Comparar el sistema de partidos y el sindicalismo con los estados fascistas es una ignorancia inducida por Antonio García-Trevijano

 

Aquí ya hemos hablado en infinidad de ocasión del farsante que fue Antonio García-Trevijano Forte. Triste personaje que no logró sus fines políticos y que se creó una falsa imagen de cara a sus acólitos. García-Trevijano creó el movimiento o asociación conocida como el MCRC, que todo su fin era hacer campañas de abstención para deslegitimar el régimen del 78 y que este cayera por su propio peso y montar otro régimen, pero ya sin monarcas. Todo esto un servidor lo firmaría el primero, pero...

Pero no funciona la idea. El MCRC fue fundado el 2006 y desde entonces llevan 18 años haciendo campaña para que los españoles no votemos. Y se ha demostrado comicios tras comicios, que los españoles van regularmente a las urnas cada vez que son convocados. Deberían de pensar en cambiar de estrategia.

Aunque el Sr. García-Trevijano falleció hace casi seis años, el 28 de febrero de 2018, la secta del MCRC aún no se ha disuelto, pero prácticamente son más irrelevantes que cuando su fundador estaba en vida.

En esta captura de imagen vemos su canal de YouTube y sus últimos vídeos:

• Amenaza de la involución con el regeneracionismo, 123 visualizaciones
• Entrevista a Martín Miguel Rubio, 341 visualizaciones
• Sobre la garantía de la libertad (2ª parte), 230 visualizaciones
• El farol de la dimisión de Sánchez, 616 visualizaciones
• Noboa y el uso del ejército en el orden público, 998 visualizaciones

Como se puede observar, con estas visitas paupérrimas a su canal de YouTube, nos podemos hacer una idea del impacto social del que disfruta el MCRC. Si García-Trevijano fue un cero a la izquierda, el abogado que ahora ha cogido el peso de todo el legado del gran gurú de la secta, estaría en números negativos.

Pero las falacias e ideas que García-Trevijano transmitió en sus conferencias y sus libros o apariciones en YouTube, en algunas personas han sentado cátedra. Decir primero que García-Trevijano era un señor muy de derechas y reaccionario, y que como tal, su principal dedicación fue atacar a la izquierda y sus sindicatos. Aunque es cierto que era apartidista, ya que se sintió traicionado por todos los partidos de la transición. Pero su ideología estaba muy cerca del conservadurismo, y en sus últimos años de vida se volvió un reaccionario que pedía a las FF. AA. que quitasen del medio a Felipe VI, y con él a todo el Gobierno. Y por supuesto, apoyó la llegada de Donald Trump.

Uno de los embustes de García-Trevijano es que todos los partidos políticos con representación parlamentaria son partidos propiedad del Estado, así como todos los sindicatos, excepto la CNT que no recibe subvención estatal. Esto como es lógico, no se corresponde con la realidad. Veamos algunos comentarios de un trevijanista convencido:

Dice Javier que "... Los sindicatos están subvencionados por el Estado (como el Sindicato Vertical de Franco, el del Fascio de Mussolini o el Nacional Socialista de Hitler). Son sindicatos del Estado, al igual que los partidos políticos españoles también lo son del Estado como la Falange de Franco, el Partido de Mussolini y el de Hitler lo eran del Estado". y concluye diciendo que "Los sindicatos no representan a los trabajadores, solo se representan a sí mismos y al Estado. De hecho, los sindicalistas están liberados y son como funcionarios interinos porque les paga el Estado". Siempre cuando pregunto que intereses tiene el Estado, nadie me contesta.

Comparar la situación política española en torno a los partidos políticos y al sindicalismo, con la de las dictaduras de Franco, Hitler o Mussolini, demuestra un enorme desconocimiento de como funcionaban aquellos regímenes totalitarios. Tanto Franco como Mussolini y Hitler, tenían un partido único (igual que Miguel Primo de Rivera o Stalin), para vertebrar el Gobierno y la adscripción política de las masas. Franco como sindicato tenía la Organización Sindical Española (OSE) conocida como los sindicatos verticales, donde juntos tenían que convivir los trabajadores y los empresarios. En los Presupuestos Generales del Estado (PGE) estaba prevista su financiación, y aquí es donde los trevijanistas encuentran el paralelismo, aunque en el fondo no tenga nada que ver.

Para empezar, el OSE no tenía que competir con ningún otro sindicato. Además era obligatorio suscribirse a los sindicatos verticales:

Como señala Glicerio Sánchez Recio, a través del sindicato único, de afiliación obligatoria para obreros y empresarios, el Régimen franquista quiso integrar en un único organismo a trabajadores y empresarios, rompiendo con la tradicional idea de sindicato como organización para y por los trabajadores. El sindicato único pierde el carácter representativo de los trabajadores para convertirse en mero instrumento del Estado, con el objetivo de conseguir integrar a los trabajadores en el nuevo régimen. Organización sindical en Marbella, Pág. 135. Disponible en Dialnet

Los sindicatos de clase como UGT o CC. OO. (no son los únicos), viven en su mayor cuantía de las aportaciones de sus afiliados. Me voy a basar en un artículo de la Agencia EFE para explicar esto: "La financiación de los sindicatos en España proviene principalmente de la cuotas de sus afiliados, en tanto que vía subvenciones públicas reciben un 15 % de sus ingresos". Pero para poder recibir subvenciones públicas, primero tienen que tener afiliados, y en ese caso recibirán "una aportación estatal y autonómica en función de su representatividad, así como compensación por su participación institucional en organismos públicos".

El grueso de su financiación lo reciben de los trabajadores que se afilian a los sindicatos: "CCOO contaba con casi 1,09 millones de afiliados en 2022 que aportaban al sindicato 137,4 millones de euros, el 84 % de sus ingresos propios, mientras que UGT cuenta con 985.730 personas afiliadas que le reportan más de 120 millones mediante sus cuotas, el 85 % de sus ingresos propios". Entre CC.OO y la UGT tienen 2.075.730 de afiliados. ¿Qué los sindicatos no representan a los trabajadores? Al menos a sus afiliados sí. Y sin contar a los trabajadores que se benefician de los acuerdos colectivos sin estar afiliados.

La subvención institucional es mínima, en proporción a los presupuestos que manejan, y se reparte dependiendo de la representatividad que tengan los sindicatos: "En 2023, los sindicatos recibieron 17 millones de euros como aportación estatal que se repartieron en función de su representatividad, medido por el número de delegados sindicales, beneficiando principalmente a CCOO (5,28 millones) y UGT (4,7 millones), seguidos muy de lejos por USO (611.000 euros), CSIF (570.000), ELA (480.000) o CGT (308.000)". Veamos el caso de CC. OO: de sus afiliados reciben 137.4 millones de euros y del Estado 5.28 millones, en total son 142,32 millones de euros. ¿Necesita al Estado CC. OO. para subsistir? Obviamente no. El grueso de su financiación económica la aportan sus afiliados.

Los sindicatos tratan de defender a los trabajadores de las injusticias de la patronal dentro de lo que las leyes lo permitan. Aún así: "Ese esfuerzo negociador se percibe en la estadística de convenios colectivos que publica el Ministerio de Trabajo y que detalla que sindicatos y empresas o patronales han firmado 2.461 acuerdos colectivos con efectos hasta el pasado mes de marzo, que afectan a casi 8,4 millones de trabajadores de 950.000 empresas".

Ahora también están implantándose los sindicatos de clase en tono nacionalista:

En Euskadi, el sindicato mayoritario es ELA, con más de un 40% de representatividad, y el segundo es LAB, rozando el 20% y supera ya los 50.000 afiliados. Mientras que el primero estuvo originalmente en la órbita del PNV, LAB "reivindica el contrapoder sindical y el derecho de autodeterminación" y atrajo hacia su órbita a ELA en la década de 1990. Así se "conformó una mayoría sindical en clave soberanista", defienden desde LAB a Público. Público.es...👈

En fin, existe más afiliación a los sindicatos de clase de los que la propaganda conservadora y reaccionaria pretende hacer creer. Evidentemente que esa afiliación podía ser mayor, pero las cifras son las que son, mas aquí lo que tratamos hacer ver que los sindicatos españoles, sean de la ideología que sean, no tiene nada que ver con los sindicatos verticales franquistas o con los sindicatos fascistas. Porque básicamente, el régimen del 78, para espanto de los ignorantes e ideologizados trevijanistas, no tiene nada que ver con la dictadura franquista. Y un servidor no es fan de esta monarquía católica.

Pasa algo parecido con los partidos políticos. Para recibir subvenciones institucionales se tienen que presentar a las elecciones y ser votados por sus electores. Es decir, sin votos no hay dinero. Son por tanto los electores los que financian a los partidos políticos. Estos reciben dinero según la representación en diputados que obtengan en cada elección. Por ejemplo: Ciudadanos y Podemos, que están a un telediario de desaparecer, se quedaran sin dinero público. Esto tampoco ocurría en las dictaduras, donde los partidos únicos no necesitaban presentarse al mandato de la urnas democráticas para ser sancionados por los ciudadanos.