La mañana siguiente de la
detención del genial poeta y dramaturgo granadino, José Rosales se entrevista con el gobernador
militar, González Espinosa, del que obtiene una orden para liberar a García
Lorca. Cuando llega al Gobierno Civil
con el escrito, Valdés Gúzman le dice que se han llevado esa misma noche a
Lorca y que ahora se preocupe de su hermano Luís, al que acusarían
posteriormente de haber protegido al poeta.
Esto al menos es lo que Pepiniqui
le contó al historiador y periodista,
Vila-San Juan, para su libro, García Lorca, asesinado: toda la verdad,
publicado en 1975. Sin embargo, a Molina
Fajardo, Los últimos días de García Lorca, le dijo que Espinosa le mandó que se dirigiera al Gobierno
Civil y desde allí le llamase para darle la orden de libertad.
No obstante, conviene señalar que
Pepiniqui le comenta a Penón en la entrevista que mantuvo con él el 10 de
marzo de 1955, que Federico permaneció
varios días en el Gobierno Civil, mientras que a Gibson y a Molina Fajardo les
dijo varios años después que el poeta sólo estuvo unas horas detenido en este
lugar.
Por otra parte, José Rosales le
confesó en una entrevista concedida a Gibson pocos días antes de morir , que en
la discusión que mantuvo con Valdés la noche anterior, 16 de agosto, había visto sobre la mesa la denuncia contra
Lorca firmada por Ruiz Alonso.
A día de hoy sigue siendo un gran
enigma, y motivo de controversia, el
tiempo que Lorca estuvo detenido en el Gobierno Civil. Es por otra parte un
asunto de especial trascendencia, si queremos aproximarnos a la verdad de lo
acontecido en su asesinato. Luego lo analizaré de manera pormenorizada. Ahora
sigamos con la secuencia de los hechos.
En una fecha aún por determinar,
García Lorca es sacado de las dependencias del Gobierno Civil junto a Dióscoro
Galindo González. Galindo había nacido en el municipio vallisoletano de
Ciguñuelas en 1877, aunque siendo niño se trasladaron todos a vivir a Madrid,
lugar donde algunos años después perdió una pierna como consecuencia de un
accidente. Se traslada a Valladolid donde consigue sacar la carrera de
Magisterio. Ejerce la docencia en
diversos municipios sevillanos hasta llegar a Pulianas, Granada, en 1934, lugar
en el que desempeñaba su trabajo cuando fue detenido a primeras horas del 18 de
agosto, según los datos que facilitó su familia. Era de tendencia republicana humanista y había participado en las mesas
electorales por el Frente Popular en las elecciones de febrero de 1936. Según
Gibson, fue denunciado por el secretario del ayuntamiento de Pulianas al
producirse el levantamiento militar.
García Lorca y Dióscoro Galindo
son trasladados a Viznar, junto a la Sierra de Alfacar, enclave donde los golpistas
establecieron defensas de forma permanente para repeler cualquier
ataque republicano que se pudiera producir desde las poblaciones cercanas a
Granada. Además, es un lugar de triste recuerdo para los granadinos pues allí los
sublevados, en sus inmediaciones, realizaron centenares de fusilamientos.
Como comandante del sector de
Viznar se encontraba José María Nestares Cuéllar. Militar con el grado de
capitán y falangista de cierta relevancia, estableció su cuartel general en el
Palacio del Arzobispo Moscoso y Peralta. Nestares tenía protegidos en Viznar a
algunos catedráticos a los que había librado de las ejecuciones y utilizaba
ahora como enterradores. Lo mismo había ocurrido con Manolo, el comunista,
chaval de diecisiete años que fue el que facilitó a Ian Gibson los datos del
posible lugar de enterramiento de Lorca.
A los presos los llevaban a un
edificio, Villa Concha, conocido por los lugareños como La Colonia. Otrora, no
muchos años atrás, lugar de esparcimiento y vida para
multitud de chavales que veraneaban allí, ahora se hallaba convertido en
lúgubre estancia, antesala de la muerte para centenares de inocentes.
De las últimas horas de Lorca nos
ha quedado el testimonio que les dejó a Penón y a Gibson, José Jover Tripaldi.
El joven, tenía veintipocos años, veraneaba en Viznar y al parecer le pidió a
Nestares que le evitara ir al frente, encomendándole éste la custodia de los
presos en La Colonia. Contó que a los presos
que iban llegando les decía en un principio que estaban allí para reparar
carreteras y cosas por el estilo. Ya cuando se aproximaba la hora de las
ejecuciones les contaba la verdad y les preguntaba si necesitaban la asistencia
de algún cura. Según él, Lorca requirió
la presencia del religioso cuando éste ya se había ido, razón por la que habría
ayudado a rezar al poeta .
Sin embargo, Miguel Caballero,
autor de Las trece últimas horas en la
vida de Lorca, ha tenido acceso al expediente personal de Jover en Falange y ha
logrado averiguar que éste perteneció a la cuarta bandera de esta organización
política, siendo la primera bandera la que estuvo a las órdenes de Nestares en
Viznar. Por otra parte, Caballero no logró encontrar en los expedientes ninguna
operación que él realizara con la primera bandera. Con estos datos queda seriamente en
entredicho lo narrado por Jover Tripaldi, que bien pudo haber sido producto de
su invención.
Federico García Lorca, Dióscoro
Galindo y los banderilleros anarquistas, Francisco Galadí y Joaquin Azcollar, que habían resistido en
El Albaicín, son sacados de madrugada y
asesinados junto a un olivo en un punto intermedio de la carretera que
une Viznar y Alfacar.
Aunque Juan Luís Trescastro se
jactó de haber sido uno de los que dispararon a Lorca, parece que
investigaciones relativamente recientes descartan esta posibilidad.
Según la investigación que
realizó Ian Gibson, plasmada en Vida,
pasión y muerte de Federico García Lorca, existe la posibilidad de que el poeta
no muriera de inmediato habiendo sido rematado por uno o varios tiros de
gracia, hecho que se habría producido después de levantarse y gritar ¡todavía
estoy vivo!
Por otra parte, Angelina
Cordobilla, cuidadora de los hijos de Concha García Lorca, le relató al hispanista,
que por aquellas fechas, ¿19 de agosto?, un miembro de la Escuadra Negra,
individuos que se dedicaron a la represión en Granada, se personó en el
domicilio de los García Lorca con una nota escrita por el poeta granadino. En
ella le rogaba a su padre que entregase 1000 pesetas como donativo para las
fuerzas armadas. El padre pagó creyendo que de esa forma podría contribuir a
salvar la vida de su hijo. La nota no se
ha encontrado y al parecer, Don Federico García la llevó siempre consigo hasta
el día de su muerte.
Entramos pues en el complicado
asunto del tiempo que permaneció detenido Federico García Lorca en el Gobierno
Civil antes de ser trasladado a Viznar para ser asesinado.
Agustín Penón, ciudadano
norteamericano de origen español, fue de los primeros que investigó
concienzudamente el crimen. Anteriormente habían visto la luz los trabajos: La
faz de España, de Gerald Brenan, 1950,
que en el capítulo seis, Granada, aborda el tema del asesinato de Lorca. Y el
reportaje de Claude Couffon, Ce que fut la mort de Federico García Lorca,
publicado en 1951. Para realizar sus
investigaciones , Penón se traslada en febrero de 1955 a Granada permaneciendo
allí hasta septiembre de 1956, fecha en
la que regresa a Estados Unidos al sentirse vigilado por la policía franquista.
También logra entrevistar en Madrid a Ramón Ruiz Alonso. Desgraciadamente,
nunca vio publicado el resultado de sus investigaciones. Falleció en 1976.
El escritor norteamericano,
William Layton, que lo acompañó en Granada, puso los “papeles” de Penón a disposición de
Ian Gibson que acertadamente realizó la edición en 1990 del libro, Agustín
Penón. Diario de una búsqueda lorquiana (1955-56)
El investigador norteamericano
efectuó multitud de entrevistas, siendo las realizadas a las personas más
próximas al círculo familiar de Lorca las que mostraron su convencimiento de
que estuvo recluido unos cuantos días en el Gobierno Civil, excepto el
testimonio de José Rosales, al que ya me referí, que si bien no formaba parte del entorno
familiar del poeta, sí se manifestó en esta ocasión de manera coincidente a
éste.
Fue el caso de Clotilde García
Picossi y Carmen García González, primas
de Lorca, las cuales le expresaron, que sin lugar a dudas, Federico estuvo
detenido varios días en el Gobierno Civil. Clotilde le aseguró que lo habían
matado el veinte de agosto. Una hermana de Angelina Cordobilla, a la que nos
hemos referido en varias ocasiones, le contó a Penón que su hermana le llevó
tres días seguidos comida y otros enseres a Federico, el 17, 18 y 19 de agosto,
fecha esta última en la que ya no se encontraba en el Gobierno. Angelina le
corroboró posteriormente este dato confirmándole que vio al poeta dos mañanas
seguidas. Aunque en un principio aseguró que fueron dos las veces que visitó el
lugar, posteriormente achacándolo a un fallo de la memoria, le aseguró que
fueron tres. Es decir, según estos últimos testimonios a Lorca se lo habrían
llevado en las primeras horas del 19 de agosto de 1936.
Aparte de otras cuestiones que
veremos más adelante, en contra de esta posibilidad encontramos lo declarado
por Francisco Valdés Escobar, hijo de José Valdés Guzmán gobernador civil de
Granada en esas fechas, quien le dijo a Eduardo Molina Fajardo, para su libro, Los últimos días de García Lorca, que era incierto lo contado por Angelina pues
existían unos guardias de forma
permanente que no dejaban pasar a nadie. A su misma madre le costaba entrar en
el Gobierno Civil.
Llegados a este punto conviene
detenerse en la versión de los hechos que el hijo del gobernador le expresó al
periodista granadino. Según él, Queipo de Llano dio la orden de que se
trasladase a García Lorca al Gobierno Civil para poder garantizar su seguridad debido
principalmente a que en casa de los Rosales los hombres estaban casi siempre
fuera. Su padre se habría prestado, lógicamente, a este mandato de Queipo no
considerándolo, por tanto, responsable de la suerte que corrió el poeta. Aclara
que ese día, 16 de agosto, Valdés permanece casi todo el día fuera del Gobierno
Civil, y que todo lo ocurrido fue durante
su ausencia en él y que cuando hace acto de presencia los hechos ya se habían
consumado. Es decir, mientras ejerce de gobernador el teniente coronel retirado de la Guardia
Civil, Velasco Simarro.
Obviamente, esta versión de los
hechos contrasta seriamente con lo que en su momento expresaron los miembros de
la familia Rosales y Ruiz Alonso. Este
último manifestó en distintas declaraciones que al llegar al Gobierno Civil en
la mañana del 17 de agosto, Valdés le comunicó que se habían llevado a Lorca
por la noche.
Gibson, en Vida, pasión y muerte
de Federico García Lorca, baraja como fecha posible de su asesinato el 18 de
agosto. Se basa en la entrevista que le realizó a Agustina Cordobilla algunos
años después de la efectuada por Penón. Además, ofrece el dato de que la familia de
Dióscoro Galindo, el maestro de Pulianas asesinado junto a Lorca, informó en su
momento que su familiar había muerto el
18 de agosto. El hispanista llega a la conclusión de que Angelina pudo equivocar
las fechas de sus visitas a Federico, habiendo realizado sólo dos y no tres.
Esta versión se ve reforzada por
el hecho de que se sabe que Galindo y el poeta salieron juntos del Gobierno
Civil, existen diversos testimonios, y que fueron asesinados junto a Galadí y
Azcollar.
Ian Gibson, en el libro suyo
antes citado, destaca que Valdés lleno de dudas sobre la conveniencia de la
ejecución de García Lorca ante los efectos negativos que pudiera tener, decide
consultarlo con Queipo de Llano, máxima autoridad militar de Andalucía, quien según algunos testimonios, le habría
respondido que había que darle “café, mucho café”, expresión que podría significar su deseo de
que fuera fusilado, no descartándose otras interpretaciones. Independientemente
de la implicación o no de Queipo en el crimen, el hispanista considera que
Valdés podría haber conseguido sin apenas dificultad evitar el trágico suceso.
Las razones que le habrían llevado a deshacerse de Lorca serían sus ideas
políticas, el contenido de algunas de sus obras, sus ataques a la clase media
católica granadina.... y por último, su intención de aterrorizar a la población
matando a alguien tan significativo, dejando a las claras que podían matar a
cualquiera que se les pusiera por delante.
Gibson, nacido en Dublín en 1939 y con la
nacionalidad española desde 1984 es considerado por muchos el biógrafo oficial
de Lorca al que dedicó largos años de investigación. Fruto de este trabajo son
sus obras; La represión nacionalista de Granada en 1936 y la muerte de Federico
García Lorca. (Paris, 1971), Federico García Lorca. I. De Fuente Vaqueros a
Nueva York, (Barcelona, 1985), Federico García Lorca. II. De nueva York a Fuente Grande (Barcelona,
1987), Guía de la Granada de Federico García Lorca (Barcelona, 1989), Vida,
pasión y muerte de Federico García Lorca, (1988), El hombre que detuvo a García
Lorca, (Madrid, 2007), Lorca y el mundo gay, El asesinato de García Lorca, y La fosa de Lorca: Crónica de
un despropósito, entre otros.
El investigador Gabriel Pozo,
autor del libro, Lorca, el último paseo, también ve posible que el asesinato se cometiera el 18 de agosto
pero establece una pequeña variante.
Explicó en una entrevista
concedida para el Canal TG7 CULTURA, que
considera probable que a Lorca lo sacaran del Gobierno Civil el 17 de agosto,
que durmiera esa noche en La Colonia y lo asesinaran al día siguiente.
Desde mi punto de vista, el hecho
de que García Lorca pudiera permanecer detenido en el Gobierno Civil hasta
primeras horas del 18 de agosto, sólo se podría entender si tomamos en
consideración la necesidad que Valdés tendría de consultarle a Queipo qué hacer
con él. Esta opción además, tendría cierto sentido si tenemos en cuenta que las
comunicaciones telefónicas entre Sevilla, lugar donde tenía instalado su
cuartel general Queipo de Llano, y Granada fueron cortadas por los republicanos
los días 16 y 17 de agosto, siendo restablecidas el 18. Sólo existe un
problema. Que no sabemos a qué hora se
reanudaron las comunicaciones telefónicas. Según distintas informaciones, la
hora del asesinato de García Lorca se sitúa entre las 3 y las 5 de la madrugada,
aproximadamente. Por tanto, el restablecimiento de las líneas que permitiera la
comunicación entre Valdés y Queipo, debería haberse producido entre las 0 horas
y las 5 de la mañana. De no ser así, esta hipótesis se podría considerar muy
cuestionable.
Hay que reconocer no obstante,
que nos faltan datos para poder dar por buena esta posibilidad. También hay que
subrayar que no existe ninguna prueba de la participación de Queipo de Llano en
el crimen.
Sin embargo, hay otras
investigaciones que nos llevan a la posibilidad de que el poeta fuera asesinado
en las primeras horas del 17 de agosto.
Son dos los trabajos, sin desmerecer otros, que a mi entender ahondan
mejor en esta opción; Los últimos días
de García Lorca, de Eduardo Molina Fajardo y Las trece últimas horas en la vida
de García Lorca.
Molina Fajardo (Granada
1914-1979) dirigió diversos medios de
comunicación, Yugo, Odiel, Patria. Además, militó en Falange lo cual le
permitió acceder a diversos testigos que se encontraban en aquellas fechas en
el sector de Viznar. Investigó durante largos años el asesinato de Lorca
entrevistando a más de medio centenar de personas.
Resulta especialmente relevante
la entrevista que le hizo a José María Nestares, jefe del sector de Viznar,
donde éste le dio muchos detalles de la llegada del poeta aquella noche a La
Colonia, que él sitúa entre las 23,30 y las 0 horas. Otros testimonios que
recogió el periodista granadino fueron coincidentes con los de Nestares, lo que
da como resultado la más que segura presencia de éste en Viznar cuando
ocurrieron los hechos.
Hay un dato que resulta
prácticamente definitivo a la hora de situar el fusilamiento de García Lorca
aquella noche del 17 de agosto. Molina
tuvo acceso al expediente personal de Nestares y pudo comprobar que durante los
días 18 y 19 de agosto fue sustituido como jefe del sector por el teniente
retirado de la legión, Jerónimo Morillas
Arenas, por orden del gobernador militar de Granada. Éste restableció en su
puesto a Nestares el 20 de agosto, lo cual demuestra que se encontraba en el
lugar el 17 de agosto, fecha más que probable del asesinato del poeta. Por lo
tanto, quedarían descartadas las fechas de los días posteriores.
Esto nos plantea un interrogante,
¿Se equivocó la familia de Dióscoro Galindo al señalar la fecha en que éste fue
asesinado? Al cabo de los años,
¿Equivocó Angelina Cordobilla estas
visitas con las que realizó durante casi un mes a la cárcel donde se encontraba
Fernández-Montesinos?
Miguel Caballero accedió para el
trabajo antes señalado al mismo expediente que manejó en su momento Molina
Fajardo, encontrándose que la hoja referida a 1936 había desaparecido, sin que
por ello ponga en duda la verosimilitud de la investigación realizada por el periodista.
Miguel Caballero Pérez, nacido el
25 de abril de 1959 en Sierra de Yeguas (Málaga), investigador histórico
perteneciente al instituto de Estudios del Sur de Madrid Jiménez de Gregorio,
ha dado un giro espectacular a las investigaciones sobre el asesinato de García
Lorca a través de, La verdad del asesinato de García Lorca. Historia de una
familia, escrito junto a María Pilar Góngora Ayala, y el ya citado, Las trece últimas horas en la
vida de García Lorca. Además, ha publicado, Federico García Lorca, vocal de la
Junta Nacional de Música y Teatros Líricos (1932-1934): García Lorca en África.
Crónica de un viaje al protectorado español de Marruecos.
En el trabajo de investigación
que realizó junto a María Pilar Góngora Ayala, llegaron a las raíces de las
rencillas ocurridas entre Federico García, padre de Lorca, y la familia Roldán.
Al carecer Lorca de adscripción política, descartándose las motivaciones
políticas en el crimen, se buscó en los
antecedentes y problemas familiares, en los asuntos económicos y de política
local las causas que pudieron originar su asesinato.
Ya me he referido con
anterioridad a los conflictos, origen de las diferencias, que se derivaron de
la construcción de una fábrica de azúcar en la Vega granadina. El padre de
Lorca logró paralizar a través de una denuncia la actividad de esta fábrica, de
la que era accionista la familia Roldán, y provocando que la remolacha
azucarera fuera a pasar a la industria
de la que él era accionista, con el consiguiente perjuicio económico que este
hecho produciría en los Roldán.
Posteriormente, habrían de surgir
nuevas divergencias en relación con la política en el ayuntamiento de Granada.
El padre de Lorca había conseguido la elección como concejal por el Partido
Liberal de Maura. El patriarca de Los Roldán, Alejandro Roldán Benavides,
pretendió la consecución del mismo objetivo y con esa finalidad se presentó a
las elecciones de 1918 por el Partido Conservador. El motivo de fricción fue la
anulación de las elecciones por parte de una Junta, de la que formaban parte de
forma mayoritaria miembros del partido
del padre de Lorca, por posibles irregularidades cometidas por Trescastro, el propio Roldán y algunos de sus
seguidores que habrían irrumpido en un colegio electoral y, empleándose con
cierta violencia, habrían llenado una
urna de votos favorables a su partido.
En Las trece últimas horas en la
vida de García Lorca, Caballero expresa su convencimiento de que tanto la
familia Roldán como Los Alba, estaban al
corriente del contenido del drama rural, La casa de Bernalda Alba, donde salían mal parados como consecuencia de
algunas partes que Lorca se había inventado, pues pocos días después de la
llegada del poeta a Granada se desarrolló un acto donde se le dio lectura en el Carmen de Fernando Vilches Jiménez
Miguel Caballero, sitúa la
detención de Lorca, 16 de agosto, a las 13.30 horas, su salida del Gobierno
Civil, antes de que llegara Valdés a su despacho, éste llegó sobre las 21.45 h.
y la llegada al puesto de Viznar se habría producido entre las 23.30 y las 0
horas; recordemos que este último dato
se lo había facilitado el capitán Nestares a Molina Fajardo, siendo asesinado
esa misma madrugada. Es decir, en las primeras horas del 17 de agosto.
Caballero defiende la tesis de
que la familia Roldán aparece cerca de varios episodios relacionados con el
crimen y piensa que el poeta ya era “esperado” por esta familia cuando regresa
a Granada.
Sí logra muy eficazmente, a través de sus investigaciones, establecer
los distintos vínculos que existían entre algunos elementos que participaron de
una manera u otra en el destino de Lorca, con la familia Roldán; El gobernador
civil, José Valdés Guzmán, compañero de armas de un miembro de la familia, con
quien al parecer tiene buenas
relaciones, es vecino de una hermana de Horacio Roldán. Con éste, perteneciente
en su momento a Acción Popular que dirige Gil Robles, se ha visto en la Vega
granadina el 7 de agosto, dos días antes
del registro en La Huerta de San Vicente en la que han participado Horacio y un
hermano suyo. No podemos saber si hablaron de ese tema o si se trató de una
simple coincidencia. Juan Luis Trescastro, destacado miembro de Acción Popular
y compañero años atrás de Alejandro Roldán en el Partido conservador, es además
viejo amigo de la familia. Sabemos que acompañó a Ramón Ruiz Alonso en la detención de García Lorca.
Éste, perteneciente también a Acción Popular, partido que forma parte de la
CEDA, trabajó en el periódico Ideal, de
la Editorial Católica, de la que era accionista Alejandro Roldán Benavides.
Velasco Simarro, que actúa el 16 de agosto como gobernador civil en ausencia de
Valdés, tiene buenas relaciones con la
familia a la que ha hecho algunos favores importantes .
Aunque Miguel Caballero cree que
es Velasco Simarro el que ordena que el poeta sea conducido a Viznar aprovechando que Valdés no está, la cuestión plantea ciertas dudas sobre el
papel desempeñado por éste en el asunto. Ruiz Alonso dijo en su momento que fue
él el que le ordenó la detención de
Lorca. Además, Nestares declaró a Molina Fajardo que al ver en el puesto de
Viznar la orden de Valdés sobre el destino de Lorca, la rasgó porque le parecía
una canallada.
En cualquier caso, parece más que
probable que Valdés y Simarro estuvieran de acuerdo en este asunto. De otra
forma no se explica, que ante el hecho de que presumiblemente Simarro hubiera
cometido un acto de indisciplina, decidir la suerte de Lorca sin consultarlo
con él, Valdés no tomara con posterioridad algún tipo de medida disciplinaria o
abriera alguna investigación al respecto.
Tampoco se puede establecer con
seguridad la participación de algún miembro de la familia Roldán en el crimen
de Federico García Lorca. Están muy bien desarrollado los móviles que les
pudiera haber llevado a actuar de forma vengativa contra Federico García,
asesinando al miembro más destacado y popular de su familia, pero que sepamos,
no existen pruebas de que realmente lo llevaran a cabo.
(Continuara)
Antonio Alfonso Hernández, 28 de
marzo de 2015
OBRAS CONSULTADAS
VIDA, PASIÓN Y MUERTE DE FEDERICO GARCÍA
LORCA. Cap.12. Ian Gibson. 1998. Plaza
& Janés. Editores, S.A. 2003, para esta edición. Ediciones Folio,
S.A. Edita ABC, S.L.
LOS ÚLTIMOS DÍAS DE GARCÍA LORCA. El
libro-documental fundamental sobre el caso Lorca. Eduardo Molina Fajardo, 2011.
Editorial Almuzara, S.L.
LAS TRECE ÚLTIMAS HORAS EN LA VIDA DE GARCÍA LORCA. Miguel Caballero Pérez. La
esfera de los libros, S.L, 2011
AGUSTÍN PENÓN. Diario de una búsqueda lorquiana
(1955-56) Edición a cargo de Ian Gibson,
Plaza & Janés, 1990.
ENTREVISTA A GABRIEL POZO. Canal TG7 Cultura.