En el año 2011 Ángel Viñas publicaba el libro La conspiración del general Franco; la primera obra de Viñas donde se apuntaba que Franco mandó ordenar el asesinato del General Balmes. Algunos años después, Moisés Domínguez Núñez presentaba En busca del general Balmes (Librería Hispania). El trabajo de Moisés Domínguez venía a decir lo que en su día afirmó la versión oficial, que la muerte de Balmes fue accidental. Como novedad se aportaba el supuesto informe forense de la muerte de Balmes. Algún tiempo después, en 2018, Ángel Viñas con la ayuda del expiloto Cecilio Yusta Viñas y el doctor en Medicina Miguel Ull Laita, volvía a la carga con El primer asesinato de Franco, donde con la ayuda de dos autores más, de reconocido prestigio, desmontaba totalmente el libro de Moisés Domínguez.
El libro de Viñas y cia., no le debió de gustar nada al sr. Domínguez y desde Libertad Digital hizo algunos comentarios sobre la obra de Viñas, pero eso sí, sin entrar a desmontar ninguna de las teorías que se exponían en la obra de Ángel Viñas, Ull y Yusta:
No me he reído tanto con un libro de Historia desde que leí La Guerra de Andrés (Francisco Moreno, 2006). Recomiendo fervorosamente la lectura de este último libreto. Estoy seguro de que lo disfrutarán. Supera con mucho en gracia e ironía a la ‘novela’ que se han marcado entre el economista Ángel Viñas, el piloto jubilado de Iberia, procedente de mecánico de vuelo, Cecilio Yusta Viñas, y el patólogo y adalid de la memoria histórica en Segovia, Miguel Ull Laita. Y sobre todo es más ligero y barato.A Moisés Domínguez el libro que tiraba por tierra sus especulaciones le pareció graciosete, pero no quiso explicar el porque, tan solo anotó que "ahora no voy a entrar en analizar en detalle las muchas inexactitudes, deformaciones y hasta falsedades que contiene. Tan sólo anoto que los autores se inventan una historia y le dan vida como si hubiese ocurrido de verdad" . Desmontar el libro de Viñas, Yusta y Ull, sencillamente se escapaba de las posibilidades de Moisés Domínguez, es más rápido y fácil decir que se inventan una historia que explicar porque y como se inventan esa historia.
El artículo expuesto en Libertad Digital fue firmado en febrero de 2018. Como no tuvo excesivo éxito, Domínguez volvió a la carga. Tuvo que viajar, virtualmente suponemos, hasta Buenos Aíres. En septiembre de ese mismo año en la web de Ángel David Martín Rubio, Desde mi campanario, se compartía un informe forense del doctor Óscar Lossetti sobre el general Balmes. Domínguez se creía que había descubierto la Piedra filosofal:
Quiero cerrar ya este asunto, que tanto ríos de tinta ha derramado, con un informe realizado por el prestigioso forense argentino Oscar Lossetti con el que contacte en febrero de 2016 y que desde un punto de vista objetivo y no contaminado, por una historiografía sectaria y militante, hizo un extraordinario trabajo partiendo de la base de la autopsia realizada al general Balmes, por los cuatro forenses (dos militares y dos civiles) Desde mi campanario...👈Me parecía un tanto extraño que Domínguez se hubiera alejado 10.000 kilómetros, y al otro lado del charco hubiese encontrado un forense dispuesto a corroborar su teoría. ¿Qué pasa, que en España no hay forenses? Desde luego que ninguno dispuesto a tirar por la borda su prestigio y avalar el libro En busca del general Balmes. Esto hubiese generado un debate que no habría sido bueno profesionalmente para ningún forense español. Si el especialista vive a 10.000 kms. su prestigio profesional no corre peligro.
Lo que me llama la atención es que precisamente Moisés Domínguez Núñez haga mención a la historiografía sectaria y militante. Esta imagen de abajo fue tomada en la presentación del libro de M. Domínguez en el CEU (muy neutrales todos ellos):
De izquierda a derecha: Carlos Gregorio Hernández (ver enlace...👈), Fernando Paz (ver enlace...👈), Luis E. Togores (ver enlace...👈), y el último es el sr. Domínguez. Todos ellos libres de esa ideología militante e intoxicadora. Será que ser de extremaderecha te inmuniza. 😅😅😅😅😅😅
Como un servidor es experto en nada, y mucho menos en medicina forense, se puso en contacto con alguien que si sabe donde pisa y que sigue el asunto muy de cerca. Aquí tienen su informe. Que lo disfruten y espero que a nadie le suba la tensión, que en tiempos de coronavirus eso es muy peligroso:
[Quiero brindar un homenaje desde este blog a Cecilio Yusta Viñas, recientemente fallecido. Dice el sr. Domínguez que Yusta era mecánico de vuelo. Fue mucho más, además de historiador de la aviación española fue "un aviador espléndido. Descubrió su vocación mientras hacía el servicio militar obligatorio en el Ejército del Aire como simple soldado raso. Nada le predisponía a aquella carrera. Con una tenacidad insuperable decidió hacerse piloto civil, no militar. Y lo hizo a las bravas. Controlador del tráfico aéreo por oposición, profesor de vuelo elemental en el Aeroclub de Madrid, piloto de transportes por la Escuela Superior de Vuelo de Salamanca, auxiliar de vuelo en Aviaco primero y en Iberia después. Voló todo tipo de aviones, desde avioncillos de escuela y avionetas de turismo a aviones de tipo estándar (Fokker, Douglas y Boeing), desde piloto elemental a comandante de grandes aviones a reacción en vuelos trasatlánticos. Voló prácticamente hacia todos los aeropuertos del mundo. Un caso bastante raro". Ángel Viñas...👈].
a) El Sr. Domínguez persiste en presentar al general practicando el tiro sentado para favorecer sus argumentos de una muerte fortuita. En ningún momento de las declaraciones del chófer se cita tal circunstancia y además la lógica de práctica de tiro así lo avala [esto ya se rebatió en el libro escrito por Ángel Viñas].
Esta circunstancia es importante porque el forense argentino intenta partir de esa situación de sentado para organizar la trayectoria de la bala, aunque, todo hay que decirlo, ni por esas se cuadra el círculo.
b) Cuando Domínguez se refiere a que el informe de Óscar Lossetti (se ha ido lejos a buscar su contra informe) es “objetivo y no contaminado por una historiografía sectaria y militante” da por hecho que se refiere a SU VERSIÓN y no a la de Viñas y Miguel Ull en la que DEMOSTRARON TÉCNICAMENTE su criterio. [Él, Domínguez, fue incapaz de hacerlo,]
SOBRE EL INFORME FORENSE DE ÓSCAR LOSSETTI
Para empezar, tengo que decir que los párrafos 2º y 3º de la p. 3 son, para mí, totalmente incomprensibles.
Testimonio de interés médico-legal
En el tercer párrafo insiste en que el tirador estaba sentado, algo que supongo es debido a la información que le aporta Domínguez.
En el cuarto seguimos con errores: “que una vez herido, es trasladado al Cuartel” ¿A qué cuartel? Se obvia todo lo relacionado con la ausencia/presencia de los médicos en la Casa de Socorro y la (in)asistencia que se presta al general primero en la misma y luego en el Hospital Militar. Da la sensación de que no ha leído la documentación, ni la prensa de esos días ni el libro de Domínguez. Obviamente el de Ángel Viñas tampoco, porque si lo hubiese leído no hubiera escrito este texto.
Y la guinda: ”En ningún momento, interpreto que haya habido relatos o expresiones en que haya manifestado una versión que contradiga que el disparo fue autoinferido o por obra de la fatalidad” (O sea que el general no fue gritando ¡¡¡ fulanito de tal me ha pegado un tiro!!!) Bien, no hay constancia de ello.
Elementos de interés médico-legal de la autopsia del informe Losetti
Párrafos segundo y tercero: estamos de acuerdo con que faltan muchos datos descriptivos postmortem en el cadáver, tanto en la superficie externa como en la descripción de vísceras internas. en el libro de Viñas se expone pormenorizadamente tanto en lo que describieron los forenses en 1936/37 y, sobre todo, lo que no describieron, que es tan importante o más que lo que sí reseñaron.
Orificio de entrada del disparo: Por supuesto es a quemarropa (no hace falta mucha más descripción). No hace referencia a su zona/punto de entrada. Si no hace referencia a la zona de entrada, ¿cómo después va a poder razonar sobre la trayectoria?
Último párrafo de la p.3 (Comienza: trayectoria intracorpórea…)
El Dr. Losetti dice que los forenses se equivocaron al hablar de la lesión del mesenterio, porque da por hecho que el proyectil entró por el epigastrio. Lo que pasa es que los forenses describieron las lesiones que vieron en el cuerpo del general, pero estas (que fueron como descubrieron en su informe, aunque de forma parca e insuficientes) no las produjo el proyectil que hubiese entrado por el epigastrio (versión oficial) sino al entrar por el hipocondrio izquierdo como se sostiene en el libro de Viñas.
Es decir:
· Lossetti describe las lesiones causadas por el proyectil en caso de que hubiese entrado por el epigastrio (dando por hecho la versión oficial que Domínguez le indica), y sentado.
· y los forenses describieron lo que vieron (lesiones correctas) pero no pudieron decir que se correspondían con la trayectoria del proyectil con orificio de entrada por el hipocondrio izquierdo (asesinato) y localizaron este orificio de entrada por el epigastrio (versión oficial), entrando en contradicción [todo esto se explica en el libro de Viñas en las pp.218 a 229].
Por eso dice Lossetti que son erróneas. La descripción del informe de 1936/37, sin embargo, se correspondió con lesiones al entrar el proyectil por el hipocondrio izquierdo y no por el epigastrio.
Lossetti apoya la tesis de Domínguez porque éste le dice que la práctica del tiro la hace sentado.
Item más: primer párrafo de la p. 5 de Losetti:
“…la trayectoria lesiva del proyectil involucró en este orden lo siguiente:
a) piel, tejido celular subcutáneo, peritoneo (es decir, la pared abdominal),
b) ingresa en cavidad abdominal y lesionó epiplón gastro-cólico, colon trasverso y su mesocolon en vecindad en ángulo esplénico colónico, prolongación epiglótica gastro-esplénica (farragosa pero posible, se olvida de las lesiones en duodeno)
c) bazo (lesión trasfixiante, es decir, de lado a lado atravesado por completo. Mal expresado, lo atraviesa de arriba abajo, no de lado a lado. El bazo tiene forma de chapela ubicada sobre el riñón izquierdo y no tiene “lados”. Tiene bordes y caras: superior e inferior.)
d) Masa del músculo psoas-ilíaco izquierdo, quinta vértebra lumbar y salida al exterior…
ERROR ANATÓMICO: Supuestos:
a) Si el tiro entra por el epigastrio, el orden de lesiones viscerales habría sido: primero el grupo b), y después el grupo d), con imposibilidad absoluta de lesionar el bazo que está a 30-40 cm de distancia hacia ARRIBA E IZQUIERDA. Burrada anatómica.
b) Si el tiro entró por el hipocondrio izquierdo, el orden de lesiones es el que nosotros describimos PORMENORIZADAMENTE en el libro, y que en la descripción de Lossetti, sería por orden lesional: c), b) y d).
En la última parte de este capítulo del informe Lossetti, hace referencia al proyectil en el sentido que no sabe que ha pasado con él. No ha leído los informes de que lo recuperan.
Consideraciones finales del informe Lossetti
1. “Existe correspondencia entre la entrada del proyectil al cuerpo, su trayectoria, las lesiones anatómicas y la salida del proyectil”.
Consideración falsa. Ni está probado que el general practicase sentado, ni está probado ni demuestra que el orificio de entrada fuese por el epigastrio. Y en el caso supuesto que así fuese, la trayectoria anatómica que describe por el proyectil es errónea e imposible anatómicamente.
2. “La distancia a la que se produjo el disparo…depósito de productos de deflagración…”, No aporta nada. Ampliamente explicado en el libro de Viñas y mucho mejor documentado. p.213, 234 y s.
3. “El testimonio del propio afectado…” Una simpleza, tampoco el chófer iba a gritar “¡¡¡fulanito de tal ha disparado al general…!!!
4. Sobre la gravedad y traslado del general a los centros asistenciales, no dice mas que obviedades. No entra en la sustancia de la asistencia en la que entramos nosotros.
5. “a modo de conclusión…” Mas obviedades fundadas en lo que le dice Domínguez.
CONCLUSIÓN:
Es un informe superficial e indocumentado. No hace referencia ni a los documentos imprescindibles para justificar el criterio de muchas de sus opiniones (traslados, atención, muerte del general), ni a los periódicos de los días de los hechos, ni se ha leído el libro de Domínguez ni mucho menos el de Ángel Viñas.
En sus superficiales aportaciones anatómicas sobre los elementos de interés médico-legal de la autopsia, se olvida de hacer consideraciones sobre las lesiones que figuran en el informe de 1936/37 y de las lesiones que se deberían constatar en él por su trascendencia (lesiones medulares, óseas, cerebrales, etc.)
Su criterio de que el tiro fue autoinferido no está sustentado por pruebas documentales ni, sobre todo, anatómicas. Cae en una grave incongruencia al establecer una trayectoria de lesiones viscerales del disparo que no puede corresponderse ni con el orificio de entrada por el epigastrio ni por el hipocondrio izquierdo. También es erróneo el orden de las lesiones que dice.
Y la aseveración final de que la muerte del general es compatible con el tiro autoinferido estando sentado, es un brindis al sol sin ningún sustento documental ni anatómico.
Esta circunstancia es importante porque el forense argentino intenta partir de esa situación de sentado para organizar la trayectoria de la bala, aunque, todo hay que decirlo, ni por esas se cuadra el círculo.
b) Cuando Domínguez se refiere a que el informe de Óscar Lossetti (se ha ido lejos a buscar su contra informe) es “objetivo y no contaminado por una historiografía sectaria y militante” da por hecho que se refiere a SU VERSIÓN y no a la de Viñas y Miguel Ull en la que DEMOSTRARON TÉCNICAMENTE su criterio. [Él, Domínguez, fue incapaz de hacerlo,]
SOBRE EL INFORME FORENSE DE ÓSCAR LOSSETTI
Para empezar, tengo que decir que los párrafos 2º y 3º de la p. 3 son, para mí, totalmente incomprensibles.
Testimonio de interés médico-legal
En el tercer párrafo insiste en que el tirador estaba sentado, algo que supongo es debido a la información que le aporta Domínguez.
En el cuarto seguimos con errores: “que una vez herido, es trasladado al Cuartel” ¿A qué cuartel? Se obvia todo lo relacionado con la ausencia/presencia de los médicos en la Casa de Socorro y la (in)asistencia que se presta al general primero en la misma y luego en el Hospital Militar. Da la sensación de que no ha leído la documentación, ni la prensa de esos días ni el libro de Domínguez. Obviamente el de Ángel Viñas tampoco, porque si lo hubiese leído no hubiera escrito este texto.
Y la guinda: ”En ningún momento, interpreto que haya habido relatos o expresiones en que haya manifestado una versión que contradiga que el disparo fue autoinferido o por obra de la fatalidad” (O sea que el general no fue gritando ¡¡¡ fulanito de tal me ha pegado un tiro!!!) Bien, no hay constancia de ello.
Elementos de interés médico-legal de la autopsia del informe Losetti
Párrafos segundo y tercero: estamos de acuerdo con que faltan muchos datos descriptivos postmortem en el cadáver, tanto en la superficie externa como en la descripción de vísceras internas. en el libro de Viñas se expone pormenorizadamente tanto en lo que describieron los forenses en 1936/37 y, sobre todo, lo que no describieron, que es tan importante o más que lo que sí reseñaron.
Orificio de entrada del disparo: Por supuesto es a quemarropa (no hace falta mucha más descripción). No hace referencia a su zona/punto de entrada. Si no hace referencia a la zona de entrada, ¿cómo después va a poder razonar sobre la trayectoria?
Último párrafo de la p.3 (Comienza: trayectoria intracorpórea…)
El Dr. Losetti dice que los forenses se equivocaron al hablar de la lesión del mesenterio, porque da por hecho que el proyectil entró por el epigastrio. Lo que pasa es que los forenses describieron las lesiones que vieron en el cuerpo del general, pero estas (que fueron como descubrieron en su informe, aunque de forma parca e insuficientes) no las produjo el proyectil que hubiese entrado por el epigastrio (versión oficial) sino al entrar por el hipocondrio izquierdo como se sostiene en el libro de Viñas.
Es decir:
· Lossetti describe las lesiones causadas por el proyectil en caso de que hubiese entrado por el epigastrio (dando por hecho la versión oficial que Domínguez le indica), y sentado.
· y los forenses describieron lo que vieron (lesiones correctas) pero no pudieron decir que se correspondían con la trayectoria del proyectil con orificio de entrada por el hipocondrio izquierdo (asesinato) y localizaron este orificio de entrada por el epigastrio (versión oficial), entrando en contradicción [todo esto se explica en el libro de Viñas en las pp.218 a 229].
Por eso dice Lossetti que son erróneas. La descripción del informe de 1936/37, sin embargo, se correspondió con lesiones al entrar el proyectil por el hipocondrio izquierdo y no por el epigastrio.
Lossetti apoya la tesis de Domínguez porque éste le dice que la práctica del tiro la hace sentado.
Item más: primer párrafo de la p. 5 de Losetti:
“…la trayectoria lesiva del proyectil involucró en este orden lo siguiente:
a) piel, tejido celular subcutáneo, peritoneo (es decir, la pared abdominal),
b) ingresa en cavidad abdominal y lesionó epiplón gastro-cólico, colon trasverso y su mesocolon en vecindad en ángulo esplénico colónico, prolongación epiglótica gastro-esplénica (farragosa pero posible, se olvida de las lesiones en duodeno)
c) bazo (lesión trasfixiante, es decir, de lado a lado atravesado por completo. Mal expresado, lo atraviesa de arriba abajo, no de lado a lado. El bazo tiene forma de chapela ubicada sobre el riñón izquierdo y no tiene “lados”. Tiene bordes y caras: superior e inferior.)
d) Masa del músculo psoas-ilíaco izquierdo, quinta vértebra lumbar y salida al exterior…
ERROR ANATÓMICO: Supuestos:
a) Si el tiro entra por el epigastrio, el orden de lesiones viscerales habría sido: primero el grupo b), y después el grupo d), con imposibilidad absoluta de lesionar el bazo que está a 30-40 cm de distancia hacia ARRIBA E IZQUIERDA. Burrada anatómica.
b) Si el tiro entró por el hipocondrio izquierdo, el orden de lesiones es el que nosotros describimos PORMENORIZADAMENTE en el libro, y que en la descripción de Lossetti, sería por orden lesional: c), b) y d).
En la última parte de este capítulo del informe Lossetti, hace referencia al proyectil en el sentido que no sabe que ha pasado con él. No ha leído los informes de que lo recuperan.
Consideraciones finales del informe Lossetti
1. “Existe correspondencia entre la entrada del proyectil al cuerpo, su trayectoria, las lesiones anatómicas y la salida del proyectil”.
Consideración falsa. Ni está probado que el general practicase sentado, ni está probado ni demuestra que el orificio de entrada fuese por el epigastrio. Y en el caso supuesto que así fuese, la trayectoria anatómica que describe por el proyectil es errónea e imposible anatómicamente.
2. “La distancia a la que se produjo el disparo…depósito de productos de deflagración…”, No aporta nada. Ampliamente explicado en el libro de Viñas y mucho mejor documentado. p.213, 234 y s.
3. “El testimonio del propio afectado…” Una simpleza, tampoco el chófer iba a gritar “¡¡¡fulanito de tal ha disparado al general…!!!
4. Sobre la gravedad y traslado del general a los centros asistenciales, no dice mas que obviedades. No entra en la sustancia de la asistencia en la que entramos nosotros.
5. “a modo de conclusión…” Mas obviedades fundadas en lo que le dice Domínguez.
CONCLUSIÓN:
Es un informe superficial e indocumentado. No hace referencia ni a los documentos imprescindibles para justificar el criterio de muchas de sus opiniones (traslados, atención, muerte del general), ni a los periódicos de los días de los hechos, ni se ha leído el libro de Domínguez ni mucho menos el de Ángel Viñas.
En sus superficiales aportaciones anatómicas sobre los elementos de interés médico-legal de la autopsia, se olvida de hacer consideraciones sobre las lesiones que figuran en el informe de 1936/37 y de las lesiones que se deberían constatar en él por su trascendencia (lesiones medulares, óseas, cerebrales, etc.)
Su criterio de que el tiro fue autoinferido no está sustentado por pruebas documentales ni, sobre todo, anatómicas. Cae en una grave incongruencia al establecer una trayectoria de lesiones viscerales del disparo que no puede corresponderse ni con el orificio de entrada por el epigastrio ni por el hipocondrio izquierdo. También es erróneo el orden de las lesiones que dice.
Y la aseveración final de que la muerte del general es compatible con el tiro autoinferido estando sentado, es un brindis al sol sin ningún sustento documental ni anatómico.