"Mis compañeros en el Colegio JABY y yo compartimos una visión: transformar la educación metodológica y tecnológicamente, rompiendo las amarras del conformismo para llevar a nuestros alumnos al aprendizaje del siglo XXI".
Y tanto que quieren romper amarras, por lo menos con la historia del fascismo al decir que es una suerte de nacionalsocialismo. No es de extrañar que en estos colegios de pijos donde salen las futuras generaciones del PP, después digan las barbaridades que dicen: que Hitler y Mussolini eran de izquierdas. Por cierto, en Torrejón de Ardoz lleva gobernando el PP 12 años y tienen la legislatura asegurada otros cuatro años más.
Pero oigamos lo que tiene que decir un auténtico especialista en fascismo:
Esta leyenda de que el fascismo tiene orígenes socialistas es completamente equivocada. Cuando Mussolini da origen al fascismo, ya no es socialista, y considera el fascismo un movimiento de lucha contra todo lo que tiene que ver con el socialismo y el comunismo. Entonces no tiene ningún sentido hablar del origen socialista del fascismo
Emilio Gentile es un historiador Italiano especializado en la historia del fascismo, una de sus recientes obras se titula Quien es fascista. Ni Hitler y su partido Nacionalsocialista, ni Mussolini y su Partido Nacional Fascista, tienen nada que ver con el socialismo. El socialismo bebió directamente de Carl Marx y tanto Hitler como Mussolini eran antimarxistas. Por ejemplo, la "Revolución pendiente" de José Antonio Primo de Rivera, creador del partido fascista español, La Falange Española, y a su vez, la obra escrita del fascista español tienen inspiración populista para atraer a la gran masa obrera. José Antonio Primo de Rivera se inspiró en el color azul de los monos de los trabajadores y en el color rojo y negro del anarquismo para mimetizarse con el obrerismo.
El fascismo en España cumplió muy bien su cometido para preparar el clima de una supuesta "inseguridad" ciudadana, y un incremento notable de los asesinatos después de las elecciones que ganó el Frente Popular:
Una provocación falangista provoca tumultos en Logroño. El viernes 13 de marzo de 1936 quince falangistas fueron detenidos en su local donde se encontraron armas. El sábado 14, un grupo de izquierdistas quemó a la puerta del juzgado un automóvil que al parecer conducía un falangista, y saqueó e incendió la sede falangista de la calle del Marqués de San Nicolás, e hicieron lo propio con el Círculo Tradicionalista de la calle de la República y la sede de Acción Riojana. Al llegar al Círculo Agrario, los guardias los disolvieron hiriendo a Julio Lapuente, que muere en la mañana del 16. Como lo guardias civiles hicieron disparos al aire, los manifestantes se dirigieron en protesta al Gobierno Civil. El Gobernador desde el balcón les rogó que se retiraran a trabajar, pero uno de los grupos, en la calle de la República, tropezó con un oficial de artillería conocido por ideas fascistas. Los manifestantes le insultaron y el oficial echó mano a su pistola, huyendo con dos compañeros hasta buscar refugio en el Ayuntamiento. Los oficiales pudieron salir bajo la protección de funcionarios municipales, el alcalde, el comandante militar y el coronel del Regimiento de Artillería. Momentos después, la Guardia del Cuartel de Artillería salió a la calle para cortar la manifestación y los soldados, excitados hicieron una carga cerrada que provocó un muerto (el oficial de las oficinas centrales del Ayuntamiento de Vidal Castellet, que acompañaba al alcalde), y siete heridos de diversa consideración. También muere al día siguiente a consecuencia de sus heridas Julio Vivanco, chófer mecánico, a consecuencia de una fractura y hundimiento del parietal derecho producido en el choque entre manifestantes y fuerza del orden que tuvieron lugar a la altura de la calle Miguel de Villanueva. El balance final fue de 7 paisanos muertos (entre ellos Julio Lapuente), y al menos seis heridos graves. Muere también el comandante de artillería Sr. Aguilar, a quien se tuvo que amputar un brazo. Los grupos incendiaron El Diario de la Rioja y los conventos de la Madre de Dios, Adoratrices, Carmelitas y Agustinas. Cifras Cruentas. Página, 402 y 403.
Ante la reacción exagerada por parte de la izquierda de la provocación fascista, las fuerzas del orden al intentar disolver la manifestación, como era costumbre en ellos, demostraron una vez más ser de gatillo fácil y provocaron heridos y muertos entre los manifestantes; estos a su vez también causaron bajas en los elementos represores. El final del encontronazo entre manifestantes y militares, causó como venganza el incendio de un periódico derechista y varios edificios religiosos. Aquí otra vez se demuestra que esa persecución religiosa, de la que Iglesia católica se hizo y se hace mártir como en la época de Nerón, no se producía por las creencias religiosas sino por sus posturas políticas. Con todas estas algaradas, la prensa derechista tan solo tenía que airear a los cuatro vientos estos hechos que, desgraciadamente en algunos casos eran mortales, para que Calvo Sotelo y Gil Robles lo magnificaran en el Parlamento.
El movimiento fascista español fue un calco al movimiento fascista italiano, con la salvedad de que los fascistas españoles eran católicos. Como buenos fascistas, eran unos populistas que cuando llegaban al poder no querían ni oír hablar de la retórica obrerista. El fascismo y el nazismo no necesitaron de ninguna revolución de los de abajo para conquistar el poder. El fascismo declarado en España (los Camisas Viejas), antes de la Guerra Civil tuvieron muy poca influencia de masas. José Antonio consiguió un escaño que perdió en 1936. Y el fascismo oculto (los alfonsinos de José Calvo Sotelo) no pasó nunca de los 14 escaños, por eso necesitaron envenenar al Ejército y a la opinión pública para derrotar a la II República, tal y como ha demostrado Ángel viñas en Quien quiso la Guerra Civil.
Volviendo al principio. El fascismo no tiene nada que ver con el socialismo ni por supuesto con la izquierda. Eso es una interpretación presentista para involucrar a la izquierda actual con los perdedores de la II Guerra Mundial, cuando fueron socialistas y comunistas (además de liberales y derechas antifascistas), los que se opusieron con las armas en la mano al Eje. Por esto es inconcebible que un profesor de historia, de un colegio concertado, nos venga a decir que el fascismo es igual a socialismo y nacionalismo.
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