El
que fuera alcalde de San Sebastián, el
socialista Odón Elorza, ha pedido ayer,
que los restos mortales de Francisco Franco sean sacados del Valle de los
Caídos. Ha manifestado además, que le da exactamente igual el sitio en donde lo
pongan, pero que lo saquen de allí.
En
relación con este controvertido asunto,
yo me atrevería a plantear la siguiente
solución al problema, que imagino sería la definitiva. Para que luego digan que
en este blog no aportamos nada.
Vamos
a desarrollar la idea. Se trataría de
que el gobierno de la nación creara una comisión, formada por dos o tres
personas, que tendrían la trascendente misión de dar sepultura al sátrapa, luego
de sacarlo de Cuelgamuros de forma
absolutamente secreta. Es decir, ellos por su cuenta y riesgo elegirían el
lugar, y sólo ellos conocerían el emplazamiento de la nueva morada de Paquito.
Lugar donde reposan los restos del dictador.
Desde
mi punto de vista sería preferible que
eligieran cualquier cuneta de difícil acceso, recóndita incluso, de las
muchas que pueblan nuestro solar patrio. ¿Por qué? Pues por la sencilla razón
de que así se igualarían, por fin, en la muerte, los restos de los más de
treinta mil desaparecidos que su política de exterminio produjo, y él mismo.
Por
tato, Franco, Paquito para los amigos, pasaría a ser un desaparecido más, y su familia, se entregaría con afán a la ardua tarea de
encontrar los restos de su ser querido. Lo mismito que ésas más de treinta mil
familias de republicanos represaliados por el abuelo. A este empeño también se dedicarían con
ahinco, como es natural, los conmilitones del dictador que aún queden con vida
de la famosa guerra de salvación que protagonizaron, o sus descendientes si así lo desean.
Esta
propuesta, a pesar de que a muchos les pueda parecer estrafalaria tendría
además la enorme ventaja de que los enterradores de la verdad, fascistas de
toda la vida, fascistas de nuevo cuño y toda la prole identificada con el
franquismo, por fin entenderían lo necesaria que es la llamada Ley de la Memoria Histórica, pues
, ahora sí, pedirían con verdadera desesperación,
incluso entusiasmo, que se cumpliera la
parte que toca al apoyo de las administraciones para la localización de los
desaparecidos.
Imagen tradicional del 20 de
Noviembre
¿Organizarían
manis reclamando una partida presupuestaria para localizar a Paquito?
El
gobierno tendría que actuar con excesiva prontitud. A ser posible sería
recomendable que para el próximo 20-N ya
se hubieran realizado, en estricto secreto,
las operaciones de exhumación de los restos en el Valle y la posterior
inhumación en los campos de España. De esta forma los fascistas italianos y de otras
nacionalidades, aparte de los de aquí, claro, que vienen cada año a tributar su
particular homenaje a Paquito se encontrarían con la desagradable sorpresa de
que lo han cambiado de sitio y se les
podría utilizar, de mano de obra gratuita,
para efectuar las primeras incursiones en pos de localizar al viejo
general.
En
fin, por proponer que no quede. Como decía al principio, sería una manera muy
interesante de igualar, aunque sólo sea en la muerte, a las víctimas y a su
principal verdugo. Seguro que Franco que
tenía unos principios muy sólidos de solidaridad e igualdad lo entendería
perfectamente.
Sería
justo, ¿o no?
Antonio
Alfonso Hernández. 30-10-2013