Entierro de Unamuno |
Delgado ha reconstruido aquel 12 de octubre de 1936. Fue una mención de Unamuno a José Rizal, héroe de la independencia de Filipinas, lo que provocó la ira de Millán Astray, que era veterano de aquella guerra y no soportaba que se citase como ejemplo de hispanidad a quien consideraba un enemigo. “¡Muera la intelectualidad traidora!” fue lo que gritó, según Delgado, a lo que siguió un tumulto de voces entre las que destacó la del profesor Ramón Bermejo, que dijo: “Aquí estamos en la casa de la inteligencia”. Millán Astray zanjó el barullo ordenando a Unamuno que acompañara a la mujer de Franco, Carmen Polo, a la salida. No hubo réplica ni solemnidad, tampoco armas encañonando al rector. La reunión se disolvió entre gritos y fanfarronadas. Leer más...Sea como fuere el malestar entre el fascista y el intelectual existió, aunque algunos, como es el caso de Moisés Domínguez y Ángel David Martín Rubio lo nieguen. Para negar esta realidad tiran de fotografías. algo patético y más que absurdo, que por otra parte, es práctica común.
En la web del religioso Ángel David Martín Rubio han publicado varios artículos al respecto. Según estas dos personas el problema surgió entre los falangistas y Unamuno, y según estos dos investigadores, precisamente fue Millán Astray quien mandó a sus escoltas para poteger al filósofo de las hordas fascistas. Leer enlace (el que tenga paciencia):
http://desdemicampanario.es/2016/03/23/millan-astray-con-unamuno-no-contra-unamuno/Las fotografías si no van acompañadas de algo más pueden decir una cosa y a veces lo contrario. Depende del enfoque que queramos darle. En el juicio a la "Manada" dos jueces en un vídeo veían una cosa y el voto discrepante veía la contraria.
Lo último de Martín Rubio y Domínguez Núñez riza el rizo y van un poco más allá. Ahora resulta que según otra fotografía aparecida en El Adelanto, Unamuno se despidió cordialmente y dándole la mamo a Millán Astray:
Esta es la fotografía que aparecía en el diario salmantino. Y que debida a su ínfima calidad difícilmente podemos ver a quien da la mano a Millán Astray, si al obispo o al filósofo. Domínguez Núñez y Martín Rubio han rescatado la fotografía original:
Efectivamente la calidad aumenta pero seguimos en ascuas. ¿A quién demonios le da la mano Astray? ¿Al obispo o a Unamuno? ¿Unamuno le niega el saludo o lo acepta por pura cortesía? Sí que vemos sonreír al militar fascista. ¿Sonreía también Unamuno? En fin, son ganas de engañar al personal.
Y ya rozando el paroxismo del ridículo, Moisés Domínguez realiza un bonito dibujo para la ocasión acompañado del siguiente texto:
Volviendo a la imagen que ha evocado en su dibujo Moisés Domínguez, se pueden observar, con más detalle, elementos que en la imagen original pasan más desapercibidos como la mano que ofrece Unamuno al general legionario. Creemos que su trascendencia es grande para que vayan cayendo los muros pseudohistóricos construidos sobre mentiras y medias verdades por historiadores “de prestigio”, poco escrupulosos con el manejo de las fuentes primarias.Debo de admitir que para escribir este texto debo reprimir las ganas de reír que me entran. Como la imagen original no permite ver a Unamuno sonreir ni darle la mano al "novio de la muerte", pues voilá, lo dibujamos y aquí paz y después gloria, es decir inventamos a placer.
Ya que se mencionan las fuentes pimarias, que mejor que saber de primera mano la opinión del filósofo. En el mes de diciembre Miguel de Unamuno le escribe al escultor bilbaino Quintin de la Torre, en donde alega que:
Hubiera usted oído ahullar (sic) a esos dementes de falangistas azuzados por ese grotesco y loco histrión que es Millán Astray (Esta salvaje pesadilla. Pag, 252)
Siguiendo el mismo libro antes citado, gracias a este acontecimiento el Ayuntamiento se reune y llegan a la decisión de expulsarlo por su "actitud incongruente, facciosa y antipatriótica" y porque "España estaba en peligro apuñalada traidoramente por la pseudo-intelectualidad liberal masónica". La II República también defenestra a Unamuno por su apoyo al fascismo militarizado y el día 22 Franco firma su cese como rector de la Universidad de Salamanca.
Pude parecer mentira pero en la web del religioso podemos encontrarnos con perlas de este calibre:
Este titular nos recuerda a los títulos de los libros de Ricardo de la Cierva. Hay quien gana batallas contra enemigos ficticios y en batallas imaginadas.
Moisés Domínguez tiene una imaginación inmensa. Ve lo que otros no ven. Vean a Unamuno muy dicharachero dándole la mano jovialmente al "novio de la muerte". con esa imaginación cualquier hecho histórico puede ser lo que su inventiva quiera que sea. ¡Digno de admiración!, pero muy lejos de la rigurosidad historiográfica.
ResponderEliminarLo que está fuera de toda duda, y es lo más importante, es el rechazo que finalmente mostró Unamuno hacia los golpistas. Actitud que como bien sabemos la pago bien cara el irrepetible intelectual.
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