Lo que hiciera o dejara de hacer Ramón Espinar en su época de estudiante es algo que siempre nos ha importado tres pepinos, me estoy refiriendo al (no) escándalo del piso que tuvo que vender cuando se graduó en la Universidad. Hay cosas peores como que Verstrynge fuera un auténtico FASCITA y más tarde jerifalte de AP, pasándose después al PSOE felipista y acabando por asesorar a IU. Ahora es un personaje influyente en la esfera de Podemos. En fin, allá cada uno con su pasado. Lo que no podemos tolerar son las incongruencias de algunos cabezas visibles de la nueva izquierda, o joven izquierda con posibilidades de gobernar: una izquierda alternativa a la pseudoizquierda socialista que representa la Gestora del PSOE y Susana Díaz.
A Ramón Espinar lo han cazado a punto de pimplarse dos refrescos de cola de la marca Coca-Cola. Puede parecer una banalidad, y el sufrido lector votante de Podemos podría contestarme que allá él y sus problemas con el azúcar. Esto no tendría la más mínima relevancia sí, Podemos no hubiera formulado una petición. El pasado 27 de marzo, la formación registró una petición a la Mesa del Senado para que prohibiese la venta de CocaCola en esta Cámara y, hace unos días, repitió el mismo requerimiento en el Congreso.
Según eldiario.es:
La petición estaba firmada por dos senadores del grupo parlamentario de Unidos Podemos, Iñaki Bernal y Vanessa Angustia, compañeros del también secretario general de Podemos en la Comunidad de Madrid.Total, una meada fuera del tiesto que tiene más importancia de lo que apriori pueda parecer. Más carnaza para los diarios de Inda o Alfonso Rojo, Marhuenda, Cebríán, Bieito Rubido, Jiménez Losantos, García Cuartango... Y es que son una legión de plumiferos a la caza del "podemita" despistado.
Además de pedir que no se vendan los productos de Coca Cola en el Senado, reclamaban que "se prive de su publicidad y no se le permita utilizar eventos de autorización institucional".
El motivo que alegan es el incumplimiento por parte de Coca Cola de la sentencia del Tribunal Supremo, que le insta a reabrir el centro de Fuenlabrada (Madrid) y a reincorporar a sus trabajadores.
Aunque Ramón Espinar más que despistado habría que llamarle gilipollas, porque mientras su Partido pide que no se consuma coca-Cola en instancias políticas, el mastuerzo de Espinar se deja fotografíar en el comedor del Senado con dos refrescos "insolidarios" sabor a cola. ¡Tonto de capirote! Sí señor.
No es tonto, es un falso con poca rodadura. No será la última de este personaje. No merece estar donde está y que en política haya mucho con el mismo o peor pelaje no le quita "lo suyo".
ResponderEliminarLo mismo ..."de casta le viene al galgo"...
Pero bueno, puede seguir donde está...pero entonces que no nos vendan nada de savia nueva.
Pues entonces es las dos cosas, tonto y falso: mira que pedir que no se consuma Coca-Cola y dejarse fotografiar con dos cocacolas en el Senado.
ResponderEliminarDe acuerdo, se puede ser tonto y listo por "parcelas".
Eliminar¡¡¡Estamos rodeados...,de móviles!!!
Estoy de total acuerdo con *arameo*.
ResponderEliminarEste chiquito es de la estirpe de lo que dice la gente que dicen los curas:
«Haz lo que yo digo y no hagas lo que yo hago».
¿Sería muy exigente un alguien si pidiera que le expulsaran de PODEMOS?
De esta estirpe están llenos los partidos de pseudo-izquierdas y muchísimo más los de derechas y ultraderechas (sin excluir al partido vaticanista).