El blog de Francisco Pilo Ortiz y el de Barragán-Lancharro han sido dos portales de los que más han atacado al historiador extremeño Francisco Espinosa Maestre. Espinosa cuenta en su haber con una amplia bibliografía, cosa que no podemos decir de estos dos blogueros --uno es abogado/historiador y el otro policía nacional--. Sin embargo el motivo de las iras de Pilo y Barragán-Lancharro han sido producidas por el libro La columna de la muerte, obra imprescindible para entender la escabechina que produjo la llamada columna Madrid en su viaje desde el sur hasta el centro de España.
En este libro, Espinosa, no solo confirma la gran matanza de Badajoz, que fue grave, sino las grandes escabechinas producidas en más de 60 poblaciones extremeñas. Daba igual que hubiera habido o no terror rojo en las poblaciones tomadas por los mal llamados nacionales. Estos al entrar en una población conquistada, como si de un ritual se tratara, detenían a todos los "sospechosos" izquierdistas y los fusilaban, los que tenían más suerte permanecían presos ignorando cual sería el desenlace final de su oposición al fascismo.
Espinosa pasó interminables horas buscando en los registros los nombres de los asesinados por el fascismo español. Impresionantes listas de víctimas del terror rojo y azul podemos ver en La columna de la muerte. Exacto, asesinatos los hubo en ambas retaguardias, pero no, no fueron todos iguales. Solo hay que comparar el número de víctimas que producían los rojos y el número que producían los azules. En Badajoz en un mes murieron asesinados 11 derechistas. ¿Cuantos izquierdistas murieron en Badajoz mientras Yagüe permaneció en la capital pacense? se cree que 2.000.
Estas verdades a los neofranquistas no les gustan. Tratan por todos los medios desmentir que en Badajoz hubo matanza alguna, si acaso, una "dura" represión producida al "calor" de la batalla. Llevan años con la misma matraca. Aprovechan cualquier desliz de Francisco Espinosa en su magna obra para negar tal matanza, y calificar a Espinosa de "sectario" e "historiador militante".
Uno de esos ridículos ataques lo podíamos observar en el blog de Barragan-Lancharro. Y digo uno de esos ataques porque han sido cientos. Hace algún tiempo el historiador de Monesterio decía que Espinosa mentía en La columna de la muerte al afirmar que Brut fue "denunciado por un colega --celoso de su incursión fotográfica por la ciudad--". Barragán-Lancharro se lamentaba de que Espinosa no citara "ninguna fuente"; y apostillaba: "la falta de rigor es la principal bandera de Francisco de Asís". Bueno hombre, bueno..., un fallo lo tiene cualquiera. En honor a la verdad hemos de decir que Espinosa o Francisco de Asis como lo llama este gran historiador, No se inventa nada.
Émile Condroyer |
Tamañas banalidades de este tipo son utilizadas por estos aguerridos patriotas de la hermandad del 18 de julio, por estos historiadores de medio pelo que, según ellos, no ponen sus "sentimientos al servicio de sus investigaciones”.
Pero, lo más gracioso, es que entre ellos mismos se desmienten. Barragán-Lancharro alegremente afirma que Brut cuando regresó a Francia le fueron devueltas todas sus pertenencias:
Cuando fue expulsado de España, a Brut le fueron devuelto todos sus objetos personales, entre ellos el tomavistas. Es más, se puede observar en unas imágenes el momento en el que Jean d’Esme y René Brut bajan del avión en el aeropuerto parisino de «Le Bourget» en septiembre de 1936 y Brut lleva la caja del material del tomavista.Y su querido colega de militancia, Moisés Domínguez, en un reciente "estudio" nos cuenta que:
René Brut viajó a España con “dos tomavistas”, uno se lo requisaron en Sevilla el 5 de Septiembre de 1936 (el más nuevo) el otro, un Bell&Howell, FILMO model, 70 D, de 16 milímetros se lo llevo consigo a Paris una vez que fue liberado en Sevilla. Un estudio extraordinario sobre este cuestión se puede ver en el Blog del historiador de Monesterio Antonio Manuel Barragan Lancharro.No, el estudio "extraordinario" del historiador de Monesterio dijo que a Brut le devolvieron todas sus pertenencias.
Vaya hombre, parece que los "libertadores" también era unos "requisadores". O mejor dicho, unos vulgares mangantes. Le podían haber requisado la película por si acaso revelaba un secreto inconfesable, pero ¿porqué se quedaron con el tomavistas? Un trofeo de guerra --debieron pensar--. Seguro que Bolín debió de disfrutar de lo lindo grabando "películas" con el caro tomavistas de René Brut.
Que fueron unos mangantes, entre otras cosas peores, quedó sobradamente demostrado con la rapiña que realizaron en Badajoz. Supongo que al igual que en tantos otros lugares.
ResponderEliminarDesvalijaron multitud de establecimientos de la ciudad, contando, eso sí, con el beneplácito de los mandos que daban unas horas de "barra libre" a los muchachos.
Lo más curioso de todo esto, es que existe una orden que cursó Francisco Franco donde prohibía actos de saqueo y excesos varios. Es decir,ordenaba se corrigieran estos desafortunados actos que tan mala imagen les daba, pero nada decía en torno a los hechos más graves, o sea, la extrema violencia con que actuaron por medio de las ejecuciones irregulares.
No obstante, la tropa siguió campando a sus anchas a pesar de esta orden que prohibía algunas cosas pero no las peores.
Pilo y Barragán. Vaya par. Claro que les debió sentar fatal La columna de la muerte. Pero una cosa está clara: esta obra seguirá siendo un libro de referencia y sin embargo a los otros dos dudo que alguien los recuerde cuando dejen de lanzar mierda por los blogs. Su existencia solo se justifica por el círculo de odio que han creado a su alrededor. En él se pudrán. Saludos.
ResponderEliminarLo de los saqueos estuvo mal, pero lo peor es que se cargaron a la intemerata de gente en Badajoz,por mucho que los enterradores de la verdad reduzcan intencionadamente las cifras.
ResponderEliminar