ormella, ministro de la gobernación cuando ocurrieron los hechos

Dicho lo cual, me parece evidente que estas personas incurrieron en un grave délito de encubrimiento., pues deberían haber informado  a la autoridades competentes de la implicación de estas personas, pero ahí acabaría sus responsablidades, que dicha sea de paso, no son pocas.
En lo que respecta a la implicación de la guardia de asalto, se tiene constancia de que la actuación de estos funcionarios, no dejó  de ser, el de  meras comparsas que no tuvieron arte ni parte en el asesinato. Estaban allí porque alguien  les ordenó que estuvieran, pero nada más. Tal y como hemos visto, no se ha logrado demostrar la implicación de ningún alto cargo de la Dirección General de Seguridad, ni tan siquiera de ningún oficial de este Cuerpo, aparte claro está del Jefe de Personal que cita la Causa General, y esto último con arreglo a lo testimoniado por el policía que prestó los servicios de escolta al político gallego.

Sobre la investigación poco se puede aportar, teniendo en cuenta que el sumario fue sustraído. Éste hecho demostraría la intención de salvaguardar a los auténticos responsables de lo sucedido, que tal y como hemos visto, resultaron ser Fernando Condés-por ser el responsable de la detención- y Victoriano Luis Cuenca, autor de los disparos. Estas personas murieron en el frente pocas semanas después  del  13 de Junio. Al producirse  tan sólo unos días después el golpe de Estado, se puede medio entender que en aquel contexto de guerra, no existiera mucho empeño por parte del gobierno republicano en aclarar los hechos. Es fácil suponer que las prioridades fueran otras.
Esto fue lo que dejó escrito José María  Gil Robles al cabo de unos años, sobre el crimen:

“Nunca tuve ninguna prueba ni creía personalmente, a pesar de los duros ataques que dirigí al gobierno en las Cortes, que éste estuviera implicado en el crimen” (9)

José Alonso Mallol, director general de Seguridad el 13 de Julio de 1936

Y esto otro , lo aportó  Pedro Sainz Rodríguez, amigo y  compañero de partido de Calvo Sotelo y ministro de Instrucción Pública de  Franco en la primera época:

“A pesar de haber dedicado bastante tiempo a investigar el asesinato de su amigo como crimen de Estado, no pudo encontrar nada, creyendo que desde un punto de vista histórico, nada se podía achacar al gobierno” (10)

Por lo cual, llego a la conclusión de que  el vil asesinato fue consecuencia previsible de la espiral de violencia que asolaba Madrid en los últimos meses, que encontró su máximo apogeo tras la muerte del teniente Castillo. Una serie de personas-no sabemos exactamente cuantas- decidieron tomarse la justicia por su mano.

Como hemos visto, algunas personalidades destacadas del socialismo español incurrieron en encubrimiento, al no poner  a los autores  a disposición de la justicia.  De igual forma , es fácil llegar a la conclusión de que las autoridades republicanas actuaron con cierto pasotismo y negligencia.  Pero no se pueden demostrar otras responsabilidades mayores.

En todo caso y para terminar, yo me pregunto ¿Dónde están esos documentos que demuestren que se trató de un crimen de Estado?

OBRAS CONSULTADAS 

(1)La Guerra Civil Española. Mes a mes. Julio 1936. Biblioteca El Mundo. 
(2). La guerra civil española. Hught Thomas. 
(3) La guerra civil española. Mes a mes. Julio 1936. Biblioteca El Mundo. 
(4) . El asesinato de Calvo Sotelo. Ian Gibson. 
(5) (6) (7) y (8). Causa General. La dominación roja en España. Ministerio de Justicia, 1943. 
(9). No fue posible la paz. José María Gil Robles.
(10) Memorias de Pedro Sainz Rodríguez. 

ANTONIO ALFONSO HERNÁNDEZ
11 DE MAYO DE  2012