Este miércoles pasado fallecía Antonio García-Trevijano Forte. Nadie debería alegrarse de la muerte de nadie, y nosotros no vamos a ser tan miserables. Jamás hemos ocultado en este blog la antipatía que nos producia García-Trevijano. En muchos análisis podíamos coincidir con él, lo mismo que coincidimos con ciertas proclamas de Falange: "banca pública" y "la tierra para el que la trabaja", y no por ello somos falangistas, muy al contrario. Es evidente que la Falange fascista acoplaba propuestas izquierdistas a su programa totalitario y populista. Pues algo parecido nos ocurre con García-Trevijano.
Las denuncias de este abogado, notario y político del "abstencionionarismo", estaban bien fundadas y no le faltaba razón en muchas ocasiones, pero en otras parecía alejarse de la realidad.
El profesor y republicano, Pedro Alberto García Bilbao, firme defensor del advenimiento de la III República "tricolor", le ha dedicado unas palabras desde las RRSS:
Trevijano Fue miembro del consejo privado de Don Juan... Estaba completamente en contra del franquismo y lo que significaba, digamos que era un liberal muy elitista, con un perfil intelectual mucho mejor alimentado de lecturas e influencias que toda la caterva esta de supuestos liberales de ahora. Fue una rara avis en el panorama español. Su decepción con Don Juan, por entender que se plegaba en exceso a los planes franquistas le llevó a convertirse en un enemigo de la monarquía. Su plan era dictarle al régimen las condiciones de una transición en vez de aceptar las que propusiera Suárez y el Rey. Se encontró con que el PSOE y el PCE traicionaron todo lo traicionable en la transición y que a él le detenían y le mantenían detenido y fuera de juego de las negociaciones. Esto no lo perdonó jamás. Conocedor de todos lo apaños de entonces era alguien incómodo para el régimen. Tenía mucho dinero y eso era algo potencialmente peligroso, pero su propia personallidad y su ideología le desactivaron.Buen análisis de Pedro Alberto García Bilbao, nosotros añadiríamos más: en los últimos días de su vida, García-Trevijano se había alejado del liberalismo que le caracterizaba y parecía haberse convertido en un furibundo reaccionario gurú de una secta destructora. Desde sus programas colgados en Youtube llamaba al Ejército español a tomar las riendas para acabar con el separatismo catalán, o lo que es lo mismo pedía encarecidamente a los militares a que se pasaran la Constitución por el Arco del Triunfo. Quería que se cumpliera la Constitución por una lado y que se la ignorase por el otro. Aquí su sapiencia se diluía por el sumidero del odio.
Se retiró a elaborar su propia teoría politica: lo de la república constitucional, creó el constructo de «repúblico» frente a «republicano», una lectura personal suya de ciertas tendencias de la revolución norteamericana, y propugnó la abstención consciente. Su propuesta política última era un puro delirio: que nos retirásemos cada uno a nuestras posesiones, como si fuésemos terratenientes o millonarios, y cultivásemos la libertad individual, la amistad y en política negásemos todo derecho al estado a intervenir en la vida individual y rechazásemos además a los partidos como una especie de casta mafiosa que nos secuestra la libertad. A su alrededor se creó una verdadera estructura de seguidores con todas las características de una secta, lo que sin duda fue una consecuencia lógica de su propuesta y un triste final.
El vídeo que compartimos a continuación es claro y no podemos hablar de que está fuera de contexto. Sus propias palabras son el contexto.
Descande en Paz, Antonio García-Trevijano, una persona a la que el establishment hace tiempo lo había ignorado, y que él, por mucho dinero que tuviera, no supo salir a flote. Parece que se contentaba con subir a Internet sus proclamas golpistas y a veces sus descerebradas opiniones.
La historia nos ha enseñado que las formas para derrocar un régimen son dos, mediante la violencia (revoluciones/golpes de estado) y a través de las urnas, tal y como hiciera Hitler con su partido político. Trevijano primero propuso que nadie fuese a votar, algo absurdo visto el gran acogimiento que tienen las elecciones en España, y últimamente llamaba al Ejército español a poner orden: todo un reaccionario.
"Su propuesta política última era un puro delirio: que nos retirásemos cada uno a nuestras posesiones, como si fuésemos terratenientes o millonarios, y cultivásemos la libertad individual, la amistad y en política negásemos todo derecho al estado a intervenir en la vida individual y rechazásemos además a los partidos como una especie de casta mafiosa que nos secuestra la libertad."
ResponderEliminarSolo leyendo esto es inmediato comprobar que ustedes ni siquiera se han molestado en leer algo de su obra. ¿A cuento de qué pretenden sentar cátedra sobre temas que manifiestamente desconocen? Lean, y escuchen, y así podrán hablar con algún conocimiento de lo que pretenden criticar (que sobre eso nada que objetar, la crítica honesta siempre es positiva) en lugar de tener que "intuirlo". Un saludo.