Manuel Carracedo Blázquez, nació en Casas de Don Pedro en 1905
y falleció en Badajoz en 2005.
Alistado en la Legión, participó
en 1926 en el desembarco de Alhucemas.
Posteriormente ingresó en la Guardia Civil, donde con el grado de
capitán se encontraba en Badajoz como supernumerario sin sueldo en las fechas
de la asonada militar. Durante la contienda
trabajó para el SIM (Servicio de Información militar) Tras la guerra fue subiendo en el escalafón
hasta llegar al generalato en 1974. Fue Presidente de la Diputación de Badajoz
entre ell veintidós de julio de 1965
hasta el uno de abril de 1967 y Procurador en Cortes. Como Presidente de la Institución
badajocense gestionó la compra de los
terrenos donde habría de ubicarse la
Universidad de Extremadura. Asimismo , en su corto mandato se
construyeron diversos edificios
financiados por la Diputación en la ciudad.
Uno de ellos que se encuentra en el barrio de Pardaleras llevó su nombre
en un corto periodo de tiempo. La comisión de Cultura del Ayuntamiento de
Badajoz aprobó tras su muerte dicho reconocimiento. Las presiones de los grupos
de izquierda en el Ayuntamiento provocaron
que esta medida fuera finalmente
suspendida. La ignominia por tanto, tuvo en esta ocasión un recorrido muy
corto.
Se le atribuye un papel destacado
en la represión que se produjo en Badajoz a partir del 14 de Agosto. Algo que veremos después.
He encontrado valiosa información
sobre este personaje en el libro POLÍTICA Y SOCIEDAD DURANTE LA GUERRA CIVIL Y
EL FRANQUISMO: EXTREMADURA, obra colectiva coordinada por el profesor Julián Chaves Palacios, del que ya he
informado en otras
ocasiones. Todo esto ha sido posible
gracias a unos documentos manuscritos e
inéditos redactados por el propio Carracedo que se han localizado recientemente. El excelente trabajo lo ha realizado el
historiador Francisco Javier García
Carrero en el libro que acabo de mencionar.
Este era el estado de ánimo de
nuestro personaje para justificar la
rebelión militar.
“ La situación política de España, se iba
deteriorando, podríamos resumirla bajo una verdadera anarquía. Las cárceles se
abrieron el mismo día de haber triunfado el Frente Popular agrupación de
partidos de izquierda. Las elecciones se celebraron el 16 de Febrero y desde
esa fecha, no se respetaron ni vidas, ni propiedades, ni derechos de clase
alguna. Los cadáveres que aparecían por las calles y descampados de Madrid sólo
se tomaban las medidas de llevarlo al cementerio…..”
Como podemos apreciar, se trata
de una visión sesgada y partidista que coincide plenamente con otras opiniones de otros golpistas que buscaban una
justificación a los actos que iban a protagonizar. Asimismo cataloga de “la mayor vergüenza en su género” las elecciones
democráticas del 16 de febrero de 1936 que habría de otorgar la victoria a la
unión de los partidos de izquierda.
Esta fue la explicación que dio
al respecto en el documental LA BATALLA DE BADAJOZ.
“Los
primeros días en todas las revoluciones pues, hay un poco de desconcierto y de
medidas no aceptadas, en fin. La plaza
de toros no fue más que una cárcel habilitada. Ahora que de allí sacaran
personal un tanto significadas y fueran tomadas esas medidas que se tomaron…
Eso era una cosa sin control, pero no en la medida en que los libros y los artículos lo han
publicado”
Nuevamente nos encontramos con la
negación de los fusilamientos en la
plaza de toros y en minimizar la represión
que se desencadenó en Badajoz, aunque no
falten testimonios de personas que lo contradigan, como el mismísimo jefe local
de falange en aquella época, Agustín Carande.
Por otra parte llama la atención el eufemismo que emplea para referirse
a los asesinatos, “medidas no aceptadas”.
Estuvo destinado a finales de febrero del 36 en Villanueva de la Serena , donde
protagonizaría algunas detenciones arbitrarias
que provocaron enfrentamientos con los militantes frentepopulistas de la
localidad . Estos hechos fueron puesto en conocimiento del gobernador civil .
Se dispuso su cese en Villanueva y su
traslado a la 8ª Compañía de la Comandancia de Oviedo (Mieres)
Él lo entendió como un castigo.
“Una
medida general contra la Guardia Civil consistió en cambiar de destino a los
jefes y oficiales, como objeto de que no contaran en los nuevos lugares de
destinos con personal conocido útil para su servicio contrario al gobierno. Con
esta medida fui uno de los castigados destinándome forzoso sin haber cumplido
un mes desde Villanueva de la Serena a la compañía de Mieres. El mismo camino
llevaron bastantes jefes y oficiales”
En Mieres volvió a liarla
pretendiendo requisar armas a los mineros de dicha localidad con arreglo a una
información que decía poseer. Por mucho que los mandos le recomendaron que no
se metiera en el berenjenal pues
entendían que no era competencia de la guardia civil, él insistió en que si lo
era. Las consecuencias no se hicieron esperar.
Se decidió su traslado a Badajoz de supernumerario sin sueldo.
En la ciudad tomó contacto con
oficiales predispuestos a sublevarse, después de que Mola decidiera que un
enviado suyo se entrevistara con él.
“Me
llegó un enlace que como no lo conocía (se refiere al emisario de Mola que
visitó Badajoz en la primavera del 36) le hice una serie de preguntas para
cerciorarme de que no se trataba de un espía contrario. No me dijo nada más que
la situación de España estaba en muy malas condiciones y que claro, que el
ejército se veía en condiciones y en la necesidad de tener que atajarlo”
En Badajoz participó en distintas
reuniones, algunas de las cuales se celebraron en la cafetería El Gallo, ubicada
en la por entonces Plaza de la República,
con distintos oficiales del ejército y la guardia civil donde se
pretendió declarar el estado de guerra.
Como sabemos, la determinación del gobernador militar, general Castelló , resultó determinante para que este hecho no
ocurriera.
“Al
producirse la sublevación en Melilla – indica Castelló- llamé a los coroneles y
teniente coroneles de todos los regimientos pacenses, y les expuse claramente
mi opinión, nuestro deber era estar al lado de la República. Encontré en todos
ellos un asentimiento absoluto”
Ante el fracaso de la intentona en Badajoz, decide poner pies
en polvorosa esperando la llegada de tiempos mejores. Y llegaron, para él
naturalmente. Ahí lo tenemos desde el mismo
14 de Agosto elaborando informes de personas que se hubieran significado
durante el periodo republicano.
“ Y
las informaciones me las encargaron a mi. Información de organismos, personas ,
me cayó un poco por carambola porque yo me encontraba en el gobierno militar
por otras circunstancias”
Las circunstancias a las que
alude no son otras que haber participado –según él de acompañante- en la toma
del Gobierno Militar, desde el cual ayudó a elaborar el bando de guerra que se
declaró en la ciudad.
Fue la persona encargada de
realizar entre otros, el informe correspondiente a los hermanos Carlos
Y Luis Pla, conocidos empresarios de Badajoz que decidieron entregarse
después de la entrada de los rebeldes. Se encontraban en casa de un amigo carlista que logró
convencerlos para que se entregaran, pues nada malo habían hecho y por tanto,
nadie sospechaba que algo malo pudiera ocurrirles.
(…)
·Yagúe me dijo. Estos dos señores han sido detenidos. Me tiene usted que hacer
una información y me entrega el resultado antes de las seis de la tarde.
Tuvieron un rasgo equivocado que fue facilitar vehículos gratuitos para asistir
a un mitin en Valencia que daba Azaña. Y todo eso figuraba en la información
que yo escribí. ¿Por qué lo habían declarado? Vuelvo a repetir que la
información de los dos Pla que yo hice fue fiel reflejo de lo que cada uno
dijo. De un bando y de otro. Yo a él le entregué las diligencias y yo me
marché. Ya no volví a saber más porque bonito era Yagúe para irle a dar
opiniones, claro.
Esta fue la versión algo
edulcorada que este hombre dio de lo ocurrido, en el documental LA BATALLA DE
BADAJOZ, donde más o menos se nos quiere presentar como poco más que un espectador de los hechos que se limita a
consignar lo que los hermanos le dicen . Sin embargo el informe que realizó
parece otra cosa. Aquí se refiere a Luis
Pla Álvarez.
(…)
Hombre de gran posición e independencia económica. (…) En otras ocasiones y con
motivo de diversos mítines celebrados en diferentes puntos de España, por los
hombres siniestros que dirigían las izquierdas, la colaboración del señor Pla
no pudo ser más explícita y efectiva. Sus camiones eran puestos a disposición
de los partidos de izquierda sin excepción, para transportarlos a Madrid,
Valencia, etc, cooperando de esta manera a mantener la ficticia adhesión y entusiasmo de las masas”.
En esta ocasión aparece la
auténtica faceta de represor del personaje, cuando informa del “terrible crimen”
cometido por Luis Pla de cooperar en el
traslado de asistentes a unos mítines. Qué duda cabe que esta información debió
influir en la determinación de mandar asesinar a los hermanos Luis y Carlos Pla.
Igual suerte debieron correr
otros inocentes, por lo cual no
pareciéndole agradable el trabajo , solicitó se le cambiara de destino, motivo
por el cual se le encomendó la jefatura del SIPM afecto a la 21ª División,
integrado en el Regimiento Castilla. Ya
en el verano del 38 y con el empleo de comandante participó en la ocupación de
distintas localidades de la zona de La
Serena.
Como hemos visto nos encontramos con otro caso de
alguien que encontró “razones” para intentar derribar la II República. Una de
ellas pudo ser el negro horizonte profesional que se le presentaba con
continuos cambios de destino, por la sencilla razón de no aceptar la España
democrática. Ya hemos visto la impresión que le causó a este señor la victoria
del Frente Popular en febrero .
También se nos hace necesario
reflejar las recompensas que obtuvo en forma de cargos importantes a partir de la
guerra civil. Que colaborara en las
tareas represivas también debió influir en su fulgurante carrera. Esto y su inquebrantable adhesión a los principios
generales del movimiento, claro.
ANTONIO
ALFONSO HERNÁNDEZ, 8 de Abril 2013.
NOTAS:
Las parte del texto que aparecen en azul
se corresponden al libro, POLÍTICA
Y SOCIEDAD DURANTE LA GUERRA CIVIL Y
EL FRANQUISMO: EXTREMADURA. Obra
coordinada por Julián Chaves Palacios. Cap. Guardia Civil y sublevación contra
la República en Badajoz. El capitán Manuel Carracedo Blázquez, del historiador
Francisco Javier García Carrero, pag. 509 a 531.
Las partes del texto que aparecen en rojo se
corresponden a las declaraciones que Manuel Carracedo realizó para el documental LA
BATALLA DE BADAJOZ, patrocinado por la Consejeria de Cultura de la Junta de
Extremadura y la Diputación Provincial de Badajoz.
Foto de Manuel Carracedo sacada
de la página web de la Diputación Provincial de Badajoz.