Nº 56 de la revista Tiempo de Historia |
Tiempo de Historia nació de una previa idea editorial con el objeto de que Triunfoconsiguiera, a través de una publicación filial, la manera de informar de dos temas muy unidos a la misma esencia de la revista: la II República y la Guerra Civil.
Muy pronto el nuevo mensual superó la subordinación inicial para adquirir una rigurosa personalidad propia como referente de indiscutida solvencia al abarcar en su contenido no sólo una muy amplia y variada compilación de temas históricos de todas las épocas y lugares, sino dedicando muy especial atención a los testimonios personales, característica que le diferenció profundamente de otras publicaciones similares por su contundente relevancia a la hora de esclarecer los abundantes equívocos surgidos sobre hechos indiscutibles de la historia reciente. En Tiempo de Historia publicaron sus trabajos más de cuatrocientos expertos sobre los muchos temas de todo género que la revista abordó, incluidos los testigos que protagonizaron o presenciaron los acontecimientos ocurridosGracias a esta iniciativa podemos acceder a cientos de artículo bastantes interesantes. La entrada de Rafael Tenorio es bastante conocida en la Red, donde podemos comprobar que en 1979 el sr. Tenorio se dejaba llevar por fuentes erróneas. No obstante escribió:
El periodista norteamericano Jay Allen, que entró en Badajoz poco después, dijo que hubo 1.800 ejecuciones en las primeras doce horas y oyó decir a oficiales rebeldes que había habido 4.000 ejecuciones en total.
Hugh Thomas, que estudió el caso más de veinte años después, cree que la cifra de víctimas está más cerca de 200 que de 2.000. Thomas es el único que avanza una cifra tan pequeña, que ni siquiera Yagüe sé ha atrevido a reducir.
César M. Lorenzo dice que hubo, aproximadamente, mil quinientas ejecuciones. Manuel Tuñón de Lara avanza la cifra de mil doscientos, antes del 15 de agosto. Ricardo Sanz menciona a más de «tres mil antifascistas ejecutados». El filósofo cristiano Jacques Maritain protestó contra el crimen de «cientos de hombres», y James Cleugh, que simpatizaba con los rebeldes, dijo que hubo dos mil ejecuciones.
De todos modos, importan menos las cifras que lo que simbolizan. Doscientos o cuatro mil, ¿qué importa? -ha pasado tanto tiempo-; lo que realmente cuenta es el hecho de matar colectivamente a gente indefensa. Este hecho no pierde su trágico contenido porque la cifra sea más o menos reducida. Por primera vez en la historia de España, un ejército mandado por oficiales y jefes españoles entraba en una ciudad española y cometía una carnicería monstruosa.Tenorio nos muestra un abanico de cifras desde las más exiguas que aproximó Hugh Thomas -200- hasta los famosos 4.000 de Jay Allen. Thomas habla de 200 víctimas pero no de como se llega a esa cifra, por lo tanto, Rafael Tenorio no le da mucha credibilidad. Sin embargo más adelante reconoce que "importan menos las cifras que lo que simbolizan. Doscientos o cuatro mil, ¿qué importa?... lo que realmente cuenta es el hecho de matar colectivamente a gente indefensa. Este hecho no pierde su trágico contenido porque la cifra sea más o menos reducida".
Tenorio ante la imposibilidad de documentar fehacientemente el número de asesinados por las huestes de Yagüe refexiona que fueran 200 ó 4.000, lo que cuenta verdaderamente es asesinar a gente desarmada. Realmente el número sí importa, o al menos la batalla por las cifras aun no ha terminado. Esta es una lucha desigual: los que dicen que no asesinaron a mucha gente lo tienen muy fácil; no hay ninguna documentación para verificar la matanza. Los negacionistas se basan en las cifras de los registros. Da igual que se demuestre que los registros no son una fuente fiable. Todavía hay autores - doctores en historia como Martín Rubio o Hector Alonso García- que citan como prueba irrefutable los registros de los cementerios. El caso es que hasta la fecha el estudio más fiable es La columna de la muerte de Francisco Espinosa Maestre.
Otra de las absurdas batallas, es sobre sí se mató o no en la plaza de Toros. Investigadores han negado que en la plaza de toros se asesinara, incluso después de contar con testimonios de gente que estuvo trasladando muertos de la plaza de toros hasta el cementerio. Pero ¿se mató en la plaza de toros? Cuando los primeros periodistas entraron -Marcel Dany, Jacques Berthet y Mario Neves- oyeron que en la plaza se estaba fusilando. Eran los propios militares los que en un principio no ocultaban la matanza, por eso los mismos periodistas pro-rebeldes no se cortaban en dar cifras altas. Según la prensa portuguesa en Almendralejo habían muerto 1.000 personas y en Badajoz 1.300 ó 1.600. ¿Exageraban los portugueses? No hay manera de demostrar ni lo uno, ni lo otro. Después de suministrar esta cifras de muertes tras la toma de una ciudad, la propia prensa portuguesa las volvía a desmentir. Sí pensamos que en un pueblo tan pequeño como Zafra que no opuso resistencia, no hubo asesinatos de derechistas y no murió ni un soldado franquista ni ningún miliciano fascista, la represión franquista se llevó cerca de 200 personas, ¿Cómo no pensar que los periodistas portugueses no exageraban cuando daban esas primeras cifras de muertos? Fue un desliz que hubo de corregirse sobre la marcha.
Más de uno de nosotros conoce a alguien que estuvo implicado en los asesinatos de la plaza de toros. Son testimonios personales, que al menos para nosotros tienen valor, no así para la historiografía política, que por todos los medios trata de salvar los muebles al franquismo.
Los periodistas tenían que tener mucho cuidado con lo que se publicaba. La matanza de Badajoz ocurrió en una fase donde la censura todavía no estaba bien estabilizada, por eso, esos deslices en ciertos periódicos afines a los traidores a la República. René Brut y Jean d'Esme fueron llamados por Bolín a penas llegar estos a Badajoz. El día 18 después de grabar las famosas imágenes del cementerio los dos fotoperiodistas franceses tuvieron que partir a Sevilla donde más tarde fueron detenidos y expulsados de la zona franquista. A pesar de que en la primera fase de la censura se publicaron noticias negativas para los franquistas, los periodistas sabían muy bien que es lo que si o no se podía publicar. Por eso René Brut envió las imagenes del cementerio clandestinamente. Si hubieran caído en manos indebidas esas imágenes hubieran sido destruidas. Esa "imprudencia" estuvo a punto de costarle la vida a René Brut. Los artículos de Marcel Dany tampoco aclaraban si en la plaza de toros se fusilaba o sí solo era un lugar de reclusión. Neves tampoco lo confirmó en un principio.
Sin lugar a dudas tanto Dany como Neves debieron ser cautos es sus primeros artículos. Neves sabía que su Gobierno era afín a los rebeldes y lo pudo comprobar cuando le censuraron su último artículo y más tarde fue interrogado por dos veces.
Neves en los años ochenta confirmó que sin lugar a dudas en el cementerio de Badajoz se fusilaba ilegalmente, o lo que es lo mismo, se asesinaba impunemente, a defensores e izquierdistas en general, o a incautos que habían sido apresados sin saber muy bien porqué.
Volviendo a Rafael Tenorio, cuando en 1979 publicó el artículo sobre la matanza de Badajoz, en la redacción de la revista Tiempo de Historia se recibía una carta donde Abel Santamaría criticaba el artículo de Tenorio indicando que dicho escrito no era más que una fábula y que para desarrollar el relato se basaba primordialmente en una obra escrita por el PCE. Tenorio se defendía citando las diferentes obras que usó para confeccionar su historia. Gerald Brenan, R. Southworth, Whitaker, César M. Lorenzo, etc, etc. Si ahora es difícil cuantificar la matanza imaginemos en el 79. Tenorio para reafirmar su relato citó una entrevista que mantuvo con Marcel Dany el 25 de junio de 1979 en París:
En la Plaza de Toros estaban concentrando a mucha gente. En el fondo del toril había guardias civiles que fusilaban a los presos. Yo no pude ver los fusilamientos pero escuchaba las descargas y oía los lamentos y los gritos de las víctimas Además tuve tiempo de ver lo que sucedía y escuché los los testimonios de la gente (...)Según Rafael Tenorio al día siguiente volvió a tener otra conversación con Dany:
La Plaza de toros fue prisión durante los primeros momentos (...). Había varios centenares de prisioneros (...). No cesaban de traer nuevos presos en camiones Yo los vi llegar acompañados de los camisas azules de la Falange (...). Vi como los llevaban dentro de la plaza de toros de, escuché las descargas (...). Luego vi como sacaban los cadáveres..
¿Porqué no publicó nada en la prensa Marcel Dany? Es muy sencillo la agencia del periodista francés necesitaba tener corresponsales en la zona franquista. Publicar algo así supondría la expulsión inmediata de todos sus corresponsales. Marcel Dany al menos fue expulsado y no pudo cubrir la GC. en el bando rebelde.
A decir verdad, Rafael Tenorio es un gran desconocido. Tal y como acertadamente indicas. existen muy pocas referencias suyas. No obstante, su exagerada visión de lo ocurido en Badajoz , por increible que parezca, sigue siendo teniendo en cuenta a día de hoy en algunos estudios sobre la guerra civil..Por citar un ejemplo, en el trabajo aparecido no hace muchos años, La guerra civil, mes a mes, publicado por el diario El Mundo y en el capítulo corespondiente a La matanza de Badajoz, fue el artículo de Tenorio una de las fuentes bibliográficas a las que recurrieron los autores de dicha publicación.
ResponderEliminarDE FRENTE
Pues ya les vale
ResponderEliminar