La portavoz del PP, Álvarez de Toledo en una entrevista para la prensa ha dicho: "... la familia Franco no quería que se profanase esa tumba y estoy de acuerdo en que profanar tumbas no es lo más civilizado". Es más que evidente que profanar sepulturas nunca es un acto civilizado. Veamos una imagen captada en Barcelona durante la Guerra Civil:
No podemos negar que esta imagen, de una auténtica profanación, produce estupor, sobre todo si la sacamos de aquel contexto brutal que fue la Guerra Civil, pero aún así sigue siendo pavorosa. Ahora veamos dos imágenes de la exhumación de Franco:
En la primera fotografía observamos a la familia Franco sacando el féretro de la momia del abuelo a hombros, como en cualquier
inhumación respetuosa. La segunda instantánea es la nueva tumba de la momia de Franco en Mingorrubio. El Estado se gastó 45.000 euros en algunos cambios que tuvo que efectuar. La tumba del dictador sigue siendo lujosa, no tanto como la de Cuelgamuros, pero esta otra no está del todo mal.
El Gobierno ha puesto protección policial a la tumba de Franco. El mausoleo cuenta con medidas de seguridad: una unidad de protección policial permanente tanto en el interior como en el exterior del cementerio.
La tumba de Franco sigue siendo propiedad del Estado Español, o sea que Franco sigue enterrado en un mausoleo que se paga con el dinero que recauda el Estado. El nuevo recinto sepulcral es menos suntuoso y menos polémico que el Valle de los Caídos, mas el dictador sigue recibiendo protección oficial en todos los sentidos.
Me gustaría saber como Cayetana Álvarez de Toledo puede seguir viendo una profanación en todo esto. Sería bueno que se leyese el artículo 526 del Código Penal. La profanación se castiga con penas privativas de libertad de tres a cinco meses o multa de seis a 10 meses. Sí a demás de acusar al Gobierno de ser unos profanadores, Álvarez de Toledo quisiera denunciar oficialmente, también tendría que extender la denuncia al TS.
Básicamente lo que hizo el Gobierno de Pedro Sánchez ha sido sacar de una tumba, que no era propiedad de los Franco, los restos del dictador para volverlo a enterrar en otra tumba más discreta que tampoco es propiedad de los herederos del dictador. Suena algo chapucero pero esta es la realidad.
El consuelo es que ahora los miles de visitantes y turistas que visiten Cuelgamuros ya no verán una ignominia democrática. Por otro lado los fascistas podrán seguir visitando la tumba de uno de los introductores del fascismo en España, José Antonio Primo de Rivera, que pese a quien le pese no fue una víctima de la Guerra Civil.
Según el historiador Ángel Olmedo Alonso:
El PP parece que jamás se quitara ese talante neofranquista. Han tenido una oportunidad de oro y la han dejado escapar. Pensándolo bien, estas nuevas caras del PP, en torno a Franco, son igual de carcas que las viejas caras de antaño
No podemos negar que esta imagen, de una auténtica profanación, produce estupor, sobre todo si la sacamos de aquel contexto brutal que fue la Guerra Civil, pero aún así sigue siendo pavorosa. Ahora veamos dos imágenes de la exhumación de Franco:
En la primera fotografía observamos a la familia Franco sacando el féretro de la momia del abuelo a hombros, como en cualquier
inhumación respetuosa. La segunda instantánea es la nueva tumba de la momia de Franco en Mingorrubio. El Estado se gastó 45.000 euros en algunos cambios que tuvo que efectuar. La tumba del dictador sigue siendo lujosa, no tanto como la de Cuelgamuros, pero esta otra no está del todo mal.
El Gobierno ha puesto protección policial a la tumba de Franco. El mausoleo cuenta con medidas de seguridad: una unidad de protección policial permanente tanto en el interior como en el exterior del cementerio.
La tumba de Franco sigue siendo propiedad del Estado Español, o sea que Franco sigue enterrado en un mausoleo que se paga con el dinero que recauda el Estado. El nuevo recinto sepulcral es menos suntuoso y menos polémico que el Valle de los Caídos, mas el dictador sigue recibiendo protección oficial en todos los sentidos.
Me gustaría saber como Cayetana Álvarez de Toledo puede seguir viendo una profanación en todo esto. Sería bueno que se leyese el artículo 526 del Código Penal. La profanación se castiga con penas privativas de libertad de tres a cinco meses o multa de seis a 10 meses. Sí a demás de acusar al Gobierno de ser unos profanadores, Álvarez de Toledo quisiera denunciar oficialmente, también tendría que extender la denuncia al TS.
Básicamente lo que hizo el Gobierno de Pedro Sánchez ha sido sacar de una tumba, que no era propiedad de los Franco, los restos del dictador para volverlo a enterrar en otra tumba más discreta que tampoco es propiedad de los herederos del dictador. Suena algo chapucero pero esta es la realidad.
El consuelo es que ahora los miles de visitantes y turistas que visiten Cuelgamuros ya no verán una ignominia democrática. Por otro lado los fascistas podrán seguir visitando la tumba de uno de los introductores del fascismo en España, José Antonio Primo de Rivera, que pese a quien le pese no fue una víctima de la Guerra Civil.
Según el historiador Ángel Olmedo Alonso:
"J.A. Primo de Rivera fue acusado de conspiración y rebelión militar contra el gobierno legítimo de la II República, juzgado y condenado a muerte, según la legislación del momento".
El PP parece que jamás se quitara ese talante neofranquista. Han tenido una oportunidad de oro y la han dejado escapar. Pensándolo bien, estas nuevas caras del PP, en torno a Franco, son igual de carcas que las viejas caras de antaño